11 << Perdido.
— Llegué.
La suave voz de Akaashi hace eco en el departamento justo en el minuto en que Ennoshita aparece por la puerta de la cocina con un bowl y una cuchara dentro de él. Ennoshita lo mira con sus ojos dormilones y le sonríe mientras deja el bowl a un lado.
— ¿Cómo te ha ido hoy, Akaashi?
Akaashi asiente y deja las llaves en el mueble más cercano. Se saca el abrigo y camina descalzo por el lugar hasta sentarse en un sofá a un par de metros de Chikara. El abrigo queda sobre sus piernas mientras una sonrisa se escapa por su rostro y vuelve a asentir.
— Me ha ido bien. — dice suavemente, sin perder lo firme de su voz.
Ennoshita le vuelve a sonreír y camina hasta la cocina desde donde le informa a Akaashi sobre como va la cena de esa noche, diciéndole que esa noche Yahaba no regresaría para la comida, teniendo un compromiso importante con sus compañeros de universidad. Keiji asentía, aun si su mente estaba varada en otro lugar que poco tenía que ver con Yahaba y el mismo Ennoshita.
Akaashi pensaba en Bokuto. En lo raro de su cabello, lo dorado de sus ojos y lo lindo de su risa. Pensaba en que le gustaba pasear con él por las plazas e ir juntos en el metro, costumbre que habían adquirido desde que empezaron a hablar. Estaba pensando en lo suave de su voz cuando el atardecer llegaba y ambos debían despedirse. Akaashi, simple y llanamente, pensaba en Bokuto. En Bokuto en toda su expresión.
— ¿Me escuchaste, Akaashi?
Ennoshita aparece a su lado con un vaso en mano y se lo tiende. Lleva una ceja alzada, mirando directamente a Akaashi, quien acepta el vaso con gusto y lego de beber un sorbo, niega con la cabeza.
— Lo siento, me perdí.
Ennoshita asintió, mirándolo extrañado. Soltó una risa irónica y se cruzó de brazos, volviendo a alzar su ceja.
— ¿En dónde andas, Akaashi? Nunca te había visto así de perdido, honestamente.
Akaashi deja el vaso en la mesita que se ubica frente a él y lo mira. La ceja de Chikara baja y empieza a preocuparse cuando Akaashi lo mira en silencio y una suave y pequeña sonrisa se curva en su boca.
— Ando perdido, muy perdido.
— Sí, lo noté, ¿pero dónde?
Akaashi se tapa la boca con una mano y baja la mirada por un segundo. Mira nuevamente a Ennoshita, quien no ha cambiado su expresión. Apoya su mentón en sus manos juntas y lo mira.
— Ennoshita, ¿qué piensas sobre que me guste alguien?
....
....
Bokuto prácticamente salta sobre él cuando lo ve tres días más tarde de su conversación con Ennoshita. A Akaashi casi le dan ganas de reír y tomarle las manos y besarle las mejillas, a ver si así se calmaba un poco.
Bokuto le sonríe mientras le cuenta su fin de semana, hablando sobre el tan conocido Kuroo y el muy mencionado Tsukki, de los cuales Akaashi había escuchado bastante y podía decir que casi empatizaba con ellos por vivir todos los días con la energía de Bokuto.
(Aunque Akaashi debe reconocer que no es como si a él mismo le molestara la energía de Bokuto, o la idea de convivir con ella todos los días — idea que, por supuesto, deshecha de inmediato)
Se sientan a tomar helado en una banca y Keiji escucha pacientemente todas las historias de Bokuto, aportando algo de sí mismo de cuando en cuando, e ingiriendo todo el helado.
Akaashi se pierde en un minuto mirando los ojos de Bokuto y recuerda un poco por todo lo que han ido en esos dos meses de conocerse, en lo mucho que ha estado pensando en Bokuto esos dos meses.
Bokuto se acerca un poco y lo mira preocupado.
— ¿Estás bien, Akaashi?
Akaashi mira nuevamente a Bokuto por un par de segundos y endereza la postura. Toma aire y sonríe con suavidad.
— Bokuto-san, ¿me haría el honor de salir conmigo?