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Metro por Pandicornio145

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Notas del capitulo:

¡Holuuu!

 

Se que fue sumamente cruel de mi parte solo dejarles el primer capitulo, pero ha venido una avalancha de cosas malas en este minuto. 

Pero he volvido <3

Y he volvido para quedarme<3

Soy como la mala hierba. Por más que deseen que ya no exista, estare aquí presente :3

Y, bueno, mejor me callo, y les dejó el cap:

02 << Cuando te sientas felizmente tonto

 

 

 

-¡Y era muy lindo! ¡Tenía como el pelo revuelto, y unos ojos oscuros, pero era muy lindo!-chilló, metiendo otro trozo de carne en su boca.

Bokuto contaba maravillado sobre el chico que vio en la mañana de aquel miércoles de su segundo año de universidad. Kuroo le miraba mientras comía con calma y sonriendo de vez en cuando con esa sonrisa tan característica suya. Y por su lado, Tsukishima le miraba casi incrédulo, y es que siempre pensó que el chico era demasiado tonto como para reconocer la belleza.

-¿Y no le pediste su número, oho?-preguntó el de cabellos azabaches, mirando casi divertido a su amigo, quién negó.

-¡No podía, Kuroo!-dijo-Estaba todo muy lleno, ni siquiera pude sacar mis audífonos-suspiró, aunque recuperó sus ánimos rápidamente-¡Pero si lo vuelvo a ver mañana, te juró que le pido su número!

-Así se habla, Bokuto-Kuroo sonrió mientras ambos chocaban sus manos haciendo millones de planes sobre el chico azabache desconocido y sobre lo que podrían hacer si se volvieran pareja o cursilerías así. Kei suspiró.

-¿Sabes que para volver a verlo en la mañana tendrías que levantarte a esa hora todos los días, Bokuto?-dijo con palillos en mano y esa característica expresión nula que siempre llevaba. Bokuto y Kuroo le miraron como si acabara de decir algo muy horrible. Pronto la cara del de cabellos grisáceos se deformo en horror, mientras la de Kuroo permanecía burlona.

Kei volvió a suspirar.

A veces no entendía como terminó viviendo con esos dos imbéciles.

 

 

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Bokuto terminó haciendo el sacrificio.

Al día siguiente, volvió a levantarse a las 6:45, como dictaba la alarma. Y, aunque esta vez lo hizo con más pesar que el día anterior, volvió a hacerlo.

Aún en pijama, calentó las sobras de la cena de la noche anterior y las desayunó con varios bostezos entremedio. Finalmente dejó los trastes en el lavaplatos con agua y fue a ponerse unos pantalones y un poleron más una bufanda, porque el invierno había llegado.

Llegó a la estación del Metro casi a la misma hora del día anterior. Y el metro llegó a la misma hora del día anterior.

Subió junto a la avalancha de gente al metro y esta vez –entre empujones y golpes- logró conseguir un asiento. Sacó sus audífonos y los conectó a su teléfono, poniéndolos en sus orejas mientras fingía escuchar música. Sus orbes doradas recorrieron todo el lugar en busca del chico de cabellos negros que había visto.

Como cinco minutos habían pasado mientras observaba y observaba el metro. Y se deprimió un poco al no ver al chico de cabellos negros, por lo que, ya con la vista cansada, puso la música en el reproductor y cerró unos segundos los ojos, recordando los ojos oscuros que nunca le vieron, y aun así le fascinaron.

Abrió los ojos al sentir pasar unos segundos y miró a su alrededor, como confirmando que en realidad no se durmió y no está en un lugar que no conoce.

Y ahí lo vio.

El chico maravilloso al que llevaba acosando desde el día anterior (literalmente. Si junto con Kuroo pasaron como cuatro horas en Facebook buscando un perfil que concordara con el chico, mientras otras cuatro horas se la pasaron en el Google buscando algo) estaba sentado a su lado leyendo el mismo libro del día anterior (O eso creía Bokuto, porque en realidad, en lo último que se fijó al ver al chico fue en el libro).

Quiso gritar. Realmente quiso gritar. Pero no lo hizo. En cambio, agradeció a Dios mentalmente por la maravillosa oportunidad de tenerlo al lado, mientras juraba que sería mejor persona de ahora en adelante para devolver el favor maravilloso, cosa que, claramente no haría, pero Dios tenía que tragarse alguna cosa para seguir dándole cosas hermosas.

El metro se detuvo por unos minutos en los que la gente bajaba apresurada para llegar a tiempo a cualquier lugar al que tuvieran que ir, entre esos, el chico maravilloso y muy lindo que estaba sentado a su lado. El muchacho se paró, guardó su libro en el bolso que cargaba y caminó hacia las puertas, dispuesto a abandonar el transporte.

Pero Bokuto no podía dejarlo así nada más. Lo tenía justo a su lado. Y lo encontraba precioso. Y quizá era demasiado rápido, porque apenas lo vio hace un día, pero él no es una persona muy paciente ni consciente que digamos. Así que, impulsivo como es, sujetó la muñeca del chico, deteniéndolo, y provocando que él le mirara con esos ojos oscuros que poseía.

Y Bokuto se sintió muy tonto, porque el chico no le decía nada, y parecía de esos estúpidos clichés de las novelas americanas que veían las colegialas solas y desesperadas por un novio como el protagonista de la novela sin saber que esos tipos no existen, además de que como iba pasando el tiempo, lo más probable era que el chico perdiera el tiempo de poder salir y se quedara ahí atascado y llegara tarde a donde sea que tenía que ir.

Pero aun así, para él era muy importante ese momento.

Su expresión era nula como la de Tsukki, pero de alguna manera tan distinta. Era como un montón de expresiones y sentimientos y cosas y explosiones en esa cara tan aburrida y seria. Sus ojos le miraban con paciencia, con calma, como esperando que Bokuto finalmente le dijera lo que quería decirle.

-U-uh-murmuró, nervioso, con la vista baja y avergonzado. Realmente, se sentía muy tonto-Y-yo…tan solo…-al final, terminó mirándolo. Los ojos negros le observaban aún con una calma impresionante-E-eres muy lindo…Y tus ojos…son preciosos-dijo. Estaba más abochornado que nunca, cosa que no era común en él. Le soltó el brazo y lo miró por unos segundos, sin recibir respuesta alguna hasta que escuchó la suave y clara voz del contrario*.

-Gracias. Pero yo realmente creo que tu cabello es mucho más llamativo que mis ojos-fue lo que dijo. No había un cambio en su expresión. Simplemente, lo dijo y se marchó. Y Bokuto podía decir que hasta percibió un ápice de burla en su voz.

Y es que realmente se sentía muy tonto, porque le había hablado de una manera muy patética al chico que tanto le gustaba desde hace solo un día y para colmo parecía que el otro se había burlado de él. Y ni siquiera consiguió saber su nombre.

Pero, por más tonto que se sintiera, se sentía además muy feliz.

 

Notas finales:

*: Akaashi no tiene seiyuu, osea, no tiene voz, ya que no va en el anime (para mi desgracia ;-;), por lo que yo puse eso sobre su voz porque la verdad me la imaginó como super suave y calmada, pero masculina. Y, bueno, cuando uno lee manga se imagina muchas cosas, pero el anime al final no te da siempre la razón (?) (Como para mi lo fue Ao Haru Ride ;-;)

 

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Bueeeno, eso fue todito todon :33 Les quería preguntar, como para moar confianza, ¿Cual es su libro favorito? El mío es uno muy lindo llamado "Aristotle and Dante discover the Secrets of the Universe" de Benjamin Alire Saenz. Es un libro muy lindo y de verdad muy dulce de tematica homosexual. Y es tan erofbrevre. Yo lo amo

Aunque también me gusta mucho "Las ventajas de ser invisible" de Stephen Chbosky. Es muy kúl. Amo a Charlie. Charlie es fantastico. Y el actor que lo personifica, Logan Lerman, es mi mayor apeh' en todo el mundo. Es que yo lo amo<33

Y bueno, la verdad me gustaría mucho saber cuales son sus libros favoritos, así que esperare ansiosa sus comentarios<3

Un besazo, ¡Y hasta pronto! :*


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