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Abre tus ojos por girlutena

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Notas del capitulo:

 


Bueno bueno...espero que hayan pasado una bonita navidad y espero que tengan un buen 2016!!!


eneste capitulo, va a haber un poco de todo. Así que...a leer!!!

Había empezado año bisiesto, y con ello la luna se alzaba grande y brillante; el viento soplaba suavemente, dejando que los pequeños copos de nieve cayeran sucesivamente. El olor a madera mojada se sentía por todo el hermoso lugar.

El silencio se vio disuelto a un fuerte grito, que poco a poco iba disminuyendo, mientras que el lugar empezaba a ensombrecerse, casi como una extraña película de terror. Se podía ver una pequeña cabaña, donde el lugar se encontraba a oscuras, siendo iluminado tan solo por una pequeña lámpara, el aroma a madera mojada, era lo único que se podía percibir en aquel lugar.

El sonido de una puerta abriéndose se dejó escuchar como un fuerte eco, y la única mujer tan solo pudo apresar sus delgadas manos en los apoyabrazos de la silla, cerró con fuerza sus ojos, intentando respirar calmadamente, a pesar de tener sus extremidades atadas, y sus ojos cubiertos.

El sonido de unos pasos chocando contra los pequeños charcos del agua empezó a escucharse, cada vez más cerca, y el aroma a madera podrida, empezó a combinarse junto con el fuerte aroma del tabaco.

Sasuke recibió un pequeño paquete, donde pudo percibir varias fotografías, frunció ligeramente su ceño, e hizo una mueca de desagrado, al ver a ese hombre, del brazo de una mujer mucho más joven.

-¿Qué tienes que decirnos? –Sasuke pudo darse cuenta, como el cuerpo de Sakura empezaba a temblar, talvez era por el tono de voz, tono, parco y amargo que había usado, o talvez se debía a que Suigetsu tuvo que terminar amordazándola.

-No ha querido decir mucho. –Gaara, quien se hallaba muy cerca de la mujer, le desató el pañuelo, dejando que la peli rosa, tragara una profunda bocanada de aire.

Suigetsu se acercó a un viejo televisor y colocó el noticiero. Los ojos de Sakura se abrieron de par en par, al ver como su querido padre salía de uno de los moteles con una mujer, mucho más joven, con salía de caros restaurantes e iba a bailar.

En la pantalla se podía ver como una enorme sonrisa se había plantado en el rostro de la mujer y como Kizashi le abría la puerta de su convertible.

-Al parecer tu padre encontró otro entretenimiento. –Sasuke se apoyó contra una de las columnas, observando el último noticiero de la noche, donde aquel hombre, sabiendo que su hija había sido secuestrada salía de fiesta.

-¡Eso es mentira! ¡Mi padre nos ama! –Los ojos carbones de Sasuke le miraban con frialdad, mostrando su ceño fruncido, obligando que la chica callara y agachara el rostro.

-Si nos ayudas, puedes acabar con todo esto, Sakura. –La joven tragó duro y alzó su rostro, mostrando sus hermosos ojos enrojecidos y Sasuke no pudo evitar sentir un poco de culpa, al verla tan desvalida.

-Mi padre… -Su voz salió entrecortada y dolida, cerró lentamente sus ojos y recordó la imagen de sus padres, y como aquel hombre que ella amaba le prometía muchas cosas. –Él me prometió que me casaría con el último Uchiha, después de que su familia muriera.

-¿Cómo fue? –Itachi, quien ante aquellas palabras había intentado mantenerse sereno, pero apretó con fuerza sus manos, intentando respirar correctamente. Con pasos lentos, y temblorosos se acercó a la joven.

-Él sabía que ellos viajarían hasta Hokkaido en auto. –Itachi se acercó a su hermano, apoyando su mano sobre el hombro del menor. –Él intentó pagarle a alguien para que dañara los frenos, cuando se enteró de que Fugaku había decidido manejar él mismo.

Sasuke cerró con fuerza sus ojos, y su cuerpo tembló al recordar aquella noche, recordó como una fuerte lluvia empezaba a azotar contra la ciudad, y como los resplandecientes truenos caían sobre su alcoba.

Sintió como el nudo en su pecho empezaba a asfixiarlo, pero lentamente fue abriendo sus ojos, al sentir como su hermano hacía más fuerte el agarre sobre su hombro. Volteó ligeramente su bruna mirada, para darse cuenta que al recordar aquel accidente, su hermano empezaba a volverse cada vez más vulnerable.

-Aquella noche se azotó una fuerte tormenta. –La voz de la fémina les hizo voltearse, para ver como sus largas y maltratadas uñas se incrustaban en su tersa piel. –No recuerdo mucho, pero recuerdo haberme levantado en la madrugada, recuerdo como en las noticias se divisaba el incendio de un auto, y luego la sonrisa ferviente de mi padre.

Supongo que él no sabía qué la familia Namikase y la familia Uchiha, habían hecho aquel acuerdo. ¡Yo solo tenía cinco años! –Las lágrimas de la joven se resbalaban por sus mejillas, intentó limpiarse las lágrimas, y con una pequeña sonrisa le agradeció a Gaara que le entregaba un pañuelo.

-¿Sabías sobre los negocios fraudulentos? –Minato dejó que la opaca y amarillenta luz cayera suavemente sobre sus duros rasgos, había mantenido sus manos fuertemente aferradas a sus brazos, intentando controlarse.

-Sobre los negocios de lavados de activos. –Minato frunció su ceño, al ver que la joven empezaba a decir todo. –Claro, él apostó toda la herencia de mi abuelo en aquello, empezó a perder y tuvo que vender grandes acciones de su empresa. –Sakura se detuvo un momento, para poder respirar y calmar su voz. –Luego de que le llegara una notificación, pidiendo el desalojo; llegó un hombre, le hizo un trato y desde ese entonces nunca más se detuvo.

Aquel día del accidente, aquel hombre había llegado con un enorme maletín, lleno de dinero. Me mandó a llamar para planear el accidente. Le pagamos a un desconocido. El plan era que chocara contra el lado del copiloto.

 

El viento helado golpeó contra su rostro, tan fuerte que se vio obligado a cerrar sus ojos, su respiración se encontraba agitada. Sintió como su respiración empezaba a agitarse, mientras que sus pulmones quemaban por el viento helado que entraba a ellos.

Las ramas desnudas chocaban entre ellas, creando un sonido crispante, mientras que la luz de la luna formaba sombras tenebrosas sobre la nieve, apretó sus manos contra la delgada baranda de madera al escuchar como la puerta se abría y se cerraba suavemente.

-¿Lo tienes todo? –Su voz había salido parca, pero entrecortada. Odiaba verse vulnerable, odiaba todo aquello.

-En estos momentos están interviniendo su despacho y su hogar. –Itachi se acercó lentamente a él y apoyó sus manos sobre la baranda, observando cómo las esponjosas y grises nubes opacaban a la brillante luna.

-Ese día padre estaba emocionado. –Sasuke cerró fuertemente sus ojos, sabiendo que su hermano necesitaba hablar. –Hablaba sobre cómo brillarían tus ojitos al ver todos los regalos que llevaba para ti. Madre había preparado demasiados dangos, padre se había molestado, pero al final terminó por comerlos también. Yo solo quería llegar a casa, abrazarte, besarte, y dormir un poco.

Itachi había cerrado sus ojos, empezando a recordar cómo había empezado aquel día, como había corrido por toda la casa, buscando a su madre en la cocina y encontrando a su padre en la sala, leyendo el periódico. –Aquella tarde papá le pidió a Kakashi que se quedara y buscara a Obito-nii. Pero él había insistido en llevarnos; al final se quedó en casa, despidiéndonos con una leve sonrisa.

Esa noche llovía demasiado, mamá me pidió ponerme el cinturón. Y lo único que recuerdo fue el sonido de los neumáticos rechinar contra el asfalto mojado, las luces contrarios del camión, y el olor a sangre y plástico quemado.

-Nii-san. –Sasuke se acercó al mayor y pasó sus brazos alrededor del cuerpo, escondió su rostro en el pecho de su hermano, dejando que el mayor escondiera su rostro lloroso entre sus cabellos. Cerró sus ojos, sintiendo el miedo que el mayor tuvo que haber pasado. Todo por culpa de la avaricia.

-Tenemos que irnos. –La voz de Minato les hizo separarse suavemente, el mayor les sonrió suavemente, y ellos le devolvieron una pequeña sonrisa.

 

Las luces de colores, brillaban entre el rojo y azul; el fuerte y ensordecedor sonido de las sirenas había despertado a todos los vecinos, mientras que los flashes de las cámaras, junto con los reporteros intentaban albergar todo pequeño detalle. La cinta, gruesa y amarillo impedían que cualquiera ingresara a la zona.

La policía, dentro y fuera de aquella mansión, iban sacando caja por caja, llena de facturas y contratos fraudulentos. El sonido de la radio-patrulla informando que habían capturado a Pain, el “socio” de la familia Haruno.

Sasuke bajó de su auto para acercarse a su hermano y Minato, quienes ya se encontraban en el lugar, observando como la policía sacaba esposado a Haruno Kizashi, y a ninguno le sorprendió ver en los ojos de aquel hombre llenos de amargura y odio, mientras que se rehusaba a ir con la policía, despotricando contra su única hija.

Sakura le esperaba dentro de una patrulla, también esposada, sabiendo que futuro les esperaba a todos ellos.

-Creo que es hora de volver a casa. –La voz de Itachi sonaba cansada, intentaba mantener un rostro apacible, pero el que lo conocía de cerca sabía que intentaba no acercarse a aquel hombre y molerlo a golpes.

 

Sasuke detuvo su auto fuera del edificio donde vivía, observando todavía las luces de navidad que decoraban su piso, frunció ligeramente al notar todas las demás luces apagadas, pero imaginaba que por ser tan tarde, su doncel ya había ido a dormir.

Dejó que el frio viento jugara con los mechones de sus cabellos, mientras que ingresaba al edifico, le dedico una cansada sonrisa al hombre, quien cuidaba el lugar y se dirigió al ascensor.
El aroma a canela se sentía por todo el lugar, se quitó con algo de pereza la corbata, mientras observaba el plato de onigiris, que el menor había preparado para él.

Después de apagar todas las luces, caminó despacio hasta el segundo piso, encontrando al menor dentro de su cama, envuelto entre sus mantas y sonrió despacio al ver como sus cabellos rubios se encontraban esparcidos por su almohada, acarició una de sus acaneladas mejillas, observando como el doncel fruncía ligeramente su ceño.

Después de darse una ducha, se ocultó debajo de las mantas y atrajo el cuerpo del menor entre sus brazos, escondiendo su rostro entre el pequeño pecho de su doncel. Sonrió despacio al sentir las pequeñas manos de Naruto jugar contra sus cabellos.

-Teme, te vas a enfermar’teba. –El mayor sonrió suavemente al escuchar la voz adormilada del doncel, pero se sintió feliz al sentir como Naruto intentaba aferrarse a su cuerpo. –Hueles bien.

-Hueles a mí, dobe. –Sasuke apoyo su frente contra los cabellos del menor, sintiendo el aroma de su jabón en el cuerpo del menor. Cerró lentamente sus ojos, dejando que el sueño y el cansancio embargaran su cuerpo.

-Te amo, Teme

 

 

Gaara ingresó a su hogar, encontrando el lugar en penumbras, caminó despacio hasta el árbol de navidad y terminó de apagar todas las luces, soltó un ligero y cansado suspiro, mientras que lo único que pensaba era envolverse en los brazos de su doncel.

Sin darse cuenta de sus acciones, empezó a quitarse aquella ropa para darse una tranquila ducha; dejó que el agua se llevara todo el cansancio que llevaba encima, y después de ponerse una ropa de dormir se dirigió a su cama.

Observó como el cuerpo de su pequeño esposo se hallaba enrollado contra la almohada que él usaba para dormir. El rostro de Lee cubierto entre aquella tela, murmurando su nombre. Con suavidad fue retirando el objeto y dejó que el doncel se cubierta con el suyo.

-¿To-san? –La puerta se había abierto con suavidad y Gaara se sintió emocionado al ver el rostro adormilado de su hijo.

-¿Otra pesadilla? –El pequeño niño asintió con algo de temer, pero luego sonrió al ver como su padre palmeaba suavemente el lado de su cama. El pequeño varoncito corrió hasta aferrarse al cuerpo de su padre.

-Te amo, to-san.

-Yo también los amo. –Gaara repartió suaves besos sobre las cabelleras de su familia, y cerró lentamente sus ojos, dejando que Morfeo los cubriera de aquel manto de sueño.

 

 

Sasori bajó lentamente las escaleras, había posado una de sus manos sobre la baranda, mientras que con la otra aferraba su vientre un poco más hinchado. Observó como el cuerpo de su esposo se había iluminado levemente, gracias a la luz de la luna y las brillantes luces de navidad.

El mayor llevaba en una de sus manos, una pequeña copa de wiski, mientras que su bruna mirada no veía un lugar específico.

Sasori se acercó lentamente y llevó sus brazos hasta rodear la cintura del mayor, apoyó su frente contra la fuerte espalda del moreno, e intentó aferrarse lo más que su vientre le dejaba.

-Se acabó. –Su voz cansada, se escuchó tan suave, y el doncel tan solo pudo cerrar sus ojos al sentir el dolor que el mayor estaba sintiendo.

Lentamente, tomó la mano de Itachi y lo jaló hasta el mueble de tres plazas, dejando la pequeña copa sobre la mesa, acostó el cuerpo del mayor y él intentó aferrarse al cuerpo de Itachi. Cerró sus ojos, dejando que aquellas grandes manos se aferraran con fuerza, dejando que el moreno derramara sus lágrimas en silencio. Dejando que recordara a sus padres, mientras que él intentaba ser su apoyo.

Itachi cerró sus ojos, sintiendo como el calor de su esposo atravesaba su fina tela de dormir, mientras que su vientre hinchado tocaba el costado de sus costillas, sonrió emocionado al sentir como su pequeño bebé, pateaba ligeramente aquella piel que los separaba.

-Hey, deja a tu papi dormir. –Sasori soltó un ligero ronroneo e Itachi besó la frente del menor, con suavidad lo tomó entre sus brazos para dirigirse a su alcoba. Donde deseaba perderse entre los brazos de su doncel. –Te amo.

Sasori se removió ligeramente entre sus brazos, e Itachi cerró lentamente sus ojos dejándose embriagar por el dulce aroma de los cabellos de su doncel.

 

 

Obito soltó un leve bostezo y su bruna mirada cayó en la pequeña luz que salía del baño, deseaba volver a dormir, pero una pequeña sonrisa se vio entre su rostro al escuchar como la regadera caía, seguramente sobre el cuerpo desnudo de Kakashi.

Lentamente fue quitándose la playera que usaba para dormir y dejó su bóxer en cualquier parte del piso, cuando abrió la puerta, Kakashi se encontraba dentro de la ducha, dándole la espalda, y él se sintió culpable al ver la cicatriz que atravesaba parte de su hombro derecho.

Con algo de lentitud se introdujo a la ducha y cruzó sus brazos alrededor del cuerpo del mayor, sintiendo como Kakashi se asustaba ante aquel contacto.

-Lo siento, lo siento mucho. –El varón tuvo que cerrar sus ojos al escuchar la voz del menor ante el sonido del agua rebotando contra sus cuerpos, su mirada cayó sobre el lugar en que Obito había apoyado sus manos, intentando ocultar aquella cicatriz que le habían causado al protegerlo.

Con suavidad, y sin soltarse del agarre; Kakashi aferró del cuerpo del doncel entre el suyo, y escondió su rostro entre aquella maraña de cabellos azabaches.

Dejó que las suaves manos del doncel le limpiaran todo su cuerpo, deteniéndose en aquella cicatriz, siendo limpiada, y besada.
Tomó el cuerpo del menor entre sus brazos, para depositarlo suavemente sobre la cama, besó cada parte de aquella lechosa piel, escuchando los suaves gemidos que el menor soltaba, aquellas pequeñas manos se aferraron con fuerza sobre sus cabellos, cuando su boza se apoderó del pequeño, pero ferviente pene del doncel.

Obito sintió como su cuerpo empezaba a estremecerse, cuando los largos dedos del varón, empezaron a introducirse, uno por uno en su interior. Cerró con fuerza sus ojos, pero atrajo el rostro del mayor, demandando un beso.

Kakashi penetró el cuerpo del doncel, y enterró su rostro en el hombro del menor, soltó un leve rugido al sentir como era aprisionado lentamente, llevó sus manos hasta las caderas del menor, intentando relajarse, besó uno de los pezones del doncel, sintiéndolo más duro.

-Ka… Kakashi… -El menor había cerrado sus ojos, sintiendo como las estocadas empezaban a hacerse cada vez más fuertes, envolvió sus piernas en la cintura del mayor, obligando que éste se introdujera con más fuerza.

Cuando Kakashi abrió lentamente sus ojos, después de haber corrido en el interior del doncel, una punzada de culpa se había introducido en su pecho. Obito derramaba finas y silenciosas lágrimas por sus níveas mejillas.

Lentamente, besó aquella piel, sintiendo aquellas lágrimas saladas atravesar su garganta. Obito le miraba enternecido, con esos hermosos negros y brillantes. Sus largos y finos dedos cayeron sobre su mejilla y él, le dedicó un largo y silencioso beso.

-Te amo, Obito. –El menor había soltado un pequeño hipo, dejando que sus lágrimas salieran con más libertad. –Amo todo de ti.

-Yo también te amo, Bakakashi.

El mayor ocultó sus cuerpos desnudos debajo de la sábana, y dejó que el doncel se acurrucara contra su cuerpo, ocultó su rostro, suavemente sonrojado, en las hebras azabaches y pasó su brazo alrededor de la cintura del doncel.

Observó, atreves de su ventana, como la luna se alzaba en su total magnitud, y no pudo evitar sonreír levemente al recordar las palabras de su mejor amigo. Aquellas palabras que le obligaron darse cuenta de que amaba al doncel.

-Espero que lo cuides mucho, o entenderé por qué mi hermoso hermanito te llama Bakakashi.

-Muchas gracias, Fugaku. –Sintió como el menor se estremecía entre sus brazos, pero él no lo soltó, hizo más fuerte el agarre y sonrió, dándole un beso sobre sus cabellos azabaches, para cerrar lentamente sus ojos, y dejarse envolver por aquella paz.

 

Notas finales:

jojojo!!!!


a que nadie se esperaba el lemon entre kakashi y obito??!!!!


¿Qué tal??? les gustó???? pues u.u intenté que cada pareja tuviera su pequeño y corto espacio....aunque creo que faltó minato?? -pero bueno, el no tiene pareja :3


espero sus comentario!!!


Besos!!!!


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