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Abre tus ojos por girlutena

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Notas del capitulo:

*Se esconde tras un inmenso muro*

Después de cumplir casi dos años de casados, Naruto no estaba arrepentido de nada; sabía que la vida le había dado todo lo que había deseado en su corta vida. El amor de un varón del que estuvo enamorado desde que tenía memoria. Y lo más importante, una hermosa familia, lleno de amigos y sobrinos, su esposo y dos hermosos varoncitos.

Una pequeña, pero hermosa sonrisa se mostró en su rostro al recordar a su hermoso y pequeño Menma, una copia exacta de su padre varón, pero con esos hermosos e hipnotizantes ojos azules, tan llenos de sueños y amor; su corazón latió con fuerza y fue soltando lentamente el aire que retenía en sus pulmones.

Su pequeño Menma ya estaba a punto de cumplir su primer añito y él no podía estar más emocionado por regresar a casa, y abrazar a sus dos tesoros y llenarlos de besos; y ahí fue cuando sus mejillas se sonrojaron fuertemente al imaginar que luego iba hacer él, el que fuese llenado de besos por parte de su esposo.

Aquel día era la inauguración de su pequeña escuela, y no podía esta más que emocionado al saber que las bacantes se habían llenado al tope. Su corazón latió con fuerza cuando sus ojos azules observaron los infantiles animalitos pintados en las paredes de color amarillo patito, lentamente fue ingresando, pasando por el patio de juegos, el arenal donde jugarían los más pequeñitos, los bajos columpios donde sabía que los niños se divertirían.

Al fin iba cumpliendo todos sus sueños; los salones donde estarían los más pequeños, estaban cubiertas por colchonetas de colores, cada perchero donde colgarían sus mochilas, y los juegos estaban ya guardados en sus respectivos lugares.

-¿Estás listo? –La voz varonil de su esposo le hizo estremecer, volteó su rostro y le observó con aquella sonrisa que hacía enloquecer a todos. El pequeño Keishi de casi tres añitos, se soltó de la mano de su padre y corrió hasta sus brazos, empezando a reír al sentir los labios de su papi sobre sus mejillas.

-Estoy nervioso y emocionado. –Sasuke sonrió suavemente al ver las mejillas suavemente sonrojadas de su pequeño esposo, se acercó lentamente hacía él, y besó los rubios cabellos de su primogénito, para luego besar los labios del doncel.

-Vamos, ya nadie puede esperar ni un minuto más.

El viento había empezado a soplar suavemente, el sol se alzaba en lo más alto del cielo, la primavera ya había empezado y el viento traía consigo el dulce aroma de los cerezos, junto con los pequeños pétalos rosados; aquel era un perfecto día.
Naruto sonrió emocionado al ver a aquella familia que le había abierto sus brazos para acogerlo, y que poco a poco había ido aumentando, rió divertido cuando los más pequeñitos se soltaron de las manos de sus padres para correr hacía él.

-Todos lo aman. –El pequeño Menma se agitó entre los fuertes brazos de su padre y frunció ligeramente su ceño al ver como su adorado papi era abrazado por otros niños, e hizo un puchero, mientras que sus ojitos azules daban indicios de querer llorar al ver como su amado oto-chan reía con otros niños. –Veo que alguien se siente celoso.

Naruto alzó su mirada al oír la voz de Itachi y sonrió enternecido al ver como su adorado bebé soltaba graciosos pucheros y le miraba con aquellos ojitos azules llenos de lágrimas falsas.

-¡Ven con tu oto-chan! –El pequeño Menma alzó sus bracitos y sonrió feliz cuando su papi lo tomó entre sus delicados brazos. –Muchas gracias a todos por estar aquí.

-Nunca nos perderíamos esto. –Lee sonrió entusiasmado al ver los divertidos colores en las paredes, los niños habían empezado a correr alrededor del lugar, recorriendo el lugar donde empezarían una nueva experiencia.

Todos estaban ahí, observando felices como sus pequeños niños se divertían con las clases del rubio doncel, era poco decir que todos lo amaban, y aquello a tres varones no les agradaba; Sasuke había fruncido su ceño cuando el padre de un niño se había acercado demasiado a su doncel, pero sonrió orgulloso cuando su pequeño Keishi y Akio se acercaron rápidamente a su rubio esposo, interfiriendo en cualquier acción de aquel hombre.

-Siento que Akio y Keishi se encargarán de cuidar de Naru. –Obito sonrió ante las palabras de su sobrino mayor.

Por otra parte Gaara no podía quitar su mirada de su esposo, hace poco le había dicho que iba a ayudar a Naruto en la guardería, casi no le dio importancia, iba a negarse, pero en aquel momento se alegraba de no haberlo hecho, Lee mostraba aquella sonrisa, y aquel brillo en sus ojos; siempre le habían gustado los niños y aquella era una hermosa profesión, perfecta para el doncel.

-¿Nos vamos? –Sasuke y Gaara voltearon sus miradas para observar a cada uno de sus amigos. –Creo que es mejor si los dejamos trabajar. ¿No creen?

-¿Y dejar a todos esos padres babosos con nuestros esposos?

-Nunca. –Minato estaba de acuerdo con los dos varones, por su parte iba a estar mas calmado si sabía que su hijo y Lee iban a estar siendo resguardados.

El atardecer había llegado casi tan rápido, el sol estaba empezando a ocultarse por las altas montañas, dejando hermosos colores en el cielo, Sasuke y Gaara habían esperado hasta que el último padre de familia fuera a recoger a su hijo, para después ayudar a sus esposos a ordenar el salón.

El viento empezaba a soplar, removiendo los pétalos de los altos árboles, Naruto cruzó su brazo alrededor del de su esposo, aquella boba sonrisa no se le podía quitar con nada, pero eso a Sasuke no le importaba, él amaba aquella sonrisa.

Keishi había caído rendido apenas su padre lo tomó entre sus brazos, había apoyado su cabecita en el hombro de su padre, mientras que Naruto llevaba a Menma bien abrigado en su otro brazo.

-Gaara se ve muy posesivo con Lee-san.

-No es posesivo, solo cuida lo que le pertenece. –Naruto formó un pequeño puchero con sus labios al notar la seriedad en la voz del mayor, pero no dijo nada. Tan solo sonrió gustoso que su esposo también le cuidara.

-Habrá una cena. –El menor alzó levemente su mirada intentando ubicar los ojos del mayor en la oscuridad de la noche. –Es por una obra de caridad, no es necesario que vayamos.

-¿Tienes que ir?

-Gaara me dijo que sería bueno que diga algunas palabras, pero no es necesario que vayamos.

-¿No deseas ir? –El menor mordió ligeramente su labio inferior, Lee le había comentado algo sobre aquella fiesta, pero él había esperado a que su esposo le hablara de ello.

-Nunca me han gustado asistir a esas reuniones. –La brisa sopló suavemente, Naruto cerró tan solo unos segundo sus ojos. –No me gusta separarme de mis hijos cuando voy al trabajo, odiaría alejarme de ellos tan solo por una de esas fiestas.

-A mi me gustaría asistir. –La pareja se detuvo y Naruto no pudo evitar sentirse nervioso ante la mirada del mayor. Le escuchó soltar un leve rugido y negar levemente. –Estoy seguro que no tendremos que separarnos de nuestros pequeños.

Se podía decir que Naruto siempre obtenía lo que deseaba, y Sasuke sabía que cada vez que Naruto le mostraba aquellos brillantes ojos azules, no podía negarle nada de lo que le pedía.
Aquella noche no podía ser más ostentosa, las luces resplandecían en todo el lugar, el suave aroma a incienso casi no se podía percibir en el lugar, por culpa de las caras colonias de los asistentes; casi y no entendía si aquello era algo para recaudar fondos o para poder mostrar sus joyas más caras.

El pequeño Keishi y su hermanito Menma iban vestidos con sus elegantes trajes negros, idénticos a su padre varón, mientras que Naruto iba vestido con un traje de corte francés, de color perla y sus rubios cabellos recogidos, sus ojos celestes resplandecían como las dos hermosas gemas jamás vistos, y Sasuke sabía que el doncel no necesitaba alguna joya para poder resplandecer.

Sasuke mantenía aferrado a Keishi y con su otra mano a su doncel, mientras que el rubio cargaba al pequeño Menma; Naruto podía sentir como Sasuke apretaba con un poco más de fuerza el ceño de su frente y se dio cuenta que era verdad que no le gustaba aquel tipo de fiestas.

Sus pequeños niños sonrieron emocionados al ver a lo lejos al ver a sus primitos, y la pareja tuvo que dejar que los niños se escaparan de ellos para ir a hacer algunas travesuras.

Después de sentar junto a sus familias, Sasuke había sido interceptado varias veces por un grupo de personas y Naruto había fruncido su ceño al ver como un grupo de donceles se acercaban a su varón, se podía notar la tensión que mantenía en los hombros y sabía que Sasuke no estaba cómo en aquella situación.

Sonrió suavemente al ver como su pequeño Keishi se acercaba al moreno y le jalaba la tela de su pantalón, Sasuke lo tomó con extrema suavidad entre sus brazos y aprovechó para despedirse de aquellas personas.

-¿Qué pasa? –Sasuke se sentó al costado de su rubio, y besó los cabellos de su hijo antes de volver a ponerlo en el suelo para que vaya con los demás niños. -¿Te sientes bien?

-Quiero irme. –Naruto frunció ligeramente su ceño al ver como unos donceles y mujeres cuchicheaban sobre lo guapo que su esposo. –Todos te están mirando.

-Ven, vamos a bailar. –Naruto se vio siendo jalado suavemente por las manos del moreno, quiso negarse, pero cuando se dio cuenta ya estaban en la mitad de la pista, con todas las miradas sobre ellos. –Eres hermoso, mi Naru.

El menor sintió como la mano izquierda del moreno se afianzaba a su estrecha cintura, y como su otra mano era fuertemente aferrada con la de su esposo, cerró lentamente sus ojos y apoyó su mejilla sobre el pecho del moreno, sintiendo emocionado como ambos corazones latían a la par.

-Di que me amas.

-Te amo. –Lentamente el doncel alzó su rostro y sus mejillas se sonrojaron al tener aquella penetrante mirada sobre la de él. –Gracias por nunca separarte de mí.

-¡Mi Teme! –A Naruto nada le importó romper aquel perfecto baile, alzó sus brazos para rodear el cuello de su esposo, y sonrió cuando Sasuke lo alzó del suelo y besó con pasión sus labios. –Te amo

Los aplausos no demoraron en hacerse escuchar fuertemente en todo el lugar, los ojos de los solteros se vieron tristemente, pero aplaudieron al darse cuenta que aquella pareja se amaba.

Keishi tomó fuertemente la manito de su hermano y ante las miradas de todos los presentes, caminaron hasta donde se encontraban sus padres, la pareja sonrió al ver como los ojitos de los niños les veían brillantes y llenos de amor; ambos varoncitos sonrieron al verse envueltos en los protectores brazos de sus padres.

-Keishi y Menma también aman a oto-san y a oto-chan. –Naruto no sabía si su corazón podía latir más rápido, amaba a su familia.

Sasuke afianzó el agarre en la cintura de su doncel y besó los labios de su rubio esposo, sintiendo las manitos de sus pequeños sobre sus mejillas, la pareja de esposos sonrieron y besaron los cabellos de los más pequeños, sonriendo al saber que el par de varoncitos deseaban su atención.

-Vamos a casa. –Los niños alzaron sus bracitos emocionados al saber que pasarían el resto de la noche con sus padres.

Las mejillas de Naruto se sonrojaron fuertemente al observar aquella mirada tan profunda y penetrante de su esposo sobre él, mordió ligeramente su labio inferior al sentir aquel placentero cosquilleo en la parte baja de su vientre, sabía que después que los niños fueran a dormir, Sasuke le besaría y le dejaría aquella marca de pertenencia, en algún lugar visible.

Notas finales:

Lo sé... lo sé...

Algo sumamente abrupto... pero tenía que darle un final T_T

Espero sus hermosos comentarios...

Está más decir que yo no quería que acabe... supongo que por eso me demoré en subir este capitulo... pero... ¡Muchas Muchas gracias a todos por seguir esta hermosa historia.

Besos!!!


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