Naruto abrió lentamente sus ojos sintiendo como sus mejillas empezaban a llenarse de calor, cerró sus ojos y escondió su rostro en la almohada de Sasuke, lentamente una pequeña sonrisa empezó a notarse en su fino rostro al darse cuenta que se hallaba vestido con la camisa del varón, mordió ligeramente su labio inferior al recordar como las suaves manos del varón le acariciaron toda la noche.
Lentamente alzó su rostro dejando que las sábanas se resbalaran con sutileza por su cuerpo delgado y observó con emoción como los pequeños copos de nieve iban cayendo con suavidad sobre el balcón, llevó su pequeña manos hasta su pecho sintiendo como su corazón seguía palpitando con rapidez y como el calor seguía latiendo dentro de cuerpo.
Rio bajito y casi se pudo comparar como un tonto enamorado, demasiado enamorado, pero no le importaba, saltó de la cama con una enorme sonrisa en su rostro y no pudo evitar sonrojarse al darse cuenta que la camisa llegaba un poco más arriba de sus rodillas, caminó hasta el baño y pudo darse cuenta de la marca en su cuello.
Sus mejillas se tiñeron de un fuerte carmín al saber que Sasuke había dejado marcas de sus manos en sus caderas, pero sonrió ilusionado mientras dejaba que las gotas de la ducha cayeran sobre su piel desnuda.
El sonido de la calefacción se escuchaba con fuerza, mientras que el teléfono sonaba por tercera vez por toda la oficina y Sasuke soltó un fuerte y molesto bufido, mientras fruncía con fuerza su ceño, desarregló con fastidio su corbata, intentando que sus pulmones recuperaran un poco de aire.
Soltó un ligero y cansado suspiro cuando la puerta de su oficina se abrió suavemente para luego cerrarse de un fuerte golpe, dejó el lapicero sobre los documentos que se encontraba firmando y llevó sus manos hasta cubrir su acongojado rostro, sintiendo como el dolor de cabeza empezaba a darle fuerte punzadas.
-Itachi ¿Podrías dejar de golpear las puertas? –El mayor soltó un leve gruñido y se tiró en el mueble de cuero, alzó sus largas piernas hasta apoyarlas sobre la pequeña mesita de vidrio, sus ojos negros se fijaron en el techo de un impoluto blanco y soltó un leve gruñido.
-Lo siento, pero Kizashi se encuentra en la sala de juntas. –Sonrió con cierto fastidio cuando escuchó como su hermano soltaba una fuerte maldición.
Todos sabían que faltaban pocos días para que sea navidad, pero aquello no impedía que dejara de llegar más y más problemas a la pequeña familia Uchiha. Itachi se encontraba apoyado en una de las anchas columnas, con sus brazos cruzados sobre su pecho y con su ceño fuertemente fruncido, observaba desde una de las esquinas de la oficina de reuniones, soltó un leve gruñido al ver los ojos de aquel hombre y la sonrisa pedante de su hija.
Sasuke mantenía un rostro sereno y sonrió suavemente cuando Sasori ingresó a la sala de reuniones, dando una leve reverencia de disculpas, para acercarse y quedar a un costado de Itachi, quien rápidamente cruzó su brazo alrededor de su vientre levemente abultado.
-¿Qué hace él aquí? –La voz de Kizashi sonó tan brusca, pero se arrepintió rápidamente al ver el ceño fruncido del par de hermanos Uchiha.
-Sasori es esposo de mi hermano y siendo así, es un miembro importante de Uchiha.corp –Sasori tan solo apretó su mano sobre las manos de su esposo y sonrió amargamente cuando la mujer peli rosa palpó suavemente la mano de su padre.
El azabache observaba con su mirada tan fría y penetrante, sintiendo como su estómago empezaba a arderle, ahora había odiado abandonar su caliente cama y al tierno doncel de cabellos rubios, quien tan solo había dormido con su ancha polera.
-Sabemos que Uchiha-corp está teniendo algunos problemas financieros. –La gruesa y tosca voz de aquel hombre le obligó a salir de sus pensamientos, mientras que Itachi no pudo evitar sentír un ardor en la boca del estómago al escuchar aquellas palabras, tampoco le pasó de ser percibido el deje de burla que había en aquella frase.
Pudo darse cuenta que aunque el rostro de su hermano se encontraba sereno, tan solo era necesario ver como apretaba con fuerza el lapicero entre sus dedos. Sonrió levemente cuando su hermano miró a aquel hombre con el brillo único de los Uchiha.
-Sí, eso es verdad, Haruno-san. –Kizashi mostró una pequeña, pero autosuficiente sonrisa y Sasori tuvo que hacer más fuerte el agarre de su mano con la de su esposo, indicándole con una clara y seria mirada, que no interrumpiera aquella reunión.
–Si te casaras con mi hija todos sus problemas se acabarían. –Itachi mordió su lengua y apretó con fuerza sus puños, tan solo deseaba ir a darle un buen golpe en el rostro del mayor.
-Eso es verdad, Sasuke-kun. –La mano de la mujer se movió suavemente sobre el escritorio del moreno, con intención de tomar la mano del mayor, manteniendo una pequeña sonrisa en su rostro, dejando que sus hermosos ojos verdes brillaran con intensidad, pero Sasuke se movió con rapidez.
-Señor Kizashi. –La voz de Sasuke sonó tosca y algo cruda, haciendo que Kizashi frunciera ligeramente su ceño cuando Sasuke se puso de pie, sin importarle que la silla rebotara contra la pared que se encontraba a su espalda. –Puede olvidarse de desposarme con su hija.
Las puertas del ascensor se abrieron con suavidad, dejando que la femenina voz automática sonara como un suave eco por el largo y vacío pasillo, Karin observó como el joven Namikase se acercaba hacia ella con una hermosa sonrisa en su rostro y no pudo evitar sonreír suavemente al verle tan animado y con sus mejillas suavemente sonrosadas..
-Karin nee-san. –El doncel se acercó al escritorio de la fémina y apoyó sus manos sobre la mesa, creando un pequeño puchero con sus labios. –Sasuke-Teme, no me contesta-ttebayo.
-Naru, Sasuke se encuentra en una reunión. –La pelirroja le sonrió suavemente, mientras terminaba de arreglar unos documentos y se arreglaba sus gafas.
-¿Puedo esperarlo en su oficina? –El menor sonrió abiertamente al ver el pequeño asentimiento de la pelirroja y soltando una pequeña cancioncilla se encerró en la oficina del moreno, escuchando como la fémina le decía que iba a dejar unos documentos en otro piso.
Una sonrisa llena de enamoramiento se mostró en su jovial rostro, caminó lentamente por toda la oficina y se sentó en la silla del moreno, su corazón rebotó con fuerza al ver como el protector de pantalla de la laptop de Sasuke mostraba una fotografía de él.
Un fuerte sonrojo se plantó en sus mejillas y sintió un cosquilleo en la parte baja de su vientre, mientras que aquella sonrisa empezaba a agrandarse, escondió su rostro entre las palmas de sus manos y apoyó su frente contra la madera fría de caoba.
Sentía como su corazón latía desbocado al sentir el aroma del Uchiha menor cubriendo todo el espacio, una boba sonrisa volvió a alojarse en su rostro y soltó un suave grito al sentir como el calor empezaba a alojarse en sus mejillas.
Escuchó como la puerta era abierta y un frio viento recorrió su columna vertebral, alzó lentamente su rostro sin importarle mostrar sus mejillas fuertemente sonrojadas, al imaginar encontrar a Sasuke en el umbral de la puerta, pero su sonrisa poco a poco fue opacándose al ver unos ojos verdes y fríos, mirándole fijamente.
Los tacos aguja de la mujer sonaron en el reluciente mármol, Naruto pudo observar como la pequeña falda que trataba de cubrir sus largas piernas y como esa blusa casi trasparente dejaba todo a su vista, la mujer se acercó lentamente y Naruto frunció ligeramente su ceño al sentir el fuerte aroma del perfume de la fémina, vio como el cuerpo de la mujer se acercaba hacia él con una mirada tan fría y llena de odio, mientras que una pequeña sonrisa empezó a mostrarse en su rostro.
-Así que tú eres ese doncel. –La voz de Sakura sonó tan fría y escupida con odio, los ojos verdes de la mujer le miraron de arriba a abajo y él se alejó unos pocos centímetros, sintiéndose completamente nervioso, mordió ligeramente su labio inferior. –Aléjate de Sasuke. Él es mío.
La voz de la mujer sonó tan suave, pero llena de odio, una de las manos de la mujer se posó sobre el escritorio acercando su rostro hacia el del menor, terminó por plantar la palma de su mano en su mejilla.
Sintió como el dolor empezaba a emanar de su mejilla por todo su rostro, su rostro se giró hacia un lado y sus ojos empezaron a arder por intentar retener sus lágrimas, no pudo decir nada y tan solo vio como la mujer se alejó de la oficina y sintió como el peso de su cuerpo caía nuevamente en la silla.
-¿Naruto? –El menor alzó lentamente su rostro sintiendo como las lágrimas se resbalaban por sus mejillas, sintió como su corazón saltaba agitado y nuevamente su corazón empezó a estrujarse en su pecho al recordar las palabras de la mujer.
Vio como el moreno se acercaba a él y rápidamente se limpió las lágrimas de sus mejillas, pero no podía detenerlas, sintió como los fuertes brazos de Sasuke alrededor de su cuerpo y él tan solo escondió su rostro en el pecho de Sasuke soltando nuevamente sus lágrimas.
-Hey, hey. –Sasuke se arrodilló y acunó el rostro del doncel entre sus manos, limpiando las lágrimas con sus dedos. –Dime qué te ha pasado. ¿Alguien te ha hecho daño? –Sasuke empezó a desesperarse y frunció su ceño cuando no tuvo respuesta. -¡Karin!
-Uchiha-san. –La pelirroja se detuvo abruptamente en el umbral de la puerta, observando como el menor lloraba entre los brazos del mayor.
-¿Quién ha entrado a mi oficina? –La mujer se estremeció al escuchar la fuerte y molesta voz de su jefe, dio un pequeño paso atrás al recibir la dura mirada del mayor.
-Yo... yo no lo sé, Uchiha-san. Yo salí un momento a dejar unos papeles a la oficina de Sabaku no-san.
-Naruto. –El cuerpo del doncel se estremeció al escuchar su nombre en un suave susurro por los labios del varón; Sasuke intentó tranquilizarse al recordar que tenía el cuerpo del doncel entre sus brazos, besó suavemente los rubios cabellos y lo tomó entre sus brazos para caminar hasta el mueble y sentarlo en su regazo.
-Esa... esa mujer-ttebayo. –Karin dejó un pequeño vaso con agua y azúcar sobre la pequeña mesita de vidrio, observando como el doncel se aferraba fuertemente a la camisa del moreno. –Esa mujer de cabellos rosados.
-Sakura. –La voz de Sasuke sonó en un susurro, frunció fuertemente su ceño y Naruto cerró sus manos entre la tela de la camisa del mayor, al escuchar como el moreno escupía el nombre de aquella mujer. –Karin, llama a Itachi, Gaara y a Suigetsu.
-¿Qué... qué vas a hacer? –Naruto alejó lentamente su rostro, enrojecido por el llanto y cerró lentamente sus ojos al sentir los suaves dedos del mayor acariciando su rostro, no pudo evitar soltar un suave gemido al sentir los labios del varón sobre su mejilla enrojecida por el golpe de la mujer.
-No voy a permitir que nadie te haga llorar. –Sasuke apoyó lentamente su frente sobre la del doncel y sin que el otro se lo esperara besó tiernamente suavemente sus labios y nuevamente lo volvió a abrazar, permitiendo que se calmase entre sus brazos.