En ocasiones, cuando me despierto en medio de la noche por las pesadillas que suelo tener, y miro a mi costado topándome con ese rostro tan angelical y perfecto sumido en un profundo sueño del cual sé, es difícil de sacar, siento un cosquilleo en mis manos. Un cosquilleo que nace desde la boca de mi estómago y recorre mi cuerpo hasta llegar a mis manos, donde tengo que hacer un gran esfuerzo para poder controlarlo.
Impulso, así dicen que se llama. Y si no fuese porque lo amo con toda mi alma y porque él es lo suficientemente fuerte como para detenerme…:
Tsuzuku:- Ya te habría hecho dormir para siempre, Ko-chan- musité.
Lo siento, no es que realmente quiera matarte, no es que te odie, ni mucho menos, te adoro con mi vida.
Pero ese es el motivo precisamente:
Koichi:- ¿Tsu?- sus párpados se levantaron pesadamente y me miró somnoliento- ¿Otra vez con pesadillas?- negué ligeramente.
Tsuzuku:- Solo me desperté, ya estaba por volver a dormirme-
Me acurruqué nuevamente entre las sábanas y cuando Koichi me dio la espalda, me abracé a su cintura amoldando mi cuerpo contra el suyo. Era tan cómodo y relajante dormir con él:
Koichi:- Descansa Tsu- murmuró en tono dulce.
Tsuzuku:- Te amo- soltó una risita y posó una de sus manos sobre la mía.
No estoy seguro de que eso sea bueno.
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Tsuzuku:- ¿Dónde está MiA?-
Koichi:- Dice que tardará un poco en llegar, tuvo una emergencia y se atrasó- guardó su teléfono en el bolsillo de su pantalón.
Miré el resto del camarín y Meto estaba durmiendo como suele hacer normalmente cuando nos retrasamos con los ensayos.
¿Mencioné que detesto retrasar los ensayos?:
Tsuzuku:- ¡Maldita sea!- me levanté del sillón de un salto.
Koichi:- Oh no…- dijo en tono de “aquí vamos de nuevo”, aunque sin ponerle mucha importancia a la situación.
Tsuzuku:- ¿Oh no qué?, no puede ser que esto ocurra de nuevo. Hace un mes que venimos posponiendo los ensayos porque siempre hay un idiota que llega 30 minutos o 1 hora tarde-
Koichi:- Te recuerdo que uno de esos idiotas fuiste tú-
Tsuzuku:- ¡Nunca me excluí!- escupí molesto.
Me alejé del camarín y salí a la calle a fumar tranquilo, necesitaba respirar con calma y bajar los humos…:
Ryoga:- Mm… ya veo- esa voz- Al parecer llegué en mal momento, ¿no?- acotó divertido.
Ryoga, me venía perfecto cuando mi humor se iba por el piso, y este era uno de esos:
Tsuzuku:- Me encanta que siempre aparezcas en el momento oportuno- sonreí artero- Por eso eres mi mejor amigo-
Ryoga, MiA y Koichi, cada uno tenía su momento.
Ryoga es mi mejor amigo y el que suelo follarme cuando necesito descargar la tensión y la bronca, yo termino como nuevo y él también se va contento.
MiA es el tipo que me follo cuando estoy aburrido y no hay nadie más a quien recurrir, o porque él me busca y… no puedo negarme a una cara bonita, esas cosas no me las permito.
Pero más allá de que puedan creer que soy una persona fría porque me acuesto con quien se me da la gana y parece que nada me interesa, luego está Koichi.
Koichi es el que puede contra todos mis instintos. No importa que esté enojado, triste, eufórico o lo que sea, nunca podría lastimarlo, no podría acostarme con él de la misma forma que lo hago con Ryoga o MiA, no podría tratarlo de forma tan violenta aunque muchas veces muera de ganas por partirle la cara de un golpe… muera de ganas por estrangularlo mientras duerme:
Koichi:- Tsuzu…- se paró en seco cuando me vio charlar animadamente con Ryoga y su expresión cambió de una… normal a una de disgusto. Reí por dentro- Tsuzuku- me miró queriendo que el otro notara que lo ignoraba- MiA dice que está por llegar, ayúdame a preparar las cosas-
Tsuzuku:- Claro- le sonreí.
Muy en el fondo, y no tanto, me encantaba que se pusiese celoso cuando me veía con alguno de ellos dos, especialmente porque tenía claros motivos para hacerlo. ¿Qué hacía que me gustase?, supongo que porque me sentía importante.
Si, sentir que le importaba un poco a Ko-chan me hacía muy feliz. Quizá si me ama también.
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Koichi:- ¿Te quedarás mucho tiempo?- siquiera se dignó a mirarlo.
Ryoga:- El tiempo que Tsu-chan me deje- me abrazó.
Tsuzuku:- Ya- lo alejé. Odiaba que otra persona que no fuese Koichi me abrasase sin mi permiso.
Conectar los equipos, despertar a Meto, preparar la batería, buscar las partituras, una vez todo estuvo listo nos sentamos unos minutos más a esperar.
Me senté junto a Ryoga en un sillón y Koichi junto a Meto en otro, pero por la forma en la que Ryoga y Koichi se miraban, podría jurar que la tensión la cortaba con un cuchillo para manteca:
Tsuzuku:- Se miran como si se tuviesen ganas- acoté divertido mirándolos a ambos atentamente. Ryoga rió.
Ryoga:- Créeme que yo si muero de ganas- le guiñó un ojo pero el otro rápidamente puso una expresión de rechazo.
Tsuzuku:- Oye…- lo codeé riendo nervioso.
Está bien que yo bromee pero nadie te dio derecho a echarle el ojo a mi chico:
MiA:- Siento haber llegado tarde- Meto se levantó con rapidez del sillón y corrió a abrazarlo- Lo siento, lo siento- le sonrió amable al chico.
Tsuzuku:- Era hora, ya estaba por comenzar a romper cosas del aburrimiento que tenía-
MiA:- Tuve un inconveniente, por eso me atrasé-
Koichi:- Perfecto- masculló sin ganas poniéndose de pie y yendo a tomar su instrumento- Ya que estamos todos- miró mal a Ryoga- Podríamos ensayar tranquilos… ¿no?- ahora nos miró a ambos- Tsuzuku- si, ya entendí.
Tsuzuku:- Ryoga, hasta aquí la visita- sonreí inocente- Gracias por preocuparte pero, ya oíste a mi princesa- estalló en carcajadas.
Ryoga:- ¿Tú princesa dices?, ¿acaso bromeas?-
Tsuzuku:- ¿Qué es lo gracioso?- también odio que se rían en mi cara.
Ryoga:- Le dices así por como se ve ¿verdad?-
Tsuzuku:- No te importa-
Koichi:- Ya vete, estorbo- ambos se miraron con ira.
Ryoga:- Perfecto. Nos vemos en la noche cariño- se acercó a despedirse con un beso… y no solo a mí- Tú también…-
Caminó de forma altanera hacia Koichi y con una sonrisa burlona le estampó un sonoro beso en los labios:
Koichi:- ¿¡Qué rayos!?- automáticamente se pasó el antebrazo por la boca corriéndose el pintalabios.
Ryoga:- Cuídate, princesa- rió- Bye-
De no ser porque rápidamente salió del edificio y porque… no sé, no tengo idea de qué fue lo otro que me detuvo, creo que habría hecho sopa de Ryoga allí mismo.
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Koichi:- Oye, baja los humos que las cosas que estás rompiendo son de mi propiedad- hizo una mueca de dolor cuando escuchó el cuadro estrellarse contra el piso- Tsuzuku…-
Tsuzuku:- ¡Que hijo de puta!- me senté con ira en el sofá- Que sea mi mejor amigo no lo va salvar de esta. Me las va a pagar y con intereses- alzó una ceja mirándome intrigado.
Koichi:- Querrás decir en la cama- noté la molestia en sus palabras.
Tsuzuku:- ¿Qué te hace creer que todos mis problemas los soluciono en la cama Koichi?-
Koichi:- No es que haya algo que me “haga creer”, lo creo porque lo veo Tsuzuku, ¿o me vas a decir que cuando te enojas con MiA o Ryoga no terminas en la cama con ellos con la excusa de “descargar tensión”?- maldito sabelotodo. Chisté.
Tsuzuku:- No siempre…- me crucé de brazos y desvié la mirada con enfado, odiaba tener que darle la razón, especialmente si estábamos peleando- Además, si lo hago solo es para que se me vaya el enojo, no porque tenga ganas de hacerlo con ellos-
Koichi:- ¿Entonces por qué no vuelves a casa y lo haces conmigo?- lo miré rápidamente con sorpresa, ¿en serio estaba diciendo aquello?
Tsuzuku:- ¿De qué hablas?- sonreí divertido e incrédulo- ¿Tienes idea de lo que me estás pidiendo?- asintió mirándome decidido.
Koichi:- Hablo muy en serio-
La propuesta sonaba interesante, no lo niego, pero…:
Tsuzuku:- No podría- suspiré resignado.
Koichi:- ¿Por qué?-
Tsuzuku:- Porque no, simplemente… no- tragué grueso.
Koichi:- Explícate-
Se sentó a mi lado en el sofá y me miró atentamente, cual niño que escucha a su padre atentamente:
Tsuzuku:- ¡No hagas eso!- intenté alejarlo pero me evitó con rapidez- No me hagas decirlo…- balbuceé nervioso y levemente sonrojado.
Koichi:- ¿Decir qué?, ¿por qué te sonrojas?- ¿por qué eres tan jodido?- Tsuzuku-
Tsuzuku:- ¡Ya!- grité histérico corriendo su cara a un costado para que no me mirase a los ojos- No podría hacerlo contigo de esa forma tan brusca solo para descargar la ira que otra persona me provocó-
Dios… ¿tan difícil podía ser decirle que no puedo follármelo si no es con delicadez y ternura? Está bien, tampoco es que lo trate como si fuese una mujer pero, me gusta darle su debida atención y tomármelo con calma cuando lo hacemos:
Tsuzuku:- ¿Y?- sentía mi rostro arder de la vergüenza- Di algo imbécil-
Sus ojos mostraban sorpresa, y de pronto sus labios se curvaron en una tierna sonrisa:
Koichi:- Que dulce eres cuando quieres, claro que a tu forma- depositó un suave beso en mis labios.
Tsuzuku:- Es tu culpa- carraspeé.
Koichi:- ¿Eh?, no entendí- reí.
Tsuzuku:- Nada- volví a besarlo.
Porque como dije, no podría tratarlo de forma agresiva. Sin importar que tan malo hubiese sido mi día y que tan de malhumor pudiese estar, la tensión la descargaría por otros medios.
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¿Qué ocurrió entonces?...