—Tú… tú moriste, estuviste muerta por más de tres horas —respondió Tony corriendo a abrazar a su madre, escondió el rostro en el cuello de Maria, y lloró, lloró como no lo había hecho en ningún momento, ni siquiera al saber que su padre estaba vivo y su madre despertaría en cualquier momento, él simplemente lloró entre los brazos de su madre.
—Howard, ¿qué carajos has hecho? —preguntó enojada.
Teniendo a su bebe entre los brazos, mojando la bata de hospital de hospital con lágrimas que caían por sus mejillas en medio de un llanto que rompía un poquito el corazón de Maria, quizá por su instinto maternal, o algún sexto sentido escondido o simplemente por años de convivencia, ella sabía que su amado esposo estaba involucrado en la razón por la que su hijo lloraba como un pequeño recién nacido.
Howard intentó sonreír—. ¡Sorpresa!
—Howard —murmuró Alice negando con la cabeza en un intento por ayudar a su amigo—, cállate.
—Amor —comenzó Howard al ver que no podría calmar los ánimos de su esposa antes de comenzar a contarle todo—, ¿recuerdas que hace unas horas nos atacó un monstruo feo?
—¿Es… es en serio? ¡Howard! —reclamó Maria exasperada—. ¿Qué es lo que ha pasado? Puedes decírmelo, no soy una niña pequeña que tenga que ser protegida.
—Bien —aceptó Howard dándose ánimos—, nos atacó un hombre bajo las órdenes de una organización secreta llamada S.H-
—¡Howard! —reclamó otra vez—. Pedí la verdad, no el burdo cuento de un niño de cinco años, ¿una organización secreta? —meneó la cabeza, con decepción evidente en la voz.
—¡Bien! —aceptó Howard perdiendo un poco la paciencia—. ¡Estuvimos muertos por más de dos horas!
—¡Howard! —reclamó otra vez—. ¡Esto se terminó, te vas a la mierda por un rato!
—¿Solo un rato? –preguntó Alice con diversión. Bruce la jaló de la manga, intentando que guardara silencio y que se fusionara con la pared como intentaba hacer él, para intentar pasar desapercibido.
—Si te vas por más tiempo me enojaré —advirtió Maria haciendo malabares para llevar la silla hacia la salida e intentar que Tony no cayera de su regazo.
—Mamá, es verdad —dijo Tony separando el rostro del pecho de su madre—, estuvieron muertos por más de dos horas, ¡y yo estaba solo! Y no sabía qué hacer, yo… pero papá apareció como siempre hace, con una gran sonrisa, ¡y estaba casi brillando, mamá! Y me dijo que no había muerto por mí, porque yo lo necesitaba, ¡es casi el mejor papá del mundo!
—En primer lugar —comenzó Howard viendo la consternación de su esposa—, no estaba brillando, eso es solo producto de tu imaginación al estar tan conmocionado por mi supuesta resurrección y obviamente no estaba sonriendo, estaba preocupado por mi hijo, así que una sonrisa no tenía cabida en mi rostro, y en segundo, Maria, estuvimos muertos por más de dos horas y dejamos solo a Tony.
—¿Por qué? —preguntó—. Es decir, eso ni siquiera es posible.
—Es posible, después de todo, eso es lo que ha pasado —dijo Marcus con voz de profesional—. Y fue gracias a una sustancia preparada especialmente para esta ocasión.
—¿Quién prepararía una sustancia para simular la muerte? —preguntó Maria sin creer nada de lo que se estaba diciendo en la sala.
El silencio se apoderó de la sala y todas las miradas se desviaron hacia Howard, que sonriendo se alzó de hombros.
—Debí imaginármelo —murmuró Maria—, así que si decías la verdad sobre nuestras muertes, ¿qué decías sobre la organización secreta?
***
—Entonces —seguía Howard con verdadera pasión en la voz—, lo último que faltaba era lograr que nuestros latidos se detuvieran y que pareciéramos verdaderos muertos sobre la camilla, pero a la vez, que no nos pasará nada al despertar —sus manos se movían, intentando de esa forma explicar todo lo que paso por su cabeza mientras creaba la sustancia—, así que recordé la sustancia del súper soldado y-
—¿Súper qué? —preguntó Maria desconcertada.
—El capitán América —explicó Tony—, el mejor amigo de papá.
—¿Qué? Creí que su mejor amiga era Peggy —murmuró Maria sin comprender—, ¿el capitán América no era un personaje de ficción?
—Yo también lo creía —dijo Tony—, pero papá me lo explico antes que a ti.
Maria asintió—. Prosigue, por favor.
—Gracias —dijo Howard sonriendo—, usando lo poco que quedaba de la sustancia con la que se creó al súper soldado —Ignoró la mirada de Maria—, cree una que me permitiera saltar desde un décimo piso sin tener casi ningún-
—¡¿Qué?!
—¡Afortunadamente no salté desde un décimo! —siguió como si Maria no lo interrumpido—. Y no tengo ningún rasguño así que puedo asegurar su efectividad.
—Me case con un loco —murmuró Maria meneando la cabeza—, ¿en qué habré estado pensando?
—¿En qué soy fabuloso? —preguntó Howard besando la mejilla de su esposa.
—Por supuesto —dijo Maria entre risas.
—Ahora que todo está dicho —interrumpió Alice acercándose—, debemos hablar de las consecuencias de su muerte…
—¿Consecuencias? —preguntó Tony confundido.
—No quise decírtelo antes porque quería que Maria estuviera presente —habló Howard con la vista fija en su hijo—, pero creo que ahora es necesario —asintió hacia Marcus, quien saco unos papeles del primer gabinete de su escritorio—. Como saben, Howard y Maria Stark están muertos, y es verdad.
—Papá, te estoy viendo, no estás muerto —murmuró Tony con inseguridad.
Howard acarició el rostro de su hijo—. Odiare por siempre el día en que sentiste tanto dolor por culpa mía —confesó—, pero debes entender que nadie puede saber que estamos con vida, nadie puede saberlo. Te lo explique antes, si ellos lo saben atentaran con nuestras vidas nuevamente y quizá la vez siguiente tengas suerte, o quizá lleguen a involucrarte a ti… así que no podemos vivir contigo, Tony.
—¿Qué…? Pero —Tony se levantó, confundido—, pero dijiste que habías ideado todo esto para estar conmigo…
—Cariño, lo sé —dijo Howard atrayendo a su hijo hacia sí mismo—, pero debes entender que Howard y Maria están muertos, nosotros debemos buscar otra identidad… ¿no crees que se vería extraño que días después de la muerte de Howard y Maria Stark, llegue una pareja curiosamente similar a la mansión? Sería sospechoso.
Tony guardó silencio por un momento—. Entiendo, no estoy de acuerdo, pero lo entiendo.
—¿Quiénes seremos desde hoy? —preguntó Maria con derrota.
—Les presentó —dijo Marcus entregándole uno de los papeles a cada persona en la habitación—, a Monique y Louis Stevleen-
—Esos nombres apestan —comentó Tony riendo.
—Fueron idea de la payasa de allá —afirmó Howard alzando un brazo, su dedo señalando a Alice.
—Recién casados que llegaron a la ciudad en busca de mejores oportunidades —continuó Marcus—, S.H.I.E.L.D les ha creado una vida completa bajo la supervisión de Dave así que no deben preocuparse por nada, un pequeño departamento les espera en el centro de la ciudad y allí encontraran los detalles de sus nuevos trabajos.
—¿Qué trabajos? —preguntó Maria.
—Deberán mezclarse con los vecinos para no llamar la atención —explicó Marcus—, así que deberán trabajar en algo acorde con el matrimonio que estarán personalizando, después de todo sería extraño ver a un matrimonio recién casado, viviendo en un pequeño departamento sin la necesidad de trabajar, por eso Monique comenzará a trabajar siendo mesera en un humilde café en… —leyó el papel ignorando la mirada de Maria—, en exactos cuatro días; y Louis es un chef especializado en pastas así que en tres días comenzará una jornada de diez a siete en un pequeño restaurant italiano a tres cuadras de su departamento, deberán trabajar para comprar todo lo que necesiten y no podrán recibir dinero desde sus cuentas bancarias.
—¿No podré ver a mis padres ni darles dinero? —preguntó Tony alarmado.
—Podrás hacerlo —afirmó Marcus con una sonrisa despreocupada—, dije que no podrían acceder al dinero de sus cuentas bancarias porque cada paso podría ser seguido, así que Tony o Alice deberán entregarles el dinero en efectivo ya sea cada semana o cada mes, y por favor no olviden que S.H.I.E.L.D arregló todo su pasado, en el papel que les entregue afirma que llevan ahorrando por años así que Monique y Louis tienen un buen monto en su propia cuenta —explicó.
—¿Cómo puedo hacer para ver a mis padres? —preguntó Tony sin quitarla preocupación de su rostro.
—Sería perfectamente normal ver a un niño desconsolado por la muerte de sus padres que conoce a una tierna mujer en una cafetería, ¡y listo! —dijo Howard intentando tranquilizar a su hijo—. Se hacen amigos inexplicablemente rápido gracias a la evidente ternura que se desprende de la mujer, luego el niño conoce al marido de la bella dama, y desde allí es fácil, podríamos caminar por la calle sin preocupación… sin contar con que Maria y yo podríamos infiltrarnos en nuestra mansión para ir a verte, cariño —Le guiño un ojo a Tony—, yo conozco algunas formas de entrar sin ser vistos —confesó.
—No le enseñes esas cosas a nuestro hijo —reclamó Maria meneando la cabeza—. Cariño, de la misma forma en que nosotros iremos a verte en secreto, sin que nadie te vea, podrías ir a nuestro departamento, después de todo, y aunque recién sabemos de ese lugar, también es tuyo y eres bienvenido siempre.
Tony sonrió—. Gracias por quererme lo suficiente como para lugar contra lo inevitable.
—No es nada, no te preocupes —desestimó Howard despeinando el cabello de su hijo.
—Papá, prácticamente volviste de la muerte por mí.
—Lo repito, hijo, eso no es nada —susurró cerca del oído de Tony—, no es nada en comparación con lo que estaría dispuesto a hacer por ti.
Tony sonrió, porque a pesar de que su futuro fuera incierto, sus padres estarían con él, siempre. Él podría dormir cada día respaldado bajo el pensamiento de que sus padres cuidarían su espalda, que ellos no dejarían que nada llegará a tocarlo, que ellos estaban dispuestos a volver de la muerte y dejar su acomodada vida de millonarios para no dejarlo solo.
Él podría dormir con tranquilidad sabiéndose profundamente amado por sus padres.