Akashi pov
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Kagami estaba loco al decir que será sencillo. Habían realizado tres paradas y aún no llegaban a la supuesta casa donde estaba Kuroko.
-¿Cuántas paradas más tenemos que hacer? – se quejó Murasakibara.
-Solo nos falta un parada más – acomodó en su hombro el bolso que llevaba. ¿Dónde diablo estábamos? Nada de esto tenía sentido, necesitábamos encontrar a Kuroko rápido.
Mire a los chicos que intercambian miradas, al igual que yo, tenían un muy mal presentimiento.
-¿Qué lugar es este? – pregunto Midorima observando aquella vieja tienda. Simple y abandonada.
-Eso el portal que usaremos – dijo descargando las maletas para empezar a desempacar entregándonos diferentes objetos – esto no tiene mucha ciencias, nosotros los Shinigamis no miramos tan fácilmente, menos con armas del mundo humano, por eso. En defensa de los ataques de aquellos que desobedeciendo creamos cuchillos serafines… se usan como normalmente lo usaría un humano con la diferencia que le puedes trasmitir el poder que tienes. En el caso de Kise puede teletransportarlo hasta la persona que desee matar, o Midorima puede lanzar con velocidad y guerra hasta que quede en el lugar que desee… En fin, son muchas formas y ya saben que lo pueden usar. Es sencillo.
-Basta de decir esa puta palabra… - protesto Aomines frustrado – si todo fuera tan sencillo como lo dices, estuviéramos en casa disfrutando de la comodidad.
-Tranqulizate – se burló el pelo rojo – solo… Bueno tienes razón, solo quería alivianar el momento – cambio su mirada a una más serias, tan seria como nunca la habíamos visto – aparte de nosotros y de Kuroko, todos deben morir.
Abrió la puerta que rechino al principio pero que mostraba aquel pasadizo por donde deberíamos atravesar para terminar con todo esto y poder estar con Kuroko.
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Kuroko Poco
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Estaba haciendo frío, mis huesos estaban congelados y mi cuerpo entumido… podía asumir que llevaba demasiado tiempo en una misma posición, sobre algo de piedra que lastimaba mi piel. Después de que ese mal nacido me trajera a este lugar, me vendo los ojos e hizo que me golpearan. Solo por no quedarme callado.
Trate de levantarme suavemente, necesitaba orientarme, necesitaba calmarme y pensar correctamente. Fui tan estúpido, confiar en alguien… después de tanto tiempo se me dio por confiar en alguien y que a demás apenas conocía.
Fui un imbécil, baje la guardia y ahora estoy pagando las consecuencias.
-Eso hora de despertar dulce princesa – sentí una mano grande sujetarme del brazo hasta ponerme de pie – llegó la hora de que mi jefe se divierta contigo, Koyo te dará un buen uso.
-¿Por qué haces esto? – pregunté dejando guiar.
-No seas irracional, los humanos solo sirven para divertirnos… no hay nada interesante en ustedes aparte de el sexo y tú eres muy bien candidato para eso – me dijo mientras frenamos en lo que supuse era un balcón o al menos un parte alta… el frío era más intenso.
-Al fin llegas – habló una gruesa y tosca voz a unos metros de mi – es buena la mercancía, ahora entiendo por qué Kagami se intereso en ti – sentí como me quitaban la venda sin desamarrar mis manos.
Observé aquel tipo con barba, alto y fornido. Al respecto de el estaban muchos más hombre, diferentes tamaños pero una más fuerte que el otro. Estábamos en un edificio y en frente mío se veía un campo descubierto, unos cuántos árboles y más hombres.
-¿Eres tan callado? – se levantó de su silla - ¿O acaso te gusta hablar solo cuando te tiene como una puta? – se acerco hasta tomar mi cara apretándola con algo de fuerza mientras pasaba su lengua por mi mejilla.
-Repúgnate – lo mire con ira tirando de soltarme de su agarre – no creo que tú puedas podría ir algo en mi, aparte de asco… ni con droga sería capaz de excitarme.
Sentí el mundo por un momento dar unas cuantas vueltas, hasta que toque el piso sintiendo algo caliente te rodar por mi sien… me había golpeado y dolía.
-Al parecer no esas muy educado que digamos – Halo mis cabello hasta ponerme de pie de nuevo – creo que tendré que enseñarte a respetar – habló cerca de mi oído haciendo que sintiera asco pero antes de que pudiera hacer algo más nos vimos interrumpido por aquel maldito que me traicionó.
-Jefe, tenemos problemas
-¿¡Ahora que sucede!?- me lanzo molesto al piso mirando con enfado – cuantas veces tengo que repetir que no me molesten cuando estoy con una zorra barata.
-Lo se… y lo siento pero es qué – me miro por algunos segundo antes de volver a dirigir la mirada a Koyo – ellos están en el territorio.
-¿Quiene?
-Kagami viene con los medios Shinigamis que engendro en el mundo humano – explico mientras señalaba el horizontes donde se podía apreciar humo.
-Jajaja no me digas que ese idiota piensa atacarme con unos debiluchos.
-Ellos te pueden acabar, a Diferencia de ti no son cobardes que se esconden – le mire furioso mientras terminaba de soltar mis manos – deberías sentir miedo… ellos acabarán contigo.
-Vamos a ver quien acaba con quién. – me tomo del cuello cortando mi respiración un poco – despliega un par de hombres, juega con ellos lo que tú quieras pero déjalos vivos hasta que vuelva.
-Claro señor, pero ¿Qué hará?
-Me gire a divertir un poco con mi nuevo juguete hasta destrozarlo.
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