Kuroko pov
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-Mama te deseo
-Aomine- volví a repetir sin creérmelo.
Como era que mi hijo llegaba por detrás y me sorprendía besándome… bueno si ya me había acostado con Akashi pero no pensé nunca que esto tal vez se volviera a repetir, pensé que solo, aquella vez con mi hijo peli rojo eran sus hormonas.
-¡Ah!- gemí bajito al sentir como el miembro de Aomine se restregaba contra el mío
-Así me pones mama, con solo un beso me pongo duro- me hablo en el oído mientras así pequeñas embestidas contra mi cuerpo- de solo sentir tu aroma me descontrolo
-Ah A- aom- mine- le llame agarrándome de su camisa sintiendo como sus manos se adentraban a mi pantaloneta (o short como lo quieran llamar) y me apretaban el trasero.
-No me importa nada más que hacerte mío.
Sentí como sus labios se estampaban contra los míos una vez más, mientras con su lengua los delineaba pidiendo permiso para entrar y sin negarme accedí. Sentí como su lengua recorría toda mi boca.
Lentamente y con pasos torpes nos dirigimos hasta caer encima de las colchonetas que estaban regadas en el piso para luego ver como Aomine me quitaba la camisa empezando a repartir besos en mi pecho hasta centrarse en mis pezones, mordiéndolo y lamiéndolo rudamente
-Aomine ahh no lo ahh hagas tan mmgh duro- le pedí pero el lejos de escucharme bajo rápidamente hasta el dobladillo de mi pantaloneta bajándolo rápidamente.
-Eres demasiado sexy- me dijo lamiendo mi pene encima de la tela de mi bóxer- no sé si pueda controlarme en este punto.
-No lo hagas entonces- le dije atrayéndolo hacia mí para besarnos de nuevo pero esta vez más fogosamente sin preocuparnos por el oxígeno que ya nos hacía falta.
Realmente yo tampoco me podía controlar, sentir en mi cuerpo aquellas rudas caricias de una de las personas que amaba era verdaderamente excitante, no lo quería detener, quería sentirlo en mí y que se corriese dentro para ser solo suyo.
-Mhgh mama ¿Qué estás haciendo?- me pregunto al ver como yo cambiaba las posiciones y bajaba hasta su entrepierna.- ¡Ah!
-¿Te gusta?- pregunte lamiendo su longitud desde la cabeza hasta la base- ¿Qué sucederá si me lo meto de golpe a la boca?- volví a preguntar tras chuparle la punta sacando un gruñido de su boca- ¿Dime quieres que te la ma – me? – le pregunte una vez más recalcando la última palabra
- si- suspiro pero para cuando me quise dar cuenta las posiciones estaban invertidas, el quedando encima de mí y yo a la altura de su pene- Pero esta vez controlare yo ¿Entendiste?- me pregunto con voz sensual mientras relamía su labios y con sus manos abría mi boca.
Rápidamente metió su miembro ya duro a mi boca empezando con el rápido movimiento, metiendo casi todo su pene. Mientras lo hacía más de un prolongado suspiro escapaba de sus labios, y aunque tratando de contenerlos le era inevitable ya que yo le ejercía presión cada vez lo que metía más hondo.
Sentí como cogió y jalo mis cabellos por lo que intuí que pronto se vendría y lo haría en mi boca, así que decidí agarrarme de su camisa sosteniéndome para resistir las fuertes embestidas.
-Mngg – gimió al derramar todo aquel líquido blancuzco y pegajoso.
Nunca en mi vida lo había probado, pese a que tiene un sabor agridulce, me supo delicioso pero en verdad sabía que era por mi Aomine.
-¡Te hare mío!- me dijo para voltearme y ponerme en cuatro empezando a meter un dedo dentro de mí.
-MGHF Aomine ahh espera ¡no!- grite al sentir como otro dedo entraba en mi, dilatándome lo más rápido posible.
Sentí la desesperación que tenía, yo estaba igual, no sabía por qué pero presentía que los dos nos deseábamos y hasta posiblemente nos Amábamos… Jaja Amar… yo no me podía permitir eso y menos con mi hijo ¡Mi hijo!.... por mucho que quisiera esto no podía suceder.
-¡AH!- gemi muy fuerte al sentir la cabeza del pene de Aomine entrar en mi
-¿En qué piensas?- me pregunto con cierta molestia afirmándose de mis caderas
-Mnnmmg ahh
-¡No quiero que pienses en NADIE ni en NADA cuando te estoy haciendo el amor!- me dijo para entrar de golpe
-Aomine ahh ¡Esta muy grande!
-Lo se Kuroko y es solo para ti… todo para ti
En un instante empezaron las embestidas y aunque al principio lento, estas fueron aumentando el ritmo a cada segundo que transcurría
-No aguantare ahh mucho- le advertí.
-Aun no puede llegar sin mí-me dijo cogiendo la punta de mi pene haciéndole presión
-¡Mama! ¿Dónde estás?- oímos que preguntaba Midorima – Oye
-Tranquilo la puerta está cerrada pero me temo que nos oigan por tus gemidos- me susurro en mi oído- Lastima que le eche pasador, sería más excitante si nos ven
-Ah no – le respondí para luego morder mi brazo intentando acallar mis gemido pero era inútil el cada vez entraba y salía más rápido de mí, y sus manos en i miembro no ayudaban.
-¡Mama ¿Estás ahí?!- pregunto mi hijo tocando la puerta mientras yo solo mordía mi brazo
-Te excita saber que `pronto nos descubrirán- me hablo por lo bajo en el oído mientras lo lamia- Lo siento en tu interior, me aprietas con tanta fuerza que siento que pronto voy a estallar.
-A- Aomine ahh no creo que mhgg aguante más- dijo lo más `pasito oyendo como seguían los golpes en la puerta.
Sin parar el movimiento sentí como me alzaba y me sentaba en su regazo aumentando la velocidad del vaivén mientras que atrapaba mis labios en un muy demandante beso y soltaba mi pene dejando que eyaculase en su mano y él se corría en mi interior llenándome todo.
Ya habíamos terminado y aun así nos seguíamos besando, no queríamos parar, deseaba tanto que este momento no acabase.
-¡AH!- jadee al separarnos del beso cogiendo oxígeno.
La verdad no sabía que decir en ese momento en el que nos miramos a los ojo pero ambos sabíamos que no deberíamos arruinar este hermoso habiente por lo que en silencio nos vestimos. Pero la verdad el me vistió lentamente sin quitarme la vista de mi cuerpo.
Cuando nos cercioramos de que no hubiera nadie a los alrededores salí primero de la cancha dirigiéndome a paso rápido a mi habitación metiéndome al baño.
La verdad tenía que pensar en lo que me estaba sucediendo, yo no podía ir por ahí acostándome con mis hijos así como así.
Sabía que cuando nos mudásemos, seriamos como hermanos y había una posibilidad de que… ¡QUE RAYOS ESTOY PENSANDO! Amenos de que no fuéramos desconocidos no podríamos estar junto.
Me metí a la tina para darme un merecido baño de agua caliente. Mas sin embargo no pude dispersar aquellas ideas locas de mi cabeza. Tenía que tener bien claro que por nada del mundo podía seguir albergando este sentimiento de amor dentro de mi corazón.
No podría sacarlo nunca a flote así mis hijos sintieran lo mismo.
Aomine pov
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Dios me he acostado con mi omma… Dos años enteros llevaba ocultando, reprendiéndome y hasta golpeándome para retener mis impulsos, le amo, le amo con todo mí ser pero sé que omma no quera tener a alguien como yo de pareja.
Debo aceptar la verdad que disfrute hacerlo mí, su interior tan estrecho y caliente, su cuerpo delgado pero aun así bien trabajado, sus labios tan delgado y adictivos, su boca aquella que me lamio mi pene, tan exquisita y tan adictiva.
Lo deseo tanto que quisiera tenerlo una vez más a mi merced, controlarlo y ordenarle que se deje hacer lo que yo quiera, es lo que más amo. A él no se le puede controlar en la casa, él es el que da las ordenes y nosotros las cumplimos sin ningún reclamo pero en el sexo… ah en el sexo era otra cosa, ahí yo lo quería dominar, hacerle el amor rudamente sin que él se resistiera… eso lo amo.
Haberlo visto en la cancha, tan sexy con ese uniforme, me excito, no pude resistirme en ese momento al entrar sigilosamente al salón de implemento.me quede unos leve segundos observando su lindo trasero para después decidirme hacerlo mío.
También me asusto el pensar que sería descubierto por Midorima, pero yo creo no se dio cuenta o tal vez si… la verdad no me importaba había logrado tener a mama y eso era lo que me interesaba en el momento, ahora tengo que buscar la forma de cómo decirle mis sentimientos, de cómo expresarle todo lo que siente sin que piense que puede ser un error al estar enamorados.
Aunque no sé si el sentirá lo mismo que yo siento por el, este amor que se desbordar, que me llena y que a la vez me hace ridículamente feliz.
-Estas muy sonriente- me dijo Momoi al ver cómo me sentaba en la mesa del comedor esperando a que me sirviera la merienda
-SI.- fue lo único que pude decir
-¿Se puede saber por qué?
-Mmm encontré el amor de mi vida-le dije aún más contento
-¡Ah sí! ¿Quién es?- me pregunto dándome el plato
-Es un secreto- le dije
-Mm ya veo-me contesto- pero me dirás al menos como es su forma de ser
-Es un poco serio pero alegre al mismo tiempo, hace las cosas bien, tiene un cuerpo muy lindo, su sonrisa me alegra siempre, los momentos que pasamos son únicos maravillosos- le comente
-Con que es “El” y no “Ella- me dijo sonriendo
-Si
-¿Le amas?- me pregunto
-Mucho
-Cuídale entonces- me aconsejo
-Lo sé pero eso no será posible
-¿Por qué no? Si dices que es el amor de tu vida-
-Porque él no sabe de mis sentimiento
-¿Y qué te impide decírselos?- me pregunto
-Todo…
-¿Cómo qué?
-En que la sociedad no deja, simplemente eso- le dije para pararme de la mesa y dirigirme hacia mi cuarto.
Si me quedaba allí, terminaría diciéndole que estaba locamente enamorado de la persona que me dio la vida y eso sí que no lo podía permitir no ahora que pensaba conquistar a mi madre.
Cuando pase por las habitaciones quise tocarle pero me arrepentí y me dirigí a mi cuarto para acostarme a dormir y pensar en lo que realmente iba a hacer desde ahora en adelante.
-Te amo tanto omma- dije viendo una fotografía que tenía e la mesa de noche para quedarme luego profundamente dormido.