- "Esto esta mal, esto esta demasiado mal" -
La cabeza de cierto rubio se debatía entre complacer a su amado Sasuke o hacer lo que el creía correcto... No tenía idea de que iba a hacer pero quería que el azabache se quedara con el para siempre. Esto iba en contra de sus promesas pero, solo era esta vez, solo una ultima vez...
- Vamos Naru, juro que te sentirás genial - alentaba el mayor, sus ojos se llenaban de deseo, quería ver como el mundo de Naruto se sumergía en la oscuridad.
Las manos del blondo temblaron, su mente era un desastre en este momento, no quería hacerlo pero confiaba en demasía, tal vez no era tan malo es decir, ¿Que podría pasar?, era solo una vez ¿no?. Tomo todas las fuerzas que tenía en aquel momento inhalando profundamente aquel blanquecino polvo.
Pudo sentir como la droga comenzó a hacer efecto, era una mezcla de éxtasis, excitación, felicidad y tristeza, todo a la vez. Veía como todo pasaba lento a su alrededor, los colores comenzaron a acentuarse, se sentía genial era como un pequeño escape de su realidad.
- ¿Como te sientes? - la voz grave del Uchiha hizo que el Uzumaki reaccionara, intento ponerse de pie para contestar pero sus rodillas fallaron haciendo que cayera a los pies del azabache.
- M...me siento... excelente - levanto la cara extendiendo sus manos hasta el rostro del mayor.
Sasuke sonrió viendo como las cosas marchaban a la perfección, tenía muchos planes aun y era bueno saber que Naruto haría todo por el. La mirada del moreno se poso en los obres del rubio viendo como este mantenía sus pupilas dilatadas, producto del éxtasis que debía de estar pasando en estos momentos. La cabeza del Uchiha se lleno de siniestros pensamientos este era el momento indicado para aprovecharse del rubio.
- Oye Naruto - habló atrayendo la atención del menor - ¿Que paso con tu hermano? - era el momento perfecto para indagar un poco en un tema bastante delicado, necesitaba información ya que podría utilizarla para su beneficio.
El blondo se quedo estático unos segundos manteniendo la mirada fija en los ónix obres contrarios, el día y la noche encontrándose, una sonrisa apareció en los rosados labios de Naruto pero no cualquier sonrisa era una mezclada entre burlona y triste.
- ¿Quieres saber que paso? - pregunto poniéndose de pie tambaleándose un poco - Pues digamos que soy un maldito estúpido - sus hermosos zafiro reflejaban la tristeza y lo difícil que era hablar de ese tema - El me quería y yo simplemente despreciaba su cariño - el rencor en su voz era evidente.
Sasuke deseaba saber más pero algo en su interior le decía que parara al rubio, tal vez no sería mala idea tener un poco de diversión en estos momentos. Tomo el rostro sonrojado de Naruto besando sus tersos labios, sintió como el blondo abría su boca lo que le indico que esta vez sería un poco más divertido jugar...
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- Na...ru...to - conocía a la perfección esa voz llamándolo detestaba cuando esta aparecía en sus pensamientos - Ayuda...me - el rubio extendió sus brazos intentando alcanzar la nívea mano.
- Lo siento Naru, esta vez no podrás jugar con tu querido hermano es mi turno de jugar con el, ¿No te parece? - esta frase resonó en su mente, no quería abrir los ojos pero estos se abrieron encontrándose frente a frente con una mirada gélida que perturbaba su mente.
El sabía perfectamente que pasaría después, como era de esperarse el hombre de oscuros cabellos se levanto acercándose cada vez más y más al casi inerte cuerpo de Gaara. Un perturbador grito de dolor se escucho por todo el oscuro cuarto mientras la sangre salpicaba por todo el piso.
Naruto mantuvo sus ojos abiertos todo el tiempo, deseaba no haber visto esto pero al parecer su cerebro no lograba realizar ninguna acción coherente.
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Despertó con la respiración acelerada, estaba bañado en sudor, todo a su alrededor estaba oscuro tenía miedo. A lo lejos escucho unos pasos que se acercaban al cuarto, su cuerpo se tensó temiendo que él estuviera ahí para hacerle daño. Lágrimas descendían por sus mejillas, no estaba preparado para encontrarse con su pasado no ahora.
- ¿Naruto? - la voz profunda proveniente de la oscuridad hizo que el Uzumaki cerrara sus ojos con fuerza - ¿Porque lloras? - su cuerpo fue apresado entre dos grandes brazos los cuales le transmitían tranquilidad.
Comenzó a abrir sus ojos encontrándose con unos oscuros ojos, pero estos no tenían nada de maldad en ellos en cambio denotaban preocupación, como si estuvieran viendo a lo más delicado del mundo.
- Sa...Sasuke - paso sus manos a cada lado del cuerpo del azabache apretando el agarre, las lágrimas comenzaron a llenar la camisa del Uchiha.
- Tranquilo estoy aquí - decía intentando tranquilizar al blondo el cual temblaba ocasionalmente entre sus brazos.
- Por favor no te vayas de mi lado nunca - su voz salía entrecortada a causa de lo alterado que se encontraba en ese momento.
El azabache no sabía que decir, no podía permitirse prometer algo así no ahora, tenía que divertirse no enamorarse de su presa. Apretó al rubio entre sus brazos transmitiéndole todo su calor corporal, algo era cierto y era que se había encariñado de Naruto, algo en el rubio lo atraía, algo que no era su apariencia.
El rubio busco los labios de Sasuke plantando un dulce beso en su nívea mejilla, dejando al mayor un poco avergonzado, nadie nunca había hecho eso era bastante extraño. - Te amo Sasuke - las palabras salieron por si solas, se oían tan naturales como si salieran directamente del corazón del rubio.
Los ojos del azabache se cerraron con fuerza, intentaba detener esas palabras a toda costa puesto que el nunca podría corresponder a esos sentimientos, abrió sus ojos viendo como el menor se había quedado dormido entre sus brazos. Con suma delicadeza se recostó en la cama con Naruto entre sus brazos acariciando suavemente sus dorados cabellos.
Sentía como algo en su interior se intensificaba, era algo que nunca había sentido antes, le molestaba esta nueva emoción, y el sabía perfectamente que era pero, jamás aceptaría eso. No mientras quedara tiempo para jugar...
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kiba caminaba lentamente por el parque cercano a su casa, había recibido un mensaje de alguien desconocido pero este le mencionaba acerca de lo que Sasuke planeaba hacerle al rubio.
No podía creer que estuviera esperando a alguien extraño, pero tal vez era algo de suma importancia, después de todo el mismo sentía una extraña vibra cercana añ azabache.
- ¿Tu eres Kiba? - escucho a sus espaldas, se dio la vuelta abriendo grande sus ojos.
- Tu eres... - apenas iba a decir la identidad de la persona cuando esta tapo la boca del castaño.
- No quiero que nadie se entere quien soy, ¿Estamos? - habló sentándose debajo de un árbol.
Kiba siguió los pasos del chico sentándose a su lado, no sabía si confiar en el pero en verdad quería ayudar a Naruto, había escuchado rumores acerca del Uchiha.
- Bueno, tu querido amigo rubio, esta en serios problemas en especial ahora - comenzó a hablar sacando de sus pensamientos al castaño.
- ¿A que te refieres? - pregunto preocupado.
- Veras, Sasuke tiene contactos con los mundos bajos, ¿Entiendes? - pregunto fijando su mirada al moreno.
- ¿Te refieres a que tiene relación con algunas mafias? - ese era un rumor que había escuchado pero nunca pensó que fuera cierto.
- Exactamente, digamos que Uchiha planea darle una pequeña iniciación a tu querido Naruto - Kiba se tensó pensando todas las cosas que el azabache podía hacerle a alguien tan inocente como el blondo.
La puesta de sol anunciaba que el día estaba casi en su final, Kiba y él chico hablaban de lo que el azabache planeaba, el castaño de inmediato pensó que debía decirle a Naruto en cuanto antes. Pero tal vez no llegaría a advertirle a su rubio amigo, puesto que no muy lejos de ahí un chico de capucha escuchaba toda su conversación.
- ¿Con que un soplón?, Me pregunto cuanto durara vivo - lanzó al aire retomando su camino. Al parecer las cosas se tornaban interesantes, siempre era divertido torturar a una persona pero esta vez serían dos.