El terrible olor a sangre hacía que quisiese vomitar pero no podía no mientras se encontraba en esas condiciones.
— Maldición — suspiro viendo las múltiples cicatrices que su cuerpo portaba.
— ¿Con que ya despertaste? — preguntó de nuevo ese extraño "ángel".
Asintió quedamente mientras intentaba moverse lo necesitaba más que nunca se sentía terriblemente tieso.
— No lo intentes, aun estas muy herido — escucho de nuevo. Siempre le había quedado la duda, ¿Quién demonios era él? — A por cierto, yo soy Kakashi
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— Debemos tener alguna chanza de llegar a él.
— Claro, no es como que él sea uno de los más famosos mafiosos — hablo con un deje de sarcasmo.
— Sólo digo que ya nos está causando suficientes problemas Itachi — maldecía internamente el solo hecho de tener que planear algo en contra de su hermano menor, era simplemente vergonzoso.
— ¡Ya lo sé! — Exclamo bebiendo un poco de ese fino licor servido en la copa — Pero aun es mi hermano, no quiero ya sabes ser malo — fingió inocencia.
— Eres una hipócrita Uchiha — y vaya que lo era.
El solo escuchar esas palabras era como una halago a su persona, siempre tan despiadado lleno de odio y envidia pero todo tenía su origen y este era que para su mala suerte había sido criado de esa forma, una manera en la cual fuera "útil" y no lo mal interpreten a él le encantaba su trabajo, por sobre todas las cosas le gustaba ver la cara de sufrimiento de los demás. Sin embargo no quería lastimar a su hermano, no ahora, tal vez le sería útil para llegar a un ángel muy especial.
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Habían pasado por lo menos dos días dese aquella noticia que le indicaba el final de la vida de alguien muy apreciado para él, al principio no quiso creerlo pero tiempo después todo concordó a la perfección, un cadáver, eso era lo el ultimo recuerdo que le quedaba de aquel alegre castaño.
— Como lo siento señora Inuzuka — esas habían sido las únicas palabras que pudo formular para posteriormente romper en lágrimas, se odiaba por no haber hecho nada, por solo llorar. Odiaba en especial sentirse tan solo y vacío.
Los días habían pasado monótonos, lo único que el rubio se atrevía a hacer era ver las viejas fotos que compartía con Kiba, ni siquiera había notado las llamadas perdidas que su teléfono celular presentaba pero ya no importaba. Sasuke le había dicho que estaría ocupado por un tiempo, no tenía a nadie más que a él y su soledad.
— ¿Hay alguien en casa? — la puerta de su departamento fue abierta ahora que lo recordaba, ¿Cuándo fue la última vez que le puso seguro a esta?
Desde el pequeño sillón donde se encontraba pudo ver la figura de su amado Sasuke, se veía bastante guapo como siempre. El moreno se adentró al departamento encontrándose con su rubia presa, se veía tan lindo, como si estuviera al borde de la locura algo sumamente bello.
— Sasuke — esa pequeña y delicada boca rogando por destrucción — Kiba falleció — murmuro el menor agachando la cabeza intentando retener las lágrimas.
Por dentro el mayor estaba tan feliz que podría pegar un brinco, ver que él era el causante de su dolor lo hacía terriblemente feliz, muy en su interior podía sentir el regocijo alimentar sus más enfermos deseos.
— Lamento tanto escuchar eso — maldita farsa — Yo estoy contigo porque te amo — esas simples y sencillas palabras, siempre las decía para obtener uno que otro "favor" eso siempre funcionaba y esta no era la excepción.
Las mejillas del menor se tiñeron de un delicado rosa, sentía mariposas en el estómago y eso jamás le había pasado incluso creyó que era prácticamente imposible que ese sentimiento llegara a cruzar su mente.
Pero ahora era tan dependiente del Uchiha que su corazón le pedía a gritos que nunca se alejara de él y no era como que planeara eso. Pero fuera de todo ese amor había una parte del rubio que le decía que algo no iba bien, que algo no concordaba con todo esto.
— Yo también te amo — esas simples palabras habían salido desde el fondo de su corazón era algo tan profundo y lleno de sentimientos, sentimientos que el moreno se encargaría de desgarrar uno por uno.
Un beso sello una "promesa de amor" pero para mala suerte solo uno de los dos participes en ese beso estaba perdidamente enamorado mientras que por su parte Sasuke solo quería un poco de diversión, algo que lo entretuviera. El beso se tornó desesperado necesitaban sentir más, querían rozar sus pieles deleitándose de un hermoso momento íntimo.
— Naruto — murmuro el mayor con la voz más lasciva que tenía en aquel momento.
— Yo también lo necesito.
Esto encendió al máximo al Uchiha tener a su hermoso rubio tan sumiso a sus pies era demasiado excitante, lo beso quería arrancar de una mordida esos cerezos labios a los cuales era adicto una dulce adicción que lo mantenía con deseos. Bajo sus besos hasta el cuello del menor haciendo que este reaccionara a las caricias.
— Lo deseo por favor — eso basto para que algo dentro del azabache estallara en fuego, un ardor que quemaba sus intestinos retorciéndolos rogando algo totalmente impuro.
Tenía pase libre para ser tan descarado como quisiera, de una sola movida dejo a su rubia adoración completamente desnudo, tan hermoso lleno de esas cicatrices su piel canela contrastaba perfectamente con esa rubia cabellera. Prosiguió por quitarse el mismo los pantalones liberando un poco su erección la cual ya se sentía sumamente apretada dentro de esos calzoncillos.
— Espero estés listo Naru — le susurró al menor mientras lo recostaba en el sillón besando las delgadas piernas de este.
De una sola envestida entro por completo a aquel cálido lugar el cual acogía su pene de una manera totalmente irreal, el dulce trasero de Naruto siempre lo apretaba deliciosamente, comenzó con unas estocadas delicadas intentando buscar la mejor posición para entrar más profundo en aquel hoyo.
— Sa...Sasuke... — los dulces gemidos del menor eran como música para sus oídos tenerlo de esta manera con los ojos cerrados, las mejillas encendidas y su boca apretada seguramente intentando contener los obscenos ruidos que amenazaban con salir de su bella boca, Naruto simplemente era hermoso.
— Déjalo salir — le susurró al menor haciendo que este se estremeciera, la voz ronca llena de pasión — Quiero escucharte — incito pasando su lengua por el lóbulo del menor.
— Ngh — al fin el blondo dejo que aquellos sonidos inundaran las paredes.
Las embestidas se volvieron más rápidas una detrás de otra cada vez más profundas. Un molesto sonido interrumpió a los dos amantes, el celular de Sasuke sonaba molestando los oídos del mayor.
El Uchiha sonrío para sus adentros tomando el aparato entre sus manos contestando la llamada, los ojos del rubio se abrieron como platos al ver la acción de su amante tapo su boca con ambas manos intentando aguantar y no gritar o gemir.
— Si soy yo — ver como descaradamente la persona frente a él seguía hablando como si nada estuviera pasando — No estoy haciendo nada importante — vil mentira, estaba follándolo y no se atrevía a decirlo.
Las embestidas aumentaron su rapidez haciendo que el sillón comenzara a rechinar a causa de los movimientos que se estaban llevando acabo arriba de este.
— Claro que voy, solo termino algo — esas palabras, maldito Sasuke ya estaba planeando salir con alguien más — Esta bien, adiós — la sonrisa socarrona del moreno se agrando al ver la expresión de enojo de su adorado rubio — Tranquilo no es ninguna chica o chico — comenzó a hablar a la vez que con una mano masturbaba la erección del menor.
Se acercó lo suficiente para besar desesperadamente los labios de Naruto, un beso bastante largo lleno de lujuria contenida, con su mano libre tomo los rubios cabellos halándolos para tener mayor acceso a la boca del Uzumaki. Bastaron unas cuantas estocadas más para que el menor se corriera en la mano de su amante mientras que este llenara su interior con aquel espeso y blanco líquido.
— Naruto — volvió a llamar el azabache besando nuevamente aquellos labios que se habían tornado carmesí debido a la insistencia de los apasionados besos, salió lentamente del interior de su rubio amante colocándose la ropa adecuadamente — Tengo que irme, me surgió un compromiso con la familia ya sabes — dijo a la vez que se miraba en el espejo cuidando el más mínimo detalle que pudiera delatar donde había estado.
Sin esperar respuesta beso nuevamente los dulces labios de un pequeño pecado para después salir por la puerta cerrándola tras de sí ya tendría tiempo de jugar más pero por ahora debía dedicarse a ver como contraatacar a su querido hermano.
— ¿Por qué me dejas? — gritó a la vez que arrojaba un jarrón al piso. El fuerte estruendo del vidrio rompiéndose lo saco del shock en el que había entrado cuidadosamente camino hasta el desastre que él había hecho levantando los trozos de vidrio haciendo un corte en su mano.
Su corazón se aceleró, aquel color le traía tantos recuerdos cosas que se supone debía olvidar pero por más que lo intentaba todo era tan igual, la sangre que ahora corría por sus manos goteando le recordaba tanto a aquella noche...
/Flash back/
El ambiente era denso, tenía demasiado miedo hacía unas horas que no escuchaba el respirar de Gaara, lo cual lo asusto de sobremanera, no podía moverse debido a que el maldito asesino lo había atado a una especie de silla. Su vista era casi nula debido a los golpes que había estado recibiendo, necesitaba desatarse y salir de ahí junto con su hermano.
— ¿Gaara? — Alcanzó a formular — ¿Estas bien? — Los segundos pasaban y el pelirrojo no le respondía — ¡Gaara maldita sea! — grito en desesperación.
— Lo siento mi lindo rubio él, bueno digamos que ya no está en este mundo — esa maldita voz perturbando su estado mental, haciendo que sus pocas esperanzas desaparecieran.
— ¡Eso no es cierto! ¡Él está vivo! — gritó con rabia cerrando su puño hasta que este quedo completamente blanco.
Una horrible y macabra risa se escuchó cerca de su oído, el blondo pudo sentir como la venda de sus ojos era retirada, abrió los ojos encontrándose con la peor escena de su vida.
Había sangre por todos lados, Gaara mantenía una cara de horror y los ojos abiertos, mirándolo fijamente, todo su cuerpo se tensó, su presión sanguínea bajo rápidamente, su hermano estaba muerto frente a sus ojos y él no pudo hacer absolutamente nada más que ser un estorbo.
— Lo siento, pero supongo que ahora estará mucho mejor ¿no crees? — su rostro se volteo para quedar de frente donde el psicópata estaba pero a causa de la mala iluminación del lugar lo único que alcanzó a ver fueron aquellos ojos ónix inyectados de un rojo sangre — Pero mira el lado bueno tu todavía estas con vida pero solo porque él me lo pidió — pudo ver esa horrible y cínica sonrisa que le causaba escalofríos.
Lo último que sus ojos pudieron apreciar fue la cuchilla que el mayor traía consigo, después de eso todo se volvía terriblemente doloroso y borroso como si todo hubiera sido una simple y llana pesadilla la cual era más que verdadera.
/End Flash Back/
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Aún recuerdo sus hermosos ojos aguamarina quiero que se queden marcados en mi mente para toda la eternidad, quiero volver a tenerlo entre mis manos pero nada de eso podrá pasar jamás. Tal vez se pregunten el por qué, es sencillo cuando alguien está enterrado cuatro metros bajo tierra es muy difícil continuar amando, o mínimo la última vez que lo vi estaba lleno de moretones y cicatrices que yo mismo me había encargado de hacer, era bellísimo como el color de su sangre lograba igualar el rojo de su cabellera.
Mi ángel de sangre.