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Hermoso desastre - Kaisoo por Shiper Kaisoo

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Notas del capitulo:

Asjhsjghskgh aqui les va el segundo capitulo , creo que subire dos de una vez (?) , en fin aqui lo dejo :3

-Obviamente.

Nos detuvimos en el estacionamiento del apartamento de Sehun y yo seguí a Luhan a las escaleras. Sehun abrió la puerta, riendo cuando entré. — ¿Qué te pasó a ti?

—Está tratando de no impresionar —dijo Luhan.

Luhan siguió a Sehun a su habitación. La puerta se cerró y me quedé solo, sintiéndome fuera de lugar. Me senté en el sillón cercano a la puerta y me quité mis sandalias.

Su apartamento era más agradable que el típico apartamento de soltero. Los posters predecibles de personas medio desnudas y señales de tránsito estaban en las paredes, pero aparte de eso estaba limpio, los muebles eran nuevos y el olor a ropa sucia y de cerveza no estaba presente.

—Ya era hora de que llegaras —dijo Jongin, colapsando en el sofá.

Sonreí y empujé las gafas sobre el puente de mi nariz, esperando a que él prestara atención a mi apariencia. —Luhan tenía un ensayo que terminar.

—Hablando de ensayos, ¿Ya has comenzado el de historia?

Él ni siquiera se inmutó por mi cabello desordenado y fruncí el ceño ante su reacción. — ¿Tú?

—Lo terminé esta tarde.

—Pero no se entregará hasta el próximo miércoles. —le dije, sorprendido.

—Sólo para borrarlo de la lista. ¿Qué tan difícil puede ser un ensayo de dos páginas sobre Grant?

—Me imagino que soy flojo, entonces —me encogí de hombros—. Es probable que lo comience hasta este fin de semana.

—Bueno, si necesitas ayuda, házmelo saber.

Esperé a que se riera, o mostrara algún signo de que estaba bromeando, pero su expresión era sincera. Levanté una ceja. —Tú me vas a ayudar con mi ensayo.

—Tengo una A en esa clase —dijo un poco molesto ante mi incredulidad.

—Él tiene A en todas sus clases. Él es un jodido genio. Lo odio —dijo Sehun mientras entraba en la habitación de la mano de Luhan.

Vi a Jongin con una expresión dudosa y sus cejas se levantaron. — ¿Qué? ¿No crees que un hombre cubierto de tatuajes y que intercambie golpes para ganarse la vida no pueda obtener buenas calificaciones? No estoy en la escuela porque no tenga nada mejor que hacer.

— ¿Por qué tienes que luchar, entonces? ¿Por qué no aplicas para becas? —Le pregunté.

—Ya lo hice. Se me concedió la mitad de mi matrícula. Pero hay libros, gastos, y tengo que obtener la otra mitad. Lo digo en serio, Kyung. Si necesitas ayuda con algo, sólo pregunta.

—No necesito tu ayuda. Soy capaz de escribir un ensayo. —Quería dejarlo en eso. Debí haberlo dejado en eso, pero lo nuevo que había revelado roía mi curiosidad—. ¿No puedes buscar otra cosa que hacer para ganarte la vida? Algo menos, no sé, ¿sádico?

Jongin se encogió de hombros. —Es una manera fácil de ganar dinero. No puedo ganar lo mismo trabajando en el centro comercial.

—Yo no diría que es fácil si tú estás recibiendo golpes en la cara.

— ¿Qué? ¿Estás preocupado por mí? —Me hizo un guiño. Hice una mueca y él rió entre dientes—. No soy golpeado con tanta frecuencia. Si tratan de golpearme, me muevo. No es tan difícil.

Me reí una vez más. —Actúas como si nadie más haya llegado a esa conclusión.

—No es solamente lanzar un golpe, recibirlo y contraatacar. Eso no va a ganar una pelea.

Puse los ojos en blanco. — ¿Quién eres tú… el Karate Kid? ¿Dónde aprendiste a luchar?

Sehun y Luhan se miraron y luego sus ojos se posaron en el suelo. No me tomó mucho tiempo para reconocer que había dicho algo malo.

Jonginno parecía afectado. —Tuve un padre con problemas alcohólicos y mal temperamento y cuatro hermanos mayores que portaban el gen de idiotez.

—Oh. —Mis orejas ardían.

—No te avergüences, Do . Papá dejó de beber, los hermanos maduraron.

—No estoy avergonzado. —Jugueteé con las puntas sueltas de mi corto cabello, tratando de ignorar el silencio incómodo.

—Me gusta tu aspecto al natural. Los chicos no vienen aquí así.

—Fui obligado a venir aquí. No se me ocurrió que debía impresionarte —le dije, enfadado de que mi plan hubiese fracasado.

Sonrió con su sonrisa infantil, divertida, la cual incremento mi ira, esperando a que cubriera mi inquietud. No sabía cómo la mayoría de los chicos se sentían a su alrededor, pero había visto su comportamiento. Estaba experimentando un desorientado y nauseo sentimiento en lugar de un sentimiento cálido de colegiala, y entre más él intentaba hacerme reír, más inestable me sentía.

 

—Ya estoy impresionado. Normalmente no tengo que rogar para que vengan a mi apartamento.

—Estoy seguro. —le dije, haciendo una mueca de disgusto.

Él era tan seguro de sí mismo. No sólo estaba descaradamente consciente de su físico, él estaba acostumbrado a que las personas le lanzaran por lo que él consideraba mi actitud fría como algo refrescante en lugar de un insulto. Tendría que cambiar de estrategia.

Luhan apuntó el control remoto al televisor y la encendió. —Hay una buena película esta noche. ¿Alguien quiere saber dónde está Baby Jane?

Jongin se puso de pie. —Estaba a punto de ir a cenar. ¿Tienes hambre, Do?

—Ya comí —me encogí de hombros.

—No, no lo has hecho —dijo Luhan, antes de darse cuenta de su error—. Oh… es cierto, se me olvidaba que tú tomaste una ¿pizza? Antes de irnos.

Hice una mueca ante su miserable intento de arreglar su metida de pata, y luego esperé la reacción de Jongin.

Él cruzó la habitación y abrió la puerta.

—Vamos. Tienes que tener hambre.

— ¿A dónde vamos?

—Dondequiera que tú desees. Podemos ir a una pizzería.

Miré a mi ropa. —Realmente no estoy vestido.

Él me observó por un momento y luego sonrió. —Te ves bien. Vamos, que estoy muriendo de hambre.

Me puse de pie y me despedí de Luhan, pasando a Jongin para bajar las escaleras. Me detuve en el estacionamiento, mirando con horror como él se montó en una motocicleta de color negro.

—Uh… —No supe que decir, arrugando los dedos de mis pies expuestos.

Me lanzó una mirada impaciente. —Oh, sube. Iré lento.

— ¿Qué es eso? —pregunté, leyendo la escritura en el tanque de gas demasiado tarde.

—Es una Harley Night Rod. Es el amor de mi vida, así que no rayes la pintura cuando te subas.

— ¡Estoy usando chanclas!

Jongin se me quedó mirando como si hubiera hablado en un idioma extranjero. —Y yo llevo botas. Sube.

Se puso sus gafas de sol y el motor rugió cuando lo trajo a la vida. Me subí y busqué algo a que agarrarme, pero mis dedos se deslizaron del cuero a la cubierta de plástico de la luz trasera.

Jongin me agarró de las muñecas y las envolvió en torno a su cintura. —No hay nada de que aferrarte excepto de mí. No me sueltes. —dijo, empujando la moto hacia atrás con los pies. Con un movimiento de su muñeca, salió a la calle, y se dirigió como un cohete. Me escondí detrás de Jongin, sabiendo que terminaría con bichos en mis gafas si miraba por encima de su hombro.

Él aceleró el acelerador cuando nos detuvimos en la entrada del restaurante, y una vez que estacionó, no perdí tiempo para volver a la seguridad del concreto.

— ¡Eres un loco!

Jongin se echó a reír, apoyando su motocicleta sobre el pie de apoyo antes de bajar. —Conduje al límite de velocidad.

— ¡Sí, si estuviéramos en la autopista! —dije, sacandome el casco.

Travis me vio retirar el pelo de mi rostro y luego se dirigió a la puerta, manteniéndola abierta. —No dejaría que nada te pasara, Pigeon.

Pasé junto a él para entrar al restaurante, mi cabeza aún no estaba en sintonía con mis pies. El aroma a grasa y condimentos llenaban el aire mientras lo seguía a través de la roja alfombra. Eligió una mesa en la esquina, lejos de los grupos de estudiantes y familias, y pidió dos cervezas. Escaneé la habitación, mirando a los padres persuadir a los niños a comer, y mirando a otro lado ante las miradas curiosas de los estudiantes de Eastern.

—Claro, Jongin —dijo la camarera, escribiendo nuestras bebidas. Ella parecía un poco drogada ante su presencia mientras regresaba a la cocina.

Acomodé mi cabello, de repente avergonzada por mi apariencia. — ¿Vienes aquí a menudo? —Pregunté mordazmente.

Jongin se inclinó sobre la mesa con los codos, sus ojos color marrón fijos en los míos. —Así qué, ¿cuál es tu historia, Do? ¿Eres una odia-personas en general o sólo me odias a mí?

—Creo que sólo a ti —me quejé.

Se echó a reír una vez más, divertido por mi estado de ánimo. —No puedo comprenderte. Tú eres la unica persona que ha estado disgustada conmigo antes del sexo. No te pones nervioso cuando hablas conmigo y no tratas de llamar mi atención.

—No es un truco. Simplemente no me caes bien.

—No estarías aquí si no te gustara.

Mi ceño involuntariamente se suavizó y suspiré. —No digo que eres una mala persona. Simplemente no me gusta ser un objetivo por el sólo hecho de tener una culo. —Me concentré en los granos de sal en la mesa hasta que oí un sonido ahogado de la dirección de Jongin.

Sus ojos se agrandaron y se estremecía de la risa. — ¡Oh, Dios mío! ¡Me estás matando! Eso es. Hemos de ser amigos. No voy a aceptar un no por respuesta.

—No me importa ser amigos, pero eso no quiere decir que tratarás de meterte en mis pantalones cada cinco segundos.

—No dormirás conmigo. Lo entiendo.

Traté de no sonreír, pero fallé.

Sus ojos se iluminaron. —Te doy mi palabra. Ni siquiera pensaré en ese lindo trasero tuyo… a menos que quieras que lo haga.

Apoyé los codos sobre la mesa y me incliné en ellos.

—Y eso no sucederá, por lo que podemos ser amigos.

Una sonrisa traviesa apareció en su rostro mientras él se inclinaba un poco más cerca. —Nunca digas nunca.

—Entonces, ¿cuál es tu historia? —Le pregunté—. ¿Siempre has sido Jongin “Mad Dog” o sólo desde que llegaste aquí? —Utilicé dos dedos en cada mano como comillas cuando dije su apodo, y por primera vez su confianza se desvaneció. Él parecía un poco avergonzado.

—No. Tao comenzó eso después de mi primera pelea.

Sus respuestas cortas estaban comenzando a fastidiarme. — ¿Eso es todo? ¿No me dirás nada acerca de ti mismo?

— ¿Qué quieres saber?

—Las cosas normales. De dónde eres, lo que quieres ser cuando seas grande… cosas así.

—Soy de aquí, nací y crecí, y estoy matriculándome en justicia criminal.

Con un suspiro, desenrolló sus cubiertos y los enderezó junto a su plato. Él miró sobre su hombro, y noté su mandíbula tensarse un poco por los que nos rodeaban. Dos mesas ocupadas por el equipo de fútbol soccer de Eastern estalló en carcajadas, y Jongin parecía estar molesto por lo que se reían.

—Estás bromeando. —le dije con incredulidad.

—No, soy un local. —dijo él, distraído.

—Me refería sobre tu especialidad. No pareces ser el tipo de justicia criminal.

Sus cejas se juntaron, de pronto concentrado en nuestra conversación. — ¿Por qué?

Recorrí los tatuajes que cubrían su brazo. —Sólo voy a decir que pareces más criminal y menos justicia.

—No me meto en problemas… en su mayor parte. Papá era muy estricto.

— ¿Dónde estaba tu mamá?

—Ella murió cuando yo era niño, —dijo como sin nada.

—Yo… yo lo siento. —dije, sacudiendo la cabeza. Su respuesta me pilló con la guardia baja.

Rechazó mi simpatía. —No me acuerdo de ella. Mis hermanos lo hacen, pero yo sólo tenía tres años cuando murió.

—Cuatro hermanos, ¿eh? ¿Cómo logras mantenerlos en regla? —Me burlé.

—Los mantengo por quien golpea más fuerte, lo que también es de mayor a menor. Yixing, los gemelos… Woohyun y Myungsoo, y Kris. Nunca, nunca estés solo en un cuarto con Woohyun y Myungsoo. Aprendí la mitad de lo que hago en el Circulo de ellos. Kris era el más pequeño, pero él es rápido. Él es el único que puede azotarme un golpe, ahora.

Negué con la cabeza, atónita ante la idea de cinco Jongin corriendo en un hogar. — ¿Todos tienen tatuajes?

—Más o menos. Excepto Yixing. Él es un ejecutivo de publicidad en California.

— ¿Y tu papá? ¿Dónde está?

—Por allí —dijo. Su mandíbula tensa nuevamente, cada vez más irritado con el equipo de fútbol.

— ¿De qué se están riendo? —Pregunté, señalando a la mesa ruidosa. Él negó con la cabeza, claramente sin querer compartir. Me crucé de brazos y me retorcí en mi asiento, nervioso sobre lo que estaban diciendo que le causó tanto enfado. —Cuéntame.

—Se están riendo de mí por tener que llevarte a cenar, primero. No es por lo general… lo mío.

— ¿Primero? —Cuando la comprensión se posó en cara, Jongin hizo una mueca de dolor al ver mi expresión. Hablé antes de pensar—. Y yo que tenía miedo de que se estuvieran riendo de ti por ser visto conmigo así vestido, y ellos creen que voy a dormir contigo —me quejé.

— ¿Por qué no querría ser visto contigo?

— ¿De qué estábamos hablando? —Pregunté, tratando de evitar el sonrojo en mis mejillas.

—De ti. ¿Cuál es tu especialidad? —preguntó.

—Oh, eh… educación general, por el momento. Todavía estoy indeciso, pero me estoy inclinando hacia contabilidad.

—Tú no eres de aquí, sin embargo. Debes ser un trasplante.

—Busan. Igual que Luhan.

— ¿Cómo llegaste hasta aquí desde alli?

Cogí la etiqueta de la botella de cerveza. —Sólo teníamos que escapar.

— ¿De qué?

—Mis padres.

—Oh. ¿Qué hay sobre Luhan? ¿El tiene problemas con sus padres, también?

—No, ellos son geniales.Prácticamente me criaron. El sólo vino a lo largo; el no quería que viniese solo.

Jongin asintió con la cabeza. —Así que, ¿por qué Eastern?

— ¿Qué pasa con el tercer grado? —Le dije. Las preguntas estaban dirigiéndose de una pequeña charla a lo personal, y estaba comenzando a sentirme incómodo.

Varias sillas entrechocaron cuando el equipo de fútbol abandonó sus asientos. Intercambiaron una última broma antes de serpentear hacia la puerta. Los que estaban en la parte trasera empujaron a los de adelante para escapar antes de que Jongin hiciera su camino a través de la habitación. Se sentó, obligando a la frustración y la ira a desvanecerse.

Levanté una ceja.

—Ibas a decir por qué elegiste Eastern —dijo.

—Es difícil de explicar, —le dije, encogiéndome de hombros—. Creo que sólo se sentía bien.

Él sonrió cuando abrió el menú. —Sé lo que quieres decir.

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Caras conocidas ocupaban los asientos de nuestra mesa del almuerzo favorita. Luhan se sentó en un lado de mí, Suho en el otro, y el resto de los asientos fueron interceptados por Sehun y hermanos Sigma Tau. Era difícil de escuchar con el ruido dentro de la cafetería, y el aire acondicionado parecía estar descompuesto nuevamente. El aire estaba cargado con el olor de comida frita y piel sudorosa, pero de alguna manera todo mundo parecía tener más energía de lo habitual.

—Hola, Chen —dijo Shepley, saludando al hombre que estaba sentado delante de mí. Su piel aceitunada y ojos color chocolate contrastaba con la gorra blanda del equipo de futbol de Eastern.

—Te perdí después del partido del sábado, Sehun. Bebí una o seis cervezas en tu honor. —dijo con una amplia y blanca sonrisa.

—Te lo agradezco. Llevé a Lu a cenar. —dijo, inclinándose para besar la rubia cabellera de Luhan.

—Estás sentado en mi silla, Chen.

Chen se volvió a ver a Jongin parado detrás de él, y luego me miró a mí, sorprendido. —Oh, ¿es el uno de tus chicos, Jong?

—Absolutamente, no. —dije, sacudiendo la cabeza.

Chen miró a Jongin, quien lo miraba expectante.

Chen se encogió de hombros y luego tomó su bandeja al final de la mesa.

Jongin me sonrió mientras se acomodaba en el asiento. — ¿Qué hay de nuevo, Pidge?

— ¿Qué es eso? —Pregunté, incapaz de apartar mi mirada de su bandeja. La comida misteriosa en su plato parecía una exhibición de cera.

Jongin se echó a reír y tomó un sorbo de su vaso de agua. —Las señoras de la cafetería me asustan. No criticaré sus habilidades culinarias.

No puede ignorar las miradas de los que estaban sentados en la mesa. El comportamiento de Jongin despertaba su curiosidad, y reprimí una sonrisa al ser la unica persona a la que habían visto insistir en sentarse cerca.

Ugh… el examen de Bio es después del almuerzo, —se quejó Luhan

 

— ¿Has estudiado? —Le pregunté.

—Dios, no. Pasé toda la noche tranquilizando a mi novio de que no dormirías con Jongin.

Los jugadores de fútbol sentados al final de la mesa detuvieron su desagradable risa para escuchar más de cerca, provocando a los demás estudiantes darse cuenta. Miré a Luhan, pero el no le importaba la culpa, empujando a Sehun con el hombro.

—Jesús, Sehun. Lo pasas tan mal, ¿eh? —preguntó Jongin, lanzando un paquete de salsa de tomate a su primo. Sehun no contestó, pero sonrió con diversión en dirección a Jongin.

Luhan frotó su espalda. —Él va a estar bien. Sólo le tomará un tiempo para creer que Kyungspp es resistente a sus encantos.

—No he tratado de seducirlo —resopló Jongin, pareciendo ofendido—. El es mi amigo.

Miré a Sehun. —Te lo dije. No tienes nada de qué preocuparte.

Sehun finalmente me vio a los ojos, y al ver mi expresión sincera, sus ojos se iluminaron un poco.

— ¿Tú estudiaste? —me preguntó Jongin.

Fruncí el ceño. —Ninguna cantidad de estudio me va a ayudar con la Biología. Es algo que no puedo entender del todo.

Jongin se puso de pie. —Vamos.

— ¿Qué?

—Vamos a tomar tus notas. Voy a ayudarte a estudiar.

— Jongin …

—Levanta tu trasero, Do. Vas a aprobar ese examen.

Tiré uno de los los cabellos rubios de Luhan mientras pasaba. —Nos vemos en clase, Lu.

El sonrió. —Te voy a guardar un asiento. Necesitaré toda la ayuda que pueda conseguir.

Jongin me siguió hasta mi habitación y saqué mi guía de estudio mientras él abrió el libro. Me interrogó sin descanso, y luego aclaró algunas cosas que no entendía. En la forma en que él explicaba, los conceptos pasaron de ser confusos a obvio.

—… Y las células somáticas usan mitosis para reproducirse. Eso es cuando tienes las fases. Suenan como una especie de nombre de mujer: Prometa Anatela.

Me eché a reír. — ¿Prometa Anatelo?

Profase, Metafase, Anafase y Telofase.

—Prometa Anatelo, —repetí, asintiendo con la cabeza.

Golpeó mi cabeza con los papeles. —Lo tienes. Ahora sabes esta guía al derecho y al revés.

Suspiré. —Bueno… ya veremos.

—Te acompañaré a clase. Te cuestionaré en el camino.

Cerré la puerta detrás de nosotros. —No te enfadarás si repruebo el examen, ¿verdad?

—No reprobarás, Kyungsoo. Tenemos que empezar antes del siguiente, sin embargo, —dijo, caminando junto a mí hacia el edificio de ciencia.

— ¿Cómo vas a darme clases particulares, hacer tu tarea, estudiar y entrenar para tus peleas?

Jongin se echó a reír. —No entreno para mis peleas. Tao me llama, me dice dónde es la lucha y voy.

Sacudí mi cabeza con incredulidad mientras él sostenía el papel delante de él para hacer la primera pregunta. Estuvimos a punto de terminar una segunda ronda de la guía de estudio cuando llegamos a mi clase.

—Patea sus traseros —él sonrió y me entregó las notas apoyándose en el marco de la puerta.

—Hola, Jong.

Me volví para a un chico alto, algo desgarbado, sonreírle a Jongin en su camino al salón de clases.

—Minho — Jongin asintió con la cabeza.

Los ojos de MinHo se iluminaron un poco cuando me miró, y él sonrió. —Hola, Kyungsoo.

—Hola. —dije, sorprendido de que él supiera mi nombre. Lo había visto en clase, pero nunca había hablado con él.

MinHo continuó a su asiento, bromeando con los que se sentaban junto a él. — ¿Quién es? —Le pregunté.

Jongin se encogió de hombros, pero la piel alrededor de sus ojos parecía más tensa que antes. —Choi Min Ho. Es uno de mis hermanos de Sig Tau.

— ¿Estás en una fraternidad? —Pregunté, dudoso.

—Sigma Tau, al igual que Sehun. Pensé que ya lo sabías. —dijo, mirando más allá de mí a MinHo.

—Bueno… no pareces el tipo de fraternidad. —le dije, mirando a los tatuajes en sus antebrazos.

 

Jongin volvió su atención hacia mí y me sonrió. —Mi papá es un ex alumno, y todos mis hermanos son Sig Tau… es una cosa de familia.

— ¿Y ellos esperan que jures? —Le pregunté, escéptico.

—En realidad no. Sólo son chicos buenos —dijo, agitando mis papeles—. Es mejor que vayas a clase.

—Gracias por ayudarme —le dije, dándole un codazo. Luhan pasó y lo seguí a nuestros asientos.

— ¿Cómo te fue? —Preguntó el.

Me encogí de hombros. —Es un buen tutor.

—Es un buen amigo, también.

El parecía decepcionado , y reí ante la expresión de su rostro.

Siempre había sido el sueño de Luhan que ambos saliéramos con amigos en común, y chicos que fueran primos para el era sacarse el premio mayor. El quería compartir la misma habitación cuando decidió venir conmigo a Eastern, pero veté su idea, con la esperanza de extender mis alas un poco. Una vez que terminó de hacer pucheros, se centró en la búsqueda de un amigo de Sehun al cual presentarme.

El sano interés de Jongin hacia mí había superado sus expectativas.

Terminé rápidamente la prueba y me senté en las escaleras del edificio, esperando a Luhan. Cuando el se dejó caer a mi lado en derrota, esperé a que hablara.

— ¡Eso fue horrible! —Exclamó.

—Deberías de estudiar con nosotros. Jongin lo explica muy bien.

Luhan gimió y apoyó la cabeza en mi hombro.

— ¡Tú no fuiste ayuda en absoluto! ¿No podrías haberme dado un guiño de cortesía o algo así? —Enganché mi brazo alrededor de su cuello y caminé con el hasta nuestro dormitorio.

Durante la siguiente semana, Jongin me ayudó con mi trabajo de historia y me tuteó en Biología. Nos paramos juntos escaneando la lista de calificaciones fuera de la oficina del profesor. Mi número de estudiante estaba a tres puntos de la cima.

— ¡La tercera calificación más alta en el examen! ¡Bien hecho, Do! —Dijo, abrazándome. Sus ojos brillaban de emoción y orgullo, y un sentimiento extraño me hizo dar un paso atrás.

—Gracias, Jongin. No podría haberlo hecho sin ti. —le dije, tirando de su camiseta.

Él me tiró sobre su hombro, abriéndose camino entre la multitud detrás de nosotros. — ¡Abran paso! ¡Muévanse, gente! ¡Vamos a darle paso a este pobre chico con un desfigurado, horrible y descomunal cerebro! ¡El es un jodido genio!

Me reí ante las expresiones divertidas y curiosas de mis compañeros de clase.

Como pasaban los días, nos vimos involucrados en los rumores sobre una relación. La reputación de Jongin ayudó a calmar los chismes. Él nunca se había quedado con alguien más de una noche, así que cuantas más veces se nos veía junto, más gente entendía nuestra platónica relación por lo que era. A pesar de las constantes preguntas de nuestro compromiso, el flujo de atención que Jongin recibía de sus compañeros no cedió.

Él siguió sentándose a mi lado en historia y comiendo conmigo en el almuerzo. No tomó mucho tiempo darme cuenta que me había equivocado sobre él, incluso mostrándome defensiva ante a los que no conocían a Jongin como yo lo hacía.

En la cafetería, Jongin puso una lata de jugo de naranja delante de mí.

—No tenías por qué haberlo hecho. Yo iba a tomar uno —dije, quitándome la chaqueta.

—Bueno, ahora no tienes que hacerlo. —dijo, mostrando el hoyuelo en la mejilla izquierda.

Chen dio un resoplido. — ¿El te convirtió en mandilón, Jongin? ¿Qué sigue después, abanicarlo con una hoja de palmera, mientras usas un Speedo5?

Jongin le lanzó una mirada asesina y salté a su defensa. —Tú no podrías llenar un Speedo, Chen. Cierra tu estúpida boca.

— ¡Tranquilo, Kyungsoo! ¡Estaba bromeando! —dijo Chen, levantado sus manos.

—Sólo… no hables así de él. —le dije, frunciendo el ceño.

La expresión de Jongin era una mezcla de sorpresa y gratitud. —Ahora sí que lo he visto todo. Acabo de ser defendido por ti —dijo, poniéndose de pie. Antes de irse con su bandeja, ofreció una mirada de advertencia a Chen, y luego salió para reunirse junto a un pequeño grupo de fumadores fuera del edificio.

Traté de no mirarlo mientras reías y hablaba. Todas las chicas en el grupo sutilmente competían por el lugar al lado de él,incluso algunos chicos, Luhan me golpeó con el codo en las costillas cuando se dio cuenta de que mi atención estaba en otra parte.

— ¿Qué ves, Kyungsoo?

—Nada. No estoy mirando nada.

Apoyó la barbilla en la mano y sacudió la cabeza.

—Son tan obvios. Mira a la pelirroja. Ella ha pasado sus dedos por el pelo tantas veces como parpadea. Me pregunto si Jongin se cansa de eso.

Sehun asintió con la cabeza. —Lo hace. Todo el mundo piensa que es un imbécil, pero si supieran la cantidad de paciencia que hace frente a todas las chicas que piensan que lo pueden domar… él no puede ir a ninguna parte sin ser molestado. Confía en mí; él es mucho más amable de lo que yo lo sería.

—Oh, como si no te gustaría. —dijo Luhan, besando la mejilla de Sehun.

Jongin estaba terminado su cigarrillo fuera de la cafetería cuando pasé. —Espera, Do. Te acompaño.

—No tienes que acompañarme a todas las clases, Jongin. Sé cómo llegar por mí misma.

Jongin fue fácilmente distraído por una chica con pelo largo y negro y una falda corta caminando mientras le sonrió. Él la siguió con la mirada y asintió con la cabeza en la dirección de la chica, arrojando su cigarrillo.

—Te veré más tarde, Kyungsoo.

—Sí. —dije, poniendo los ojos en blanco mientras él trotaba hacia la chica.

El asiento de Jongin permaneció vacío durante la clase, y me encontré a mí misma un poco enfadada con él por perder la clase por una chica a la que no conocía. El Profesor terminó la clase temprano, y me apresuré por el césped, consciente de que tenía que encontrarme con Suho a las tres para entregarle las notas de La Música de Sherri Cassidy. Miré mi reloj y apresuré el paso.

— ¿Kyungsoo?

MinHo corrió por el césped hasta llegar a mi lado. —No creo que nos hemos conocido formalmente, —dijo, tendiéndome la mano—. Choi MinHo.

Tomé su mano y sonreí. —Do Kyungsoo.

—Estaba detrás de ti cuando recibiste tu calificación de biología. Felicidades. —sonrió, metiendo las manos en los bolsillos.

—Gracias.  Jongin ayudó, o habría estado al final de la lista, créeme.

—Oh, ustedes son…

—Amigos.

MinHo asintió y sonrió. — ¿Te dijo que hay una fiesta este fin de semana?

—Por lo general sólo hablamos de biología y comida.

MinHo se echó a reír. —Eso suena como Jongin.

En la puerta de Morgan Hall, MinHo escaneó mi cara con sus grandes ojos cafes. —Deberías venir. Será divertido.

—Hablaré con Luhan. No creo que tengamos ningún plan.

— ¿Son un paquete?

—Hemos hecho un pacto este verano. No asistiremos a ninguna fiesta sin el otro.

—Inteligente. —asintió con la cabeza en señal de aprobación.

—El conoció a Sehun en la clase de orientación, por lo que en realidad no he tenido que estar junto a el tanto. Esta será la primera vez que necesitaré preguntarle, estoy seguro que estará feliz de venir. —Me regañé internamente. No sólo estaba balbuceando, sino que había hecho obvio que yo no era invitado a fiestas.

—Genial. Nos vemos allí. —dijo. Él mostró su perfecta sonrisa de modelo de Banana Republic con su mandíbula cuadrada y su piel naturalmente bronceada, caminando por el campus.

Lo vi alejarse; él era alto, limpio, con una camisa apretada de vestir a rayas y jeans. Su cabello negro oscuro rebotaba cuando caminaba.

Me mordí el labio, halagada por su invitación.

—Ahora, él es más tu tipo. —dijo Suhp en mi oído.

—Él es lindo, ¿eh? —Le pregunté, sin poder dejar de sonreír.

—Diablos, sí, él es lindo… en la posición de misionero o algo así.

— ¡Suho! —Grité, golpeándolo en el hombro.

— ¿Obtuviste las notas de Sherri?

—Sí, —dije, sacándolas de mi bolso. Él encendió un cigarrillo, lo sostuvo entre los labios y miró hacia los papeles.

—Jodidamente brillante. —dijo, escaneando las páginas. Él las dobló y guardó en su bolsillo—. Lo bueno es que las calderas de Morgan no están funcionando. Necesitarás una ducha de agua fría después de recibir miradas lascivas por ese alto chico.

— ¿Los dormitorios no tienen agua caliente? —Gemí.

—Eso es lo que cuentan. —dijo Suho, deslizando su mochila sobre su hombro—. Me voy a Algebra. Dile a Luhan que dije que no se olvide de mí este fin de semana.

—Yo le diré. —me quejé, mirando las paredes de ladrillo antiguo de nuestro dormitorio. Caminé a mi habitación, abrí la puerta y dejé caer mi mochila al suelo.

—No hay agua caliente. —murmuró Xiumin desde su lado del escritorio.

—He oído.

Mi celular sonó, lo abrí para encontrarme con un mensaje de Luhan maldiciendo las calderas. Unos minutos después se oyó un golpe en la puerta.

Luhan entró y se dejó caer sobre la cama, sus brazos cruzados. — ¿Pueden creer esta mierda? ¿Cuánto no estamos pagando y ni siquiera podemos tomar una ducha con agua caliente?

Xiumin suspiró. —Deja de quejarte. ¿Por qué no te quedas con tu novio? ¿No has estado quedándote con él, de todos modos?

Los ojos de Luhan se enfocaron en Xiumin. —Buena idea, Xiumin. El hecho de que seas una perra es útil a veces.

Xiumin mantuvo sus ojos en el monitor de su computadora, sin inmutarse por el golpe de Luhan.

Luhan sacó su teléfono celular y envió un mensaje de texto con una velocidad y precisión asombrosa. Su teléfono sonó, y el me sonrió. —Nos vamos a quedar con Sehun y Jongin hasta que arreglen las calderas.

— ¿Qué? ¡No me quedaré! —Grité.

—Oh, sí que lo harás. No hay ninguna razón para que te quedes atrapado aquí, congelándote en la ducha cuando Jongin y Sehun tienen dos baños en su apartamento.

—No he sido invitado.

—Yo te estoy invitando. Sehun ya dijo que estaba bien. Puedes dormir en el sofá… si es que Jongin no lo está utilizando.

— ¿Y si lo está usando?

Luhan se encogió de hombros. —Entonces puedes dormir en la cama de Jongin.

— ¡De ninguna manera!

El puso los ojos en blanco. —No seas un bebé, Kyungsoo. Ustedes son amigos, ¿verdad? Si él no ha intentado nada hasta ahora, no creo que lo hará.

Sus palabras hicieron que mi boca se cerrara. Jongin había estado a mí alrededor en una u otra manera todas las noches durante semanas. Había estado tan ocupado asegurándome de que todos notaran que sólo éramos amigos, que no se me había ocurrido que él realmente sólo estaba interesado en nuestra amistad. No estaba segura por qué, pero me sentí insultado.

Xiumin nos miró con incredulidad. — ¿Kim Jongin no ha intentado dormir contigo?

—Somos amigos. —le dije en tono defensivo.

—Lo sé, pero él ni siquiera ha… ¿intentado? Él ha dormido con todo el mundo.

—Excepto nosotros. —dijo Luhan, mirándolo—. Y tú.

Xiumin se encogió de hombros. —Bueno, nunca lo he conocido. Sólo he oído rumores.

—Exactamente. —le espeté—. Ni siquiera lo conoces.

Xiumin regresó a su monitor, ajeno a nuestra presencia.

Suspiré. —Muy bien, Lu. Tengo que hacer las maletas.

—Asegúrate de empacar por unos días, quién sabe cuánto tiempo llevará arreglar las calderas. —dijo, muy emocionado.

El temor se apoderó de mí como si estuviera a punto de entrar al territorio del enemigo. —Ugh… bien.

Luhan saltó cuando me abrazó. — ¡Esto será tan divertido

Notas finales:

Jongin era lindo despues de todo :3 dejen sus comentarios!!


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