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Mush-room por Amok Scarlet

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Notas del capitulo:

Hola!!!

Bueno, llego el final

El mundo si cambió.

Una nueva vida lo espero al ver el mundo de otra forma.

La tormenta había acabado, gracias a los fuertes vientos de un insecto gigante las nubes corrieron lejos.

A todo el grupo de Akatsuki los llevaron a la aldea de los duendes. Donde el consejo de magia los esperaba. Y el hombre planta sobrevivió al ataque del hombre lobo.

Naruto corrió como loco hasta llegar a la aldea, pasando de todos los que se ponían en su camino y esa molesta voz en su cabeza de nuevo

Ya te dije que está bien — decía la vocecita fastidiosa

No importa, tengo que verlo — trataba de ignorar la vocecita, pero ya no solo era una, eran nueve, ¡nueve vocecitas en su cabeza! —más la suya y una que apenas y escuchaba y no sabía de quien era

Jajá el chiquitín no puede estar quieto — la voz del mapache lo irritaba, ¡pero lo que más lo irritaba eran sus risas!

¡¿Pero que no vez la cara que tiene?! — preguntaba el mono

¡Sería mejor verlo a vivo y todo color! — respondía Isobu la tortuga

¡Cállense! — cuando gritó entro al hospital, preguntando por su Sasuke y corrió a la habitación tropezándose con los escalones

— ¡Sasuke! — gritó al entrar a la habitación

— Shh… dobe, me duele la cabeza — estaba despierto presionando la cien por el grito del rubio

— ¿Estás bien? — se acercó con paso rápido

— Sí — apenas y abrió la boca el rubio lo interrumpió

— ¿El bebé? — Estaba tocando el cuerpo del azabache, viendo que no tuviera ninguna herida

— Bien, Tsunade dijo que… — lo volvieron a interrumpir

— Veo que ya estás aquí — una rubia acompañada de una peli-rosa y otros tantos más se amontonaron en la habitación

Las chicas corrieron donde el azabache quitando al rubio de su lugar, lo abrazaron y lloraron al ver que estaba bien. Él solo frunció el ceño no le gustaba que lo toquen. Pero al ver la cara de alivio del rubio y su sonrisa, algo le dio y se puso a llorar. Preocupando al rubio acercándose de nuevo al azabache.

Acarició sus cabellos

— ¿Qué tienes? — le susurró. El azabache negó con la cabeza

— Nada, solo… — se secaba las lágrimas que no dejaban de salir. ¡Condenadas lágrimas! — Yo solo estoy feliz de que estas bien

El rubio se sorprendió. Lo estrecho y besos sus cabellos

— Te amo — se sonrojo, más al ver las caras de las chicas que tenían destellos en sus ojos y suspiraban al ver la escena

— Do… be… — sus miradas eran demasiado para él. Quiso evadirlas, pero se encontró con las miradas de los chicos. Unos veían con fastidio, no a él, a las chicas.

— Mucho amor, mucho amor — decía la rubia acercándose y alejando a las chicas y al rubio — ejem… ¿ya le dijiste? — El azabache negó con la cabeza — bien, Naruto — el chico tomó posición junto a la cama

— Sí — fue su contestación

— Escucha — todos callaron — el bebé está en perfecto estado. En realidad nos sorprendió que no hubiese recibido ningún daño. Al igual que Sasuke, ambos están perfectos, sin ninguna herida

— Pero estaba inconsciente — refutó Naruto

— Estaba dormido — explicó la rubia — por el agotamiento físico. Eso es lo extraño — empezó a divagar — según Obito el águila los protegió, pero la lava debió alcanzarlo, eso porque el águila se quemó el ala y debió de llegar a Sasuke. Pero no paso…

Naruto no entendía nada. Lo que fuese, ya paso. Pero se quedó quieto por temor a que la rubia le hiciera algo. Así que decidió ver a Sasuke desde donde estaba “hermoso”

7 meses ½ después…

— ¡Está entrando en labor de parto! — La pelinegra con su bebé gritaba — ¡Llamen a Tsunade-sama!

La peli-rosa corrió a gritar a la calle

— ¡Llego la hora! — Y la voz corrió por las calles hasta donde se encontraba la rubia. Qué salió disparada hasta el hospital donde seguro estaría su paciente

— ¡Listo! — se colocó a un lado y llegaron dos chicos

— ¡Vamos rápido! — lo cargaron y llevaron hasta el hospital

En el camino…

— ¿Alguien… le aviso a… Naruto? — decía entre respiración y respiración

— Respira, uno… dos… — decía la pelinegra mientras un duende gordito contestaba

— Ya lo mandaron traer

— Qué problemático — fue la contestación del otro duende que cargaba al azabache

— ¡Ese dobe! — gritó

No muy lejos de ahí…

— ¿Cómo está todo por allá? — preguntó un rubio a un humano azabache

— Pues lo llevan bien, el consejo los hizo realizar voluntariado van a terminar en dos meses. Fueron muy accesibles después de que los apoyaras

— Oh, ya veo. Qué bien-ttebayo — hizo una pausa — ¿han encontrado a Tobi?

— ¿No te dijeron? — Negó con la cabeza — Tobi era Zetsu

— ¿Enserio? — se sorprendió

— Si, solo unos conocían su secreto — se levantó de donde estaba — vale, me voy. Tengo que ver cómo les está yendo

— De acuerdo — se despidió con la manita

— Nos vemos — y se perdió entre los árboles

— El consejo está muy indulgente por tu culpa, mocoso — dijo el zorro que estaba sentado junto a él

— Solo, fueron por mal camino, ahora todo está bien-ttebayo — Esperen… — guardo silenció y trato de escuchar mejor

Papá — decía la vocecita desconocida para él hace solo unos meses atrás — papá — una risita

— Me está llamando — dijo mirando a sus acompañantes

— ¿Aimi? — preguntó el zorro. El chico asintió

— ¿Lo puedes ver? — preguntó el rubio a Isobu, la tortuga

— Sí, está camino al hospital — el rubio se levantó y empezó a correr

— ¡Los veo luego! — gritó después de haberse alejado

— Se ve feliz — menciono el gato

— ¿Alguien sabe cómo se metió en nuestra conversación? — cuestionó Kokuoo el caballo. Una risita maliciosa afloro en el zorro

— ¡Fuiste tú! — lo señalaron

— ¿Algún problema? — pregunto con mirada asesina, sin embargo nadie se inmuto

— No ninguna — contestaron

— En realidad será divertido — comentó Shukaku el mapache, su mirada se volvió cómplice con las demás

Vio como un rubio corría hacía su dirección

— ¡Hey Naruto! — gritó antes de que lo pasará

— ¡Vamos Kiba! — alzo la mano para que lo siguiera

— ¿Ya lo sabes? — preguntó algo confundido

— Sí — tenía una enorme sonrisa en el rostro — ¡Vamos!

— ¡¿Dónde está?! — gritaba mientras lo llevaban a la sala de partos

— ¡Ya viene! — Sakura trataba de tranquilizarlo. Pero no ayudaba mucho

— ¡Esté bebé no sale hasta que esté ese dobe aquí! — sentenció, mientras entraba al cuarto

— ¡Qué tal chicos! — saludaba un rubio entrando por las puertas del hospital mientras los otros chicos se hundían en el suelo agotados

— Ese Uchiha da mucha batalla — decía Chouji recargándose en el gran hongo que era el hospital

— Tch, demasiado problemático — cerró los ojos

El rubio corría por las escaleras tratando de no estrellarse

— ¡Vamos, entra rápido! — lo apresuraba una peli-rosa y una pelinegra

— ¡Sasuke! — derrapó al entrar situándose a lado de la cama donde estaba el azabache atrapando su mano

— ¡Cómo se te vuelva a hacer tarde maldito dobe! — El rubio sonreía nervioso

— ¡Comencemos!

— Apuesto a qué se desmaya — mencionaba Kiba

— En contra — Chouji puso seis frijolitos

— ¿Qué hacen chicos? — preguntaba Hinata con su bebito en brazos

— Mmm… — dudaban decirle

— Apostando si Naruto se desmaya o no — soltó tranquilamente Shikamaru recostado en su lugar

— Se desmaya — la peli-rosa coloco nueve frijolitos en el centro, junto con los de los otros chicos

— Yo también — mencionó Hinata sentándose con ellos y colocando cinco frijolitos

— ¿Tú, Shikamaru? — preguntó Chouji a su amigo

— Mmm… — lo pensó un momento — No se desmaya — colocó ocho frijolitos

Mientras…

— ¡Qué linda niña! — gritaban las enfermeras al ver al bebé antes de pasárselo a sus padres

— ¿Cómo se va a llamar? — pregunto Tsunade, que se quitaba unos guantecitos

— Aimi — contesto el rubio y el azabache que le pedía a la nena. Era tan pequeñita como la uña del dedo meñique

— Es hermosa — decía el azabache cargando a su bebita — Tiene tus ojos dobe — sonreía a la bebé que estiraba sus manitas

— Y tus cabellos — acariciaba con cuidado la cabecita del bebé que mostraba unos mechones negros

Papá — el rubio escuchaba la voz de su nenita en su cabeza — Papi… feliz

— Si mi vida, feliz — contestaba el rubio ante la mirada asombrada de los demás menos del azabache — dice que está feliz

— Claro nenita, feliz de tenerte — le contestó el azabache a la bebita con una sonrisa. La beba cerró los ojitos, sonriendo

Una enfermera se acercó para llevarse al bebé para bañarla, el azabache se la dio no queriendo separarse de su nenita.

— Déjalo descansar — se acercó Tsunade. El rubio asintió

— Te veo luego — le dio un beso en la frente — Te amo — Y salió de la habitación

El azabache estaba agotado, que se durmió inmediatamente, con la ayuda del efecto de la anestesia

— ¡He ganado! — gritó Chouji cuando vio salir a Naruto del hospital

— ¿De qué hablan? — preguntó el rubio al escuchar el barullo que armaban sus amigos

— ¡¿Te desmayaste?! — preguntaron los que creyeron haber perdido

— No — meneo la cabeza en forma negativa — ¿Por…?

— ¡Sí! ¡He ganado! — gritaba Chouji recogiendo los frijolitos

— ¡Yo también he ganado! — decía Shikamaru a su amigo que se llevaba el botín

— ¿Eh? — el rubio no entendía ni pío

— ¿Qué fue? — preguntó la pelinegra

— ¿Niña o niño? — la peli-rosa le siguió

— Niña — sonrió satisfecho, ya se los había dicho, pero no le creían

— ¡Naruto! — una rubia junto con el resto de sus amigos llegaban

— ¿Cómo fue? — preguntó. Y él contó la historia

Unos días después…

— ¿Ahora qué sucede…? — preguntó cansado al escuchar el llanto de su nena. Después de haber salido del hospital se mudaron a vivir juntos, en un honguito más grande — Dobe, despierta — lo agitaba

— Mmm… — se removió en su lugar

— La nena — se explicó

— Ah… — se levantó — voy yo

Camino al cuarto de la beba, la sacó de su cuna y empezó a hablarle

— ¿Qué pasa mi amor? — la arrullaba en sus brazos

Calentito — había dejado de llorar en cuanto la cargó. Pensó en mudar la cuna a su cuarto en lo que crecía su bebita

— ¿Quieres que te cante? — hablaba dulcemente. Su bebé era una bendición del dios sol. Y del zorro, no se le olvidaba

“Duerme pequeña no tengas temor,

Papá te va a buscar un ruiseñor.

Si su canto no te suena placentero,

Papá te comprará un sonajero.

 

Y si el sonajero no suena bien,

Papá te mecerá en un vaivén.

Y si te cansas del achuchón,

Papá te va a buscar un acordeón.

 

Cuando el acordeón ya no se escuche,

Papá te traerá un perrito de peluche.

Y si el perrito no sabe ladrar,

Un carro y un chupete papá te va a comprar.

 

Y si no quieres ni el carro ni el chupete,

Papá te va a traer un lindo juguete.

Duérmete pequeña, no tengas temor,

Que papá te canta una nana con amor.”

 

Mientras el cantaba un lindo azabache veía como paseaba por la habitación el rubio con la bebita en brazos. Todavía no se daba cuenta que estaba ahí.

Cuando termino de arrullarla cerca de la ventana se dio la vuelta y vio al su azabache sonriendo. Le encantaba que solo esa sonrisa la pudiera ver él y su linda nena. El rubio le sonrió y el azabache se acercó

— Se acaba de dormir — susurró. Mientras acomodaba a la bebé en la cuna

— Eres muy meloso dobe — se colocó a su lado y removió los cabellos de su hija

— Es lo que te gusta de mí — susurró en su oído

— Hmp — sonrío de lado. Ese dobe lo conocía demasiado bien — Buenas noches Aimi

— Hasta mañana Aimi — se despidió y salieron de la habitación sigilosamente — Ahora tú y yo vamos a la cama — lo tomó por la cintura desde atrás recargando su cuerpo en el azabache

— ¿Qué harás dobe? — se arrimó más a su cuerpo caminando lentamente y entrando a la habitación

— Nada que no te guste — le mordió el lóbulo y cerró la habitación

Notas finales:

Gracias a tod@s por:

  • Haberme acompañado en este fic
  • Dejarme sus comentarios
  • Haberme aguantado hasta el final

Y espero:

  • Verlos en otro fic suyo o mío
  • Qué les haya gustado
  • Qué se animen y me dejen un comentario

Y bueno, eso es todo. De nuevo muchas gracias, me divertí con ustedes y con mi mini historia

Nos vemos, Bye bye

Amok Scarlet

 

 


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