¿Cuánto tiempo había pasado? El chico seguía ahí tumbado como un muerto. Ya se estaba desesperando. ¿Por qué daba tantos problemas? Tenía que sacarlo de su nube negra o nunca terminarían lo que tenían que terminar.
— Naruto — hablo el peli-blanco — Naruto — lo tomo del hombro agitándolo un poco — Naruto — seguía sin recibir respuesta, por lo que lo volteo viendo la cara del rubio que lo dejo algo espantado — ¿Qué te paso?
…
Ellos estaban metidos en lo que acababan de sentir, tenían las miradas abajo. Cada quien analizando lo que sucedió. Ese chico iba a ser su líder, su maestro. Lo demostró en segundos. Lo entendían, tendrían que convivir con él esos meses. No sabían si podrían soportar las olas de emoción que los azotaban. Como hace unos momentos.
— Ahora ya lo saben — habló el zorro llamando la atención del resto. Qué lo miraban con recelo — yo les advertí
— ¿Así va a ser siempre? — preguntó la babosa
— Al principio, después ya lo controlas
— ¿Cómo lo has soportado tanto tiempo? — se preguntaba el gato
— Tantos años cuidándolo y viendo cómo vive, uno aprende aunque no quiera — el zorro se había recostado en el pasto
Lo miraban, ¿Por eso cambio tanto? Sentimientos, los conocían pero nunca los experimentaron, hasta ese momento. Todo parecía nuevo. Sentir era aterrador, los vivos sentían, menos ellos. No con tanta intensidad.
Unos miraban al zorro y otros giraron a ver al rubio que parecía costal de papas siendo agitado por el peli-blanco
¿Qué estaba sucediendo?
— Hey Naruto reacciona — lo agitaba pero el chico seguía en un estado inerte, no pensaba, no sentía simplemente se deshizo
— Si lo haces veremos al Uchiha — el zorro hablo desde su lugar. Se levantó enseguida, sus ojos se iluminaron y sus fuerzas regresaron
— ¿De verdad-ttebayo? — había corrido hasta donde el zorro que mantenía los ojos cerrados
— Solo si te aplicas — le respondió abriendo un ojo. Eso siempre funcionaba
— ¡Lo haré-dattebayo!
— Hum — sonrió satisfecho el zorro
— ¡¿Y qué esperamos?! — grito emocionado
……………………………………
Estaba en la camilla, la chica lo estaba vigilando. Cuando se enteró salió pitando al hospital. Tanto lo había afectado la desaparición del rubio. Ella sabía que se amaban, tanto que cualquiera se daría cuenta, pero frente a la gente de la villa no lo mostraban, se guardaban en la casa del azabache, en la del rubio y en la suya. ¿Cuánto tiempo llevaban juntos? Ah sí hace solo unas cuantas semanas
Pero se les veía bien estando juntos, hasta ella lo admitía, dijeran lo que dijeran hacían bonita pareja. Pero no ella tenía que meterse en la discusión de ambos y empeorarlo todo. Aunque era una tontería pensándolo en este momento.
— Sasuke — le tomo la mano, estaba durmiendo. Tsunade había mandado a checar su sangre y otras cosas, que les ayudarían a saber que tenía y que provocaba que estuviera así — ponte bien o Naruto me mata — se rió ante su ocurrencia, Naruto no podría matar ni a una mosca, al menos que dañaran a sus personas queridas, no tenía que ser un genio para saberlo
— Mmm — se acomodaba en la cama, girándose dándole la espalda a la chica
— Parece que ya estas mejor — se dijo a sí misma. Se abrió la puerta y entro la mujer de grandes proporciones, su ceño estaba fruncido. En la mano traía unas hojas que ligeramente estrujaba — Tsunade-sama que es lo que tiene
— Sakura — miró a la chica y pasó su vista al chico en la cama — ahf — se masajeo las cienes con su mano libre, tenía que decirle a la peli-rosa el estado del azabache. Tremendo lío ¿cómo sucedió? — Será mejor decírtelo cuando despierte
— Pero ¿está grave? — estaba preocupada la cara de la Hokage no ayudaba a calmarle. Su mano estaba sobre su pecho hecho puño
— Está bien, solo es el estrés
— Qué alivio — se relajó. Pero ahí faltaba algo lo sabía por la cara de la rubia, no le decía todo — ¿eso no es todo verdad?
— No, pero hasta que despierte, por ahora dejémoslo descansar
— De acuerdo — la mujer rubia salió del cuarto — volveré más tarde — se dirigió al azabache que seguía durmiendo
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— Entonces se te escapó — se burlaba un chico de cabellos negros, su cara cubierta por una mascara
— Ya cállate — ese chico era insufrible
— Jajá al gran Itachi se le escapo su presa — se reía sin consideración — tú con tu gran semblante jajá ya, ya me imagino al ratoncito corriendo entre tus piernas y tú ni lo podías atrapar jajá eso tenía que verlo jajá — un golpe en su cabeza lo cayó — auch
— Ya cállate Tobi — ese chico era un problema, un problema muy ruidoso
— Deidara-sempai eso duele — se sobaba la choya
— Te lo mereces-hum Itachi no podía con ese duendecillo por lo escurridizo
— No ayudes — le respondió el aludido — mejor cállate Deidara
— Pero yo solo quería ayudar-hum — se acercó al azabache que estaba sentado en una silla y lo abrazó por el cuello subiendo su mano a la cabeza de este acariciándole los cabellos
— ¿Y cómo vamos a encontrar al ratoncito? — preguntó un hombre en la esquina de la misma con ojos pequeños y blancos con piel de tiburón
— Ya se me ocurrirá algo — respondió con toda tranquilidad, todo se resolvía, él era un genio
— El gran Itachi no sabe cómo hacerlo — se seguía burlando el enmascarado
— Cállalo o lo descuartizo en este instante — ordenó sin referirse a nadie en especial. Alguien lo amarro a una silla y le coloco una bolsa en la cabeza. Al final terminaron ignorándolo
— ¿Y bien que hacemos? — preguntó un pelirrojo sentado en otra de las sillas
— Esperaremos a la noche — respondió Itachi
— ¿Para qué? No tenemos mucho tiempo
— Sasori-dono no le hable así a Itachi que él sabe lo que hace — Y metiéndose de nuevo e ignorando como se desato volvió a interrumpir
— No sabe, por eso quiere que llegue la noche — se había colocado enfrente del azabache que en respuesta lo tomo del cuello y lo azoto al piso — Itachi-san es agresivo
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Estaba despertando, mirando borroso por las lagañas que quedan en los ojos. Se los talló y volvió a abrirlos viendo con claridad en donde se encontraba. Parpadeó varias veces y miro a los lados. Estaba en el hospital. No le gustaba estar ahí. Olía las plantas medicinales y las pociones que se ocupaban para curar las enfermedades que llegaran a atacarlos.
Escuchó la puerta abrirse
— ¡Oh! Sasuke que bueno que despiertas — la peli-rosa estaba regresando por la media tarde — deja llamo a Tsunade-sama
— Sakura… — se tapó la boca, tenía una sensación rara en el estómago que viajaba por su garganta y que parecía querer salir — argh — le vino una arcada, miro a todos lados para poder tirar de su boca lo que quisiera salir. La peli-rosa se dio cuenta que el azabache quería vomitar por lo que tomo el bote que estaba cerca de la cama y se lo tendió.
El chico no aguanto más y expulsó todo. La chica de solo verlo también le dio ganas de volver el estómago por lo que se giró a espaldas de él con la intención de salir
— Voy por Tsunade-sama — y salió corriendo a buscar a la rubia
Al rato que el chico se pudo recuperar del inesperado suceso, la peli-rosada regreso con la rubia. La chica le tendió un vaso de agua para que se le quitara el mal sabor de boca que seguramente tendría.
— Gracias — se enjuago la boca y lo escupió en otro bote que traían las mujeres consigo. Y que una enfermera que pasaba por ahí se llevó ambos
— ¿Estas mejor? — pregunto Sakura
— Sí, gracias — respondió
— Ejem — carraspeó la mujer rubia ya que se olvidaron de su presencia
— Tsunade-sama tiene algo importante que decirte — comentó la peli-rosa
— Te desmayaste cuando ibas a salir de mi oficina, no es nada grave. Pero tendrás que seguir una dieta para que tu cuerpo se mejore — vio la cara de Sakura que ya sabía eso, se moría de ansias por saber que más tenía su amigo —y esto…
— ¿Qué? — el azabache sentía el nerviosismo de las mujeres, preocupándolo
— Estás embarazado