…
-No quiero volver a verte…esa es la verdad.
Dijo con queda voz, fría y distante. El azul de su mirada perdió toda calidez.
¿Por qué? ¿¡Porque?!... ¡¿Por qué estás diciéndome esto!? ¡Alfred!
…
Era un fastidio, una mierda. No había podido conseguir nada que me pudiera llevar a la basura que había destrozado el casillero de Arthur. Solo conseguía puras estupideces de bocas mentirosas.
“…Yo solo escuche que Iggy ha estado jugando con varios chicos para burlarse de ellos…” “Creo que fue un ex novio furioso” “es una zorra” “Ella se lo busco”
-¡Solo mierda! –Grite golpeando la puerta de los cubículos de los baños con el puño. La puerta del sanitario se azoto por el golpe y mi mano se entumeció resentida.- ¡Solo escupen estupideces llenas de mierda!
¿Cuántas veces tenía que contenerme para no cerrarles la boca a golpes?
Me la había pasando vagando por la escuela, no quise entrar a clases y hacerme de la vista gorda ¿Cómo demonios iba a poder hacerlo? El escritorio de Arthur estaba desecho y forrado de grafiti al igual que sus casillero ¡No me iba a quedar tranquilo sentado y hacer como si nada pasara! Matthew y Francis me prometieron ayudar pero…en todo esto algo estaba mal, sentía que estaba pasando algo por alto y no lograba verlo. Me frustraba.
-¡Por fin te encuentro!
Alce la mirada a la puerta. Matt y Francis entraron apurados y a juzgar sus rostros, no tenían nada bueno que decir.
-¿Averiguaron algo que no sean solo sandeces?
-Lo siento.-Dijo enseguida Matt.-Nada de importancia. Solo cosas vulgares.
-Nada que seguramente no hayas escuchado.-Añadió Francis encogiéndose de hombros.- Solo chismes y palabrearías por parte de las chicas. Creen que esto es acoso de un novio celoso o algo por el estilo, otros empiezan a rumorar que en verdad Iggy es un chico travestido.-decía sacando un cigarrillo del bolsillo.-Como resultado, los dos rumores se han fusionado. Y la mayoría cree que, Iggy siendo un chico que viste de mujer, ah echo enfadar a un amante o una cosa semejante.-Dijo encendiendo el pitillo y sosteniendo el humo en su boca unos segundos.
-¡Pero eso no es cierto! –Matt se alejó un paso de Francis para escapar del humo.-La señorita Iggy no puede ser ese tipo de persona. Ella es amable y buena.
-También.-Continuo Francis.-Se dice que esto es por culpa de Alfred…-Francis me lanzó una mirada despectiva.
-¿De qué hablas Francis? ¿Por qué es culpa de Al?
-Alguien en especial, me dijo que los rumores habían comenzado por mandato de afuera.
-¿De afuera? –Pregunte extrañado.
-Un idiota busca pleitos, me dijo que un día después de clase, un hombre de traje le ofreció un trabajo. Ya sabes, dinero fácil a cambio de un favor.
-¿Qué favor?
-El hombre, quería difamar a una chica solo para que su “noviecito” la dejara de una vez.-Francis dio otra bocanada al pitillo blanco.- ¿Ya entiendes de que se trata esto Al?
Sentí que Matt me miraba de nueva cuenta preocupado.
-Eso quiere decir…
-El idiota que me lo dijo, por supuesto, no acepto.-Interrumpió Francis de nuevo a Matt.- “¿Qué clase de matón piensas que soy? Ese cabronazo trajeado no me impresiono” Fue lo que me dijo al final.
-Quiere decir que alguien quiere que me aleje de Iggy.-Sentencie de inmediato.
-Eso parece. Esto es porque alguien de haya afuera no está contento con su relación.
-¿Qué quieren decir? –Preguntaba Matthew confundido.
-Analízalo bien Matt. Hace tiempo que Iggy no asiste a la escuela ¿Por qué de pronto se pusieron violentos sabiendo que ella no estaría en la escuela?
Matt parecía esforzarse en entender lo que quería decir Francis, luego me miro un poco pálido.
Chistee la lengua, enfadado.
-Me tengo que ir.-dije con la mirada clavada en el piso.
-¡Espera Alfred! ¿A dónde vas? –Preguntó Matt tomándome del brazo.
-Tengo que ir con Iggy.-Dije soltándome de Matthew.-Francis… ¿Tu amigo recuerda como era aquel tipo?
-Mmm…es un cabeza de chorlito. Se lo pregunte, pero no pudo recordarlo. Lo siento.
-Ya veo.-Dije pasándolos de largo y saliendo del baño.
-¡Al!
-Déjalo Matt.-Decía Francis dentro de los baños.-Deja que se calme un poco.
-¡Pero…es mi hermano e Iggy!...no creo que sea ese tipo de chica…Me preocupa mucho que alguien haga algo tan extremoso como pagarle a unos matones para que la fastidien ¡Solo porque quieran alejarla de Alfred!
-Matt, no te enfades conmigo, pero creo que Alfred te oculta algo. Debe de haber algo muy importante de por medio que no nos está diciendo.
-Solo porque quieren alejarlo de mi…
Repetí sintiéndome extraño, dejando a Matthew y Francis con sus dudas y teorías. Me iría de la escuela y encontraría a Arthur. Francis tenía razón. No le estaba diciendo todo a Matt. Carraspee y salí del edificio. Sea quien fuere, había hecho esto por mí. No era su intención que Arthur se enterara, su meta, era que yo lo viera…Querían mi atención. Bueno, ahora la tenían cien por ciento.
Después de eso, espere a que el receso terminara. Me escabulliría de la escuela hasta la casa de Arthur. Necesitaba verlo con urgencia.
-Ah…olvide mi mochila.-Pensé cuando estaba del otro lado de la barda.
No importaba. Matt podría llevársela a casa. Escapar de la escuela era pan comido, no había tenido problemas con eso. Era solo cuestión de llegar a casa de Arthur sin que ningún adulto metiche me detuviera por vestir el uniforme escolar y no estar en clase cuando se suponía debía de estarlo.
Siendo un batidillo de emociones diferentes al acercarme a su casa, al pisar su calle, acelere el paso y mi latir acelero con el. Aun no tenía ni idea de cómo iba a abordar el tema, pero tenía la confianza de poder llegar a una solución y por ende atrapar a quien había hecho esto.
- ¡Ey! ¿Qué lindo día tenemos hoy verdad?- Me pare en seco cuando una sonrisa amable y cordial se interpuso en mi camino. Un hombre de cabellera castaña y radiantes ojos azules y una pisca de verde me miraron con ojos dormilones. No me di cuenta de donde salió ¿Estaba parado aquí?- ¡Ah! Disculpa, te eh sorprendido ¿Verdad? –Su semblante me pareció familiar, sin disimulo lo mire de pies a cabeza. Estaba impecable y bien vestido, además de eso.- No tienes por qué preocuparte, soy indefenso a comparación de Allistor.
-¿Allistor?
-Sí, el hermano de Arthur.-Ensancho un poco más su sonrisa.-Nuestro hermano. Pero no me eh presentado ¡Que tonto soy! Mi nombre es Dylan, Dylan Kirkland.-Dijo con una luminosa sonrisa.
- Tú, eres hermano de Arthur. Tu…
Infle el pecho y aliste mis puños. Él… ¡Lastimo a Arthur!
-¡Ah! ¡Qué cara tan terrorífica! –Soltó sin que sus palabras concordaran con su aun tranquilo rostro amigable.- Como te dije, no soy alguien peligroso…a decir verdad, me eh enterado de algo lamentable y eh venido aquí con la esperanza de terminar con esto. Si pudieras escuchar lo que tengo que decir, por favor.-Suplicó.
Tense la quijada. Algo dentro de mí me hacía estar alerta, pero…por otro lado, no tenía nada que perder al escucharlo…
-¿Qué quieres decirme?
Sus ojos dormilones se abrieron un poco y por fin note un rasgo que compartía con Arthur, sus cejas pobladas que se alzaban felices por haber aceptado.
-¡Ah gracias por escucharme! Ammh…tu nombre…
-Alfred.
-¡Mucho gusto Alfred! Bueno, déjame comenzar diciéndote que desapruebo totalmente las acciones de mi hermano mayor, Allistor, él es un cabeza dura y muy tonto…
-Lastimaron a Arthur.-Solté con desagrado.
Dylan parpadeo sorprendido. Seguro no se esperaba que lo supiera, pero no pude contenerme.
-Ah, lo sabes.-Sus ojos cayeron casi cerrándose por completo.-Lamento eso…
-¿Cómo pudieron hacerle eso a Arthur? –Gruñí.- Son sus hermanos ¿Cómo pudieron?
-Alfred.-Hubo algo que me frenó en su voz.-Sé que lo que hizo nuestro hermano mayor estuvo mal, y me siento tan culpable como si yo lo hubiera hecho por no detenerlo. Pero fue un acto irracional que nació por la preocupación, porque estamos preocupados por Arthur.
-¿Cómo puedes decir que “eso” es estar preocupado?
-Lo hicimos porque amamos a nuestro pequeño hermano.
Sentí que mi estómago se llenó de hielo con esas palabras. Los hermanos de Arthur estaban mal de la cabeza si creían que podían decir que sus actos eran por amor.
-Permitir que se vistiera como una chica siendo un hombre ¿Cómo podíamos pasarlo por alto? Él se encuentra en una fase donde se aferra al recuerdo de nuestra madre, piensa que lo odiamos y lo culpamos de su muerte, porque, después de todo, después de que Arthur naciera, el cuerpo de mamá se debilitó hasta un punto que no pudo soportarlo. Es muy complicado. No espero que lo entiendas a la primera, Alfred. Pero, nosotros en verdad queremos que viva como un chico “normal” Buscamos que dejara partir el recuerdo de nuestra madre.
-¿Y es por eso que lo lastimaron? ¿¡Por eso le cortaron el cabello?!
Dylan hizo una mueca de disgusto.
-Alfred. Hace poco descubrí que nuestro hermano Allistor acudía a los alrededores de su escuela.-Dylan alzó una mano como señal para que lo dejara continuar cuando estuve a punto de hablar.-Se lo que hizo. Me entere que mi hermano equivocadamente tomo un camino y sin importarle nada, está decidido a seguirlo.-Dylan frunció el cejo molesto. Sus ojos enrojecieron y desvió la mirada para disimularlo.-Le pagó a unos chicos de su escuela para que hostigaran a Arthur y así, separarte de él, de una buena vez…
-¡¿Fue él?! –No podía creerlo….ese bastardo que tanto me preocupaba encontrar, el responsable de esas mierdas…había sido su hermano…
-No tengo palabras para demostrarte lo mal que me siento con todo esto…Se supone que somos familia. La familia es en lo único en lo que puedes confiar… ¡Yo solo quiero arreglarlo! ¡Por eso vine!
El hielo en mi estómago se multiplicó y subió hasta mi garganta ahogándome.
-Nuestro hermano mayor, no confía en ti. Cree que has sido engañado por la apariencia de Arthur. Él puede verse como una chica, pero no lo es, es un hombre y por eso…está preocupado, preocupado de que si no detiene esto, tú le harás daño ¿No lo ves? Mi hermano solo va a lastimar a Arthur por tu culpa, al no creer que deban estar juntos…solo lograra herirlos ¿Cómo crees que se va a sentir Arthur cuando se entere de lo que ha pasado en la escuela? ¿Crees que él va a ser feliz si regresa a ese lugar donde será etiquetado de raro? ¿Dónde hablaran a sus espaldas?
-Yo…
-¿Tú los detendrás? ¿En serio? ¡Yo trate de detener a nuestro hermano! ¡Le dije que Arthur no era un niño y podría manejarlo solo! ¡Pero ya no hay vuelta atrás! ¡Mi idiota hermano se equivocó de nuevo! ¡Sumergiéndonos a todos de en barro! ¡Y si tú no te alejas de Arthur el seguirá insistiendo y Arthur sufrirá mas! ¿Eso quieres?....Hoy, espere y espere a que alguien viniera a buscar a Arthur con la idea de encontrar a sus amigos y convencerlos de que me ayudaran a convencerlo a que era mejor que no regresara…por eso, por eso creo que, qué esto que te debo de decir debe de hacerse, porque te encontré justamente a ti.
-¿Dices que alejándome de Arthur, esto terminara? ¿Qué en la escuela lo dejaran en paz?
Dylan sacudió la cabeza negando con el entrecejo temblándole.
-No Alfred. Con todo este daño, no será tan sencillo. Yo tratare de que nuestra familia sea una de nuevo. Pero necesito pedirte un favor…Por tu reacción, me eh dado cuenta que tú conoces bien a Arthur y me atrevo a pensar que lo que tienes con él pasa la barrera de la amistad ¿Verdad? (no tienes que decirme tu verdadera relación con él, no te preocupes) Sabes que en verdad es un chico y que……por eso, sí nuestro padre le pide a Arthur, dejar la escuela, para tener que alejarse de esto, él…
-No lo hará.-Pensé en voz alta.
-Sí. Arthur no es de esas personas que huyen de los problemas. Él se aferrara y querrá estar a tu lado. Pero piénsalo, eso no será nada bueno para él. Arthur sufrirá si regresa a la escuela, si sigue a tu lado…Por favor Alfred, si en verdad lo amas…déjalo en paz. Dile que es mejor que se vaya. Si él se va…
-Podrá comenzar de nuevo…
Me di la vuelta; el señor Kirkland estaba justo detrás de mí. Su semblante distante me taladro el pecho.
-Lo siento, llevó un rato escuchándolos. Dylan tiene razón Alfred.-Dijo sin mirarme a los ojos.-El daño esta echo y, para poder proteger a Arthur de futuras heridas. Tienes que dejar que se vaya. Yo…yo planeaba que las cosas fueran solo a mejor, pero con esto, tome la decisión de plantearle a Arthur el mudarnos. Ir a un lugar donde pudiera ser Arthur en vez de Iggy desde un principio. Un lugar donde sus compañeros no lo juzgaran…Pero no lo hice porque se lo que sienten uno por el otro. Al final es la decisión de mi hijo…-El señor Kirkland exhaló profundamente y sus ojos esmeralda se clavaron en los míos.-Lo puedes ver si lo deseas.
No. No lo entendía. Sentía que el calzado que usaba estaba hecho de plomo cuando comencé a caminar. No entendía como podía moverme estando tan confundido por lo que acababa de escuchar. Mis manos temblaron al llegar a la puerta de la casa de Arthur. Al entrar, el rechinido de la madera alertó en el interior mi intromisión. Escuche a Scone ladrar y sin cerrar la puerta recorrí el pasillo hasta llegar al pie de los escalones. Me detuve por que pude escuchar que alguien bajaba. Fue cuando lo tuve claro. Sus ojos esmeraldas y su pequeña sonrisa sorprendida; al Verlo, mi dolor se disparó hiriendo algo dentro mí, profundamente.
-¡Al! ¿Qué haces aquí tan temprano?
Había un leve sonrojo en sus mejillas. Su cabello estaba diferente, tenía un nuevo corte que apenas le cubría las orejas. Sus ropas de siempre, lo hacían ver tan diferente a la primera vez que lo vi.
-Me escape de clases.
-¿Te escapaste? –Arthur se detuvo en el penúltimo escalón. Era más alto que yo, aun así, agache la mirada para no verle el rostro por si bajaba por completo las escaleras.- ¿Por qué?
- Hoy en la escuela. Unos brabucones allanaron tu casillero. Cuando lo vi, me enfade mucho. Había cosas horribles escritas en él y…hay rumores de que eres en realidad un chico en la escuela. Y…yo, aun no averiguó de quien se trata pero….-Mentí ¿Por qué mentía?-Cuando lo encuentre, le romperé la cara y le dejare claro que no pueden meterse contigo…
-E-espera Alfred ¿Mi casillero? ¿Cómo que hay rumores?
-…
-¿Al?
-Arthur…-“No quiero que te lastimen por mi culpa, no quiero que regreses ahí solo por querer estar a mi lado…por favor, no digas que…”
-No lo entiendo bien Alfred. Pero, si hay rumores en la escuela sobre mí, no importa. Ya decidí regresar. Todo estará bien. No creo que se metan conmigo porque…
-¡No lo entiendes! –Duele…mi pecho duele como nunca. Algo…algo está aplastándolo.-No quiero que te vean conmigo. Todo mundo sabe que eres un chico…eso no…-¿Por qué duele tanto? ¿Por qué estoy diciendo esto? ¡Nonononononono! ¡Arthur! ¡Arthur! ¡Golpéame! ¡Dime que soy un imbécil y que no debería de preocuparme por esto!-Si regresas. Hablaran de ti a tus espaldas y se burlaran de nosotros, ya no será lo mismo…
-Al…
-No quiero volver a verte…esa es la verdad.
-¿Qué no quieres verme?
“¡No! ¡Yo quiero verte! ¡Quiero estar contigo! Yo…yo…”
-Ya entiendo.
Arthur bajo con movimientos lentos los dos últimos escalones. Pude ver que sus pies se giraron a mí ¿Estaría buscando mi rostro? No podía verlo. Si lo mirara a los ojos, no resistirá esta sarta de mentiras y me arrojaría a él. Le diría egoístamente que no me importaban los demás, no me importaba la escuela ni su familia. Yo solo quería estar a su lado.
-Lo que quieres decir es que…no quieres que te vean con un hombre… ¿Verdad?
Apretaba los puños con toda mi fuerza, conteniendo lo que sentía. Mis ojos estaban cerrados; el dolor se esparció cambiando la sangre de mis venas por arena que hacía que mis pensamientos no fueran claros.
…
“¡Mírame! ¡Dime que todo lo que estás diciendo es mentira! ¡Dímelo a los ojos!”
Alfred no me miraba. Solo estaba ahí parado como una estatua. Mi garganta quemaba y los ojos me ardían. Todo en mi temblaba de pies a cabeza. Mi mente luchaba con desesperación con las voces burlonas de un “yo” que desconocía, una voz que susurraba la verdad: “Te lo dije. Solo vives en una fantasía. Era cuestión de tiempo para que esta farsa terminara. Eran solo palabras bonitas, solo era un juego, tu no le importas…”
-Si ya no quieres verme…está bien. Solo, sal de aquí y será todo…
El sentimiento de sentirme utilizado y pensar que había vivido una hermosa mentira llamada amor. Me hizo escupir veneno a la persona que más quería en el mundo sin pensarlo. Esa persona que creí me había acogido y aceptado como era realmente. Mis secretos ya no importaban. El vacío hizo presencia y me carcomió marchitándome como una rosa sin agua.
-No me importa. Solo vete de aquí Alfred.
El eterno silencio hizo desaparecer todo a mí alrededor. Note solo una sombra y las pisadas que marcaron la huida de Alfred. Solo…me derrumbe sobre la pared. Mis brazos y piernas carecieron de fuerza y la humedad en mis ojos solo me hizo ver a un Scone acercarse para consolarme. Lo tome en mis brazos guardando las lágrimas que me cortaban la respiración.
-Se fue…Alfred se fue…-Repetí con amargura una y otra vez.
…
Un corazón destrozado, uno engañado, otro más miserable. Los ojos esmeraldas del señor Kirkland siguieron a la persona que corría por la calle con la cabeza agachada.
-¡Vaya, vaya, vaya!- Canturreó Dylan en tono mordaz.- El chico es un ingenuo y ha caído redondito. Pensé que no lo lograría pero, gracias a tu oportuna intromisión todo salió a la perfección. En verdad eres un padre que haría cualquier cosa por su hijo ¿Verdad?- El señor Kirkland miró la espalda de Alfred empequeñecerse.
-No quiero que vuelvan a meterse con ese niño. Dylan, y si vuelvo a ver tu cara o la de alguno de tus hermanos. Ya no me contendré, no importa que también sean de la familia…
-bueno…eso…
-¡Hola viejo!
El señor Kirkland fue sorprendido por un brazo que lo rodeo amigablemente (aunque no tenía nada de amigable) Cian le sonrió socarronamente.
-¿Cian? ¿Qué haces aquí?
-Yo sé que no crees nada de lo que dijo Dylan. Y sé que solo le seguiste el jueguito porque pensaste que podías sacarle provecho a la situación…-empezó a decir Cian mirando a su hermano que comenzaba a burlarse.-Pero, el caso es que, querido padre, simplemente te has movido como pensamos que lo harías…
-Ustedes me utilizaron.-Se dio cuenta de inmediato su padre “¿Qué hice?” Se preguntó mirando el camino solitario que había tomado Alfred unos minutos antes.
-¡Bingo! –Soltó Cian.- ¡Dios Dylan! ¡Eres increíble actuando! Por un segundo yo también me la tragaba ¡Tsck! Para mí, esto es demasiado rebuscado y estúpido…yo lo hubiera hecho de otra forma. Sencilla y directa. Desplumarlo a la primera.
-Tu solo lo hubieras echo a lo bruto.-Se mofó Dylan.- No tienes el sentido elegante que tiene Allistor para manipular a las personas. Eso es lo que lo hace tan lindo.
-¿Dónde está su hermano mayor? –Preguntó el señor Kirkland ensombreciendo su semblante.- ¿Dónde carajos esta Allistor?
-Je.-Cian atrajo a su padre a el haciendo más fuerza con el brazo.
-No te preocupes por Allis querido padre.-Dylan dejó caer su mano pesada en el hombro de su padre y le brindó una radiante sonrisa.-Todo está bien.
…
Una ligera brisa se colaba por la puerta principal que se había quedado abierta. Scone seguía lamiendo mis manos que temblaban y yo, simplemente me quede ahí tirado pensando nada claro. Mis ideas eran como un cielo nublado. Donde las masas grises solo transitaban pesadas, cargadas de confusión lentamente.
-Y pensar que todo ese numerito es por culpa de tus pequeñas alas.
Un escalofrió recorrió parte de mi cuerpo al escuchar su inconfundible voz. Enfoque los ojos a mi hermano mayor. Allistor estaba justo frente de mí. Con las manos guardadas en los bolsillos. Su cabello estaba perfectamente arreglado como lo peinaba papá. Era sin duda una capia de él, pero sus ojos rasgados y temibles lo hacían sin duda acreedor de una aparecía totalmente distinta. Una cruel.
-Allistor.
-Arthur ¿No estás cansado de esto? –Allistor se agachó para quedar frente a frente. Sus ojos esmeraldas me parecieron los de una serpiente. Instintivamente protegí a Scone entre mis brazos, ocultándolo de él.
-¿Qué quieres Allistor?
-Mírate. Patético.
Su mano salió de su escondite y tomó con fuerza mi barbilla. El aroma de tabaco impregnaba su ropa oscura que hacia resaltar su ya de por si llamativo cabello pelirrojo. Su tacto, me hizo reaccionar con violencia.
-¡Lárgate Allistor!
-¡No Arthur! ¿¡Que no has aprendido nada de esto, mi querido hermanito!? Desde un inicio, si tú no hubieras tenido esas alas, nada de esto hubiera pasado. Tal vez, solo tal vez, con ese chico que conociste, ahora mismo estarían los dos en clase, sin nada que ocultar, sin nada que te preocupara… Desde un principio, tú sabias que tus secretos solo te hundirían… ¿No es así? ¿No es verdad? Dime Arthur ¿No deseas que nada de esto hubiera ocurrido? Te han dañado, yo te eh lastimado por ellas, y lo admito, es lo único que deseo. Por eso, si quieres que te deje en paz a ti, a papá y a tu novio, hazme feliz, satisface mis deseos y desapareceré. Si te niegas, seguiré con mis juegos, no dejare en paz, a ninguno, tu sabes de lo que soy capaz.-Allistor sacó de su bolsillo una foto brillante y de clara imagen, la poso frente a mis ojos y la dejo a la vista. Mis tripas sintieron un retortijón y rechine los dientes rabioso. La foto, era de Alfred y Matt vistiendo el uniforme escolar.-Yo no hago amenazas a la liguera. Te di una oportunidad y no la aprovechaste ahora, si no aceptas, bueno…ya hallaré una forma de hacerte ver mi afán de lastimarte.
-Eres un maldito demente Allistor.
-Tal vez lo sea.- El rostro de Allistor se deformó con una sonrisa peligrosa.-Este es el trato Arthur, te dejare en paz, si me dejas arrancarte las alas.