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Secretos por Mokona negra

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Notas del capitulo:

¡Hola! Aquí reportándome de nuevo con un nuevo capitulo que espero lo disfruten mucho, mucho o ya de perdis les agrade XD


Alfred x Arthur


(y una pizca de otras parejitas que no nombro para que sea sorpresa (¿?) XD )


Nota: los personajes no me pertenecen, créditos a su respectivo autor,

¿Quién puede creer algo como el amor a primera vista? Eso es como un cuento infantil, un cuento para la gente que se enamora de cualquiera por la necesidad de llenar algún vacío en su interior, porque tiene miedo a la soledad. Quisiera vivir en un cuento de hadas.

 Corrí sin una dirección en mente. Solo quería alejarme de ese lugar. No era tan fuerte como creía. Iba a flaquear y volverme el más grande egoísta y patán que Arthur hubiera conocido en su vida porque, sin importar las palabras que aun zumbaban en mis oídos; de que tomara el asunto en mis manos dándole la oportunidad de llevar una mejor vida en otro lugar, yo sin duda lo tomaría, no me interesaría nada que no fuera él. Las piernas me temblaron y disminuyendo la velocidad al toparme con el tráfico de un cruce, me detuve jalando aire a mis pulmones dolorosamente. Reconocí la tienda de donas que estaba al otro lado enseguida y recordé momentos pasados con Arthur. En especial, el miedo que me invadió cuando pensé que en un instante podía dejar de verlo. Pensar que no lo volvería a ver.

“¡Vuelve, vuelve! ¡Todavía podemos arreglarlo de alguna forma!”

 Quería ahogar esa voz en mi cabeza que gritaba con desesperación. Era molesta y me hacía difícil pensar. No puedo regresar. Su familia tiene razón. Si por mi culpa, Arthur es lastimado…

 Tras mis parpados, podía ver su cálida sonrisa. Sus colores que me habían atraído, el rubio de sus cabellos, el verde de su mirar, el rosado de sus labios y el pálido de su piel. Aun quería hacer tantas cosas con él. Quería pasear con en la playa, quería ver muchas películas con él, comer golosinas, besarlo, recorrer la cuidad, caminar de nuevo juntos con papa frita y Scone, cocinarle (porque él cocinaba horrible), leer comics, tomarlo de la mano…

“No puedo volver”

 -¡Ey idiota! –mi cuerpo fue jalado con fuerza, el sorpresivo movimiento me destanteo y casi caigo al suelo. Mire al alrededor y algunas personas me veían entre cuchicheos, no entendía que estaba pasando.- ¿Acaso quieres quedar embarrado en el asfalto?

 No sé que fue lo que vi primero, si los autos andar con la luz verde o a Allen que me miraba levantando una ceja sorprendido de encontrarme. Él también vestía el uniforme escolar.

-¿Ah? ¿Jones?

-¿Tu también te fugaste? –Pregunte al verlo y con un gruñido me empujó fuera de la calle transitada.

-No digas eso en voz alta. Las personas sin que hacer nos pueden reportar a la escuela.- Masculló.- ¿Y qué te piensas saltando a los coches? ¿Estas drogado? –Preguntó con mirada interrogante.

-¡No lo estoy! Yo no…

-¡Ya! Pero tienes cara dé ido.-interrumpió mi reproche.- Déjame adivinar, Iggy te ha abandonado y por eso tienes esa cara de muerto.

 Escondí las manos en los bolsillos con un puchero. “No es como si me hubiera dejado”. Pensé molesto.

-Un momento…-Allen cabeceó y estirando el cuello para mirarme mejor sonrió.- ¿En serio? Solo lo había dicho para molestarte. Bueno, con ese carácter que tiene es normal que dejara a alguien tan débil como tú.

-¡Yo no soy ningún débil! –Respondí empujándolo.

 Allen frunció el entrecejo.

-¿Entonces porque te dejo?

-¡Nadie me dejo! ¡Yo la deje a ella! -Grite sintiendo que algo dentro de mi garganta burbujeaba. Intente ignorarlo concentrándome solo en Allen.

-¿En serio? ¿Por qué?

-Eso no es tu asunto.

 Allen suspiró y tomando impulso golpeo mí estómago con fuerza. El impacto me dobló y tosí por el aire que me había sido arrancado de la nada. Me esforcé en no caer de rodillas y recuperarme de inmediato.

-¡M-maldito! ¿Por qué hiciste eso? –Decía con las manos sobre donde me golpeó.

-Solo me dieron ganas.

-¡¿Qué?!

 Allen apretó los labios y esbozando una sonrisita me miró fijamente. Era la primera vez que notaba el marrón de sus ojos, con esta luz, parecían de un tono extrañamente rojo.

-Mira, solo me dieron ganas porque pensé…” si este bastardo dejo a Iggy solo por aquellos estúpidos rumores en la escuela, en verdad no se la merece” Y me apeteció golpearte…sí, por imbécil.

-Tu…

Ya no pude ignorar lo que burbujeaba dentro de mí. Que nombrara su nombre y me recordara lo que me había alejado de Arthur, hizo que mi corazón se acelerara. Sin pensarlo, le devolví el puñetazo a Allen. Había apuntado a la cara pero mi fallido intento aterrizó en sus costillas. Escuche un “cof” y note que Allen no se iba a quedar con los brazos cruzados. Adelantándome a él, lo tacle y lo derribe.

-¡Tú no sabes nada! ¡Yo no dejaría a Arthur por una estupidez!

-¿Arthur? –Balbuceó Allen pero no le hice caso.

-No me importa lo que digan, yo…

 Mire mis puños. Mis dedos temblaron, mis brazos estaban tan rígidos que sentía como las venas se me saltaban. Yo quería luchar por Arthur. Quería demostrarle que tenía la fuerza para defenderlo de lo que fuera. Yo…

-¡Yo no soy tan débil!

  Una chispa divertida se reflejó en el semblante de Allen.

-¿Entonces porque estás aquí y no con ella? Solo eres un hablador.- Allen me tomó del saco y ayudado por sus piernas sentí como me levantaba de su cuerpo y me lanzaba a un lado. Caí de bruces golpeándome el hombro izquierdo de lleno.- ¡Enfréntalo Jones! No tienes los huevos para ser su hombre. Y….ahora que por fin la dejaste, iré a buscarla de inmediato y te mostrare que es ser un verdadero hombre.

 -¡Jamás dejaría que un gilipollas como tú se acercara a él! ¡Jamás me dejaría vencer tan fácil!

 Poniéndome de pie, deje de pensar las cosas. Ya había tenido suficiente.

-Yo usare toda mi fuerza, todo mi ser para hacerlo feliz, no dejare que nadie lo lastime, no me importa que tenga que hacer, ni a quien tenga que detener ¡Yo seré su héroe!

…                                

 La bolsa de papel con el logo de una dona sonriente impresa en el, crujía cada vez que Allen sacaba una fresca dona de ella. Mordisqueándola, posó sus ojos en un chico pecoso al otro lado de la calle. Era su cita. Seguramente se enfadaría cuando notara que estaba comiendo donas y no sus asquerosos cupcakes. Desviando la mirada cuando tuvo la oportunidad de cruzar con la luz roja en el semáforo. Le echó un vistazo el camino que tomó el idiota niñato de Jones a toda velocidad. Por alguna razón se sentía como un tonto por haber peleado con él de la nada.

- Iggy.- con paso lento, a la mitad de la calle, no pudo evitar pensar que ahora mismo el gordo rubio estaría corriendo para encontrarse con ella.- Me pregunto… ¿Porque la llamaría Arthur?

 Terminando de una segunda mordida la primera dona, tomo otra de la bolsa de papel marrón, temiendo que había hecho de “doctor corazón” sin darse cuenta.

 Hace mucho tiempo, note que no era como mis hermanos. Aunque fuera solo un crio y creyera en las hadas y seres mágicos, sabía que yo y mamá éramos diferentes a papá y mis hermanos. También sabía que por esa razón. Mis hermanos me golpeaban, me hacían a un lado y me ignoraban. Los padres como todos aquellos padres, que solo quieren ayudar a remediar la situación, hicieron cuanto pudieron para hacerles ver a mis hermanos que éramos familia. Pero con esos regaños y los llamados de atención, solo lograron hacer que todo empeorara poco a poco. Como una esponja. El odio de Allistor se absorbía haciéndola crecer. En el exterior, tenía una apariencia de lo más normal e indefensa. Pero si la tocabas y presionabas tan solo un poco, podrías llegar a ver ese odio líquido chorrear como sangre espesa y negra. La sangre envenenada intoxico a mis hermanos. Y yo, aunque me esforcé por detener ese veneno y el creciente odio. No pude hacer nada.

 Al fallecer mamá. La esponja mutó en un ser asqueroso de apariencia gentil y elegante. Y el deseo de hacer sufrir se quedó latente en su interior…

 Allistor acaricio mi cien y con una sonrisa monstruosa se burló de mi con un beso en la frente. El estómago se me revolvió y pensé que lo vomitaría encima. Mis hombros rígidos comenzaron a doler.

 Lo único que terminaría con esta pesadilla era dejar que el tomara lo que me ligaba con el recuerdo de mamá. Lo que Allistor creía que me destruiría por completo como su hijo “especial”.

-Arthur. Hermanito. Por favor…déjame desplumarte.- Su voz dulce era engañosa.

 Sentí como el calor del pequeño cuerpo de Scone comenzaba a moverse bajo mis manos “quédate quieto pequeño” Pensaba cada vez que se movía para liberarse de mi protección.

-Papá debe de angustiarse por ti como nunca y tú, sigues sin responderle como es debido. Su hijo favorito solo lo hace sufrir. Y Arthur. No me lo pensare dos veces en hacer que este chico rubio sufra también por tu culpa.

-No podrás hacerle nada.

-¿Ah no? Bueno, recuerda que es muy fácil tener un accidente en estos días. Los chicos son unos distraídos cuando caminan por las aceras. Eh visto pacientes que quedan muuuy mal heridos cuando van distraídamente con el móvil en las manos y no vieron el auto venir.

 Abrí los ojos como platos.

-¡No te atreverías!

-¡Pruébame! –Allistor me tomó del cabello con violencia, jalándolo.

-¿¡Porque solo no me matas?! ¿Qué no me odias tanto?

 Allistor alzó una ceja y sus ojos se rasgaron. Soltándome, este se echó a reír con risotadas que llenaron el pasillo.

-¿Matarte? –Masculló conteniendo su risa desquiciada.- ¡No hermanito! ¡Eso no sería para nada divertido! ¡Lo único divertido para mi es ver como tu rostro se llena de desesperación! –Gritaba tomándome de la ropa.- ¡Quiero ver reflejado en tus ojos la angustia de perder lo que más amas!

 ¿Perder lo que más amo? Amar….escuche la voz de Alfred llamándome. Si algo le llegara a ocurrir…preferiría morir. Yo, jamás me perdonaría que por este odio fraternal, Alfred saliera herido. Preferiría perder mis alas…Madre.

 …pero dejar que este bastardo ganara… ¡Tampoco me lo perdonaría!

-Necesitas un loquero hermano, ya tu trauma por perder a mamá me está crispando los nervios…

 Alce la mirada topándome con el rabioso esmeralda de Allistor. Era la primera vez que me le enfrentaba sin una pisca de miedo. Su labio tembló junto una cien palpitante. La sonrisa que se mofaba de mí se esfumó cambiando a una línea kilométrica en su rostro.

 “Yo voy a pelear con quien sea para proteger lo que amo”

 Pensé cuando un puño de Allistor se alineó hacia mi rostro. La adrenalina hizo que mi cuerpo se tensara y mi corazón bombeara deprisa listo para luchar. Porque no volvería a dar un paso atrás.

Mi cuerpo se liberó al escuchar como un golpe seco, al toparse con hueso duro de la quijada había impactado con fuerza.

 Mis pulmones se llenaron de aire y abrí los ojos sin sentir dolor. Mire a Allistor tirado de cuatro patas en el suelo, y confundido, detrás de una espalda que me pareció inmensa, tarde en entender que no me habían golpeado. Flaqueando, Scone salió por fin de entre mis brazos y moviendo la cola, ladro feliz al verlo.

-Alfred.-Dije derrumbándome sobre la pared de nuevo.

 Ese chico de cabello rubio y un persistente mechón de cabello levantado en el aire, que siempre desafiaba a la gravedad, aparecieron de la nada junto a sus hombros anchos y su espalda inquebrantable. Ese chico que me había salvado en los baños la primera vez que nos topamos…estaba de regreso.

-Perdón.-Dijo mirándome sobre su hombro. Sus ojos azules centellaron.-Arthur.

  Respire hondo y las lágrimas brotaron de mis ojos al escucharlo decir mí nombre.

-¿Por qué te estas disculpando? –Pregunte con voz temblorosa.

 Alfred esbozó una diminuta sonrisa que logro reconfortarme.

-¡Maldito hijo de puta!

 Los dos miramos al penoso Allistor que se tambaleo al ponerse de pie. Tenía el labio partido y un rojo brillante brotaba de su boca. Cuando escupió al suelo, Alfred y yo nos pusimos en guardia.

-¡BASTA ALLISTOR! - Mi padre entró a la casa seguido por… ¿Matthew? y ¿Quién era ese rubio de coleta que lo seguía? ¿Qué estaban haciendo ellos dos en mi casa? -¡NO DEJARE QUE LES TOQUES NI UN PELO!

 Me volví a mi hermano que chisteó comprendiendo que estaba en clara desventaja. Sin decir nada, pasó frente a Alfred sin siquiera verme y sacando el pañuelo de su bolsillo limpio la sangre que le brotaba.

-Esto no se quedara así viejo.-amenazó Allistor cuando mi padre lo dejo pasar.

-No me vengas con amenazas Allistor.

  Saliendo de la casa. Allistor se perdió de vista.

 Mi padre dejó salir un largo suspiro y su cuerpo se venció sobre Matthew. Se veía exhausto.

-¿Esta bien señor Kirkland? –Preguntó enseguida Matt atrapándolo.

-Lo siento Matthew, estoy bien.

-¿De verdad está bien abuelo?

-¿A quién le dices abuelo?

 Todo esto se había tornado un poco raro. No tenía ni idea de que había ocurrido para que esto terminare de esta forma. Deje a Scone en el piso, que corrió como bólido a los pies de papá.

-¿Qué está pasando aquí? –Me pregunte en voz alta sintiéndome más relajado.

-Arthur…

 Pero esa sensación de alivianes que había reconfortado mi cuerpo en cuanto Allistor se marchó, se evaporó cuando el cuerpo pesado de Alfred se aferró al mío.

-Arthur, Arthur.-Decía una y otra vez estrechándome con fuerza.

-¡Al! ¿Qué pasa? ¿Estás bien?

 Mi mente rebobino lo ocurrido antes de la llegada de Allistor. Como Alfred había aparecido diciendo que ya no quería volver a verme que…

-¡Perdón! ¡Perdóname por decirte todas esas mentiras! ¡Perdóname por ser tan egoísta! ¡Yo no quiero separarme de ti! ¡Yo quiero estar contigo! No me importa lo que digan de ti en la escuela. Le romperé la boca a cualquiera que diga algo malo de ti. Te protegeré, no dejare que nadie te haga llorar….

-Al

-¡Yo seré tu único gran héroe!

 Sin poder decir ni una palabra. Alfred me beso.

- ¡Oh!

-vaya vaya….creo que no deberíamos de estar aquí. Matt no veas lo indecente que es tu hermano…aunque eso me da una idea…

-¡Aléjate de mí Francis!

 Su beso continúo sin importar que nos estuvieran viendo. El calor no tardo en inundar mi rostro y sentirse húmedo por mis lágrimas que no había secado. Que cliché tan malo, el héroe besa a su amado.

 Dejándome llevar, le permití ser lo que quisiera a este pequeño tonto. Mi tonto. La persona que más amaba en el mundo.

Notas finales:

 (Suspira después de leer su fic con una sonrisita estúpida en la cara) Me gustan los malos (no tan malos) en las historias como Allen ¿Ustedes no? Ya pues.  

 Espero que les haya gustado como Alfred y Arthur no se dejaron vencer en un momento tan tenso y pues espero sus comentarios y preguntas o sugerencias o el horóscopo chino (perdón Yao, no es cierto) cof cof cof…bueno gracias por leer y hasta el próximo capítulo ¡Nos leemos! ¡Saludos!

 


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