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Secretos por Mokona negra

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Notas del capitulo:

 

¡Hola! Aquí les traigo un nuevo capítulo de este fic. De nuevo relatare primero por parte de Alfred y luego será Iggy (o Arthur, como quieran decirle XD )

Arthur x Alfred 

Se podía sentir en el viento que llovería pronto. Esa tarde se volvió fresca y por la noche las nubes se comieron las estrellas y la luna. Llovía. Y yo, no podía dejar de mirar aquella pequeña sonrisa fugaz.

-Al ¡Al!

­-¿Mn? ¿Qué pasa Matt?

  Había olvidado que jugaba y que Matt estaba en la habitación en esta noche de lluvia.

-Otra vez perdiste-Dijo Matt señalando el televisor con el comic que leía- Estas muy distraído hoy ¿Qué pasa?

- Nada.

- No digas que nada.

  Deje el control del videojuego y con seriedad me acerque a Matt que me miraba preocupado.

-No puedo dejar de pensar en…cierta persona…

­-¿Iggy Kirkland?

-¡¿Cómo lo sabes?!

 Matt rodó los ojos.

-¡¿Por qué esa expresión?!

-No te enojes, pero vi como ella iba a buscarte al almacén (Iba a ir yo, porque estaba seguro que te quedarías ahí para perder el tiempo).

-Oh.

-¿Tengo que preguntar?

-¿Qué cosa?

-¿Qué paso?

-Ah…bueno. A decir verdad, encontré un lugar para dormir. Y eso hice. Dormir. No recuerdo que estaba soñando exactamente, pero el caso, es que cuando me desperté Iggy estaba ahí. Mirándome.-Me saltaría todo el rollo de que ella era en verdad un chico. Era un secreto después de todo y no podía decírselo aún a Matt.- Ella se dio cuenta que la estaba mirando y pensó que la odiaba o algo por el estilo y yo le dije que no la odiaba y ella me sonrió…-Dije apresuradamente por la pena que empezaba a invadirme omitiendo muchos detalles.

 Matt ladeó la cabeza arqueando una ceja.

-¿Y no deberías estar feliz porque se arregló el mal entendido?

-¿No lo entiendes Matt? Ella me sonrió de una forma que por alguna razón no puedo dejar de pensar en ese momento…-Cerré los ojos imaginando su rostro. Sus enormes ojos esmeraldas, brillando y como comenzaron a hacerse agua cuando pensó que yo la odiaba y luego “Bam” se iluminaron aún más como las joyas que eran y sonrió haciendo que mi corazón se acelerara.- ¿¡Porque no dejo de pensar en ella?! –Grite tomando una almohada y rodando por la alfombra mientras la abrazaba.

-Al…

-¡Por favor Matt! ¡Dime que no es lo que pienso! ¡Dime que solo estoy loco!

-Al…

­-¡No lo digas! –Dije soltando la almohada para tomar a Matt por los hombros- ¡No lo digas!

-Te gusta.

-¡Nooooo!- Grite sacudiéndolo.- ¡No puede ser! ¡No digas eso!

- ¡Alto Al! ¡Mis lentes!

  Me eche boca abajo lamentando algo que ya sabía pero que no quería admitir.

-¿Porque es malo?

-No puede gustarme –Balbucee.

-¿Por qué no? Ella es linda y parece ser muy agradable.

-¡No lo entiendes Matt!

 Me quede recostado en la alfombra. No podía decirle a Matt que no podía gustarme por la sencilla razón que era un chico. Era el secreto de Iggy. Respire hondo.

-Matthew. Estoy seguro que a ella no le gustan los chicos. Y a mí no debería de gustarme ella. No puedo decirlo, sé que suena raro pero tienes que confiar en lo que te digo. Sé, que si llegara a decirle lo que siento. Jamás volvería a cruzar palabra conmigo.

-Mmm. No lo entiendo bien hermano. Pero al parecer algo impide que te le acerques ¿Verdad?

 “Plulp” Sentí como Matt me daba un golpecito en la cabeza con el comic que había estado leyendo. Lo mire estirando el cuello.

-Pero, aunque no lo entienda bien. Se nota que te gusta mucho, por eso. Solo tengo algo que preguntarte… ¿No vale la pena intentarlo? Quiero decir, ¿Dejaras que “eso” te impida averiguar que siente en verdad?

 -Pero Matt…

-Pero nada. Al, solo me estás dando pretextos. Si en verdad te gusta, no debería de importarte nada más. –Matt se sonrojó rascando su mejilla para disimular su vergüenza por lo que acababa de decir.

-Matt… eres demasiado romántico.

 Matt me había lanzado la revista poniéndose rojo como tomate.

-¡No te burles de mí!

  …

 La lluvia había dejado un rastro frio esta mañana, pero conocía demasiado bien esta ciudad para saber  que en la tarde volvería a llover. No me gustaba mucho la lluvia por que la humedad hacia que las plumas de mis alas se esponjaran y me comenzaran a picar bajo la ropa. Eso me desesperaba. Trate de pensar en otra cosa mientras las clases comenzaban. Como siempre era de esas personas que llegaban temprano y el salón apenas se llenaba.

-¡Buenos días!

-Buenos días Iggy.

 Saludaron Eliza y Seychelles al entrar al aula.

-Buenos días.

 Seychelles se dirigió enseguida a mi lugar con una emoción que no podía esconder.

-¿Y bien?

-¿Y bien? –Repetí confundido.

-¿Qué paso ayer? ¿Encontraste a Al?

 “Ah, esta niña” Estaba preguntando por lo de ayer. Ayer. Resultaba que Alfred no me estaba vigilando porque le molestaba o me odiara. Él lo dijo. No me odiaba. Sentí un cosquilleo en el estómago al recordarlo.

-Lo encontré-Dije mirando por la ventana.

-¿Y? ¿Qué te dijo?

-Basta Seychelles-Eliza tomo de la ropa a Sheychelles.- No debes de meterte en los asuntos personales de Iggy.

- ¿Ah? Pero ayer tu dijiste que…

-¡Que te calles!

 Dijo Eliza tapándole la boca a la chica de las coletas y la arrastro hasta sus asientos.

-Umh…

- Tan temprano y ya se divierten.

 Iggy miró sobre su hombro. Alfred llegaba acompañado de un chico un poco parecido a él, pero éste tenía el cabello un poco diferente y sus ojos eran de otro color.

-Buenos días- Saludo el chico pasando a sentarse al pupitre de al lado. No me había dado cuenta que se sentaba en ese lugar.

-Hola. Amh…

-Soy Matthew. El hermano de Al.

 ¿Su hermano?

-Ah. No lo sabía.

-Oye Iggy –Al se interpuso entre los dos con una sonrisa -¿Por qué no tomamos el descanso juntos?

- ¿Juntos?

 “Tan temprano y ya estaba pensando en comer. Este tipo era un glotón”

-¿Eh? ¿Qué dices?

-N-no te me acerques tanto.

 ¿Qué tramaba? Me parecía muy amistoso.

-Al, el profesor ya entro.-Dijo Matthew jalando a Alfred para que se sentara.

-Está bien-Dije notando que Alfred ignoraba a su hermano- Pero ya siéntate, no quiero que me regañen por tu culpa.

 Alfred soltó un gritito emocionado y se fue a sentar.

 “Ah, qué raro. Eso, me había alegrado un poco” Note que Matthew me miraba y disimule el sonrojo de mi cara mirando de nuevo por la ventana. Ahora que recuerdo. Alfred lo había mencionado en sueños. Lo mire con el rabillo del ojo. Ya no estaba poniéndome atención, si no que miraba al frente. En verdad, se parecía mucho a Alfred, pero, tenía el presentimiento que era más tranquilo.

Cuando sonó la campana del receso,  ya había olvidado que había aceptado ir con Alfred a tomar el descanso juntos, fue por eso que las chicas de nueva cuenta estaban de curiosas cuando Alfred enseguida me preguntó que si quería ir a la cafetería. Para controlar los chismes, decidí hacer una movida. Invitar a su hermano, Matthew.

-Se esta comenzando a nublar el cielo.-Dijo Matthew mirando al cielo.- ¿Al trajiste tu paraguas?

 Alfred carraspeó y se levantó del césped.

-Iré por una soda a la maquina.-Decía escapando de la interrogante.

 Como quería escapar de las miradas de los demás, propuse ir a una de las jardineras de la escuela. Luego ya vería que hacer con los chismes de las chicas.

-Perdón por invitarte de la nada-Dije cuando Alfred entro se alejó lo suficiente para no escucharme- Tal vez ya tenías planes.

- Esta bien. Mm ¿Puedo llamarte Iggy?- Preguntó Matthew con un particular tono de voz bajo.

-Puedes llamarme Iggy, no te preocupes.

- Gracias.-Matthew guardo con cuidado la cajita de almuerzo que había preparado en su mochila. Ya solo tenía aquel envase de jugo de naranja a su lado. Por lo que había visto era muy cuidadoso con sus cosas.- Y disculpa a mi hermano. Sé que puede ser en ocasiones muy impulsivo.-Decía con una sonrisa amable.

 Lo mire con cierta curiosidad. Alfred era muy ruidoso y Matthew no. Podían parecerse físicamente pero, en cuanto a su personalidad parecían ser distintos.

-Se nota que no eres como él. Tú pareces ser mas tranquilo.

-Todos en mi familia creen lo mismo. Tenemos gustos parecidos con las cosas que nos gustan pero Alfred tiene la tendencia de ser más expresivo que yo.

-En pocas palabras él es un escandaloso.

Matthew ensancho su sonrisita.

-Iggy ¿Mi hermano te ha causado algún problema?

 Me sorprendió que me lo preguntara de la nada. El tema ni siquiera iba por ese camino.

-Bueno.- ¿Qué podía decirle?

- A penas nos conocemos, pero puedo darme cuenta que Al te presta mucha atención.

  ¡Oh dios! Matthew era igual de directo que Alfred ¿Por algo eran hermanos no?

-Las chicas dicen lo mismo-Solté por la vergüenza.- Alfred debería ser cuidadoso con eso.

-Ya veo. Entonces le diré que te ésta molestando y que no lo haga más.

-¡No! ¡Espera Matthew! - Me puse de pie de un brinco.-Aamh…

  Matthew me atrapó. Mi reacción le había mostrado que no quería que pasara eso.

-No es que me moleste…bueno, al principio si me molestaba un poco, pero, ahora no sé si me molesta…solo, me preocupa.-Explique volviendo a sentarme sobre mis piernas.

 Matthew me miró sin desvanecer ni un poco su sonrisita.

-¿T e preocupas por Al? –Preguntó.

 Yo solo agache la mirada viendo el césped bajo mis piernas. La verdad. No me entendía ni yo. No quería admitir que estaba muy confundido desde aquel momento en el almacén del gimnasio. Cuando Alfred dijo que no me odiaba, yo, me puse muy feliz. Realmente feliz. Alfred conocía mi secreto, pero no el peor…tal vez por eso me preocupaba. Me sentía expuesto cuando estaba con él.

“-¿Nos vamos? –Preguntó Al adelantándose a salir del almacén”

“-Ah, si…vamos a casa.-Respondí con la sensación de haber puesto inquieto a Alfred”

 Recordaba aquel instante de felicidad y podía sentir como un calor incomodo comenzaba a invadir mi cuerpo.

-Iggy ¿Puedo decirte algo de Alfred?

 Mire a Matthew como señal de que lo escuchaba.

-Mi hermano puede ser un egocéntrico, ruidoso y tal vez un poco tonto. Pero, te aseguro que es una buena persona.- Matthew se levantó y dándome la espalda tomo sus cosas.- Solo ten un poco de paciencia con él. No es muy bueno con los asuntos del corazón.-Dijo mirándome sobre su hombro con un sonrojo tierno pintado en sus mejillas.-Disculpa, dije algo muy vergonzoso. Me adelantare ¿Puedes esperar a Alfred por mí?

-Umh, sí.

-Nos vemos Iggy.

 Realmente había sido muy vergonzoso. Sobre el césped estaba la mochila de Alfred, estampada con imágenes que conocía. Una banda de rock, un escudo de un equipo de futbol Americano y una figurita que se le figuraba un alíen.

  Había pasado tanto en tan poco tiempo. Quería conocerlo un poco más. Pero temía que, entre más tiempo pasara con Alfred, ocurriera algo malo. “¡Compórtate como un hombre Arthur!” Me dije sacudiendo la cabeza. Las nubes grises se acercaban, poco a poco y la humedad empezaba a flotar en el aire, haciendo que las plumas de mi espalda picaran un poco.

-¿Mat se fue?

-Dijo que se adelantaría-Dije tratando de controlar mis pensamientos cuando Alfred apareció.

- Ya veo. Te traje esto.-Dijo tendiéndome una caja de té helado con miel.

-¿Cómo sabes que me gusta el té?

-Lo supuse cuando comíamos. Estabas tomándolo, si es que no me equivoco. Pero si no lo quieres, puedo darte mi soda.

-No. Está bien así. Gracias-Dije tomando la cajita fría.

 Alfred abrió su soda y de una sola intención la bebió.

-¡Ah! ¡Delicioso!

 “¿No tienes fondo eh?”

-¿Qué pasa?

-No. Nada.-dije prestándole atención a mi bebida fría.

 Alfred se dejó caer el césped, recostándose con los brazos extendidos como todo un flojo.

-No eres nada como Matthew ¿Verdad?

-¿A qué te refieres?

-Uf, olvídalo.

-¿A qué viene esa reacción?

-No importa.

-¿En serio?

Pregunto  Alfred arrastrándose en el césped hasta llegar a mi lado, sin despegar sus ojos azules de los míos.

-¿Qué tanto ves?

-En serio eres como una chica.

-¿A qué viene eso? –Pregunte poniéndome colorado.

-A que me gustaría verte como un chico.

 -¡¿Ah!? ¿Por qué dices esas cosas? ¿Por qué quieres verme como un chico?

-¿Es malo que lo quiera? –Preguntó cuando un soplo de tormenta movió sus cabellos rubios.

“¿¡Cómo puede preguntar algo tan serio con esa cara tan inocente!?”

-¡Solo me estas fastidiando!

-No quiero fastidiarte Iggy.

-¡Ja! ¿De verdad? ¡Yo solo creo que te estas burlando de mí!

-No Iggy.

 Alfred se levantó, poniéndose de rodillas a mi lado mientras me miraba fijamente. Me eche un poco hacia atrás cuando su rostro se acercó peligrosamente al mío. Podía ver ese azul cielo en su iris con tanta claridad a pesar de que usara lentes.

“¿¡Qué demonios le pasa a este sujeto?! ¡Está muy cerca! ¿Qué no conoce el espacio personal? ¡Vamos Arthur! ¡Empújalo! ¡Es claro que se está burlando de ti!” Me gritaba manteniendo la respiración.

- Quiero conocer tu verdadero yo.

 Mi aliento se escapó mezclándose con el suyo. El calor que había sentido antes me golpeo el cuerpo con una oleada que me confundió. Mi mente gritaba que hiciera algo, que lo golpeara, que huyera, que hablara ¡Lo que fuera! Pero que no me quedara quieto. Que no lo hiciera, porque si eso pasaba…Alfred no parecía estar consciente de lo que hacía, solo se acercó más a mí y en el último momento al sentir su tibio calor y su aroma dulce, él, abrió más los ojos con sorpresa y se alejó con rapidez.

-Perdón. Solo quería quitar esto de tu cabeza-Dijo Alfred mostrándome una ramita en sus dedos.

-Ah…ah…ya veo.

“¿¡Qué demonios había sido eso?!”

-L-la rama seguro despeino mi cabello. Iré al tocador…

 Dije tomando mis cosas y salí de ahí, escuchando un claro “está bien” por parte de Alfred y un golpeteo de un corazón enloquecido en mi pecho.

No era ningún tonto. Sabía por desgracia de que se trataba esto.

 Mi rostro triste con aquel sonrojo delatador, que se reflejaba en el espejo. Me hizo un hueco en el estómago. Estaba tan mal. Me odiaba por completo por envolver a Alfred en algo tan estúpido.

-Esto es una mierda…

 

Notas finales:

 ¿Qué tal les parece la historia? Dejen sus comentarios, críticas y desilusiones amorosas cofcofcof….digo sugerencias :3 saben que me encanta leer sus opiniones  >3<

 ¡Nos leemos!


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