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Secretos por Mokona negra

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Notas del capitulo:

¡Hola a todos y todas! :3 aquí de nuevo con un nuevo capítulo (más suave -w-) bueno…hmm solo aclaro que el nuevo personaje que agregue me lo imagino como el 2p! de Alfred (Allen) espero que les guste! XD


Alfred x Arthur


Nota: Los personajes no me pertenecen, créditos a su respectivo autor 

   El mar humor de la cuidad reflejado en las lluvias repentinas cambio a uno, (tal vez para algunos no para bien) a días soleados, muy soleados y secos. Maldito calentamiento global. Y para colmo de males. La genialidad del profesor de educación física, afloró con la idea de hacer la práctica en el exterior.

  Toda la clase estaba empapada de sudor. Los chicos estaban por terminar. Solo faltaba un grupo y yo estaba en él. Tome el cuarto carril y estiraba las piernas para calentar, esperando el momento de salir.

-Ocupen sus lugares muchachos. Correrán 800 metros como sus compañeros y luego chicas, ustedes también correrán.- Hubo un momento de quejidos por parte de las chicas que miraban sentadas en el césped que limitaba la pista de atletismo.- ¡Nada de quejas!

 Estire los brazos al cielo y con una sonrisa  me di cuenta que Arthur me miraba entre ese grupito quejumbroso. Se veía muy bien con el uniforme deportivo, los pantalones cortos, delataban unos apenas visibles raspones en sus rodillas, su playera era un poco diferente a las que usaban las chicas y parecía más acalorado que las demás chicas. Tal vez era por su largo cabello.

-Oh…

 Algo pasaba, Eliza se acercó con otras dos chicas más rodeando a Arthur, él solo se sacudía un poco intentando escapar “¿Qué pasa?” No pude ver hasta que por fin los gritos cesaron y note que las chicas reían y alababan a Arthur, pronto me di cuenta el porqué. Eliza la había peinado con una coleta alta, solo algunos cabellos se habían escapado, pero aun así…se veía muy lindo. Arthur gritaba avergonzado. Era muy bueno llevándose con las chicas. Resople. Tal vez demasiado bueno.

-Es linda ¿no?

 Me di la vuelta cuando Francis. Un chico de la clase tomaba lugar en el carril de alado.

-¿Linda? –Pregunte frunciendo el cejo.

-Muchos chicos lo creen.-Añadió.

-Tú piensas que todas las chicas son lindas.-Intervino Matthew con mala cara.

-No solo las chicas.-Le giño Francis a Matthew.

 Matt se alejó de él y tomó el otro carril de mi izquierda.

 Escuche de nuevo la voz de Arthur y lo mire de reojo. No lo había pensado. No se me había ocurrido que Arthur con ese aspecto, podría llamar la atención de más chicos. Sentí un nudo en el estómago.

-¿Alfred? ¿Por qué estás tan enfadado? –Preguntaba Francis asustado.

-¿Hay más chicos que crean lo que tú?

-Ammh…bueno…-Francis desviaba la mirada nervioso.

-¡Tomen su posiciones de salida! -Gritó el entrenador y con el silbato en la boca, lo sopló, haciéndolo resonar.

  Pensar en algún otro chico prestándole atención a Arthur me molestaba. Mucho.

 “Listos”…sonó el silbato por segunda vez. Mire al frente apoyando los dedos firmemente en la arcilla roja y subiendo las caderas, sentí la adrenalina liberarse en los músculos. El sol ardiente me había robado parte de la energía, pero ahora rebosaba de nuevo de ella.

“¡Fuera!” Sonó el silbato del entrenador y salí de inmediato de la línea de salida. Las piernas me respondieron como esperaba y mis pies pisaban fuerte impulsados por la energía renovada. No escuche los gritos de emoción de las chicas al inicio de la carrera. La garganta comenzó a secárseme con la respiración agitada y el corazón, latiendo con rapidez para ayudar a la sangre fluir por mi cuerpo, me calentó los pies. Estaba cansado en los últimos trecientos metros y entonces, vi un par de sombras acercarse a los costados. Estaba siendo alcanzado ¿Era Matt? ¿Francis? ¡No lo sabía! Pero no quería ser el segundo.

-¡Vamos  Allen!

-¡Ya casi lo alcanzas!

-¡Corre Allen!

 ¿Allen? Tense la mandíbula al ver que esa sombra se acercaba. Iba a perder. Las energías me estaban abandonando poco a poco, a cada paso, a cada movimiento, a cada bocanada de aire que pasaba por mi adolorida garganta seca. La sombra estaba a mi par en los últimos cincuenta metros.

“¡Demonios! ¡Demonios!”

-¡Corre Alfred! ¡¿Qué solo eso puedes hacer!? ¡Corre!

   El gritó que sobresalió del bullicio, fue chillante, extraño y por algún razón me impulso a dar todo de mi sin importar que callera muerto después de la meta.

¡No perdería!

Diez metros, dos…

 Solo por inercia seguí caminando después de la meta. Jale aire ruidosamente y gotas de sudor caían a la arcilla una tras otra. Mis piernas temblaron un poco y creí que caería en cualquier momento. Pero no fue así. Solo me levante y mire a todos lados. Había vitoreo de la chicas y los demás chicos gritaban tonterías. Mire atrás notando que Francis era uno de los últimos por llegar.

-¡Uf! ¡Buena carrera! –Dijo Matt palmeándome la espalda sudando a mares como yo.

-¿Gane? –Pregunte sin saberlo en ciencia cierta. Aquel que apoyaban iba al parejo de mí andar.

-Empate…-Dijo Francis llegando con los dos (demasiado refrescante como para haber corrido) señalando al entrenador.

-¡Buen trabajo Jones! –Me felicitó el entrenador.- Pero Allen también llego al mismo tiempo que tu…

“¡Eso no podía ser!”

-¡Chicas a su lugares! Las primeras seis de la lista ¡Ya!- Se adelantó a decir el profesor antes de que pudiera reclamar mi primer puesto.

No quería un empate.

-Ven Al…busquemos donde sentarnos.-Dijo Matt empujándome para que saliera de la pista.

-¡Ey Alfred! ¡Eres muy rápido! –Grito Seychelles al entrar a la pista.- ¿Verdad Iggy? –Preguntó dándole un golpecito.

-Ah…si…

 Arthur sonrojado paso rápido a mi lado.

-¿Qué le pasa? –Pregunte.

-¡Déjala! Solo esta avergonzada por echarte porras en los últimos metros.

-¿Porras?

 Seychelles asintió con una sonrisita divertida.

-También deberías de animarla cuando este corriendo.-Dijo dejándonos para alcanzar a Arthur.

 ¿Arthur era quien me había gritado?

  En cuanto razone tome la playera y fingiendo que me limpiaba el sudor escondí esa alegría que me había echo sonrojar. Aunque dudaba que alguien se diera cuenta de esto.

-¡Bien chicas! ¡En sus posiciones!

 Me apresure a llegar a un buen lugar junto a Matthew para ver la carrera de las chicas. Identifique de inmediato a Arthur en el último carril interno. Su rostro serio como siempre mostraba concentración. Se escuchó el primer pitido y las chicas se pusieron en posición. “¡Listos!” Mi corazón sintió emoción y cuando el silbato sonó marcando el “Fuera” las chicas salieron disparadas. Todas menos una, que cayó de cara al suelo en cuanto dio dos pasos después de la línea de salida.

-Agh…

-Auch…eso debió doler.

 Arthur había estampado su rostro en la arcilla.

 Eliza corrió hacia él y otras chicas más.

-¿Q-que paso?

-Ah…se cayó.

 Decía Matthew un poco sorprendido como yo.      

 Eso había sido muy vergonzoso y patético.

-¡¡¿Umh?!!

 Pegue un brinco rabioso cuando un chico de cabello castaño se acercó a la bolita de personas que se juntaron alrededor de Arthur. Las chicas le abrieron paso y él…

-¿¡Que está haciendo?!- Pregunte exaltado sabiendo exactamente qué estaba haciendo ¡No era ningún estúpido!

 Aquel chico estaba levantando a Arthur en sus brazos… ¡como una princesa!

-¿A-Al?

 No escuche a Matt ni a Francis. Solo camine interponiéndome en el camino del chico de cabello castaño.

-¡¿A-Alfred?!

 Arthur parecía querer alejarse del chico dándole golpecitos suaves en el pecho y quejándose.

-¿Qué pasa Allen? Ah…-Una chica que iba detrás de ellos me miró asustada.

 “Con que este es Allen” Era el chico que también apoyaban las chicas cuando corría.

 Sus ojos marrones se centraron en mí, rasgándose un poco cuando estuvimos frente a frente.

 -La llevare a los bebederos.-Dijo tratando de pasarme.

-Yo lo are.- Dije interponiéndome de nuevo.

-¡Yo puedo caminar sola! –Gritó Arthur pero ninguno lo escuchó.

 Casi toda la clase (que no estaba corriendo) miraron la pequeña escena cuchicheando.

-¿Seguro? No creo que puedas. Debes de estar agotado.

-¡Ja! Estoy perfecto. Podría correr de nuevo y ganar otra vez.-Farfulle.

-¿Quién dijo que ganaste? –Pregunto Allen con aires peligrosos.

-¡Ya! –Gritó de nuevo Arthur y brincando de forma rara de los brazos de Allen nos empujó a los dos con bastante fuerza.-Pueden pelear si quieren. Yo me voy a limpiar la cara.-Dijo dando pisotones.

-¡Que están viendo todos! –Se escuchó el silbato del profesor.- ¡Vamos chicas! ¡Que pase el siguiente grupo!

 Por supuesto el maestro ni siquiera se había dado cuenta de lo que ocurría.

 Allen soltó una risita y dio media vuelta.

-Al.-Matthew me empujó para que caminara.-Para. El profesor se dará cuenta y…

-¡Voy al baño!-Grite sin esconder mi enfado.

 Algunos me miraron, otros, solo disimularon que no habían visto todo el numerito.

“¡Estoy rodeado de idiotas!”

 Abrí el grifo de los bebederos y tomando la fría agua con las manos, lavando mi rostro. La tierra se fue rápido por el drenaje al igual que mi imagen perfectamente invisible. Ahora todos me mirarían. Primero por haber caído tan estrepitosamente en la carrera y luego porque ese idiota de cabello castaño (creo que se llamaba Allen) se había puesto en el plan de caballero “¡¿Que le pasaba?!” Si no fuera porque estaban viéndonos, le hubiera plantado una patada en las pelotas por haberme cargado de esa manera ¡Y para acabarla, a Alfred se le ocurre unirse al embrollo! ¡Me iba a morir de vergüenza! Sin duda los chismes alrededor de nosotros aumentarían.

 Los días pasados habían sido tranquilos. Pasaba el tiempo con Alfred cuando podía. En los recesos y en la biblioteca. Sabía que estaba ansioso por que empezáramos a salir a la cuidad…. Tener citas…aunque solo hubiéramos salido por las tardes y….

“splash splash” me echaba agua en la cara con agresividad. Luego metí la cabeza en el chorro de agua y me hice un desastre. Mi cabello mojado escurría y la camisa blanca se me empezaba a empapar.

 ¡¡A parte de todo!!  ¡¡Esta maldita faja me estaba matando!!

 Papá me había conseguido un tipo de faja especial para esconder mis alas sin lastimarlas.

-¡Waaaa! ¡Pero porque se le ocurrió ponerle estas insinuaciones! –Grite frotándome el pecho.

 La tela mojada se estaba pegando a mi piel y como si se tratara de una broma de mal gusto por parte de mi padre, unos pequeños bordos al frente simulaban un pecho de escolar ¡Soy una chica de pecho plano! Gruñí dándole de patadas al suelo.

 ¡Esto no se podía poner peor!

-Qué carácter tienes…

 Me gire al escuchar que alguien estaba detrás de mí.

 -Tú…

 Era Allen. El chico de hace rato. Sus ojos marrones me recorrieron de pies a cabeza deteniéndose un momento en pecho. “¡Maldito gusano descarado!” Era un poco más alto que Alfred. El recuerdo vago de un Alfred patán me hizo compararlos. Su piel tostada y su cuerpo atlético lo hacían ver un oponente fuerte. Di un paso atrás para guardar distancia y tantear mis posibilidades.

-¡Wow! Por alguna razón parece que estas dispuesta a pegarme.-Decía con una sonrisita.- ¿Estas enfadada por lo de hace rato?

-No debiste cargarme de esa forma. No tenías mi permiso.-Decía enfadado.

-Yo esperaba un gracias.-Decía en pose gañan.- Te ayude a levantarte después de tu ridícula caída. Deberías agradecerme.

-En tus sueños.

-¿En mis sueños?

 Mofándose se acercó un poco.

-En mis sueños ocurrirían muchas cosas más que un “simple gracias”.

-¿Ah sí? –Forcé una mueca parecida a una sonrisa.- Pues si yo soñara contigo te rompería el culo.

 Allen abrió los ojos, sorprendido, pero su sorpresa, duro un par de segundos ya que había estallado en una sonora carcajada.

-No eres la muñequita que aparentas ser.-decía limpiándose las lágrimas después de reírse.- Eso hace que me gustes más…

 Un hielo imaginario paso por mi espalda al escucharlo.  

-¿Sabes? – Allen tomó un mechón mojado de mi cabello entre sus dedos.-Ahora quiero concerté sin duda.

-Sigue queriendo.-Bufe golpeando su mano para que soltara mi cabello. Pero me tomo con su otra mano libre con rapidez.-Agh…

-¡Ey! ¿¡Que le haces a Iggy!?

 Alfred apareció con una toalla en la cabeza. Al parecer el también iba a limpiarse el sudor. Sus ojos azules brillaron rabiosos.

-¿Otra vez tú? ¿Qué no ves que estamos en medio de…

“Pow”

  Mi puño dolió cuando cocho contra las costillas duras de Allen.

-¡Suéltame de una puta vez!

 No era que Allen me obedeciera, solo había sido el golpe que le había brindado el que me libero.

-¡Cof cof cof!...

 Allen se agarró el costado con una expresión de desconcierto.

-¡Ar…Iggy! ¿¡Que-que haces?!

-¿Tu qué crees? –Respondí la pregunta de Alfred con otra pregunta.

 El muy tonto solo me miraba sin saber que pasaba.

 Aun sosteniéndose el costado donde le había pegado, Allen se reincorporó con una sonrisa.

-¡Dios que carácter! –Se mofó.

-Sigh. Solo déjame en paz Allen.-Dije saliendo de ahí-Vamos Alfred. Matthew debe de estar buscándote.

  Alfred me siguió momentos después. Seguro se había quedado para decirle una estupidez a Allen.

-¿Estas bien? –Preguntó al momento de alcanzarme.

-Estoy bien.-Renegué.- Solo un patán más con el que tengo que lidiar.-Me detuve en seco.-Alfred ¿Qué fue lo de hace rato? –Pregunte mal encarado.-Hiciste una escena vergonzosa.

 Alfred infló las mejillas como un niño pequeño.

-Ese tipo te estaba cargando.

-Sabes que puedo encargarme yo solo de cosas así.

-Lo sé.-Alfred se sonrojó.- Pero mi cuerpo se movió por sí solo.

-¡No me vengas con excusas infantiles!

-No es una excusa. Es la verdad.

-Dios. Ahora todos creerán que tenemos un triángulo amoroso.-Suspire.

-¿Triangulo? ¡Va! Eso no importa.

-No lo entiendes.-Suspire de nuevo.

-¡Claro que entiendo! Por eso…-Alfred me miro con esa cara de seriedad que me abochornaba.

-¿Qué?

-¡SALGAMOS EN UNA CITA! –Gritó.

-¡¿Ah?! ¿Qué tiene que ver una cita con todo esto?

-Si empezamos a salir. Todos verán que somos pareja y no habrá esos triángulos amorosos que dices.-Decía convencido Alfred.- ¡Salgamos!

-Alfred.

-¡Ya han pasado dos semanas desde que fui a tu casa! No hemos salido y no me has besado desde entonces.

-¡No digas eso!-Alce la voz avergonzado.-He-hemos salido con “papa frita” y “Scone” al parque…

-¡Eso no cuenta!  ¡Tengamos una cita!

-¿Por qué eres terco de pronto?

-Porque…porque estoy celoso…

“Este chico…”

El sonido distante del silbato del profesor de educación física se escuchaba al fondo.

-Está bien…Tengamos una cita este sábado…-Dije vencido.

-¿Enserio? –Sonrió Alfred iluminándose el rostro.

 Asentí abochornado. Me daban ganas de pellizcarle las mejillas cuando hacia esa cara.

-¡Sí! –Gritó sin esconder su emoción.

-Ya, está bien…regresemos a clase…

-Antes de regresar ¿Puedo preguntarte algo más?

-¿Umh? ¿Qué pasa?

-Iggy…-Alfred señalo mi ropa mojada y en específico mi pecho.-Si eres un chico… ¿Por qué tienes pecho de chica?

 Contuve la reparación sintiendo todo el calor del verano y el sol abrazador sobre mí.

Yo…había olvidado la mala broma de papá que resaltaba un poco a la vista….

Notas finales:

 XD ¿Les gusto? Dejen sus comentarios, sugerencias, quejas, dudas y sus chocolates (Ok, eso no) Bueno si me escriben yo lo leeré con gusto ¡Saludos!

¡Hasta el próximo capítulo! ¡Nos leemos!   


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