Capítulo 11
¡Pelea!
Las vacaciones habían sido suficientemente agradables para todos y las habían aprovechado al máximo. De hecho, habían descansado más de lo que imaginaron que harían y también sus hijos la habían pasado muy bien. No tenían nada de qué quejarse, los chicos habían tenido una gran idea esta vez con hacer un viaje juntos.
El viaje de vuelta en el avión fue tranquilo, salvo alguna que otra pelea entre los niños por quién se iría al lado de la ventana, pero nada tan terrible. Seung Hyun abrió la puerta de la casa tranquilamente mientras Ji Yong caminaba de la mano con los gemelos.
-¡Quiero jugar con la consola ese juego de guerra! –Tae Hee pasó corriendo por el jardín.
-Sin correr –Ji Yong el avisó. El menor dejó de correr y se plantó frente a Seung Hyun. Ji Yong miró a su lado, Ha Na venía en completo silencio mirando su celular. De tanto que había insistido, le habían comprado uno. Luego de que Seung Hyun había objetado diciendo “¿Para qué una niña de 13 quiere celular?” y de los múltiples: “¡Pero papá! ¿Y si viene el fin del mundo y no estoy con ustedes?”, lo habían comprado.
Seung Hyun abrió la puerta tranquilamente. Ni siquiera fue capaz de abrirla totalmente cuando Tae Hee pasó corriendo como loco dentro de la casa.
-¡Dije sin correr! –Ji Yong rodó los ojos mirándole.
Seung Hyun se devolvió a entrar las maletas. Los niños entraron tranquilamente y se metieron a sus habitaciones casi de inmediato. Ha Na se echó en el sofá con su celular, Ji Yong todavía no comprendía qué es lo que la tenía tan ensimismada en el aparato. Ji Yong prendió las luces y caminó hasta la habitación con tranquilidad. Cerró un poco las cortinas, habían llegado casi de anochecida. Seung Hyun entró y dejó las maletas en el suelo. Se giró para ir por su pijama cuando pasó por la habitación de la colección. Recordó que seguramente estarían todavía los trozos de Bearbricks tirados por el suelo y los vidrios. Sin notarlo ya se le había formado un puchero en los labios. Caminó relajadamente hasta su cuarto de colección y entró a oscuras. Prendió la luz a tientas.
Abrió mucho sus ojos cuando miró todo el lugar.
Todo estaba perfecto. Los muebles de vidrio estaban como si nunca se hubieran roto. Y estaban todos, todos y cada uno de sus bearbricks, en una sola pieza y todos en su lugar. Hasta brillaban. Seung Hyun caminó lentamente por la habitación mirando todas las figuras. Él habría jurado que las había visto rotas por todas partes en el suelo. Sonrió grandemente. Sólo había una persona que podría haber hecho todo aquello.
Salió del cuarto y se dirigió a su habitación, pero estaba vacía. Así que supuso que Ji Yong estaría con los niños. Caminó hasta la habitación del frente. Ji Yong terminaba de ponerle el pijama a Seung Jo y Tae Hee estaba en la cama de al lado tomando leche de chocolate mientras miraba televisión. Se quedó parado en el umbral de la puerta sonriendo idiotamente mientras miraba a su marido abotonando la camiseta del menor.
-¡Papá! –Tae Hee lo vio de pie en la puerta y le gritó para que se acercara. Ji Yong se giró y miró al mayor con una sonrisa en su rostro mientras terminaba con el menor y lo recostaba en su cama. -¿Podemos ir a ver Civil War cuando se estrene en el cine?
-¿No eres muy chico todavía para ir? –Seung Hyun se rió mientras se sentaba al lado del más pequeño.
-¡No, ya estoy grande! ¡Voy a cumplir 8! –Tae Hee se puso de pie en la cama y elevó la caja de chocolate mientras elevaba sus manos.
-Oh, lo había olvidado –Seung Hyun se mostró asombrado. El pequeño hizo un puchero.
-¿Olvidaste mi cumpleaños? –Tae Hee se sentó nuevamente en la cama y se cruzó de brazos. -¡Papi!
Ji Yong miró al menor.
-¡Papá olvidó mi cumpleaños!
-Es que está medio viejito –Ji Yong sonrió.
-¡No estoy viejo! –Seung Hyun frunció el ceño. -¡Claro que recuerdo tu cumpleaños! Queda una semana, ¿cómo voy a olvidar el día en que nació uno de ustedes?
-¿Entonces teniendo fiesta de cumpleaños para Tae? –Seung Jo sonrió mirándoles.
-Sólo si se porta bien –era obvio que tendría una fiesta de cumpleaños. Pero nunca estaba demás decirle que para una fiesta debía portarse bien, al menos haría el esfuerzo de no hacer tantas locuras.
-¿Y pueden regalarme una Jirafa?
-¿Para qué quieres una Jirafa? –Seung Hyun rodó los ojos.
-¡Quiero una de mascota!
-Ok, ya duérmete –Ji Yong se echó a reír. –Buenas noches, duérmanse de inmediato que mañana deben ir a la escuela, eh. Los quiero.
Ji Yong se despidió de cada uno al igual que Seung Hyun y luego dejaron la habitación. Caminaron por el pasillo a la siguiente. Su Ah y Ha Na miraban un drama, ambas parecían extasiadas mirando la pantalla.
-¿Qué ven? –Seung Hyun entró y miró también la pantalla.
-¡Mira papá! –Su Ah le habló. -¡Están transmitiendo una presentación de One Direction!
-Ay no –Seung Hyun negó con la cabeza. Tomó en control de la televisión y la cambió. -¡Mis hijas no verán presentaciones de los One no sé qué más!
-Seung –Ji Yong se rió.
-¡Pero están bien lindos! –Ha Na se quejó.
-¿Saben qué deberían estar haciendo? ¡Viendo todos los conciertos de BIGBANG!
-¡Pero papá los hemos visto mínimo 7 veces todos! –Ha Na dijo de nuevo.
-¿Y? Nunca es suficiente –Seung Hyun repuso.
-Es que ya los sé de memoria –Ha Na se cruzó de brazos.
-Mal agradecidas –Seung apagó la tele. –No las llevaré a nuestro próximo concierto.
-¡¿Harán un concierto?! –Su Ah se puso de pie.
-¡Claro! BIGBANG sacará un nuevo disco ahora que por fin estamos los cinco juntos luego de todo el tiempo que los chicos hicieron su servicio. Y tendremos muchos conciertos, pero no las llevaremos.
-¿De verdad sacarán otro disco? –Ha Na miró a Ji Yong. Este sonrió y asintió.
-En serio –dijo este. –Nos queda ponernos a grabar ahora.
-¡Oh! –Ha Na abrió mucho sus ojos. -¿Cuál será el look de Tío Seungri?
-¡Oye! –Seung Hyun la regañó. –Parece que tu favorito siempre será el Maknae.
Ha Na se sonrojó y desvió su mirada. Su Ah tiró de la manga de la camisa del mayor.
-Papi, ¿me puedes llevar en sus conciertos?
-Lo pensaré –Seung Hyun sonrió. –Ahora duérmanse, mañana hay clases.
-Buenas noches –Ha Na se despidió acomodándose en la cama.
-Buenas noches, princesas –Seung Hyun les regaló un beso a cada una en la mejilla y luego apagó la luz mientras Ji Yong le seguía.
Ji Yong caminó algo cansado a la habitación. Con todo eso del viaje se había agotado y al otro día debía levantarse temprano para dejar a los chicos en la escuela y luego irse a YG junto con Seung Hyun. Entró tranquilamente a la habitación y antes de poder cambiarse la ropa para ponerse el pijama Seung Hyun lo atrapó entre sus brazos por atrás. Afirmó su cintura con fuerza. Ji Yong sonrió y tomó sus manos tranquilamente. Seung Hyun besó su mejilla.
-No era necesario que lo hicieras.
-¿Qué cosa? –Ji Yong sonrió y se giró mientras acariciaba su mejilla y su cuello.
-Sabes de qué hablo –Seung Hyun también sonrió y apretó su cintura con fuerza. –Hablo de que trajiste prácticamente todos los bearbricks de nuevo.
-Ah, es eso… -Ji Yong bajó sus ojos y luego le sonrió de nuevo. –Por ti haría esto y más, mi amor. Tómalo como un regalo por ser el mejor esposo del mundo entero.
-Te amo –Seung Hyun susurró y le regaló un beso. –Te amo más que al mundo entero.
-Lo sé –Ji Yong sonrió. –Yo te amo también.
~
El timbre que indicaba descanso sonó.
-Pueden salir a jugar, niños.
La profesora les indicó a los niños que podían salir en ese momento. Casi sin pensarlo los menores salieron casi corriendo. Se fueron con toda rapidez hasta la cancha en el patio, algunos jugaban a la pelota, otros conversaban y otros tenían diferentes juegos.
-Mis zapatos de la escuela son más lindos que los tuyos.
-Son los mismos, Tae Hee –el niño le sacó la lengua. El nombrado le miró desagradable y le hizo un mohín.
-Podrán ser los mismos, pero yo los traigo con estilo y tú no.
Tae Hee pasó de largo y siguió caminando por el patio mientras tomaba su jugo de naranja. Odiaba las clases de matemáticas y odiaba el uniforme escolar. Hacía mucho calor y él quería usar short, pero no, había que usar pantalones. Odiaba los pantalones. Iba tranquilo caminando, quería encontrar a Su Ah nona para hablar con ella un rato, su hermana era más divertida que sus compañeros de clase. Sus ojos se plantaron en su hermano, que hablaba con unos chicos que parecían de una clase más grande.
-Hyung –le llamó despacio, pero él no pareció escuchar. –Seung Jo Hyung.
-¡Dejándome en paz!
-¡Mira, ni siquiera sabes hablar bien, pendejo!
Tae Hee frunció el ceño cuando escuchó aquello y se acercó casi corriendo hasta donde estaba su hermano. No estaban conversando, lo estaban molestando. ¿Pero por qué? Él se puso al lado de su hermano y le miró, el otro mantenía el rostro bajo.
-Oye, Hyung. ¿Estás llorando?
-No llorando –el mayor sollozó de repente.
-¡Ya está llorando!
-¡¿Qué le han hecho a Hyung?! –Tae Hee levantó su rostro y miró a los otros dos chicos. –Seung Jo, dime qué te dijeron.
-No diciendo nada…
-¿Te golpearon? –Tae Hee miraba a su hermano, pero este sólo tenía un puchero y sollozaba de vez en cuando.
-Eso te pasa porque no quisiste darnos tu dinero.
-¡Oye, abusador! –Tae Hee miró enojado a los otros dos.
-Tú no te metas, niñato.
-¡¿A quién le dices así?!
Tae Hee tomó su caja de jugo de naranja y la reventó en su cara, dejando al otro con la cara empapada en jugo de naranja.
-¿No sabes quiénes somos mi Hyung y yo? ¡Ten más respeto!
-¡Mira lo que has hecho! –El chico intentó limpiarse el rostro.
-Te lo mereces, cuando mis padres sepan te van a poner un abogado.
-Ah, sí –el mayor se acercó con cara de matón. Entonces muchos niños se acercaron a mirar qué estaba ocurriendo.
-¡Pelea! ¡Pelea! ¡Pelea!
Todos comenzaron a gritar al mismo tiempo. El chico mayor enojado empujó a Tae Hee contra el pavimento. El niño cayó de espaldas y se quejó. Seung Jo lo miró y entonces le ayudó a ponerse de pie mientras le tomaba del brazo.
-¡No importando, Tae Hee! ¡Sólo vámonos! –Decía nerviosamente.
-¡Nadie se burla de ti y sale como si nada! –Tae Hee se notaba enojado.
-¡Sólo vámonos! ¡Nos van a castigar! ¡Y tú no teniendo fiesta de cumpleaños!
-¡No me importa la fiesta de cumpleaños ahora! ¡Yo voy defenderte!
-¡Niñita! –Le gritó el chico mayor. –Aparte de hablar como un bebé de 1 año también eres una niñita de primera.
-¡Tonto estúpido! –Tae Hee le dio una patada al chico mayor en su entrepierna con fuerza. El otro chico grandulón se agachó a mirar a su amigo que se tiró al suelo gritando, entonces Tae Hee aprovechó y le tiró del cabello. -¡No te permito volver a burlarte de mi Hyung! ¡Él es un buen chico y tiene Dislalia infantil! ¡Como tú no tienes ningún problema te burlas de él! –Tiró del cabello de él más fuerte todavía. -¡Que mi Hyung sea más tímido no significa que se pueden aprovechar de él!
-¡AHHHHH! ¡Suéltame, enano! ¡Suéltame!
-¡Discúlpate con mi hermano!
-Ahhh
Tae Hee le dio una patada en el estómago.
-¡Que te disculpes digo!
-¡Ni hablar, niño del demonio!
El chico al que había golpeado en la entrepierna se puso de pie y le dio un golpe en la mejilla.
-¡Nooooooooooooo! –Seung Jo gritó como loco y tomó a su hermano para hacerlo para atrás. Se había puesto más nervioso todavía. No quería que golpearan a su hermano menor por su culpa. -¡Ya no golpeando más!
-¡Aaaay! –Tae Hee tomó su rostro, le dolía demasiado.
-¡Pelea! ¡Pelea! ¡Pelea!
-¡Ahora verás lo que es bueno mocoso! –El grandulón los empujó una vez más y esta vez tomó a Tae Hee por el cuello de su camisa.
Levantó su puño para golpearlo directamente a la cara de nuevo. Tae Hee cerró mucho sus ojos.
-¡Soo Hyun! –Un chillido se escuchó y luego una chica se interpuso entre los menores y los otros grandulones. -¡¿QUÉ DEMONIOS LES HAN HECHO A MIS HERMANOS?!
-¡Ha Na nona! –Seung Jo se veía asustado. Ha Na miró a los menores y fijo sus ojos en Tae Hee, se le notaba la zona algo morada y un poco de sangre en su boca.
-¡¿QUÉ?! –El chico grandulón abrió mucho sus ojos. -¡¿Son tus hermanos?!
-¡Sí, imbécil! –Ha Na se agachó y ayudó a ponerse de pie a Tae Hee. -¡¿Quién te has creído?! ¡Eres un maldito abusador!
-¿Qué sucede aquí? –De pronto una voz firme paró los gritos.
Todos se quedaron en silencio mirando al director. Ha Na se puso de pie y miró al director, los otros dos chicos también lo miraron.
-¡Ese niño nos golpeó!
-¡Tú golpeaste a mi hermano, mírale la cara!
-¡Silencio! –El hombre los miró. –Vayan a dirección, llamaré a sus padres.
-No saben lo que han hecho –uno de los chicos que miraba les dijo a los dos grandulones. –Acaban de golpear al hijo menor de TOP y G-DRAGON. Se volvieron locos.
-Cierra la boca –gruñó el chico enojado.
-Hubiera sido genial si hubieran sido unos niños ordinarios, pero no lo son –una de las chicas les miró enojada. –Las van a pagar esta vez por abusadores.
~
-Hyung, agreguemos esta canción al álbum –Seungri dijo escuchando la canción y moviendo su cabeza al ritmo.
-Me gusta esa –Ji Yong asintió.
-Este álbum será genial –Daesung sonreía emocionado. –TOP Hyung, supe que grabarías una película.
-Todavía no lo sé, estoy pensándolo.
-Oigan, ¿haremos un MV para cuatro o tres canciones? –Young Bae miró a los demás.
-No lo sé, yo digo que-
Ring Ring
-Esperen.
Ji Yong sacó su celular, respondió rápidamente mientras los demás seguían conversando sobre el nuevo álbum.
-¿Hola?
-Sr Kwon, llamo de la escuela.
Ji Yong inmediatamente frunció el ceño. A él nunca lo llamaban de la escuela, y menos el director. Por un momento se alarmó, quizás alguno de los niños había tenido algún accidente en clases de gimnasia o algo. Sintió que los nervios se le venían a la cabeza.
-O-Oh, director –Ji Yong asintió. –Dígame, ¿pasó algo con los niños?
Seung Hyun le miró inmediatamente y los demás se quedaron en silencio.
-Verá, hemos tenido un problema con Seung Jo Y tae Hee hoy.
Ji Yong pensó en todas las posibilidades. Tae Hee casi siempre era castigado por diversas cosas, pero Seung Jo nunca. Nunca lo habían llamado por Seung Jo, él siempre se portaba bien y nunca tenía malas notas tampoco.
-¿Qué pasó? Me tiene preocupado.
-Tranquilo, no ha habido ningún accidente, pero necesito su presencia aquí, ahora. Por favor, preséntese en la dirección lo más pronto posible. Lo estaré esperando.
Y colgó.
Ji Yong quedó mirando su celular. Se giró y miró a su marido.
-¿Qué sucede? –Seung Hyun debió mirarle la expresión en su rostro, porque no era nada bueno.
-Llamó el director. Algo ha pasado con Seung Jo y Tae Hee, quiere que vayamos ahora.
-Será mejor que vayan de inmediato –Young Bae los miró. –Nosotros arreglaremos aquí mientras y hablaremos más tarde.
Ji Yong asintió nerviosamente.
-Volveremos apenas podamos –Seung Hyun se despidió rápidamente.
Ji Yong subió al auto de copiloto, no quería manejar tenía los nervios de punta. El director dijo nada grave, pero lo llamaba de inmediato. Pasó sus manos por su cara, no podía evitar la preocupación. Sintió la mano de Seung Hyun sobre la suya.
-Seguro están bien, Ji. Tranquilo.
-¿Y se cayeron? ¿O si se rompieron algo?
-No pienses en eso, Yongie –Seung Hyun le tranquilizó un poco. Ji Yong asintió. –Todo va a estar bien.
Ji Yong apretó la mano de Seung Hyun contra la suya también.