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Please Don't Go... por Arizt Knith

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Notas del capitulo:

En verdad lamento muchisimo el haberme tardado demasiado en actualizar mis fics, pero la cosa es que mi laptop mucho falla, casi no he tenido inspiracion y lo peor de todo es que como trabajo y luego vengo cansada casi ni me da tiempo, pero en algunos ratitos me ponia a escribir y bueno hoy les dejare esto pero el fin de semana actualizare Esclavo de Tu Amor y les dare un bonus extra!

 

 

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Capítulo 10

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Please Don't Go

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Paris, Francia

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Ya habían pasado alrededor de cinco meses y medio desde que había dejado Grecia, actualmente se encontraba viviendo en la casa de su tía Garnet y había que aclarar que la pobre mujer por poco y sufrió un infarto cuando se enteró del estado actual de su pequeño Dégel, pero claro, la afligida mujer no hizo más que acobijar a su sobrino mientras le acariciaba el cabello y dedicaba palabras dulces para reconfortarlo. Al menos Garnet se encontraba más que feliz al ver a su sobrino con aquel vientre abultado de siete meses y medio, más sentía pena cada que le miraba sentado en aquel diván que daba a la ventana. Cada día era igual, Dégel se sentaba ahí para observar a la gente pasar o quizá para ver los matices del atardecer, mas siempre con aquella mirada melancólica mientras acariciaba su abultado vientre, sintiendo de vez en cuando los ligeros movimientos del bebé.

— ¿Aun piensas en él? —Dégel dejo de ver hacia afuera para dirigir la mirada hacia su tía, quien le había estado observando como cada día desde el umbral de la puerta —

— ¿En quién? —Se quiso hacer el desentendido, Garnet suspiro como cada siempre lo hacía ante las evasivas de su sobrino, porque por más que lo negase este sabía muy bien de quien hablaba—

— Dégel… —Negó, ella le observo mientras el menor se levantaba con cierta dificultad por lo que fue a ayudarle, pues a pesar de tener solo seis meses aun así su vientre era demasiado grande y tareas como levantarse de un sofá, se le hacían por demás complicados al francés— No sé por qué, pero tengo la impresión de que son gemelos

— ¿Qué? —Le vio confundido, la mujer cuya amabilidad y aire de aristocracia seguía sin perder, sonrió mientras colocaba una de sus manos sobre el vientre de Dégel, ocasionando un ligero movimiento por parte del bebé—

— Es solo que, cada vez que te veo no puedo evitar pensar que ahí hay un par de hermosos gemelitos~ —El menor solo le vio horrorizado, no es que no le agradara la idea tan solo que no se imaginaba a él como "madre" soltera de gemelos

—….. —Alertado por las palabras de su tía, no pudo evitar llevar sus manos hasta su vientre para acariciarle, si bien tenia semanas con la idea de que era demasiado grande, ahora que su tía se lo comentaba y le mencionaba sobre tener gemelos— Es imposible —Musito, sus manos acariciaron con extrema ternura su vientre—

— Bueno, bueno —Aplaudió un par de veces para atraer la atención de "la futura madre"— Dejemos a un lado esa tristeza, mira que le puede hacer daño a los… al bebé —El otro asintió, su tía tenía razón, además de que había leído que los bebé podían percibir el estado de animo de la madre y dependiendo de cuál fuese, este les podía afectar— Además ya es hora de la merienda

Tenía las piernas un tanto abiertas para darle espacio a su enorme vientre el cual pareció moverse, el bebé estaba emocionado, tal aprecia que ya sabía qué hora era; estaba tan agradecido con aquella mujer. Garnet se acercó a su sobrino para ayudarle a que se levantara, estaba ansiosa por conocer a los pequeños, porque si, ella sabía que no era normal que el menor tuviera un vientre tan grande para un solo bebé.

— Adivino, ¿otra vez tarta de manzana? —Lentamente se fueron dirigiendo a la mesa para dos, la mujer de cabellos ahora platinados sonrió a modo de respuesta, pues era normal, la futura madre amaba comer cada tarta aquel postre y todo porque su hijo se lo pedía—

— Sabes que sí, ese pequeño o pequeña saco el mismo gusto que su padre —"Su padre" Garnet al darse la vuelta para ir por el aperitivo no se dio cuenta de la expresión de Dégel, aun después de todo ese tiempo seguía preguntándose por el peli azul, ¿Qué habrá sido de el? ¿Cómo se encontrara? Tantas eran las interrogantes, de las cuales solo tenía pocas respuestas gracias a su amiga quien siempre le mantenía informado, sonriendo de vez en vez al recordar cómo esta le decía que el griego no dejaba de acosarle para que le dijera sobre el paradero exacto del francés—

— Kardia… —Un nudo se formó en su garganta, su hijo sintió el pesar de su madre quien deseaba con todas sus fuerzas tener a quien amaba a su lado— Kardia… —Hacia tanto tiempo que no le escuchaba, que no le veía, que no le tocaba, al menos necesitaba un abrazo y sentirse querido—

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Y mientras tanto en Grecia las cosas no iban para nada bien con nuestro queridísimo Kardia. Todos esos meses que habían pasado habían sido y al parecer seguirían siendo una tortura para él, últimamente sentía más presión que nunca, ya fuera por parte de la universidad o su familia, soportar a Helena era toda una proeza, y sacarle información a la enana malagradecida de Arizt era como una odisea para él, era como enfrentarse al más terrible y diabólico enemigo nivel Chuck Norris. Aunque bueno ahora más que nunca se recriminaba por haber sido un completo idiota en no haber ido a buscar al francés e inclusive Manigoldo y Arizt se lo echaban en cara, sobre todo la francesa, quien no media su vocabulario o palabras mordaces.

Pero no le importaba la forma en la que la chica le contestaba, lo que más deseaba era saber de Degel, porque debía aceptarlo, jamás imagino que tenerlo lejos por tanto tiempo fuera tan horrible. Podía estar rodeado de muchísimas personas pero aun así se sentía solo, no era lo mismo. Extrañaba a su francesito, el único que parecía comprenderlo y quererlo por cómo era, el único que no le exigía ser otro. Sus zafiros inclusive mostraban esa tristeza, tenía ojeras, casi no dormía y había descuidado un poco su imagen. Y ella le había notado.

Había notado cuan acabado se miraba el griego, quien al principio lo había disimulado bien, pero a ella no le engañaba pues podía ver que tras esas sonrisas falsas se ocultaban las penas del mayor y odiaba ser cruel y negarle la información, pues lo único que quería era que el mayor aceptase que no extrañaba a Degel porque era su amigo y nada más, quería que Kardia se diera cuenta de los sentimientos que tenía, de que se permitiera ser feliz y de que hiciera feliz a su amigo, porque de seguir escondido por el miedo al que diera, prefería quedarse callada, pues peor era ver a su amigo tras un cobarde.

— "Fuiste un idiota, un maldito cobarde" —Si, esa era una de las tantas frases que la peli castaña le dedicaba cada que preguntaba por Degel, y como siempre, esta se negaba a decirle sobre el peli verde—

— ¡Ya! Ya estuvo bueno, ¿no crees? —La peli castaña alzo una de sus cejas al son que cruzaba los brazos sobre su pecho— Ya sé que soy un idiota

— Y me alegro que por fin lo aceptes —El otro solo se mordió la lengua para no insultarle—

— Y que fue mi culpa, yo mismo debí de haber ido a verle…

— Pero fuiste un cobarde —Agrego la otra con una sonrisa divertida en sus labios cereza, al griego no le quedo de otra más que bancarse las palabras de la francesa, pues era la única persona que le podía dar noticias sobre Degel— Kardia… —Eran las cuatro de la tarde, ambos se encontraban a las afueras de la universidad, el viento soplo un poco y movió las cabelleras de ambos— ¿Qué sientes por Degel?

— ¿Qué? —La pregunta le había tomado por sorpresa, al principio quería reírse pero al ver la expresión seria en la chica prefirió no hacerlo— Amistad, ¡Es mi mejor amigo, mujer! —Silencio, apenas interrumpido por el soplar del viento frio anunciando el invierno. Casi ocho meses desde que el francés se había ido y el griego seguía negándolo, sus ojos aguamarina parecían dos fríos glaciares, era por eso que prefería quedarse callada—

— El día en que te decías a ser honesto con respecto a lo que sientes, te lo diré —Retrocedió unos cuantos pasos, Kardia solo le vio sin entender por lo que decidió seguir— Tu bien sabes lo que sientes, inclusive yo me he dado cuenta de ello —Trago griego, una gota de sudor se deslizo por su sien derecha, quería reírse y preguntarle sobre que estaba hablando pero la expresión de la peli castaña era tan seria que difícilmente podía creer que esta estaba bromeando—

— No sé de qué hablas —Sintió como si milenios habían pasado desde la última vez que había dicho algo, Arizt solo alzo una ceja, seguía sin siquiera despegar su mirada del otro— ¿Acaso leer tantas novelas homoeroticas te tiene así? —Quería fingir que la otra no lo sabía, porque era imposible que alguien más supiera su más oscuro secreto, ¿verdad? Bajo ligeramente la cabeza y suspiro, era un caso perdido—

— Cuando tengas el valor para aceptarlo, será el día en que te diré lo que se —Nuevamente volvió a retroceder, Kardia sintió que había vuelto a equivocarse—

— ¡Espera! —Exclamo angustiado, tenía el brazo estirado hacia la otra quien solo le miraba con pesar— Por favor… Es… Es difícil para mí… ¡Sabes como es mi familia con respecto a eso!

— ¿Y por temor a tu familia dejaras ir a quien amas? —Se sintió congelar, no podía mover ni un musculo— Has pasado tantos años bajo su sombra, siendo una simple marioneta que hace lo que le ordenan —No podía negarlo, inclusive sentía vergüenza de sí mismo. Podía enfrentar a cualquiera que se le cruzara en el camino, menos a su familia

— Como dije, cuando tengas el valor para afrontar las cosas, ven a mí —Silencio. Las palabras de la joven seguían en su cabeza, la chica solo le miraba con pesar desde su lugar— Kardia… —Lentamente se dio la espalda, alguien le estaba esperando en el carro que se encontraba estacionado frente a la escuela— Tan solo espero que cuando eso suceda, no sea demasiado tarde

Seguía inmóvil, la chica ya le había abandonado y nuevamente tenía aquel sabor amargo en la boca. Tenía las manos hechas puños y sus ojos ardían, los tenia rojos por las lágrimas que trataba de contener, mas no queria mostrar su debilidad.

— Degel… —Los cadejos de su fleco cubrían aquellos ojos que, luego de un buen rato se dignaron a soltar algunas lágrimas; sabía que la chica tenía razón y cada día que pasaba sentía que iba perdiendo a quien… a quien amaba— Degel… —Su voz, su rostro, su aroma. Extrañaba todo eso, todo de él. Lo quería para él, quería ser el único de tener tan hermoso ser para si, quería amarlo y compartir su vida con ese chico de hermosa mirada—

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Continuara...

Notas finales:

Sé que ha sido corto pero esto es para asegurarles de que no le he olvidado de mis fics, y que los seguiré aunque sea de a poco, pero me alegro de que algunas personitas siguen atentas y me piden que actualice, eso me hace feliz. 

 

Gracias por los comentarios, que si bien me tardo en contestar los y pido disculpas... Estoy agradecida, los adoro y esperemos que este fic se logre un buen regreso de "Esclavo de Tu Amor" mas un bonus extra! 

 

Hasta la próxima!


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