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Please Don't Go... por Arizt Knith

[Reviews - 22]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del capitulo:

Hola, hola, hola publico conocedor de lo bueno!! Estoy tan feliz por todos los reviews que me han dejado, wahh es muy hermoso y me disculpo por tardarme en responderlos uwu ... pero bueno, cositas lindas y hermosas *-* aqui les dejo un nuevo capitulo, espero que lo disfruten!!

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(***)

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Se sentía cabreado, desilusionado, ya llevaba al veinte minutos llevaba al menos veinte minutos esperando a que Degel apareciera y nada, además de que ya llevaba tres capuccinos y dos rebanadas de brazo gitano, y el francés seguía sin aparecer, además de que cada que le llamaba al celular, el maldito aparato del demonio terminaba mandándolo al correo de voz.

—Maldición, ¿Dónde podrá estar ese cuatro ojos? —Se preguntó a si mismo mientras llamaba al camarero para que le trajera otra orden de brazo gitano— Si no aparece en los próximos cinco minutos…

—Lamento la tardanza —Musito alguien a sus espaldas y matando con ello el enojo y las palabras del griego— Yo…

—Vaya, vaya, vaya… Pero sí que es raro ver que el gran Degel llegue tarde a una cita —Degel sintió sus mejillas arder al ver de frente al griego, quien le sonreía con una pizca de burla mientras llevaba la taza de su capuccino a los labios para darle un pequeño sorbo— Llevo esperándote al menos veinte minutos

—Lo siento… —Las mejillas del menor continuaron tornándose de aquel adorable color, callando por completo al griego que se detuvo a observar con mucho detenimiento aquel bello rostro—

—Descuida —Murmuro inquieto y aparto la mirada, no sin antes hacer un gesto al otro para indicarle que tomara asiento—

Cabe decir que ambos jóvenes se terminaron sumiendo en un terrible silencio que fue roto gracias al camarero que se apareció minutos después con la orden del peli azul; en eso Degel aprovecho para pedir una que otra cosita, debía admitir que los nervios y antojos le estaban matando, y que mejor que combatirlos con un trozo de tarta de chocolate con cereza. Aunque lo peor vino cuando el camarero se hubo ido para traer la orden del otro, Degel lucia más que nervioso y Kardia lo había notado, sabía que algo pasaba con su amigo.

Le conocía también como para saber que el otro quería decirle algo, pero a la vez no podía, ¿Cómo lo sabía? Fácil. Degel siempre se ponía a jugar con sus dedos o con los mechones de su cabello, además de que le miraba cada tanto para luego apartar la mirada y volver a repetir el mismo procedimiento, al menos unas cinco veces más.

—Bueno… —Dio un suspiro y tomo el tenedor para agarrar un pedazo de su postre, Degel levanto la mirada y le vio nervioso— Es un hermoso día, ¿no crees?

—Sí que lo es… —Estaba más que claro que ninguno de los dos sabia como empezar alguna platica coherente. Kardia no tenía ni la más mínima idea de cómo plantearle aquello que había descubierto, así como Degel no tenía idea de que decir y cabe decir que se había estado preparando mentalmente los últimos días, así como ensayar cada cosa que le diría al otro—

—Degel

—Kardia… —Ambos se vieron sorprendidos por haber iniciado al mismo tiempo—

—Yo quisiera

—Yo quisiera… —El mayor negó con la cabeza ya sabiendo a donde iría a terminar todo eso—

—Degel… —Pero como si el destino le odiase, el camarero termino apareciéndose con la orden del peli verde. El menor sonrió encantado al ver aquel enorme trozo de tarta de chocolate con cerezas, aunque se sorprendió cuando el joven dejo una taza de café capuccino sobre la mesa—

—Disculpe, pero yo no ordene esto… —El camarero sonrió ligero y negó con la cabeza—

—Ese va por la casa —Kardia bufo molesto al ver como aquel tipo le sonreía de esa manera tan galante, pero su humor empeoro al ver como las mejillas de Degel se tornaron de un fuerte carmín—

—Yo… gracias… —Aquel joven de camisa blanca con pantalón negro, zapatos y delantal del mismo color, le sonrió y se despidió con una sonrisa que hizo enrojecer aún más al otro, aunque más que todo eso había sido por vergüenza, pues seguía sin estar acostumbrado a que otros le coquetearan—

—Ahem… Entonces, ¿Por qué me has citado? —La mirada del peli azul habia cambiado por una desinteresada mientras tomaba el tenedor y picaba a diestra y siniestra su postre, Degel solo bajo la mirada e igual tomo el tenedor para agarrar una porción de aquel delicioso postre, ignorando olímpicamente al griego quien solo le vio con molestia— ¡Degel!

—¡Déjame comer! —Chillo, Degel solo le vio ofendido pues era rarísimo que el otro le contestase con tal mal humor—

—…

—Yo… lo siento… Es solo que no logre dormir bien además de que no pude desayunar —Se excusó rápidamente al notar la mirada sorprendida de su amigo—

—Descuida —Hizo un gesto con la mano como quitándole importancia y luego tomo la taza para darle otro sorbo a su bebida, dejando que Degel comiera tranquilamente aunque ello significara sumirse en un terrible silencio—

Los segundos pasaban y lo único que se escuchaba eran las pláticas de los demás comensales que se encontraban en el establecimiento o pasaban por ahí. Kardia sentía que se estaba volviendo loco o mejor dicho, aquel mutismo por parte de los dos le estaba volviendo loco.

—Entonces… —Volvió a intentarlo, Degel entonces dejo el tenedor sobre el plato y se dedicó a ver fijo aquel par de orbes zafiro—

—Disculpe, ¿necesita algo más? —Pero el contacto fue roto, Kardia sintió su sangre arder cuando escucho la voz del camarero. Pues cada que el había querido entablar una plática con el peli verde, aquel tipo salía de la nada para intervenir, pero mientras se morían en el silencio el tipo ni la hora que daba—

—Eh…

—No gracias —Le corto, pero ni aun así el otro se fue además de que parecía estarle ignorando olímpicamente—

—¿Desea otra taza de café? —Degel solo negó— ¿O quizá algún otro postre?

—¿Postre? —Sus orbes violeta parecieron brillar al hacer la sola mención de aquella palabra, tan así que el camarero se sintió feliz por haber dado en el blanco—

—Asi es, déjeme mostrarle el menú para que usted mismo lo vea o quizá —Un fuerte golpe sobre la mesa cortó la plática, Kardia se encontraba de pie y con una horrible mueca en el rostro mientras apoyaba la mano sobre la mesa y con unos cuantos billetes en esta. Degel le vio confundido para luego soltar un quejido al sentir como el otro le tomaba del brazo—

—¡Suéltame, Kardia!

—¡Nos vamos! —Fue lo único que dijo mientras jalaba al menor—

—No creo que esa sea manera de tratar a su amigo —Increpo el trabajador, Kardia solo volteo a verle con terribles deseos de golpearle, pues en todo el puto rato que habían estado ahí no había dejado de interrumpirle cada que abría la boca—

—Para tu información, el —Señala a Degel, quien solo frunció el ceño por la actitud del otro— Él no es mi amigo

—¿Kardia? —El griego le ignoro y con su brazo derecho fue rodeando la aun pequeña cintura del francés, quien solo dio un respingo y se sonrojo notablemente—

—Él es MI novio, así que si me disculpas tu paga está sobre la mesa

Sin más que decir el peli azul se llevó al otro de ahí, aunque prácticamente Degel había sido llevado como si de un muñeco de trapo se tratase. El de mirada zafiro seguía sin caer en cuenta de las palabras que había dicho o de siquiera el estado en el que otro se encontraba, lo único que no podía parar de pensar era en lo cabreado que estaba con todo el puto destino que le había estado arruinando el momento.

Ambos siguieron caminando por varios minutos o mejor dicho, Degel se dejó arrastras por el griego que no paraba de soltar cuanto improperio se le viniera a la cabeza. Pero eso era algo que al galo le importaba, pues había otra cosa que ocupaba todos sus pensamientos. ¿En verdad Kardia había dicho aquello o solo había sido algo producto de su imaginación?

—Kardia… —Le llamo, pero el otro seguía sin escucharle— ¡Kardia!

—¿¡Que?!

—¿Podrías soltarme? —Pidió amablemente, el griego le vio avergonzado y le soltó—

—Lo siento

—Descuida

Nuevamente volvieron a sumirse en un silencio pero a diferencia de otros, este era uno cómodo, uno donde Kardia parecía no perder la cabeza por sacar el tema del que deseaba hablar con el otro.

—Yo… ¿Por qué dijiste eso? —El menor fue el primero en romper el silencio, ansiaba con todo su ser el saber porque Kardia había dicho aquello y debía admitir que cuando escucho a Kardia decir eso de que él era su novio, le había hecho sentir más que feliz. Aquellas eran las palabras con las que el había estado sonando desde que eran unos adolescentes y el había entendido el significado de los sentimientos que tenía por el heleno—

—¿El qué? —Degel solo le vio con malos ojos y soltó un suspiro, no quería decirlo con todas las palabras, pues le daba algo de pena además de que no quería ilusionarse demás, no cuando el tema de Helena aún seguía presente— Lo… Lo que dijiste en el café

—Oh, eso… —Bajo la mirada y metió las manos en los bolsillos de su pantalón, Degel vio que el otro tenía la intensión de caminar así que le siguió. Ambos guardaron silencio mientras caminaba, Degel en espera de una respuesta y Kardia pensando detenidamente en las palabras que usaría a continuación— No sé, sentí que era lo correcto

—¿Lo correcto? —Detuvo su andar, Kardia le imitó. En los pocos minutos que habían caminado, ninguno se había dado cuenta de que habían llegado a un parque—

—Así es —Las orbes violetas del francés siguieron la figura del heleno que caminaba hasta irse a sentar a una banca—

—¿Por qué? —Insistió, recordando que esa no era la primera vez que el peli azul reaccionaba de aquella forma cada que se le acercaba alguien, si bien era la primera vez que había hecho uso de la palabra "novio" casi siempre espantaba a cualquier chica o chico que se le acercase—

—No lo sé —Negó con la cabeza, Degel se quedó en su lugar viendo al otro y se cruzó de brazos— ¿Haz engordado?

—¿Qué? —Kardia señalo con su dedo índice el pequeño bulto que se había formado en el vientre del francés. Inmediatamente el semblante de Degel cambio a uno lleno de pánico— Yo…

—Jejeje es extraño —Se levantó y camino hasta donde el, a cada paso que Kardia daba Degel retrocedía; mas Kardia no se detuvo, el noto el nerviosismo del menor y como las mejillas de este empezaban a teñirse de un suave carmesí— ¿Qué es lo que te sucede? —Susurro contra el oído ajeno, Degel abrió completamente los ojos al escuchar la voz del otro tan cerca y como Kardia se las había ingeniado para acorralarlo contra un enorme árbol—

—Kardia… —Su voz tembló, su cuerpo fue atacado por un ligero escalofrió por tal cercanía y su mirada se perdía en aquel par de gemas zafiro que le miraban tan insistentes—

—Me has hecho una enorme falta —Con su mano derecha acaricio la mejilla izquierda del menor, quien solo se dejó hacer ante la caricia y cerraba los ojos—

—Eres como un gatito —Murmuro, Degel solo rio suavemente y encantando aún más al griego quien amaba escuchar esa risa tan angelical—

—Kardia… —Lentamente abrió sus ojos y le vio fijo, el heleno entonces enfoco su mirada en ese par de gemas violetas que le miraban con nerviosismo y temor— Hay… hay algo que debo decirte…

—¿Qué sucede? —Frunció ligeramente el ceño, Degel negó y guardo silencio por unos segundos—

—Yo…

 

Continuara…

Notas finales:

Hola linduras!!

Espero que este capitulo les haya gustado, ademas de que me disculpo por tardarme tanto en actualizar el otro fic, el de "Esclavo de Tu Amor" pero la cosa es que ese capitulo ese va a salir largo, porque pasaran muchisimas cosas mas~

Bye~ owo/


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