Transcurrieron las semanas, no importaba cuanto tiempo tomara, no tenía bastante prisa. Lo único que le molestaba, era que no parecía ejercer influencia alguna sobre Zim y no sabía que magia habría usado él para que al humano ya no le importe su presencia inesperada en la Tierra.
Se dio cuenta en este tiempo, que sentía una extraña sensación parecida a la ira pero a la vez distinta, al ver que éste era muy feliz con el humano e ignorando al imperio, mientras que ella no lo era, pero lo que si sabía o creía, era que lo sería en cuanto se cumplieran sus oscuros propósitos.
Asomó su vista por la ventana, ignorando la escena que anteriormente veía, estaba bastante aburrida en esa patética cafetería y parecía que la humana no era muy comunicativa el día de hoy.
-¿al menos podrías decir algo?-se quejó ella al sentirse tan ignorada.
-estoy concentrada tratando de pasar al siguiente nivel, ¿no ves?-le respondió Gaz sin despegar la vista de su consola.
-se nota-dijo rodando los ojos a manera de frustración-como sea, aun me da curiosidad porque no te sorprendió mi estancia prolongada aquí.
-no es gran cosa para mí supongo, al estúpido de mi hermano si le importa el estúpido planeta, a mí no.
-¿de verdad?-preguntó sorprendida.
-sí, el resto de las personas para mí son estúpidos y llorones.
Luego de eso, siguió un incómodo silencio que ninguna de las dos se atrevió a romper, una por su concentración y otra aun sorprendida por la respuesta de la otra. Según Tak, Gaz verdaderamente tenía algunos aspectos de los irkens no defectuosos, era una persona inteligente e insensible, eso no pasaba desapercibido para ella y hasta llegaba a llamar su atención, quizás si se haría realidad esa mentira si la tuviera a su lado y...no, no debía pensar en algo así.
-¿y de qué se trata ese juego?-se sentó más cerca a la contraria, sin saber que más hacer.
-de un cazador que mata cerdos vampiros-respondió secamente.
-no debe ser tan difícil, es solo un juego terrícola, de seguro podría ganarlo con los ojos cerrados-presumió.
-mmm-dudó un poco-no lo creo, es un juego de mucha habilidad, pero por otro lado, quisiera verte fracasar-dijo burlonamente y le entregó su consola, cosa que a cualquiera le hubiera parecido bastante extraño ya que Gaz JAMÁS compartía sus preciados videojuegos.
-ya veremos si es así-sonrió con prepotencia y lo sostuvo entre sus manos.
Poco después Gaz le dijo cómo funcionaban los controles y dejó que ella hiciera el resto, más no tan grande fue su sorpresa al ver que Tak sí aprendía bastante rápido y no jugaba tan mal como su hermano.
-te lo dije, no es gran cosa, en mi planeta esto es como un juguete para smeets, yo podría mejorar sus gráficos y aumentarle otras cosas, de hecho sería mil veces mejor de lo que “es” ahora-presumió tras haber acabado el nivel.
-¿de verdad podrías?-preguntó Gaz tratando de no sonar interesada, tenía tanto orgullo como para pedirle algo a alguien.
-si me lo das esta tarde lo haré-le respondió, pero se detuvo al darse cuenta de lo que dijo-digo, ya que me aburró sin hacer nada por el momento, además hay una estúpida feria de ciencias y podría presentar la mejora como proyecto si no te importa-trataba también de sonar lo más seria posible.
-bien…pero más te vale no arruinarlo o…
-sí ya sé que me destruirás, por favor, yo no soy Zim-se burló.
Luego de eso, Gaz le entregó su más preciada posesión a lo que parecían ser unas buenas manos. Claro, solo por eso confiaba en ella, porque mejoraría la razón de su vida.
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Más tarde…
Era de noche ahora y todos los demás estudiantes estaban preocupados haciendo sus proyectos para la feria de ciencias porque ya sabían lo mal que les iría si no lo hacían.
En estas mismas se encontraban dos personas, quienes estaban en un laboratorio subterráneo bajo una extraña casa verde mal decorada. Se oye una discusión.
-¡ya te dije que no!-le respondió el humano, rechazando otra de sus geniales ideas.
-¡pero imagínalo, nadie se atreverá a hacer un proyecto de ciencias tan increíble como ese, por sus inferiores mentes ni siquiera pasará una idea tan ingeniosa como esa!-exclamó orgulloso.
-¡sí, pero estás hablando de un rayo de la condenación, no se trata de destruir a la gente Zim y recuerda que es lo que sucede cuando uno de tus planes no sale como lo esperas!
-¡mentiras, todos mis planes fueron ingeniosos, solo que tú interferiste!-lo señaló acusadoramente.
-¡¿piensas que es mi culpa?, tu sabes que yo no tuve nada que ver con los fracasos de tus planes!
-¡claro que sí, tu…bueno…esa vez…!-trató de hacer memoria.
-¡¿ves?, es mas todos me veían como loco por el simple hecho de tratar de revelarte ante la sociedad como lo que realmente eres!
-¡si no te hubieras metido en mi camino nada de eso hubiera pasado!
-¡tú querías conquistar a la Tierra, ¿creías que me iba a quedar sentado como idiota esperando a que eso pasara?!
-¡sí debiste!
-¡pues lo siento por ser el más inteligente de mi especie y haber notado que eres alienígena!-gritó bastante ofendido.
-¡olvídalo, no te necesito para acabar con esta estúpida tarea terrestre, puedo hacerlo con los ojos cerrados, solo mírame!
-¡pues bien, yo también haré un proyecto por separado!
Luego de esa pequeña discusión, la habitación quedó en completo silencio, nadie decía nada, lo cual era bastante extraño desde hace mucho tiempo y este solo hecho molestaba a Zim, pero admitir que era su culpa… ¡por supuesto que no, su orgullo era muy grande!
-…oye pásame el plano que está a tu lado-le “pidió” el irken, pero no recibió respuesta, pues el humano ni se inmutó por lo que dijo-¡te ordeno que me pases ese plano!-no volvió a ocurrir nada-¡no ignores a Zim!-gritó ya enfadado.
-¿no ves que estoy concentrado haciendo mi proyecto?-respondió Dib con la total calma del mundo, sabía muy bien que Zim detestaba eso.
-¡está bien, suficiente, no tienes ni el más mínimo derecho de ignorar al grandioso Zim!
-tu empezaste y sabes perfectamente cómo arreglarlo-le respondió aún tranquilo.
-¡mientes!-gritó y no dijo más.
El silencio duró por varios minutos, para Zim era realmente complicado esto, rebajarse tanto para decir un par de miserables palabras…no podía dejar que el Dib se saliera con la suya a pesar que era la única manera de no ser ignorado.
-yo…-se detuvo y bufó irritado.
-no te escucho, Zim.
-no tienes idea de cuánto detesto decir esto-dijo molesto el alíen y le costó tanto decir lo siguiente-…lo siento, ¿estás feliz Dib humano?
-¿ves?, no fue tan difícil-le dijo el humano al fin mirándolo-¿sabes?, quizás tienes razón, podríamos intentar eso del rayo de la condenación, pero en miniatura y que no sea mortal.
-pero no será divertido-se quejó el irken.
-claro que sí, si quieres podemos hacer una mini ciudad que sería destruida-le animó.
-esa idea sería tan mala como la de lanzar dineros a esa estúpida cosa “fuente de los deseos”-frunció el ceño no muy convencido.
-¿otra vez sales con eso?
-es que esa extraña tradición humana no tiene sentido porque…-quiso seguir explicándose pero el humano lo interrumpió con un beso rápido-¡no hagas eso mientras Zim habla!-gritó entre apenado y enojado.
-¿ves?, sí funciona en algunas ocasiones, esa vez pedí que siempre estemos juntos para que te moleste de esta manera y me cobre mi venganza por todas esas veces en las que me metiste en problemas-sonrió con picardía.
-…-frunció el ceño y maldijo a la estúpida fuente de los deseos por darle buena fortuna al humano y no a él, que había pedido como deseo la destrucción inminente de los humanos…de repente recordó algo y sonrió-¡ahora vuelvo!-dicho esto, corrió hasta su cocina.
No transcurrieron ni un par de minutos, cuando Zim apareció con un objeto entre sus manos que estaba cubierto con un cobertor viejo.
-¿Qué es eso?-preguntó extrañado Dib.
-¿no lo recuerdas?-lo puso en la mesa y le quitó el cobertor.
…hubo un enorme silencio…
-¡olvídalo, aleja esa cosa, sabes lo que pasó la última vez!-exclamó alertado el humano.
-¡pero fue hace más de un año y es el invento más ingenioso de Zim, además es la razón por la que estamos juntos ahora, así que no me cuestiones!-le amenazó.
-está bien… ¡¿pero porque la conservaste?!-preguntó bastante extrañado.
-¡porque es el único invento que no acabó en destrucción y porque la reparamos juntos, además estoy seguro de que esta vez nada puede salir mal!-exclamó triunfante, tratando de convencer también al humano.
-…-Dib dudó por unos minutos, pensó por un momento que era algo tierno que Zim conservará tal objeto con un gran valor sentimental, aunque también recordó todo ese problema que se armó aquella vez…en fin, qué más da-bien, pero solo la usaremos poco tiempo y luego la destruirás.
-sí lo que digas-sonrió satisfecho, con este proyecto obviamente ganarían.
Al parecer todo estaba saliendo bien hasta ahora, por un minuto olvido aquella tentación que llamó a su puerta hace unas semanas.
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Continuará…