Finalmente llegó el día de la feria de ciencias, todos habían traído proyectos entre mediocres y regulares, lo gracioso fue que el 50% del alumnado había traído sus volcanes de bicarbonato, era obvio que no se salvarían y les costaría muy caro su falta de imaginación.
-estúpidos terrícolas jejeje-se decía mentalmente Zim, era obvio que a él no le importaba esta estúpida calificación, pero a su Dib sí, así que solo por él se dignó en traer este proyecto que arrasaría con los demás.
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Mientras tanto…
En el otro lado del gimnasio (lugar donde se realizaría la feria), se encontraba Gaz, esperando que Tak llegara. Ésta se veía ansiosa, pero es solo porque nunca había estado tanto tiempo separada de la razón de su vida…su preciado esclavo del juego 4, ¿por qué la espera se había prolongado más de tres días?
-¡si no llega en este momento juro que voy a matar a alguien!-gritó aterrando a los que se encontraban a su alrededor.
Pasaron un par de minutos más y justo cuando ya divisó a quien sería la victima que caería por su desesperación…ella llegó.
-¡¿Por qué tardaste tanto?!-se acercó a la puerta donde la “humana” se encontraba.
-¿Qué sucede, me extrañaste o qué?-dijo ella burlona.
-¡claro que no, extrañé mi videojuego!-le gritó irritada.
-ya lo sabía-sonrió, le pareció algo gracioso la actitud de Gaz, precisamente por su desesperación-puedes jugar con la nueva y mejorada versión que hice de ese patético juego, pero luego me lo darás para presentarlo, humana-le ordenó.
-¡lo que sea, deja de hablar tanto y dámelo!
-bien-se lo entregó y siguió sonriendo al verla tan feliz, o al menos lo más feliz que puede estar Gaz.
-juro que si no llegabas hubiera asesinado a alguien-mencionó concentrándose en su mejorada consola.
-hubiera querido ver eso.
Dicho esto, ambas se sentaron en una de las graderías, esperando a que los jueces o profesores llegaran.
-sí que lo mejoraste bastante, tenías razón es…mucho mejor ahora-dijo en voz baja la peli morada odiando admitir lo que dijo.
-no fue gran cosa, después de todo para mí eres la única persona que vale la pena entre su mugrosa especie-respondió con simpleza.
Luego de eso ambas estuvieron en silencio. Tak solo miraba a un par de muchachos colocar sus estúpidos volcanes de bicarbonato en una mesa, a uno se le cayó uno los componentes de tal maqueta y luego el otro lo levantó.
-gracias por ayudarme, eres mi mejor amigo-sonrió uno.
-de nada, ¡mejores amigos por siempre!
Luego de eso ambos se abrazaron como en cualquier escena empalagosa que te hace vomitar arco iris.
Eso dejó a la irken reflexionando un rato…
-que patéticos son los humanos, esa escena sí que me dio nauseas-pensó ella para luego mirar a Gaz-al menos sé que ella jamás haría algo como eso-sonrió y siguió mirando como su “amiga” jugaba, ¿estaba olvidando sus verdaderos propósitos de a poco sin darse cuenta?
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Mientras tanto…
-¿G.I.R. trajiste a la ardilla que será el sujeto de prueba?-preguntó el irken a su asistente robot ahora disfrazado de perrito.
-mmm pues sí, pero…
-¿pero qué?
-…se escapó a su planeta natal-dijo feliz.
-¡¿escapó?, ¿Cómo?!
-¡yo la ayudé, se veía muy triste!-exclamó el robotito justificándose.
-¡G.I.R. solo tenías que hacer una cosa y no la pudiste cumplir!-empezó a gritar fúrico el irken.
-por Júpiter, tranquilízate Zim, yo buscaré a cualquier ardilla en la calle-llegó el humano tratando de calmarlo.
-¡si, pero llévate a G.I.R. o arruinará todo!
-está bien pero no hagas nada hasta que llegue.
Dicho esto el humano y el perrito verde se fueron…que pésima decisión sería…
Pasaron unos cuantos minutos que para el alien fueron eternos, estaba tan aburrido y le extrañaba que…oh, ya no.
-veo que estas tan aburrido como yo en esta estúpida feria-le habló una voz femenina que perfectamente conocía.
-¡¿Zim, aburrido?, tonterías!
-lo comprendo también, esto sí que es patético, ¿pero sabes que sería divertido?-sonrió con perversidad.
-no me interesa, deja a Zim en paz-intentó ignorarla.
-¿seguro?-ella frunció el ceño porque el alien no le hacía caso, así que se le ocurrió susurrarle algo rápidamente y se nota que lo que sea que le dijo al irken sí que le impactó.
-¡no, esos días quedaron atrás!-exclamó seguro.
-¿estás seguro que no quieres intentarlo solo una vez más?
-¡no!
-piénsalo, mira el lugar, ¿no te parece que está plagado de personas desagradables?, Gaz me dijo que todas estas personas te molestaron en algún momento…tu sabes que hacer-dicho esto, la “humana” se alejó, aún sonriente.
-…-él lo meditó por un minuto, miró todo el lugar, sí era una perfecta ocasión, allí estaban varias personas que le molestaron alguna vez y a Dib, aquellos de los que no pudo deshacerse con esa excusa de un paseo escolar…sonrió con maldad inconscientemente, como solo lo hacía cuando estaba de ingenioso, no podía desaprovechar éste momento de venganza, ¿verdad?
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Poco más tarde…
Había pasado cerca de diez minutos desde que se fue. No habría tardado tanto si es que G.I.R. no hubiera espantado a las ardillas con sus gritos de alegría y emoción al encontrarlas, al final atrapó unas cuantas y el robotito seguramente desapareció buscando otro animalejo.
Estuvo cerca de la escuela, cuando de repente salió una mujer gritando de allí completamente despavorida.
-qué extraño-pensó Dib, por alguna razón no quería entrar, pero por otro lado, tenía un extraño presentimiento de que sabía que pasó ahí adentro-solo espero que no sea verdad.
Se encaminó luego hacia la puerta de la eskuela, no…nada fuera de lo normal hasta ahora. Fue adentrándose más, al parecer todo estaba bien hasta que…
¡¡¡BOOM!!! (Sonido de explosión)
-¡por Júpiter!-gritó ahora sí alarmado, corrió lo más que pudo hasta llegar al gimnasio…todo era un completo desastre.
La gente gritaba y corría despavorida, los volcanes de bicarbonato por alguna extraña razón hicieron una erupción real y, sí, con lava real y respecto a las mascotas que habían traído para la feria, algunas ahora estaban sobres mutadas o habían cambiado de cuerpo con sus amos… ¿Por qué se le hizo tan familiar?
-¡no puede ser, ¿cómo paso esto?!-exclamó aun sorprendido, siguió caminando tratando de encontrar al responsable y, como supuso, Zim no se encontraba donde lo había dejado. Pronto divisó a su hermana tranquila, sentada y sin despegar su vista de su videojuego, así que se acercó a ella-¿has visto a Zim?-le preguntó.
-se fue por allá, ¡ahora déjame en paz!-respondió irritada y señaló con la mirada una dirección.
-…-suspiró decepcionado y se dirigió a tal pasillo señalado, no quería creer lo que estaba creyendo.
Se pudo ver más y más destrucción a su paso, hasta que finalmente llegó al armario del conserje, donde se podía ver por la ranura de la puerta que se iluminaba levemente por dentro, seguramente por chispas o algo así, y una risa malvada conocida era lo que claramente podía oír. Era un perfecto lugar para hacer fechorías y no ser visto.
-…-sin decir nada, abrió la puerta y lo vio con esa máquina tan “ingeniosa” que él creó-¡Zim!
-¡MUAHAHA…!-este se viró sorprendido y paró de reír por la inesperada presencia del humano.
-¡me voy diez minutos y haces todo este desastre, ¿qué hay de no destruir el lugar en dónde vives y a las personas?!-gritó sumamente molesto.
-¡silencio, tu sabías que esto tarde o temprano pasaría, no podía desaprovechar esta ocasión tan perfecta para…!-se justificó igualmente levantando la voz.
-¡lo sé, pero no puedo creer que hayas hecho todo esto en diez minutos!-lo interrumpió sin siquiera escuchar las razones del contrario.
-¡yo tampoco y creo que fue toda mi ira reprimida en este tiempo, además la destrucción es tan linda!-sonríe malévolamente.
-¡eres tan egoísta, mira todo el daño que has hecho!
-¡tú eres el egoísta por haberme prohibido destruir la Tierra, además agradece que no…!-se dio cuenta de lo que iba a decir y paró.
-¡anda, di lo que tenías que decir!-le exigió.
-…-no podía decirle que casi iba a dejarlo, así que solo se le ocurrió decir-¡agradece que rechacé mi misión por ti y por tu culpa me quede atrás!-lo señala acusadoramente. Sí, mala elección.
-¡por Mercurio, ya te dije mil veces que todo era una farsa!
-¡Mientes!
-¡si de eso se trata entonces vete y compruébalo tú mismo!-gritó furioso retándole, estaba cansado de que el irken no le creyera.
-… ¡no hablas en serio, tú no puedes vivir sin Zim, me necesitas más que yo a ti!-exclamó con arrogancia.
-¡¿tú crees?, si sigues dañando a los humanos, siendo tan arrogante y egoísta como siempre, pues parece que es lo mejor!
-…-el alien frunció el ceño, él siempre protegiendo a los humanos-¡jajaja!-rió burlón-¡¿de verdad creías que iba a cambiar mi forma de ser y mi opinión con respecto a estas estúpidas criaturas, en todo el tiempo que pasamos juntos, solo por ti?!-cuanto quería lastimarlo con sus palabras y su mirada de superioridad.
-...-se enfadó más de lo que ya estaba, quería gritarle varias cosas, pero prefirió bajar la voz-sí, eso creía, pero al parecer me equivoqué, especialmente en aquel día que tomé la peor de las decisiones…cuando quise evitar que te fueras-soltó sin pensar, todo con tal de herir el orgullo del contrario, pues sabía que era bastante grande.
Sucedido esto, finalmente el humano se fue enojado, ya no importándole en absoluto la destrucción que Zim hizo.
-…-el irken se quedó estático, ¿el humano se enoja por una cosa tan insignificante como esa?... no podía ser, esto era lo que temía, la primera discusión real que habían tenido desde que empezaron esa relación, era obvio que el humano esta vez sí estaba realmente enojado con él, aun así no podía creer que haya dicho eso, siempre confió en que él era lo más importante para el humano… ¡pero ahora resulta que los terranoides lo son!
-¡jajaja!-rió Tak triunfal después de haber visto tal escena-¿Qué pasa, esperabas que no le importara este problema?, la primera pelea real en pareja siempre es la más divertida, ¿no lo crees, Zim? Era obvio que escogería siempre a su especie antes que a ti, ¿no te lo dejó en claro todos estos años?-continuó burlándose.
-… ¡silencio…esto nunca sucedió!-trató de convencerse más a sí mismo que a cualquiera y salió corriendo de ese lugar, dejando el desastre intacto, se veía bastante enfadado o... ¿confundido?
-supongo que ahora sí llegó el momento-pensó ella mientras sonreía con malicia.
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Continuará…