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Park, U. por JHS_LCFR

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¿Así que no estaba en la fiesta porque sí? ¿Había una razón atrás de mi invitación llamada “Sehun”? ¿Quién carajo era Sehun? Que yo recordara, Kai andaba por ahí con sus admiradoras y Baekhyun atrás, no con “amigos”. Kai no se veía como las personas que buscaban tener amigos.

-No te hagas el tonto—me codeó, tomando otro sorbo de su vaso; la música había vuelto a aturdir y la gente se había congestionado en la sala y la entrada, bailando y buscando salir al patio o al laberinto de arbustos—Andan diciendo por ahí que Kai te va a pedir el número de teléfono, para pasárselo a él.

-¿¡Cómo!?

-Un par de chicas de mi clase lo estaban siguiendo, y lo engancharon hablando por el celular en el baño, prometiéndole a Sehun que iba a invitarte a la fiesta para pasarle después tu número y una foto.

-¡Vos me estás cargando, no me tomes el pelo!

-En serio te digo—torció la boca, pensando—Es más, Sehun puede llegar a estar acá, esperando una oportunidad para hablarte.

-¿Cómo sabés eso?

-Lo conozco, somos amigos. No es que sea tímido, pero al lado de Kai…como que se inhibe, lo contrarresta con un silencio total. Con una expresión en blanco—y se pasó la mano frente a la cara varias veces, fingiendo no verla—¿No te suena? Creo que va con vos a educación física.

-No puede ser, lo hubiera visto con Kai, que también está conmigo.

-Sehun no soporta a Kai cuando están en el colegio. Pasa uno o dos recreos con él y después se va, no se aguanta a las acosadoras. Ni a tu Baekhyun, aviso. Dice que parece perra en celo, saltando y gritando para que le presten atención.

-Bueno, hoy Baekhyun va a recibir toda la atención de Kai, por lo visto—con la puerta de la casa abierta, miré la escalera y recordé a mi amigo desapareciendo en el piso de arriba con la mano de su amor no-tan-platónico posada en su cadera—Sólo espero que se cuiden, Baek puede ser muy boludo cuando está emocionado.

Reímos y Kris se disculpó al ver que su teléfono vibraba: se excusó hacia el jardín para hablar con Tao sin que hubiera tanto ruido y terminé de nuevo solo, muerto de calor, harto de tanta gente y con ganas de sentarme y tomar algo. Agua, claro. El tema era dónde estaba la cocina, así que me escabullí entre los cuerpos pegajosos y desarreglados hacia un costado, pasando una arcada y siendo pisado por un mar de tacos, tuve que morderme el labio para no putearlos a todos. Donde vi una heladera, me tiré de cabeza, empujado con la cadera y los codos a la gente de manera que pudiera pasar: era alto, pero no grandote, tranquilamente podían aplastarme dos o tres mujeres.

Abriendo sin pedir permiso y buscando entre las botellas y las latas, lo único potable que encontré fue un vaso con jugo naranja; lo tomé y cerré la heladera para tomar un sorbo, pero terminé escupiendo al sentir algo raro en mi lengua.

-No tomes eso—escuché detrás mío—Es jugo exprimido, tiene los pelitos de la naranja y no tiene sabor—me limpié la boca y me giré, el chico era alto como yo y tenía el pelo casi gris, aunque rapado en la zona de la nuca y de color negro; sus ojos cansados generaron cierta desconfianza en mí, se me encogió el pecho—Si queres agua, agarra un vaso y servite de la canilla, Kai no toma ese tipo de cosas cuando tiene la casa para él solo.

-G…gracias—mirando el lavamanos, noté que el chico abría una alacena que estaba arriba de mi cabeza, sacó un vaso y me lo tendió—¿A vos también te abandonaron?—gruñí con el mal sabor todavía en mi lengua.

-Si te referís a que mi amigo se fue con otra persona, sí—suspiró apoyándose en la mesada y mirándose las uñas—Pero seguro está pasándola bomba, así que no me molesta.

-A mí sí—protesté, intentando luchar con el grifo del agua fría—No me gustan estas cosas, no me gusta la música electrónica…lo único que quiero hacer ahora es leer un libro en mi casa, tocar la guitarra y dormirme en paz.

-¿Sos músico?—sonrió.

-Intento serlo—tomé agua y tragué tres veces, casi ahogándome—Toco de gusto, pero me falta gente si quiero tener una banda en la cual no estén mis viejos.

-Ah, viene de familia.

-Sí, papá toca el saxofón y el clarinete, mamá el piano y el violín. Yo intento tirar más para el lado de la percusión, pero la guitarra me puede.

-¿Y cantas?

-Trato, no es lo mío—respondí, cortante. Creí saber quién era ese pibe—Vos sos Sehun, ¿No?

Automáticamente se puso colorado hasta el cuello, hasta las orejas. Con los ojos como platos y las manos temblorosas, me dio la espalda y buscó esconderse tras la gente: completamente desentendido, arqueé una ceja y traté de recalcular lo que había pasado. ¿Qué pasaba ese día? Kai le daba pelota a Baekhyun y Sehun no cuadraba para nada con la descripción que me había dado Kris.

…Llamé a un taxi y a los dos pitidos corté. Sería más barato buscar una parada de bus y ver qué tan cerca de casa me dejaba.

 

 

-¡Te fuiste, gil!—aparté el teléfono de mi oreja para que gritara tranquilo sin ensordecerme—Me dejaste en banda, sos lo peor. ¡Justo que te estaba buscando para contarte, me entero que te escapaste, cagón! Ahora no te pago nada, cagate de hambre solo.

-¿Terminaste?—gruñí, frotándome los ojos en el medio de la oscuridad—Quiero dormir, me duele la cabeza de tanta música fuerte…y lo que quieras contarme, puede esperar hasta el lunes. Necesito un fin de semana libre de vos.

-¡Minga te vas a librar de mí! A la tarde caigo, vas a ver. Y más te vale que me cocines una cena rica, porque tengo que contarte muchas cosas—la música se escuchaba y saturaba el parlante, oí un par de risas lejanas y a Baekhyun murmurando cosas, buscando el camino hasta el jardín—Ahora sí, ¿Me escuchas? Le pasé una foto nuestra a Kai, che, no sé por qué pero quería una imagen tuya—Sobresaltado, me senté en la cama y tosí—Bueno, tampoco para tanto. Aparte, tranquilo que en la foto estamos los dos.

-¿¡Qué foto le pasaste!? ¿Te dijo por qué?—si Baekhyun estaba al tanto de todo, iba a matarlo por arrastrarme a la fiesta.

-La que te pedí de sacarnos cuando me compraste la ropa, esa en la que tenés el buzo rojo y los anteojos cuadrados grandotes, saliste bien—me animó, contento—Escuchame, no hagas planes para la tarde, que tengo que contarte todo, ¿Entendiste? Porque tengo que repetirte las cosas cuando estás dormido.

-Anda a cagar, estúpido.

-Yo también te quiero—canturreó para después cortarme. Dejando el celular en la mesa de luz, me despeiné y puteé un poco, cuidándome de no despertar a nadie: Baekyun no podía no-saber, si conocía tanto de Kai como siempre decía saber, tenía que estar al tanto de Sehun y de la invitación. Quizás hasta por eso mismo me forzó a ir.

Increíble. Volviéndome a acostar, me escondí bajo las sábanas y conté hasta diez, esperando que el Lunes no llegara nunca y que, en caso de llegara (lo cual era inevitable), nadie se acordara de nada. Ni siquiera yo mismo.

 

 

-No tenes cara para andar por la calle así—negué con dos dedos apretándome el puente de la nariz: se había puesto una remera sin mangas y suelta, se le veía hasta la clavícula y todo su cuello tenía redondeles morados, los lucía orgulloso—Entra y tapate, ¿Querés?

-¿Están tus papás?

-Están tocando en la plaza.

-Entonces no pienso ponerme un choto—resolvió relajado, estirando los brazos y haciéndose sonar los huesos de la espalda—¿Y, no vas a preguntarme nada? Porque por algo me vine así vestido, viste. Para despertar tu curiosidad.

Cerré y caminamos hasta la cocina, él se sentó y yo calenté la pava para el té (“Quiero té y blanco, con medio terrón de azúcar”, fueron sus estrictas órdenes). Cuando me senté frente a él, noté su amplia sonrisa y sus ojos brillantes, le di señal para que hablara, levantando el mentón.

-¡Dolió como la gran puta pero estuvo bárbaro!—exclamó, descontrolado—Me llevó a su pieza, ¡Vi su cama y me tiró sobre ella! Tenías que verlo, era un lobo acechando a su presa—y se inclinó sobre la mesa, clavando las uñas en el mantel y apretando los dientes—Así me hacía, así me miraba. Casi que me arranca la boca y después me levantó la remera, ¡No me la sacó, la arrugó a la atura de mi cuello, que es mucho más erótico! Me llenó de besos, me bañó todo—suspiró, ovillándose en la silla y mirando el techo con los brazos en alto—Fue lo mejor, me mordió, me…

-Salteate esa parte.

-…todo—sonrió, sentándome como se debe—después me agarró del mentón y me besó con lengua y todo el combo. Me fue sacando el chaleco y el cinturón, me saqué las zapatillas con los pies, solo, y me bajó el pantalón. Ahí él se acostó y me dijo que me sentara encima, que me saque la remera despacio. ¡Era re porno todo, pero era fantástico!

-¿Conclusión?—arqueé una ceja, masajeándome la frente con una mano.

-Lo hicimos, lo hicimos y me dolió la cadera desde que salí de la pieza hasta que me fui a acostar. Resulta que es una cosa de aguante, creo que no tengo estado para…

-¡¡Salteate esa parte!!

-…y eso—siguió, apretando los labios y cambiando su felicidad por cierta preocupación—¿Por qué te fuiste? ¿No pudiste hablar con nadie?—capté la pregunta, capté el doble menaje y casi que le arranco la cabeza; mirándolo de soslayo, negué—Ah, qué lástima. Yo escuché de un chico que estaba esperando que fueras. Al final, te saqué la foto en el local al pedo.

-¿No era que no sabías nada del tema?—espeté, viéndolo rojo como un tomate y nervioso; suspiré—Tranquilo, me enteré por otra persona. Vos no tenés la culpa…al menos no toda. Pero, ¿Por qué no me dijiste? ¿Y por qué le pasaste mi foto sin mi consentimiento?

-El chico ese…Sehun…no sé si de verdad gusta de vos—habló despacio, como tanteando el terreno—Pero se ve que le llamas la atención. Y en ese momento no encontré otra manera de acercarme a Kai—me levanté de la mesa dispuesto a despedazarlo, pero se tiró al suelo y se protegió con las manos—¡Él dijo que si te dejaba solo, Sehun iba a animarse a hablarte! ¡Salíamos ganando los dos, Yeol, entendeme!

-¡Salías ganando vos solo, estúpido! Yo no conozco al flaco y por lo poco que sé de él, suena a un maniático—mentira, pero tenía que exagerar para hacerlo sentir culpable, ¿Cierto?—No puedo creer que te hayas vendido así, ¿Y si Kai se acostó con vos sólo para ayudar al chico este? Tu hermoso recuerdo se hace pedazos, no es más que una mentira—y aparentemente metí la pata, porque en sus ojos noté que algo se quebró.

-No digas eso.

-Pensalo bien. Kai no debe tener más amigos.

-¡Kai no puede fingir lo que pasó anoche!

-Sí puede si en el fondo está ayudando a un amigo.

-¡¡Kai me quiere, me abrazó cuando terminamos y me dijo que lo había hecho bien!!

-Entonces no captaste el mensaje—espeté, oyendo a la pava silbar. Caminé hasta la cocina y la saqué del fuego, suspirando—“Hiciste bien tu parte del trato”, ¿No habrá querido decir eso?

Levantándose de golpe, me empujó con fuerza, lastimándome la pelvis contra las manijas de las hornallas.

—¿Sabes por qué no tenés amigos, Park Chanyeol? Porque sos áspero, porque parece que no tuvieras sentimientos—conteniendo las lágrimas, se mordió el labio y apretó los puños contra sus costados—Así que buena suerte encontrando alguien que te escuche, yo no pienso seguir aguantándote cuando te pones así.

—Baek—resoplé, llevando la pava a la mesa mientras se dirigía la puerta—¡Baek, volve! No quise decir… - por el portazo di un respingo, miré el camino por el que se había ido—…eso—sabía que volvería, siempre lo hacía. Ya fuesen días o semanas, Baekhyun iba a volver. Así como sólo él podía aceptar mi amargura, sólo yo podía soportar sus exigencias.

Caminé hasta la sala de estar y busqué la mochila para seguir haciendo los deberes cuando una repentina necesidad de salir a buscar a mi amigo me invadió: realmente no había logrado nada diciendo todo aquello, sólo lo había lastimado (aunque probablemente le estuviera diciendo lo que en realidad pasó) y eso no estaba bien. Un buen amigo tanteaba el terreno y buscaba mejores maneras de decir ese tipo de cosas.

-Baek—llamé trotando hasta la entrada y poniéndome los zapatos para salir—¡Baek!—salí para encontrarlo en la esquina, hablando por teléfono y tomándose el pecho con la mano libre; corrí hacia él, culpable—Ey, ¡Baek, perdóname!—me levantó un dedo en señal de que esperase, frunció el ceño y me dio la espalda, sumido en su conversación.

-Ok, entiendo—decía—. Tomate el tiempo que quieras, yo te pienso esperar hasta que te decidas—gimió, temblando; golpeándome en la frente, lo abracé lentamente por detrás—No, no, no hay drama, Jongin—carajo, cuando llama a Kai por su verdadero nombre… - No te hagas problema, yo también te pedí esto de manera abrupta y por celular, te pido disculpas—despidiéndose, cortó y se quedó en silencio—Sos un idiota, Park, ¿Lo sabías?—y comenzó a hipar; automáticamente lo giré contra mi pecho y estreché el abrazo, no quería verlo llorar.

-¿Qué te dijo? ¿Que no te quiere?

-No, que necesita pensarlo. Que estaba medio borracho anoche, que no se acuerda bien de mi cara y que…y que… - tosía sin cesar, siguió sollozando con la cara entre las manos—Y que pensó que era alguien más.

-Tranquilo—susurré acariciándole el pelo—El lunes me encargo de romperle la cara.

-¡No! No lo hagas, yo lo sigo queriendo. A pesar de todo, lo que siento por él es tan grande…

-Baek, no empecemos—protesté, ¿No se daba cuenta?

-Chanyeol, vos no sabes lo que es el primer amor, no sabes lo que se siente perder tu virginidad con aquel que querés con todas tus fuerzas. No sabes y por eso mismo, no tenés derecho a decirme que estoy equivocado o que soy un tonto—la puta madre, tenía razón—Cuando quieras a alguien vas a entender, recién ahí vas a poder opinar sobre todo esto.

Tomándolo de la mano, lo volví a llevar a casa, pensando y repensando, desalentándome poco a poco. ¿Seré muy estúpido como para querer alguien? ¿Por qué no me siento como Baekhyun cuando ve a Kai?

¿Qué tiene que pasar para que me enamore?

 

 

 


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