Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Carios por Minos Hanari 56

[Reviews - 33]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

10


—Mátame…—pronuncie con dificultad, viendo cómo moría, la cicatriz ya estaba infectada del aborto que me provoco—Mátame, es lo único que te pido.


—No creo que eso se pueda hacer…


—Ya no te sirvo para nada…s-solo déjame maldita sea—comencé a llorar—¿Qué demonios quieres de mí? Ya me lo has quitado todo, mi vida, mi amante, mi hijo y mis sueños.


—Te doy la razón mi Onodera-kun…pero no es aburrido quejarte todo el día, vamos —fue directo a la cama y tomo ambas manos, jalándome para tirarme al piso—Porque mejor no utilizas tu boca para otra cosa—se sentó, y desabrocho su pantalón—Te gustara usar más la boca para esto, que para quejarte


—No… —Jaló de mi cabello y me puso mi cara en su miembro, podía sentir el sabor salado de este, la repulsión hizo que quisiera vomitar. —Takano-san vendrá a rescatarme


—No digas tonterías, él no puede venir a rescatarte…


— ¿Por qué?— me empujo hasta llegar a un espejo de cuerpo completo—Porque el Takano que buscas, eres tú—mi cuerpo chocó con el quedando de espaldas, me vi en el espejo, no mentía, Me levante rápidamente y corrí hacia la salida, tenía que salir ahora y rescatar a Onodera, ¿Cómo ocurrió esto?


Flashback


—Mirá quien viene acompañarnos.


—¡Suelta a Onodera!—mi aspecto lucía furioso, al ver al amor de mi vida muriéndose no podía aguantar las ganar de matar a Haitani. Desde niño siempre fue raro, todo empeoro después de unas vacaciones que paso con sus padres y Saeki donde a su regreso lucía como un niño diferente, como si fuera otro.


—Taka…—Onodera… había sido demasiado tarde, él le corto la garganta llegando con el filo de su navaja a su yugular.


—Todas las personas mueren y a él le tocaba morir—comenzó a reírse, yo trate de acercarme sin embargo él me detuvo—Tu eres mi objetivo—trate de darle un puñetazo. Él fue más astuto y me agarro de los brazos para acorralándome  en la pared. —Necesito tu cuerpo…


—Te matare Idiota…te voy hacer sufrir hasta que supliques por tu vida…—aguante las ganas de llorar.


Antes que pase eso, te verás contaminado por tu enfermedad querido hermano.


Fin Flashback


Pero ¿cómo? ¿Por qué?  Había abandonado a Onodera cuándo más me necesito, me odio a mí mismo, por ser un cobarde que espere hasta ese momento, mis pensamientos me traicionaron dándome cuenta que él me había tirado al suelo con un golpe a escasos centímetros de la puerta, la sangre comenzó a florecer, el ardor no se comparaba con mi agonía, sus manos se deslizaron sobre mi cuerpo, manoseando mi parte trasera, hasta llegar a mi miembro— ¿Lo disfrutas Takano? —Arranco mi pantalón dejándome en bóxer. —Supongo que eres virgen —con rudeza me llevo a la cama y me aventó. Me inyecto algo en el brazo, no distinguí que era, pero más allá el líquido empezaba a calentar mi cuerpo, haciendo que quisiera intimar, me había excitado de la nada.


 


— ¿Qué demonios le hiciste a Onodera? ¿Por qué me siento así?—trate que no me afectara y usaba lo poco cuerdo que me quedaba, mi expresión le dio bastante gracia, en un descuido ya estaba desnudo.


—Velo con tus propios ojos—tomo mi quijada y la volteo a mirar hacia la puerta, yacía un cuerpo muerto, con marcas de tortura…mi expresión cambio totalmente.


—Maldito, lo mataste…era mi prometido…te voy a matar —quise voltearme para golpearlo pero él me detuvo, poniendo una pierna entre mis glúteos, marcando embestidas ficticias. —Ah…d-deja…de…hacer eso— se empezaba a esparcir una sensación extraña en mi cuerpo;  ¿Qué demonios me pasaba?


—Relájate, deberías ser agradecido, contigo estoy siendo amable.—Separo mis piernas e introdujo un dedo en mi entrada, haciendo que un susurro despreciable saliera—Ya ves, tu culo se acostumbra a mí—las paredes se oprimían ante su dedo…el dolor se esparcía dentro, arqueando mi espalda, debía estar drogado…—Lo que te puse pondría en celo a un elefante, así que mejor relájate y disfruta.


—Te detesto. —mordí la almohada para no gemir, mi cuerpo temblaba abajo del suyo y agradecía que no viera mi cara. Y de pronto una punzada de dolor se produjo en mis adentros, había entrado en mi cuerpo y sus rápidas embestidas arremetían sobre mí. Paso su lengua por mi espalda, mordiéndola.


Conté el tiempo para que terminara, me mantuve en otro mundo escabulléndome de la realidad. Me levante como pude de la cama, mareado, agotado, humillado y drogado. Apenas podía sostenerme, acaricie la mejilla de Onodera y bese sus labios fríos. ¿Cuánto habrá sufrido? Perdóname por no haber venido antes...


Mi Onodera había muerto.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).