15
—Ah,aah duele…sácalo rápido… Maldición—apretó fuertemente las sabanas mientras estaba agitado por el labor de parto, empezó nuevamente a pujar—Y-ya no soporto…
La cama comenzaba a llenarse de rojo y su respiración estaba próxima a quedar extinta.
—Ya no puedo… sácalo de una vez… ¡Sácalo! —dio un fuerte suspiró y volvió a empezar para poder sacar a esa criatura, a ese que no se atrevía a llamar “hijo” .Era una maldición del destino. Fue producto de diversas violaciones y no lo quería, cerca; Se negaba a aceptar su desgracia, tampoco a “eso” que iba traer al mundo…los huesos intermedios de sus piernas se comenzaron a abrir bruscamente, para que pudiera pasar la cabeza, duró poco por lo fluidos que establecían que saliera más rápido, dejando que el cuerpo resbalara
Y al escuchar un llanto, ceso el dolor. Su ritmo cardiaco volvía cada vez a su normalidad, se tranquilizó mientras veía que envolvían al niño en una manta y lo iba a limpiar.
—Señor Takano ¿Quiere ver a su bebé?
—No… dije claramente que yo no lo quería —volteo con disgusto su cara para mirar a la ventanilla del cuarto, viendo cómo se lo llevaban.
Las enfermeras se tornaron tristes, ¿No lo quería? A simple vista parecía un hermoso angelito, su cabello era negro y sus ojos azules con una ligera marca morada en el iris. Se lo llevaron para que durmiera el recién nacido.
—¿¡Takano cómo estás!? ¿El bebé está bien? Escuche que estabas en peligro, mi esposo y yo venimos rápido—pronuncio Misaki a duras penas, su agitación por haber corrido no le dejaba hablar claramente
—Olvídate de ese monstruo… yo no lo quiero, ¿Qué no entiendes que está enfermo? Igual que su padre…si no pude abortar fue porque me tenían encerrado en esa horrible casa…tsk…mato a Onodera ¿no te das cuenta? Sí sólo hubiera llegado antes, de que él…
—Pero es tu hijo Takano, debes de amarlo y quererlo… es tu bebé
— ¿Mi bebé? ¿¡Cómo puedo sentir tan siquiera cariño por ese niño!? Si nunca lo planee, nunca lo quise tener, No lo quiero, entiéndelo, lo único que deseo es olvidarme de todo esto y seguir con mi vida—miró a la ventana—Me gustaría mudarme a otro país, no soportaría estar en un lugar donde no estuviera Onodera.
— ¿Qué pasará con el niño?
—No me importa, por mí se puede morir…
— ¡No digas eso! Tú hijo no se puede morir, tampoco está enfermo como dices, el doctor lo diagnostico y no vio nada
Comenzó a reírse—Idiota, la enfermedad de locos, no se muestra hasta que se desarrolla, Shizuku la presento a los dieciséis, Haitani a los trece años, yo a los veintidós, ese bastardo no la presentará hasta que tenga once años, y estoy seguro que no quiero estar ahí para averiguar cuantos tipos mata, oh a cuentas personas engaña igual que su padre y abuelo…Dos malditos lunáticos que no sabían que tenían problemas mentales; Además si no fuera porque Onodera murió yo estaría casado con él y tuviéramos un hijo…
— ¿Enserio no lo quieres?
—Ya te dije que no, no soportaría verlo, recordaría al asesino que mato al amor de mi vida, me quitó la oportunidad se ser padre—miró a la ventana y se tragó su inmenso coraje—Lo odiaría más teniéndolo a mi lado
—T-takano…
—Déjame dormir, estoy cansado y no quiero hablar con nadie, en unos días me iré a Inglaterra y quiero descansar para el vuelo
Misaki se salió decepcionado por su actitud, él no abandonaría a ese niño que estaba indefenso, no lo dejaría a su suerte, lo vio detrás de la vitrina en aquel pequeño cuadro, notaba su respiración y sus ojos cerrados.
— ¿Por qué tardas tanto Misaki? Es hora de irnos—pregunto enojado su esposo, que llevaba un ligero presentimiento, quería largarse de ese lugar.
—Usagi-san, debemos adoptar a ese bebé—señalo en el vidrio.
— ¿¡Pero qué diablos!? Claro que no…
—vamos, no tiene a nadie y no quiero que nazca sin familia, él necesita amor
—Mi respuesta sigue siendo un no...
—Por favor, yo lo cuidaré, me encargare de sus gastos. Vamos Usagi-san tengamos una familia
— ¿Una familia eh? Está bien… aceptare siempre y cuando tú te hagas responsable de ese niño
4 meses después…
Pov´sTakano
—Un boleto a Inglaterra—la señorita que me atendía me sonrió; baje la mirada, había querido sepárame de todo después de lo de Haitani, he ido a terapia, tomado mi medicamento pero no puedo olvidar todas las noches que me torturo, tampoco las cosas que ambos hicimos y que de eso salió un hijo.
Hace cuatro meses lo dejé tirado en el hospital, supongo que lo adopto una familia, pobres; no saben lo que les espera con ese demonio.
¿Es normal no tener sentimientos hacia un hijo no deseado? He escuchado en los documentales que las personas se arrepienten de regalar a sus bebés, pero yo no siento culpa ni remordimiento, al contrario me alegra de no tenerlo en brazos.
Al recibir el boleto me dirigí a mi vuelo, esperando jamás volver a Tokio
¿FIN?
—Te prometo que todo estará bien —comenzó a reírse por la testosterona que se había inyectado en el cuerpo.
—Yuichi, deberías obedecerme—beso sus labios con rudeza, queriendo que nunca terminará, al separarse limpio su rostro, su ropas blancas pertenecían a las rejas que se le fueron impuestas—Nunca te he enseñado a comportarte hijo.
—Sí, he seguido todos tus consejos Shizuku, incluso ya tengo descendencia…un hijo varón, lo buscaré cuándo tenga la edad adecuada, lo convertiré en lo que soy porque él es yo…
FIN.