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No podía dejar de pensar en lo que me había dicho Takano, empecé a escribir mi crítica con lo mencionado, era de mucha ayuda y más porque ahora entendía a Shizuku, y la razón porque había hecho cosas terribles.
No te metas en cosas que no conoces Onodera, la historia de Shizuku es macabra, tiene cosas oscuras que no debes de conocer…
—Onodera, podrías dejar de escribir y venir a la cama, es sábado y tú todavía estas trabajando—le gritó desde la recamara.
—Tengo que entregar un avance, en cuatro semanas y quiero pasar con buena calificación
—La pasarás no te preocupes por eso—sentí unos brazos sujetarme y empezarme a levantar—Quiero estar contigo…
Comenzó a desabrochar los botones de mi camisa y besándome en el hombro, no pude resistir más, me deje llevar, yo también quería estar con él.
De un momento a otro, ya no estaba en la mesa sino en la cama, debajo de él. Desprendió la ropa de mi cuerpo, quedando desnudo ante su mirada, sude frío al sentír unas terribles nauseas
—¿Qué te pasa Onodera? ¿¡Estás bien!?
No le pude responder, porque salí disparado al baño para vomitar, mi reflejo era realmente malo, debió ser la cena de anoche.
No debí comer tanto, me senté en el suelo y mi pareja estaba a mi lado acariciándome la espalda.
—Idiota… deberías dejar de comer cómo si te pagarán para hacerlo, anoche comiste demasiado, siendo que no sueles comer mucho—lo miré enojado, ¡Que se creía! —Yo te cuidaré hoy, te haré algo para que se te quite el mal sabor de boca.
—G-gracias
Lo noté extraño, pero no dije nada, seguí en lo mío. No dejaba de ver ese diario y me inquietaba la idea de eso.
Agarre mi sudadera y me fui al súper mercado a comprar algunas frutas, realmente estaba hambriento, y no sabía porque. Al entrar, agarre un carrito para poner las cosas que iba a comprar, vi cada pasillo y agarre una bolsa de dulces.
A estar enfrente de la frutería agarre doce manzanas, se veían deliciosas, al seguir avanzando choque con un carrito.
—L-lo siento
—¡Hey! Pero si es Onodera-kun,
— ¿Haitani-san? ¿Cómo sabe mi nombre?
—Saeki-kun me platico de ti, dice que eres uno de los mejores estudiantes de la Universidad—Me apenó su comentario, no me consideraba bueno, sólo daba mi mejor esfuerzo
—Gracias Haitani-san—desvíe mi vista hacia las latas del estante—M-maestro Haitani-san ¿Qué hace aquí?
—Compró cuerda y pintura, estoy arreglando mi casa ¿Y tú Onodera-kun? —tomó del estante unos tornillos y los metió al carro.
—Vengo a comprar algunas frutas, últimamente tengo muchos antojos, sobre todo de las manzanas
— ¿Antojos? Parece los síntomas de un embarazo Onodera-kun
— ¡D-de n-ninguna manera! Yo no estoy en ese estado, sólo son antojos…nada más
— ¿Huh? Sólo bromeaba Onodera-kun—su risa me provoco vergüenza, no hice más que agachar la cabeza.
—Ahhh… — quería que la tierra me tragara, la temporada de exámenes me hacia sentir exhausto—debo de irme, adiós.
—Adiós Onodera-kun.
Definitivamente eso había sido raro, me preguntó si lo que dijo Takano era cierto y él escondía algo, a simple vista parece un joven amable. No sé porque dudaba tanto.