Capítulo XI – Primero de Enero.
John había recibido un montón de llamadas de compañeros que le deseaban feliz años y de uno que otro llorando como si no fueran a verlo en un par de meses. Cosa nada descabellada dado que Sherlock había convencido a todos sus profesores y pare de contar de que él era una buena influencia y que lo mejor sería que estuviesen juntos el mayor tiempo posible, para ver si así su comportamiento se “normalizaba”, por lo que terminaron moviéndolo a su clase. Y todos sabían lo posesivo que era el niño.
También lo había llamado su padre. A John no le desagradaba su padre, pero tenía que admitir que no era su persona favorita en el mundo, una llamada en su cumpleaños y a inicio de año no eran suficientes como para conocer a alguien. Harry por otro lado n0o había desaprovechado la ocasión de descargar todo lo que llevaba dentro y Mycroft había tenido que sacarlo para que no escuchara la conversación (si es que eso se podía llamar conversación). Por suerte Clara tuvo el tino de llamar poco después y sus palabras suaves y paciencia lograron calmar los ánimos asesinos de su hermana y darle a John y a Sherlock un poco de la alegría que la misma chica parecía irradiar. La chica, que no era tonta, les habló de cómo la estaba pasando y de las cosas que había hecho con su familia desde el 24, esperando que con su inusual verborrea ambos hermanos pudiesen verle el lado divertido a ese día.
Funcionó, por aproximadamente tres minutos.
Ese día jugó con Sherlock como en cualquier otro y ninguno creyó necesario mencionar el hecho de que se habían dado su primer beso el uno al otro, ni necesario ni lógico, después de todo ¿qué tanto drama tenía? Ninguno en absoluto, no es como si hubiesen cambiado sus maneras de pensar o nada parecido, por dios, si apenas había sido un toque de labios (cosa que no pensarían así dentro de un par de años).
Fue un día normal, exceptuando el que Harry tiró a Sherrinford a la piscina, lo cual lejos de molestar lo hizo mejor y los niños s permitieron olvidarse de todo por un segundo: que Estelle era probablemente la peor madre de la historia, que Harry lo más seguro iría a la escuela de verano ese año, que su padre era un enorme desconocido, que Mycroft quería irse lo más rápido posible de la casa, que Sherrinford era una porquería andante, que Alyssa no estaba lista para ser madre aun después de tener tres hijos.
Que Arthur estaba muerto.
Era un acuerdo no hablado, que seguirían los próximos años al pie de la letra menos que fuese una situación extrema (las cuales ocurrirían bastante seguido en el futuro, para su desgracia). John y Sherlock juntos hablando de cualquier tema sin importancia, por una vez no deducciones, no familia, no libros, no molestias, solo ellos tomándose un respiro de su vida cotidiana. Obviamente, siendo apenas unos niños no entendían el gran alivio que traía ese día hasta la primera vez, muchos años después, que no pudieron pasarlo juntos.
De momento y cumpliendo con las reglas propias de ese día, su mayor incógnita era eso delicioso que se olía eran galletas, y cuanto les tomaría llevarse algunas sin que Mycroft se diese cuenta y les regañase.