Miedo a las alturas
¿Quién iba a decirlo?... ¿Quién pudo haberlo imaginado?... Nadie lo habría adivinado ni en un millón de años. Sería algo imposible, algo fuera de lo común y una afrenta a la realidad. Quién diría que el debilucho Danny Fenton terminaría de novio con Dazh Baxter, la súper estrella deportiva de Casper High. Suena a cuento de hadas, el ‘perdedor’ y el ‘popular’ juntos... solo les faltaba el cásico ‘Y vivieron felices para siempre’.
Pff… tonterías.
Cuando la bomba estalló toda era una locura. Preguntas por todos lados, comentarios hirientes, bromas en cada cambio de hora… la linda pareja no se esperaba algo tan… cruel. Sin embargo, siguieron adelante, trataban de no ‘molestar’ a sus compañeros en Casper High, guardaban sus ‘momentos’ hasta estar a solas. Prometieron estar luchar juntos. Prometieron muchas cosas… si tan solo se hubieran cumplido.
Te acuerdas cuando me dijiste “difícil se pondrá” es
fue lo que paso
y prometiste que cuando yo muera
guardarías mi corazón
La lucha de la pareja del moreno de ojos azul cielo y el rubio de ojos azul marino sólo duró tres meses. El estrés de parte de los compañeros de clases, la presión con los adultos, la incomprensión de los amigos cercanos, el rechazo… fueron demasiado fuertes si uno solo de la pareja cedía. Uno lo hizo, uno de ellos no podía contra tanto, no si interfería con sus planes de vida.
Dash vio en peligro su brillante carrera deportiva, su meta de vida significaba mucho para él, pues era algo en lo que en verdad era bueno, para seguir con su brillante carrera, convenció a Danny de fingir romper, de seguir con su relación a escondidas. Danny aceptó, entendió las razones que su pareja de expresó, aunque doliera aceptó.
El daño que causaste era lo único que
me podía matar heridas temporales
no basto atácame si yo sabré
La ‘normalidad’ volvió a Casper High, Danny con sus dos únicos amigos volvía a estar en lo más bajo de la jerarquía social mientras Dash y su séquito volvía a reinar en los pasillos de esa secundaria. Aun había rumores, un par de estudiantes de catorce y quince años intentaron ‘nuevas’ cosas pero no funcionaron, se decía, a Dash lo dejaron en paz mientras a Danny lo señalaban por ‘intentar’ otras cosas. La escuela se volvió un martirio para el moreno.
Durante el día burlas y bromas subidas de tono, durante algunas noches el cariño que Dash de profesaba. No importaba siempre y cuando Dash siguiera viendo por él, se decía Danny. Así era Danny, tan dependiente de Dash… incluso cuando el rubio lo agredía en Casper High, extraña manera de ‘demostrarse’ cariño en la escuela. Debido a un accidente en la casa de Danny, este empieza a cambiar. Ya no tan dependiente de Dash, ya no lo buscaba por un poco de cariño, Danny parecía más confiado, tenía más seguridad en sí mismo, perecía tener ‘otras cosas’ en las qué pensar y por las cuales preocuparse. Sin darse cuenta, el vínculo que unía a Dash y a Danny se rompió.
Y de la muerte yo regresare y te buscare
te llevare conmigo de regreso y recuperare
la vida me robaste
Dash buscaba más a Danny, cada que lo veía lo notaba cansado, herido o en guardia, después de inspeccionarlo le daba un golpe de ‘no me olvides’, lo encerraba en casilleros de ‘te extraño’, lo cazaba por los pasillos de ‘te sigo esperando’ y otros tantos mensajes que Danny ya no podía descifrar. Danny dejó de ver a Dash como el amor de su vida, lo empezó a ver como el brabucón de la secundaria. Sólo le quedaban recuerdos de lo que una vez fueron, de lo que una vez prometieron… ahora, Danny cosas más importantes en qué pensar.
En uno de los ‘ataques’ de Dash, cuando vio que sus mensajes no eran recibidos, golpeó con fuerza a Danny, lo golpeó una y otra vez, lo golpeó tan fuerte al estar cegado por rabia y dolor de saberse olvidado que lo mandó al hospital. Ese día Danny murió.
No por los golpes de Dash, el hospital en el que estaba se vio infestado de fantasmas, hubo un gran caos, hubo fallos en la electricidad, hubo una fuga de gas y una explosión. Murieron más de veinte personas, Danny entre ellas. El jugador estaba destrozado, se sentía culpable.
Vida se va eso me ayuda a pensar
aquellas luces brillantes no me mataran
solos tú y yo
tus ojos no hay color
yo vengare mi fantasma con todo mi corazón
Desde la explosión del hospital, hubo varios fantasmas que aterrorizaban a los ciudadanos de Amity Park, también se hizo notar un chico fantasma que salvaba el día, se hizo llamar Danny Phantom. Pese a ser un fantasma bueno, Phantom no soportaba ver a Dash, lo miraba con desprecio, lo miraba con odio, lo culpaba de algo.
Una vez que fue inevitable es estar a solas, Dash y Phantom, hubo explicaciones, Phantom odiaba a Dash por haberle quitado a su ‘otra mitad’, al no entender el rubio, Phantom lo miró con sus ojos verde radioactivo, le dijo que él y Danny Fenton habían sido uno, le dijo que Fenton le prestaba su cuerpo para deshacerse de los fantasmas que rondaban Amity Park, se deshacían de ellos sin llamar mucho la atención.
También le dijo que a casusa de sus golpes, Fenton no pudo prestarle su cuerpo como solía hacerlo, estaba debilitado. No pudo emerger y deshacerse de los fantasmas que invadieron el hospital, no pudo salvar a Fenton de la muerte. Phantom, al ser fantasma, a él no le sucedió nada… salvo despedirse de su ‘otra mitad’.
No fue tan hondo el pozo pues ya estoy saliendo de él
se te acaban los lugares donde te puedas esconder
donde te puedas esconder
Dash no pudo asimilarlo. Eso explicaba el cambio de Danny, eso le aclaraba la culpa por su muerte. Phantom no tuvo piedad, le reprochó su cobardía ante todo. La cobardía al no haber luchado por la relación que tenía con Danny, la cobardía al golpearle y hacerle sentir como basura sólo para que su estatus como rey de la escuela no decayera, la cobardía al no luchar por Danny cuando la distancia se convirtió en abismo.
Advirtió que no salvaba a las personas de Amity Park por gusto, lo hacía porque fue lo que Danny le pidió antes de morir. Lo haría hasta que pudiera soportar, la falta de su otra mitad también le afectó, en algún tiempo también dejaría de existir.
Dash le pidió que cuando el tiempo llegara, que lo llevara consigo, quería volver a ver a Danny y pedirle disculpas por su cobardía. Phantom no aceptó, él jamás le haría las cosas fáciles a Dash para con su ‘otra mitad’.
Si tú te vas nunca olvides que yo te recordare
sé muy bien que al final tu y yo estaremos juntos
(ya he perdido el miedo de caer)
el miedo a las alturas saltare contigo
si tú te vas nunca olvides que yo te recordare
Así termina esta historia, una historia donde los protagonistas hacen lo que en la mayoría de las historias de amor no hacen, uno de ellos se rindió ante la adversidad, y el otro no se quiso defender.
Nadie espera este tipo de historias, demasiado cercanas a la realidad como para escucharlas, podrían estar hablando de ti.
Fin.