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Entre dulce y salado por sue

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Notas del capitulo:

 

Que no se hable más!! A leer!! *o* (inner: yey!!! :D)

 

 

 

 

 

 

Aunque hubiese recibido el visto bueno del Mink, Riki no se esperó con que se presentara aquel inconveniente.

 

- ¡No puedes decirme que no Mimea! – Sin creerse lo escuchado.

 

- Lo siento Riki – Juntaba sus manos – En verdad no puedo ir con ustedes.

 

- ¡¿Se puede saber por qué mala amiga?! ¿Es por haberte llamado travestida el otro día verdad? – Estaba que lloraba - ¡¿Es acaso esto una cruel venganza de tu parte?!

 

- ¡Caramba! ¡Tengo una maldita cita con el ginecólogo! No puedo dejar de lado mis asuntos de salud por andar cuidándote las espaldas – Al darse cuenta de que la gente alrededor los observaba, moderó su tono – Aunque la verdad aún me debes lo del otro día. Me has hecho quedar como la pervertida que fisgonea en el baño de hombres… y yo no soy así – Hizo un puchero.

 

- ¿Y a qué irás al ginecólogo? ¿Para un nuevo método anticonceptivo? ¿Un chequeo? – Sintió curiosidad.

 

La chica entrecerró el mirar.

 

- Jo… Eso ha dejado de ser asunto tuyo desde hace un buen rato Rikichin – Mencionó junto a una sonrisa - Lo cierto es que no tengo mucho tiempo libre y éstas citas se piden con anticipación.

 

- Bueno, no hay opción. Tendré que cambiar el día para la práctica con Guy… ¿Qué día puedes?

 

- ¡Ay ya Riki! – Vociferó fastidiada -  Ni que Guy fuera un loco que tiene planeado secuestrarte cuando menos te lo esperes. Me parece tonto que te pongas así. Lo conozco, no es que ponga las manos al fuego por él, pero no creo que sea capaz de forzarte a hacer algo.

 

- No es por eso, sé que no me obligaría a hacer algo… creo.

 

- ¿Entonces? ¿Tienes miedo de caer ante la tentación?

 

- Por supuesto que no.

 

- Ahí lo tienes. Tu novio confía en ti, tú mismo confías en ti mismo ¿Cuál es el problema? Si estás seguro de que entre ustedes no hay nada ni puede pasar, no veo porque no puedan cocinar una tarde juntos. Será como cada día en clase.

 

- Tienes razón – Pensó - No tiene nada de malo.

 

Aquel día, luego de salir de clases, Riki llevó a Guy hasta el departamento de Iason. Calculó el tiempo exacto del que dispondrían por lo que luego de estar lista la receta, el pelinegro iría a buscar a Iason – insistía en irlo a recoger a la oficina -, sólo esperaba que Guy se comportara mientras estaban a solas.

 

- Que mal que Mimea no haya podido venir con nosotros.

 

- Si, que mal.

 

- He oído que ella y Jena han estado saliendo últimamente.

 

- ¿Si? – Le sorprendió enterarse  de la noticia - Que raro. No me lo dijo…

 

- Pues claro que no te lo iba a decir Riki – Mencionó como si fuera lo más obvio del mundo.

 

- ¿Por qué no? Somos amigos.

 

- Es verdad, pero también es cierto que eres su ex. Mimea sabe que es una crueldad hablarle a los ex de lo lindo que se la pasan con sus nuevas parejas. Por muy amigos que se sean luego de haber terminado con la relación.

 

- Pues… a mi no me lo parece. Después de todo no me molesta si sale con otros chicos…

 

- Pero no todo el mundo se lo toma a bien Riki.

 

Sabía que no sólo se estaba refiriendo a lo de Mimea. En cierto modo se refería a ellos mismos. Eso lo hizo reflexionar ¿Sería posible que hablándole a Mimea sobre su romance con Iason, también estaba haciéndole daño a la chica?  Nunca se lo hubo cuestionado, pero ahora que Guy lo mencionaba le parecía factible, después de todo el cariño que le tenía la muchacha era genuino ¿No era aceptable que sintiera un poco de celos hacía el rubio?

 

- Auch… - Se cortó un poco ante el descuido de sus pensamientos.

 

- Ten cuidado Riki – Le tomó de la muñeca y luego de abrir el grifo, metió su mano bajo el agua.

 

El pelinegro contemplaba al muchacho de la larga melena.

 

 - ¿Qué pasa? No eres de los que se cortan.

 

- Sigamos cocinando – Retiró su mano y procedió a secarse.

 

Prefirió dejar de mortificarse y enfocarse en las recetas. De lo contrario tardarían más de lo estimado si se ponían a conversar.

 

- Nos ha quedado delicioso.

 

- Tienes razón.

 

Y es que a pesar de todo, ellos eran los mejores cocineros de la clase. Perder la reputación era cuestión de orgullo. El platillo lucía perfecto y desprendía un aroma exquisito. 

 

- ¿Quieres llevarte un poco más?

 

- No, así está bien.

 

Guy no le quitaba los ojos de encima al moreno que se encargaba de limpiar la cocina.

 

- Está muy bonita tu casa.

 

- Gracias – Contestó, aunque no sabía si lo decía irónicamente.

 

- ¿Me darías un pequeño recorrido?

 

Riki pensó más allá de esa inocente proposición, tenía que hacerlo.

 

- No digas tonterías. Ayúdame a limpiar más bien que ya tenemos que ir saliendo. Iason ya está por salir del trabajo y debo ir por él.

 

- ¿Comparten el auto?  Pensé que un hombre con un departamento tan lujoso como éste, mínimo tendría un auto extra.

 

- Me gusta irlo a buscar – Aclaró – Él no quería que pensara que era mi obligación hacerlo. Yo fui el que se lo pidió.

 

- Ya veo. Tú siempre tan humanitario.

 

Saberlo hizo que Guy se molestara.

 

- Oye Riki ¿Me prestarías el baño?

 

- Está bien, pero apresúrate Guy. En verdad, tengo que ir a buscar a Iason. Le prometí que llegaría a la hora de siempre.

 

- Si, si tranquilo.

 

Cuando entró en el baño se fascinó, no sólo el recibidor y la cocina eran magníficos y de diseño lujoso.

 

- Vaya… si que te estás dando la gran vida Riki.

 

Mientras observaba, su atención fue llamada por una prenda que conocía, era una de las camisas de Riki. La tomó de la cesta y se la llevó al rostro.

 

- Ah… - Se deleitó. En efecto era el aroma del hombre – Mi Riki…

 

Llevó su mano hasta su pantalón y liberó su miembro, el cual ya se hallaba despierto. Estar al lado de Riki y contenerse las ganas de poseerlo, había sido muy tortuoso.  Empezó a masturbarse mientras aspiraba el aroma de la camisa, imaginándose que era con el dueño con quién estaba.

 

- Riki… ahm… mmm…

 

Haberlo tenido aquella noche lo tenía obsesionado. Quería repetirlo más y más veces. Besarlo, devorarlo entero…

 

Guy se detuvo. Buscó entre sus bolsillos y sacó un condón. Frente a sí estaba un espejo y su reflejo le devolvía la malicia que desprendían sus ojos claros. Abrió el paquete con los dientes, sacó el condón y se lo colocó. De nuevo volvió a darse placer hasta que estalló dentro del preservativo.

 

Toc toc!

 

- Guy ¿Ya vas a salir? – Llamaba – De verdad ya es tarde. Me meterás en un lío si no te apuras.

 

- Ya voy – Exclamó desde dentro del baño mientras se quitaba el condón, inundado en semen.

 

Cuando abrió la puerta, una sonrisa vestía su rostro. Riki había vuelto a la cocina. En el instante en que se agachó para recoger el trapo de la cocina que se le había caído, Guy no pudo evitar quedar hechizado por el trasero, y es que la retaguardia del muchacho era uno de sus atractivos

 

- “Si tan sólo pudiera”…

 

- ¡Guy…!

 

Riki se alarmó cuando el joven lo agarró por detrás.

 

- ¡Suéltame Guy! – Se oía claramente serio – No estoy jugando.

 

- Oh vamos Riki ¿Me dirás que no has pensado en esto desde la otra vez?

 

- No me obligues a golpearte – Trataba de zafarse, pero el pelicastaño tenía mayor fuerza.

 

- Sería sencillo para mí Riki. Podría en estos momentos hacerte mío a la fuerza… - Lo embriagaba su aroma – Hacer que gimas para mí… como esa noche – Estuvo tentado de hacerlo – No te asustes – Seguidamente lo soltó – Sólo era una broma.

 

- … - Le lanzó una mirada fulminante - ¡Esas no son bromas!

 

- Vamos. No pongas esa cara je je  – Se acercó hasta el pelinegro y le rodeó con su hombro - Ahora vámonos. Tu novio debe estar impaciente.

 

Y lo estaba. En la oficina, Iason estaba que se comía las uñas. No pudiendo sacarse de la cabeza que su amado estaba reunido con otro hombre, le hubo sido imposible concentrarse en su trabajo. Raoul le preguntó varias veces si se sentía bien, el Mink se limitó mencionarle que alguna comida le había sentado mal.

 

- “Cuando llegue a casa será lo primero que pasará” – Pensaba seriamente – “Le haré el amor en la cocina y en todos los posibles lugares en los que pudo haber estado ese intruso” – Continuaba mirando por la ventana – “Luego, cuando esté al borde, extenuado de tanto placer, se lo diré, que no deseo que lleve más hombres a la casa… así piense que estoy siendo egoísta y que quiero mandarlo, no importa. Que lo piense. Pero no vuelvo a pasar por una angustia como ésta… ¡No señor!”.

 

 

Continuará…

 

 

 

 

Notas finales:

 

Y ya comenzó… el ataque de Guy ñaca ñaca (inner: Mendigo Guy!! Siempre viene a meter la cuchara!!! 0>o<0) no hay nada como los planes para sabotear una relación :B la pregunta es ¿Caerán los enamorados en la trampa que se les tiene preparada? :O (inner: es lo que queremos saber!!! O.O) y es lo que sabrán si siguen leyendo… pero para la próxima oportunidad!! (inner: sonna!!! <//o//< ) a todos muchísimas gracias por leer y si se animan a comentar! besos y abrazos!! Bye Bye!!    

 

 

 


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