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Entre dulce y salado por sue

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Notas del capitulo:

 

 

Hello!!! :D de nuevo a la contienda!! Totalmente agradecida por tenerlos de nuevo por acá n_n en el capi pasado dejamos a Iason enfermito o_O (inner: pobre u_u) y Riki haciéndose cargo de la situación, tan bueno ese muchacho xD a leer se ha dicho!

 

 

 

 

 

El moreno estaba preocupado y enojado consigo mismo.

 

- “Es mi culpa… se sentía mal, quería irse a casa a descansar, pero yo… lo hice esperar.  Si hubiera llegado a tiempo no se le hubiera subido tanto la fiebre”

 

Estaba convencido de que Iason había pasado un mal rato por su culpa. Tenía que resarcirse de algún modo.

 

Riki fue hasta la farmacia y compró todo lo que sirviera para atacar la fiebre, gripe y malestar general. Luego fue en busca de alguna tienda donde pudiera comprar verduras. Nada mejor para esos males que una sopa casera.

 

Cuando volvió al departamento, se asomó para ver a Iason. El hombre insistía en que se estaba muriendo de frío, por lo que le pidió al joven que le pasara otra manta.

 

La sopa estuvo lista y luego de obligar al rubio a que se tomara las pastillas, le pasó un plato con lo que acababa de preparar.

 

- No debiste…

 

- Tranquilo. No es molestia.

 

- No, digo que no era necesario que cocinaras… Pudiste haber comprado una  sopa instantánea.

 

- Esas cosas ni tienen sabor. Al menos no uno muy bueno. Ahora come o me veré obligado a darte de comer yo mismo.

 

- “…Eso sería digno de mirar” – No pudo evitar imaginarse la escena de Riki llevando la cuchara hasta su boca.

 

- ¿Cómo haces cuando tienes hambre si no cocinas? – Indignado.

 

- Para eso hay servicios a domicilio.

 

- Tsk. No es lo mismo que hacerse las cosas uno mismo ¿Sabes? No me digas que se te quema hasta el agua.

 

- Algo así…

 

El rubio decidió no alargar más el asunto, si no comía Riki seguiría ahí, insistiendo. Probó de la sopa y el sabor le agradó. Pronto el calor llegó a su cuerpo, por lo que tuvo que quitarse las mantas de encima. El moreno sonrió, satisfecho cuando Iason se comió el plato entero.

 

- ¿Quieres que te sirva más?

 

- No. Así está bien. Creo que mejor me doy un baño.

 

- Si, sería bueno… Bien. Supongo que ya puedo irme – Se levantó – La pastilla te toca dentro de unas ocho horas. Dejé sopa en la cacerola, también traje algo de pan y mermelada. Por si se te antoja para el desayuno… - Se devolvió unos segundos después –  A todas estas ¿Por qué no contratas a una muchacha de servicio?

 

- No me gusta que se metan en mi territorio, ni mucho menos en mis asuntos  – Sonrió levemente – He vivido así siempre y nunca me ha molestado. Pero en casos como el de hoy, puedo hacer excepciones.

 

- Ya veo… - Pensó – Pero si que eres descuidado, no tienes nada en esa cocina. Si es porque estás muy ocupado, no me molestaría hacerte las compras.

 

- …

 

- Aunque tendrías que hacerme una lista de las cosas que te gusten comer…

 

- No pienso pagar horas extras – Acotó para ver la reacción del muchacho.

 

- Nunca mencioné que exigiría dinero por ayudar.

 

Riki se despidió y el Mink permaneció un rato absorto en las acciones del joven. Había adorado por completo el modo en que se hubo comportado con él, sobretodo el momento en que lo regañó por no cuidar de su salud.

 

- Si que es un muchacho muy interesante.

 

***

 

A la mañana siguiente, cuando Riki fue por él, lo recibió en el auto con un envase y un termo pequeño.

 

- Toma. Me levanté muy temprano e hice de más. No te preguntaré si desayunaste porque seguramente me mentirías. Así que sólo cómelo ¿De acuerdo? – Le guiñó un ojo.

 

 - Vaya. Huele muy bien – Y no solo olía bien, el sabor de aquel pan relleno era sumamente delicioso – Hasta el café te queda delicioso. Cuando decido hacerlo en casa sabe horrible. Por eso solo lo tomo en la oficina o cuando voy a reuniones.

 

- Je je si quieres luego te enseño como se obtiene un café perfecto – Mencionó orgulloso – No te preocupes, no te cobraré por enseñarte mis secretos de cocina.

 

Iason sonrió. Todo lo que estaba sucediendo le gustaba, las atenciones de Riki para consigo, el hecho de que ahora le tuteara…

 

- ¿Qué es lo que estudias Riki? – Nunca se lo había preguntado.

 

- Para ser chef profesional.

 

- Con razón. Serás muy bueno. Estoy seguro.

 

- Gracias – Se sonrojó al instante - Eso espero.

 

Tras acabar el día y volver a casa, Iason se encontró con que Riki le había traído algunas de las cosas que preparó en la clase de cocina de aquel día.

 

- Así que me traes las sobras… - Mencionó en un tono para nada abusivo.

 

- ¡Pero que grosero! – Exclamó divertido, comprendiendo la broma - Te lo dejo para que cenes. Más te vale que mañana cuando venga a buscarte, esos envases estén vacíos.   

 

- Podría fácilmente echarlos a la basura – continuó jugando con sus comentarios.

 

- Oh… sé que no harías eso – Sonrió.

 

¿Y como hacer semejante cosa? Con sólo mirar la comida se hacía la boca agua y el aroma… era tan divino. Cabe mencionar que esa noche no únicamente el Mink cenó, si no que hasta se lamió los dedos. Nadie tenía que enterarse.

 

Al día siguiente Iason le entregó los envases completamente limpios y el moreno se alegró en cierto modo. Pero no fue eso lo único que le dio el rubio.

 

- ¿Qué es esto?

 

- Es mi forma de darte las gracias por lo que has hecho por mí.

 

Riki abrió la caja y se halló con un hermoso y lujoso reloj.

 

- Wow…

 

- ¿Te gusta?

 

- Es… increíble – Se lo colocó – Se ve que es carísimo. No sé si debería aceptarlo.

 

- Tienes que aceptarlo.

 

El muchacho no pudo evitar sonrojarse. El que le regalara algo tan costoso, ciertamente lo hacía sentirse especial para Iason.

 

- “Calma Riki… ya te ha dicho que es por agradecimiento.  Nada más…” – La sonrisa que tenía en sus labios contenía un deje de tristeza.

 

Los que ya conocían a Riki no pudieron evitar sorprenderse ante su nuevo reloj. Sabían que el joven se ganaba la vida honradamente, un gasto de aquella magnitud para algo tan trivial, era algo extraño en él.

 

- Dime Riki ¿Quién te lo ha dado? ¿Tu novia?

 

- Que dices Guy. Yo no tengo novia.

 

- ¿Y eso? Me sorprende – Añadió el pelilargo - ¿Qué pasó? ¿No salías con Mimea?

 

- Eh… - La aludida se defendió – Eso es tiempo pasado. Ahora Riki y yo somos muy buenos amigos ¿Verdad Rikichin? – Se enganchó a su hombro.

 

- Ja ja Claro Mimea.

 

Guy sonrió satisfecho. Le gustaba Riki desde que habían iniciado en la academia culinaria. Enterarse de que se había vuelto novio de Mimea lo hizo enojarse hasta el punto de casi incendiar su propia cocina, ahora que sabía que estaba libre, se sentía dispuesto y decidido a volver al muchacho su amante. Fuera como fuera.

 

- Oye Riki. Me he enterado de que para las próximas evaluaciones habrá que estar en pareja ¿Quieres estar conmigo?

 

- ¡Eh Guy! No es justo. Yo se lo iba a pedir – Bufó Mimea – Rikichin ¿Verdad que tú quieres estar mejor conmigo? – Ponía ojitos lastimeros.

 

- Guy lo pidió primero – Se rascó un poco la cabeza – Ya no deberías llamarme así Mimea – Refiriéndose al mote que la chica le había puesto cuando andaban juntos.

 

- ¿Eh? ¿Por qué? Te gustaba que te llamara “Rikichin”

 

- Si, pero era cuando éramos novios. Que me llames así siendo amigos es… raro.

 

- “Y molesto” – pensaba Guy, quien evidentemente se llenaba de celos cuando la chica lo llamaba de aquel modo tan cariñoso.

 

- Oh vamos… lo dices como si nuestro noviazgo hubiese sido terrible y el corte fatal – Sabiendo que habían terminado por mutuo acuerdo, debido a la falta de química entre ellos – Yo no tendría problemas en que me llamaras “Mimi” de nuevo – Mencionó en un tono infantil.

 

- ¡Yo si tendría! – Riki se ruborizó en enseguida – Era vergonzoso antes y lo sería más ahora que somos amigos. Tengo una reputación que mantener ¿Sabes?

 

- Malo – Mimea hizo un puchero - Bueno, que más da. Quédate con él Guy. Yo me pongo con Jennifer.

 

- Jo… ya verás como nosotros les ganamos – Desafió Riki.

 

- ¿Es una apuesta? Porque perderán cariño

 

- No estés tan segura Mimea – Intervino el pelilargo - Riki y yo somos los mejores de la clase. Ganarnos les va a costar… y mucho.  

 

Las primeras pruebas fueron todo un desafío, pero los jóvenes lograron salir airosos. Estaban alegres, habían recibido las calificaciones y eran buenas noticias. Los estudiantes decidieron hacer una fiesta para celebrar, dispusieron de una casa enorme para realizar el reventón. Como era fin de semana, Riki pudo disfrutar con sus compañeros a plenitud. Le encantaban las fiestas y la bebida. Cuando empezó a bailar, Guy no pudo evitar quedar prendado ante él.

 

- Si que te gusta Rikichin ¿No es así?

 

- Cállate Mimea ¿Tú que sabes? – Trató de hacerse el desentendido.

 

- Por favor Guy. No soy idiota. Las mujeres somos más perceptivas que ustedes los hombres. Podemos darnos cuenta de por quienes están echando la baba antes de que ustedes mismos se percaten…

 

- Deja de ser tan metida.

 

- Y tú tan cobarde. Ve a bailar con él – Le empujó.

 

- Está bien. Cielos… realmente eres una molestia “Mimi” – Mencionó con un tono burlesco.

 

- Deja de hablar y actúa… - Ya sola se dedicó a pensar – “Ese Riki… merece que alguien lo haga feliz, si Guy lo quiere tal vez…”

 

Guy se acercó hasta el muchacho y éste lo recibió con una sonrisa.

 

- Que bueno que te animaras a bailar Guy. Me estaba aburriendo de bailar solito. Estaba a punto de invitar a cualquiera del lugar.

 

- Eso no lo iba a permitir…

 

Bailaron un rato y bebieron otro poco. Riki estaba bastante prendido por lo que cuando tuvo ganas de ir al baño, se dio cuenta de que no podría llegar solo. Le pidió a Guy que le ayudase y éste acepto.

 

- Oye Riki, ten cuidado – Lo agarró, había estado a punto de caerse al salir del baño. 

 

- Ja ja todo me da vueltas Guy – Se reía a carcajadas.

 

- Si, ya veo… ¿Quieres que sigamos bailando? ¿Quieres otra bebida?

 

- No, no… creo que mejor dejo de beber - Continuaba recargándose sobre el pelilargo – Guy… me voy a casa… ¿Será que ya nos podemos ir?

 

- No creo. Mimea se está divirtiendo bastante.

 

- Ya… es bueno que la pase bien… - Cerró un momento los ojos - Oh hombre… si sigo así me caeré. Necesito recostarme un momento.

 

- Vamos a una habitación para que te acuestes…

 

Riki se recargó en el hombro de Guy, quien lo guió hasta un cuarto en penumbras. El pelilargo no se molestó en encender las luces. Ayudó a recostar a su amigo y luego de mirarlo unos instantes, meditativo, procedió a subirse sobre él.

 

- ¿Qué… pasa? – Mencionó con el rubor propio de la embriaguez.

 

- No te voy a dejar ir Riki. No ahora…

 

- Guy…

 

No pudo continuar hablando, Guy se hizo presa de sus labios. Riki sintió como el calor lo traspasó desde sus pies hasta la cabeza. Mientras el muchacho le ceñía contra su cuerpo y le acariciaba, la imagen de Iason le vino a la cabeza, eso lo puso más y más caliente, llegando incluso a menearse y a abrir sus piernas, dando paso a las manos de Guy que ya buscaba de colarse por su pantalón.

 

- ¡Guy! ¡Riki! – Llamaba Mimea al tiempo que pasaba entre la gente acumulada en el pasillo – Rayos… ¿En dónde pudieron haberse metido esos dos? Dejarme sola… son unos desconsiderados…

 

Habían quedado de acuerdo en llegar juntos e irse igualmente juntos. Si resultaba que los hombres se habían ido sin avisarle siquiera, les armaría un sermón por ello.

 

Fue aventurera y empezó a buscar en los cuartos. Abrió una puerta y halló la habitación vacía, en otro cuarto halló a una chica y un chico en una situación comprometedora y en otra a varios chicos rendidos por el sueño – y es que en esa condición esperaba hallar al par de jóvenes – más en la siguiente puerta los encontró en pleno acto carnal.

 

- “¡Caramba!” – Cerró la puerta impresionada. Luego de pasar el asombro volvió a abrir, lo suficiente para poder ver. Volvió a enfocarse en la escena, se ruborizó ante la fogosidad de los hombres – “Wow Rikichin… nunca me lo imaginé” – Sus mejillas se pintaron – “Hay que ver que si se tenían ganas esos dos…”

 

- Mimea ¿Qué estás mirando?

 

- ¡¿Eh?! – Se apresuró a cerrar la puerta – No es nada Jena… Emm… ya sé ¿Qué te parece si vamos a por unas bebidas? – Estaba muy nerviosa.

 

- ¿Te ocurre algo? Parece como si hubieras visto algo increíble.

 

- No seas metiche y vamos a beber – Tomó al chico del brazo y prácticamente lo arrastró hasta la barra.

 

 

 

 

Continuará…

 

 

 

 

Notas finales:

 

 

 

 

(inner: o_o siempre Guy haciéndome rabiar!! D:) al parecer a Riki se le fueron las copas, eso y la calentura ¿Quién no aprovecha cuando se tiene la oportunidad de hacer el jaque? (inner: no, no, nada de lo que digas me hará cambiar de opinión >_>) xD bien, de nuevo les informo que si es de su agrado pueden mandar junto a su comentario alguna receta que les guste para que luego aparezca en el fanfic n_n (inner: deja de ser tan floja Sue, has completo tu trabajo de escritora ¬¬) no cuestiones mis métodos inner, ya verás lo que tengo planeado x,B a todos muchísimas gracias por haber leído el capi!! Hasta el siguiente! Besos y abrazos!! Bye Bye!!

   

 

 


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