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Entre dulce y salado por sue

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Notas del capitulo:

 

Sin más que hacer acotación… que disfruten de la lectura!!!! :D

 

 

 

 

 

A Iason le encantaba tener sexo con Riki y es que el joven era en extremo entusiasta, no se cohibía, se entregaba con pasión y esmero, lo cual demostraba el apego excesivo que habían adquirido uno con respecto al otro.

 

- Riki – Le besaba las manos con sumo cariño.

 

- Dime.

 

- ¿Y si te vienes a vivir aquí?

 

Riki se levantó de la cama. Impresionado ante la proposición.

 

- ¿No te gustaría? – Le entregó una tenue sonrisa.

 

- Pues si… - Se sonrojó – Me gustaría.

 

- Entonces hoy mismo trae tus cosas – Declaró.

 

- ¿Hoy?

 

- Si… - Le abrazó – Hoy mismo.

 

- Está bien. Las traeré.

 

- También comprenderás que ya no seguirás siendo mi chofer.

 

- Eso no… me gusta llevarte y traerte. En serio – Confesó.

 

- Pues, hazlo por gusto entonces. Pero por nada más… de ahora en adelante ese auto es completamente tuyo.

 

- Mí… ¡¿Mío?!

 

- Te lo obsequio.

 

- Ah, no puedo aceptar algo así…

 

- Riki, no me niegues ese placer de darte todo lo que puedo.

 

Era difícil aceptar regalos tan valiosos monetariamente, pero Riki no tardó en darse cuenta de lo que significaban para Iason. Es decir, el muchacho podía demostrar su querer con sus dulces y comidas deliciosas, con sus gestos amables, con sus buenos actos… y el Mink, pues aparte de su amor, el dinero era lo que tenía de sobra.

 

Para el pelinegro también fue difícil anunciar en el edificio que se marchaba y es que era muy querido, hubo intentos de convencerle de que se quedara, pero el deseo de convivir con su amado era más fuerte que las suplicas de sus amigos. Le hicieron una fiesta improvisada de despedida, donde los señores sacaron sus mejores reservas de licor y las señoras le ayudaron a preparar varios postres.  Fue algo realmente conmovedor.

 

- Te vamos a extrañar Riki.

 

- No es para tanto. Vendré a visitarlos de vez en cuando – Se mostraba un tanto apenado.

 

- Igual harás falta.

 

Al principio pensó que lo decían por interés, ya que con su ida perderían al “chef” de medio tiempo que no reparaba a la hora de brindar de sus platillos, más luego aquella idea amorfa se marchó de su mente; había compartido momentos muy gratos con sus vecinos e inclusive le ayudaron cuando era nuevo en el edificio.

 

- Lo bueno es que ahora la azúcar sobrará en casa.

 

Comentó una señora a la que Riki le había pedido varias veces una taza de azúcar - cuando de pronto se le encendía la vena creativa y se daba cuenta de que era tarde para ir a comprar lo que le faltaba -, todos rieron ante el comentario, incluyendo el muchacho.

 

- Esto es para que te lleves un buen recuerdo.

 

Riki se sorprendió cuando la viejecita le entregó el obsequio envuelto, no se lo esperaba. Al abrirlo se halló con un guante de cocina bastante peculiar.

 

- Es un guante “pico de pato” – Mencionó la anciana junto a una sonrisa – Lo hice yo misma.

 

- Muchas gracias. Definitivamente lo usaré – Se lo colocó y seguidamente exclamó mientras abría cerraba la mano: - ¡Cuac cuac!

 

Irse a vivir al departamento del Mink lo llenaba de desconcierto, sobretodo porque ya se había habituado a vivir solo, no sabía si sería capaz de soportar el estilo de vida de Iason o si, por el contrario, el mayor lograría soportar el suyo. De cualquier manera, tenía que esperar para saber si su romance – que ya lo había tomado con la seriedad que lo ameritaba – soportaría aquella etapa tan crucial para cualquier pareja de tortolitos.  

 

- Puedes poner tus cosas aquí. Tus zapatos pueden ir allá – Iason se alegraba de darle un espacio en su amplio departamento – Espero que no te moleste que compartamos el closet. Tú comprendes, así será más íntimo.

 

- Me parece estupendo.

 

- Aquí va la ropa sucia. Cada semana la llevo a la lavandería.

 

- Oh, yo puedo hacer eso. Digo, si quieres yo la puedo lavar.

 

- Para nada. Aquí no vienes a hacer ninguna clase de quehacer… claro, excepto cocinar – Sonrió – Contrataré a alguien que limpie y se encargue de todo lo demás.

 

- Bueno…

 

Decidió no seguir insistiendo y dejar que Iason hiciera lo que le complaciera, después de todo se trataba de su casa. Si su contribución ahí era la de cocinar, lo haría lo mejor posible.

 

No tardó en hacerse fanático de los programas de televisión que enseñaban a las amas de casa a preparar platillos suculentos con las sobras de la nevera, así como a fascinarse cuando el rubio comía todo lo que le preparaba hasta dejar el plato completamente limpio. Era increíble pensar que aquel hombre hubiera sido alguien delicado a la hora de comer, ya que ahora probaba cualquier cosa – por extravagante o extraña que pareciera – que preparara el muchacho, sabiendo a la perfección que se trataba de los mejores manjares.

 

Iason cumplió con su promesa de traer a alguien para que se encargara de la limpieza del departamento una o dos veces por semana. Aunque al inicio Riki estuviera un tanto arisco con respecto a la idea, no pudo evitar encariñarse con Daryl, el “mucamo”.

 

- Conque éste es tu trabajo de medio tiempo.

 

- Así es señor Riki – Era un chico bastante educado y con aspecto delicado – Con esto me ayudo a pagarme mis estudios.

 

- Yo también tenía un trabajo de medio tiempo, pero ahora Iason sólo quiere que me enfoque en mi carrera… dime ¿Qué estudias Daryl?

 

- Contaduría pública.

 

- Fiu… - Silbó el muchacho - ¿Te gustan mucho los números?

 

- Si. Bastante.

 

- Eso es bueno. Siempre he pensado que el conocimiento es como un postre, si te gusta lo que vas aprendiendo querrás más y más hasta reventar… o hasta que te empalagues o se te piquen los dientes.

 

Daryl no pudo evitar ser contagiado por la sonrisa del muchacho.  

 

Pero lo que más adoraba Riki era ir en busca de su amado y llevarlo de regreso a casa. Podía ser su salvador de la monotonía, el que lo libraba de las garras de la opresiva vida en la oficina.

 

Cada noche compartida era mágica y el despertar cada mañana y darse cuenta de que el otro estaba al lado… era una sensación difícil de describir.

 

Ciertamente vivir junto a Iason era todo un idilio romántico.

 

Más una vez Raoul Am – el mejor amigo de Iason y compañero de trabajo -, tocó la puerta del departamento y grande fue su sorpresa cuando Riki le abrió.

 

- ¿Qué haces tú aquí?

 

- Yo vivo aquí – Mencionó con molestia. No le hubo gustado el modo despectivo con que lo miró el ojiverde.

 

- Ah Raoul… pasa – Llamó Iason desde adentro.

 

- He traído algo para beber  – Mencionó al hallarse con su amigo.

 

- Siéntate por favor – Invitó - Riki ¿Puedes servirnos un poco de lo que ha traído Raoul?

 

- Si, claro – Tomó la botella y fue hasta la cocina.

 

Ya solos, el Am frunció el entrecejo.

 

- ¿Me puedes explicar que significa todo esto?

 

- ¿Cómo así?

 

- ¿Qué hace tu chofer en tu casa?

 

- Ya no es mi chofer – Mencionó con naturalidad – Es mi amante.

 

- ¿Ah? No lo puedo creer. Debes de haber perdido el juicio.

 

- Je je ¿Por qué? Sabes que Riki siempre me interesó desde el primer día.

 

Riki se detuvo al darse cuenta de que hablaban de él. Permaneció atento, expectante a las palabras de Iason. Después de todo, aun tenía tiempo de alejarse del rubio si se enteraba que estaba jugando con él.

 

- Si, pero pensé que era un capricho. Algo que se te pasaría tarde o temprano… nunca me contaste que habías tomado una decisión tan radical como traértelo a vivir contigo.

 

- Jum… eres demasiado conservador - Sonrió – Por eso no te he contado nada más desde entonces. Estaba seguro de que si te decía que me he enamorado de Riki, que lo quiero… te espantarías o terminarías burlándote de mí.

 

- ¿Que qué? ¿Iason…. hablas en serio? – No se lo creía - ¿De verdad tú estás…?

 

- Rotundamente. Yo quiero a Riki.

 

El moreno se sintió el ser más feliz del mundo. Tuvo que hacer acopio de su emoción.

 

- “Bien… si las cosas siguen así no me sorprendería que un día de estos me pidiera matrimonio ¡La guinda en el pastel!” – Pensó Riki con una sonrisa de oreja a oreja – “¿Pero en qué cosas estoy pensando? Si apenas llevamos un par de meses juntos… tengo que dejar de ver telenovelas y mirar programas más instructivos” – Salió de su reflexión y se fue a servir los tragos.

 

 

 

Continuará…

 

 

Notas finales:

 

Kya!! Nada como el nidito de amor ^w* (inner: so desu ne *.* ) aunque ciertamente, tanta cursilería entre esos dos sólo puede ocurrir en fanfics je je gracias a kami sama por ellos, porque ahí las escritoras locas y cursis como yo, nos desquitamos con todo lo que las autoras originales nos negaron ja ja x,D en fin, muchísimas gracias corazones por haber leído el capi y a todo aquel que se anime a dejar su reviewcito n_n besos dulces y empalagosos!! Bye Bye!! 

 

 


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