Aomine me acaricio tiernamente haciéndome estremecer por completo, cada caricia que me hace me vuelve loco.
De alguna forma logre dejarlo debajo de mí y aun sonrojado como un tomate tome fuerzas de no sé dónde y le bese, lo bese como nunca… en sus labios, en su cuello, en su torso, y en muchos lugares más… me sentía tan feliz y nervioso, a pesar de que él estaba enfermo vino a buscarme y no se quedó con él… eso demuestra su amor ¿verdad?
-Tetsu…- me nombro acariciando mi rostro de forma tierna.
-A-Aomi…- me callo con un beso, se había levantado con tal rapidez para solo besarme y replicarme –Daiki… Vamos dilo Tetsu… Daiki…- dijo despegando sus labios de los míos.
-D-Daiki…- le obedecí sin titubear para luego besarlo castamente.
-Tetsu…- dijo él sacándome mi remera, tocando con tal delicadeza que lleno mi corazón de amor, y sin darme cuenta mi corazón se volvió loco, provocando en mis ojos unas repentinas lágrimas, pero, no eran de dolor, ni de frustración, eran de amor, lamio mis lágrimas para luego besar con amor mi frente, siguió acariciando mi torso y llenándome de calma, amor, felicidad, todas esas cosas que amaba sentir por él.
Comenzó a besar mi cuello mientras metía su mano por debajo de mis ropas inferiores… llegando a mi despierto miembro el cual ansiaba ser tocado por sus cálidas manos.
-Ah…Ngh- gemí pero, rápidamente fui callado por sus labios –Si haces eso… entonces no podre… contenerme…- me susurro para luego volver a besar mi cuello y dejar marcas muy, muy rojas en el… -S-Si… Daiki- le dije aferrándome fuertemente a él cuando por fin había comenzado a mover su mano, masturbándome, aunque… con la otra mano…me bajo el pantalón dejando mi glúteo al descubierto, metió dos dedos en mi boca y luego con ellos fue directo a mi entrada, poco a poco fue abriéndose paso con ellos, haciéndome gemir como la persona experimentada que soy en esto…
Aomine me hizo terminar en su mano y se limpió su mano lamiéndola y tragando todo el semen.
-¡N-No hagas eso!- le grite apartando su mano de su boca.
-¿Por qué? A mí me gusta, me gusta saber que esto es de Tetsu… me gusta sentir tu sabor agridulce…- me replico tomando mis manos y poniéndolas en su rostro en forma de cariño.
-P-pero… es vergonzoso…- le susurre muy sonrojado.
-Lo se… Tetsu…- me dijo besándome tiernamente.
-Ngh…- gemí ya que acompañado del beso quito sus dedos de mi interior causándome una placentera sensación en mi entrada. Después de besarnos se las arregló para dejarme nuevamente abajo y una vez puestos en esa posición Aomine se bajó su pantalón mostrando su gran erección.
-Está ansioso de entrar en ti…- me dijo con una risita en sus palabras.
-Si… lo se… y yo estoy ansioso por esperarlo tanto…- le dije sin darme cuenta, le deseaba realmente.
Aomine rio suavemente y poso mis piernas sobre sus hombros, con una de sus manos sostenía una de mis piernas y con la otra se ayudaba a sí mismo a entrar en mí, después de lograrlo, comenzó con sus embestidas fuertes y llenas de pasión, ambos gemíamos llenos de excitación, llenos de todo…
-¡Ah!... más….m-más ¡Ngh!- le pedí aferrándome a él, cambiando un poco nuestras poses, baje mis piernas y las a como de costado, de esa forma pude traerlo hacia mí y abrazarlo como quería, gemía tan fuerte que puse mis manos en mi boca para callarme, pero Aomine frunció un poco su ceño y comenzó a embestirme con más fuerza, por lo que no pude callar mis gemidos.
-¡Ah! ¡Ngh! ¡Hya! ¡D-Daiki! ¡Ngh!- gemía sin poder controlarlo, me sentía tan bien.
-No vuelvas a intentar callar… Ah… tus… gemidos- dijo jadeante y con voz ronca.
-E-entendido… ¡Ngh!- le dije como pude, entre gemidos y jadeos era difícil hablarle.
-T-Tetsu… Ah… v-voy a terminar dentro tulló…Ngh…- me aviso con esa sexy voz suya, yo solo asentí y me aferre a él.
Al poco tiempo término dentro de mí como había dicho pero, yo termine al mismo tiempo que él por lo que Aomine se sorprendió y sonrió, yo estaba realmente exhausto más que el…
Por lo que Aomine me cargo en sus brazos y me llevo a mi cama, una vez en ella me limpio y me beso, luego de eso pude visualizar que se terminó de poner sus pantalones y se recostó al lado mío, nos tapó y me abrazo…
No sé cuándo pero, me quede dormido.
Y lo único que pasaba por mi cabeza era que en realidad no había recibido respuesta alguna y que tal vez él realmente me mentía, pero, no quise escucharme y solo ignore mis pensamientos, sabía que solo eran mis celos engañándome nuevamente.
Oh eso quería creer.
Bueno, como pareja de Aomine debo confiar en él sin ningún problema…
¿verdad?