Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sin rumbo - RAG2 por CrystalPM

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Tras el siguiente puñetazo James sintió el sabor metálico de la sangre inundando su boca y su mirada se distorsionó unos segundos. << ¡Lucha!>> Movido por una fuerza de voluntad que no era la suya alzó el brazo derecho para poder desviar el siguiente puñetazo, bloqueándolo con el antebrazo. Luego, aprovechando el hueco desprotegido que había dejado su oponente, impulsó su puño izquierdo contra la barbilla del muchacho en un golpe ascendente. Se produjo el choque hueso con hueso. El castaño pudo sentir su muñeca quejándose de la postura forzada para dar el golpe. Un intenso dolor recorrió su brazo, propagándose como un latigazo, pero al menos hizo efecto, el muchacho de pelo cobrizo cayó desplomado al lado de James, respirando con fuerza debido a la falta de aire.


James aprovechó el momento, ignorando el dolor en su mano hizo esfuerzos por levantarse. Con la manga roída de su camisa se limpió los restos de sangre y comprobó aliviado que sólo se trataba de un corte interno en la mejilla. Podía continuar.


El soldado volvió a mirar a su oponente, aquel golpe con suerte habría bastado para dejarlo inconsciente, igual que había hecho con el amigo de Andrés, pero parecía que la suerte no le sonreiría aquella noche ya que el chico se removió en el suelo, intentando enderezarse. 


James dejó escapar el aire de golpe, intentando relajarse. Tenía que acabar con eso pronto y de repente volvía a sentir que no podía permitirse perder. "Lucha"


Esperó a que el muchacho se consiguiese levantar, incapaz de atacar a alguien mientras estuviese distraído y vulnerable. Cuando por fin el chico de pelo cobrizo consiguió sostenerse en pie ambos se observaron sin hacer nada, envueltos en el calor de las antorchas y los gritos de los espectadores. A pesar de que el que había recibido todos aquellos puñetazos había sido James, el otro muchacho parecía más agotado y demacrado. Respiraba entrecortadamente y le costaba mantener el equilibrio: la pelea no duraría mucho más. De nuevo el soldado sintió remordimientos por haber metido a aquel chico en ese lío. "Prometo que conseguiré acabar con todo esto rápido para poder sacarte de la casa roja" 


De nuevo fue el de pelo cobrizo quien inició el ataque, abalanzándose a por James. Este tuvo que dar un salto hacia atrás y chocarse con la malla de metal para poder evitar el puñetazo, pero aquella evasiva consiguió hacer que el contrincante trastabillase y perdiese el equilibrio. 


El soldado no perdió más tiempo, con el impulso de todo su cuerpo pateó con fuerza el estómago del chico, este instintivamente se dobló a causa del dolor, dejando al descubierto la parte de atrás de su cabeza. No dudo, sintiendo sus tripas retorcerse por verse obligado a luchar de esa manera el soldado soltó un codazo con todas sus fuerzas contra la nuca del muchacho, haciéndole caer al suelo de una sola vez. 


Se hizo un silencio en la sala, todo el mundo atento a una posible reacción por parte del de pelo cobrizo, pero la reacción no llegó. Los oídos de James zumbaron con el estruendo de gritos y maldiciones que inundaron la sala. Los ojos del chico se movieron solos a través de la sala, en busca de Christian, pero no vio al pelinegro donde, minutos antes, le había suplicado que luchase. Una sensación de agobio embargó al de ojos verdes, que intentó buscar su rostro entre las caras desconocidas. "¿Dónde está?" 


En aquel momento la puerta de metal que separaba a los dos combatientes del público se abrió, y Axel entró en el ring con los brazos abiertos y una sonrisa tan escalofriante como su mirada. 


Detrás suyo entró Nico y James no pudo evitar suspirar tranquilo al ver que la tercera persona en entrar era Christian. Este se acercó a él sin mostrar ningún tipo de emoción en el rostro y James se forzó a sí mismo a no mirarle mientras lo hacía, consciente de que Axel seguía ahí. 


El causante de toda aquella atrocidad le miraba detenidamente y aunque la sonrisa seguía paralizada en su rostro James podía distinguir relampagueos de furia en sus ojos. Axel no estaba contento, nada contento.


—Me gustas, muchacho— Aseguró a la vez que recorría con la mirada el cuerpo del soldado—. Pareces delgaducho y enclenque, pero tienes cerebro, eso no se lo esperarán. Que vuelva a la casa principal, quiero que este fresco para la próxima pelea— Ordenó sin mirar a nadie en particular y James sintió alivio de no tener que intercambiar ninguna palabra con él.


La mirada del hombre bajó hasta posarse en el muchacho que seguía tumbado en el suelo, parecía que por fin había recobrado el sentido de sí mismo y se removía en la arena, intentando enderezarse.


—No puedo decir lo mismo de ti, me temo— Sus palabras, aunque suaves, parecían estar hechas de veneno puro. Un mal presentimiento dominó a James al ver como el muchacho se estremecía al escuchar la voz de su jefe. Con una violenta patada Axel obligó al muchacho a darse la vuelta, volviendo a tumbarle en el suelo debido al sobre esfuerzo. James dejó escapar un sonido entrecortado de furia ante aquel gesto, pero la mano de Christian repentinamente aferrando su muñeca le recordó que sería mucho peor decir algo. Sólo pudo mirar el rostro agotado de aquel muchacho y cerrar los puños con fuerza "Se desahogará y te llevará a la casa roja, luego te podré salvar. Aguanta un poco, por favor"


Axel se acercó un poco más y se inclinó quedando de cuclillas al lado del muchacho, que tosía violentamente a la vez que intentaba arrastrarse ligeramente para quedar más lejos del hombre.


— Dejarte ganar por el novato— James nunca supo dónde tenía guardada la daga ni cómo fue capaz de sacarla con tanta rapidez, pero antes de que nadie pudiese si quiera pestañear el jefe ya había apuñalado al muchacho en el pecho—. No me sirves para nada si eres tan inútil. 


El grito de James se camufló entre las exclamaciones del público eufórico y Christian tuvo que pasar las manos alrededor del menor para que este no se abalanzase sobre Axel. 


—¡Suéltame!... yo... ¡Yo...!— "Le voy a matar" Era lo único que podía pensar James en aquel momento, pero Christian no le soltó. Al lado de ambos muchachos apareció la figura de Nico, con un rostro más serio de lo normal.


—Llévatelo, Christian. Se acabó el espectáculo— El pelinegro que luchaba aún por mantener al soldado quieto asintió y se apresuró a sacar a James de aquel lugar, sin dejar de aferrarle en ningún momento mientras pasaban por la marabunta de gente y subían las escaleras. Nico permaneció al lado de Axel, que limpiaba la daga con un pañuelo bordado con gesto aburrido—. ¿Por qué le has matado? 


El hombre se incorporó y volvió su mirada hacia el peliblanco mostrando una sonrisa peligrosa.


—¿Tienes alguna queja sobre mis decisiones? 


El tono de voz de Axel sonaba amenazante y Nico supo que debía medir su respuesta con cuidado. El muchacho hizo una mueca de desinterés y se encogió de hombros, los sentía mucho más pesados que de costumbre.


—Podría haberte servido para la casa roja— Musitó. 


Axel rompió a reír con fuerza, aunque Nico no apartó la mirada del cadáver bajo sus pies.


 


 


Christian condujo a James con firmeza por los pasillos de la casa hasta llegar al exterior, donde el frío de la noche golpeó sus pulmones con una ráfaga de viento. Fue entonces cuando el muchacho dejó de oponer resistencia, lejos del tumulto de gente y sin la imagen de Axel cerca James comenzó a sentir como su cordura empezaba a derrumbarse y todo su cuerpo comenzó a dar sacudidas incontrolables.


—¿James? —El pelinegro posó las manos a ambos lados del rostro del muchacho y se inclinó para dejar su rostro a la altura de la del soldado—. ¿James, me oyes? 


El menor no dejaba de temblar. Su voz sonó quebrada al intentar hablar y las lágrimas empezaron a caer descontroladas por sus mejillas. 


—Si yo no hubiese ganado... si no hubiese ganado él seguiría...—Adivinando sus pensamientos Christian le abrazó con fuerza impidiendo que siguiese hablando.


—Si no hubieses ganado te habría matado a ti, James—Las palabras de Christian sonaron graves, aunque James no lo supiese él también luchaba por controlar los temblores—. No ha sido tu culpa, nada de esto es tu culpa. 


"Mentiras" La imagen de aquel muchacho de pelo cobrizo volvió a su mente y supo no podría huir de ella. El castaño se aferró con más fuerza a Christian. cerró los ojos y dejó que el calor del mayor le acunase por primera vez en mucho tiempo.


 


 


Lo siguiente que recordaba el castaño es abrir los ojos en una habitación desconocida. Las paredes eran demasiado brillantes para sus ojos y la luz entraba gracias a un amplio ventanal. Alguien se había molestado en meterle en una cama bastante más mullida que la que solía usar. James sintió a alguien moviéndose a su lado.


—Gray, ya se ha despertado— Al girar la cabeza para poder mirar a Christian con más facilidad sintió como los músculos del cuello se quejaban adoloridos. El pelinegro, al notar sus intentos de moverse se acercó más al menor para entrar fácilmente en su campo de visión—. No te muevas demasiado, soportar tantos puñetazos te dejó muchas contusiones.


Pronto también pudo ver a Gray, de pie al lado de Christian. Ambos muchachos le miraban con preocupación en los ojos. 


—¿Qué tal te encuentras? —preguntó el rubio. 


¿Cómo se encontraba? Le dolía todo el cuerpo, especialmente la muñeca izquierda, que notaba extrañamente pesada e incómoda por no hablar de las imágenes que seguían fluyendo por su mente. 


—Estoy bien—mintió mientras, sin seguir el consejo de Christian, se removía para poder erguirse. Tanto Christian como Gray se apresuraron a acercarse para detenerle. 


—Ten cuidado, creemos que te lesionaste la muñeca, está vendada, pero no deberías apoyarte en ella por el momento— El soldado dejó escapar un gruñido, pero no intentó luchar más por conseguir enderezarse.


—¿Dónde estoy? —Si al menos no le permitían mejorar su campo de visión podrían resolverle alguna de las dudas que rondaban en su mente y mantenerle distraído de otras muchas en las que no quería pensar.


—Sigues en la casa principal. Decidieron dejarte en una habitación aparte hasta que despertases en vez de meterte en vuestra habitación compartida.


—¿Quién lo decidió? —El rostro de Christian pareció endurecerse.


—Nico y Axel —James entendió su reticencia, recibir hospitalidad de aquellos dos no podía significar nada bueno. 


—Peleas a muerte— musitó Gray en voz baja—. Cuando piensas que este sitio no puede ser más despreciable va y te sorprende.


—Estamos...—El soldado carraspeó y bajo el tono de voz a uno casi imperceptible— ¿estamos solos? —Christian y Gray compartieron una mirada de comprensión y asintieron a la vez. James suspiró, no habría mejor momento para decirlo que ahora—. No puedo seguir con la misión. 


Ninguno de los dos chicos dejó mostrar alguna expresión de acuerdo o oposición, aunque Gray sabía que Christian llevaba esperando ese momento mucho tiempo.


—Quería esperar y aguantar todo lo que viniese hasta dar con el contacto que mandó a Axel realizar los actos terroristas, pero no puedo aguantar sabiendo que hay gente que esta muriendo por su capricho. Tenemos que detenerle antes de que esto continue, aunque implique no capturar al terrorista.


Gray dejó escapar un suspiro teatral.


—Bueno, ya había supuesto que tendríamos que cambiar de planes a medida que fuésemos descubriendo cómo funcionaba esta casa. Al igual que antes, estoy contigo. 


James esbozó una sonrisa que no llegó a más a causa de los pinchazos que acudían a su rostro al intentar moverlo. Luego se volvió a Christian con una mezcla de cautela y expectación en la mirada, el ojiazul le sostuvo la mirada y ambos se contemplaron a los ojos en silencio por unos instantes. En aquel momento el castaño se dio cuenta de que llevaban cogidos de la mano durante toda la conversación. 


—Dije que lo conseguiría, con tu ayuda o sin ella— No había malas intenciones el las palabras de James y Christian lo comprendió.


—Tienes mi ayuda, toda de la que pueda disponer—La mirada del muchacho brilló unos instantes y al asentir sus facciones se habían vuelto más seguras de sí mismas. 


—Tenemos que contactar con Jenna este viernes, decirles lo que ha pasado y planear una emboscada para capturar a Axel. 


La expresión de los dos ladrones cambió en cuestión de segundos de la seguridad a... ¿La culpabilidad? Gray se llevó la mano a la nuca y dejó escapar una mueca.


—Bueno... querrás decir el próximo viernes—James parpadeó confuso—Hoy es sábado, has estado durmiendo dos días.


—¿¡Dos días!? ¿Tenemos que esperar una semana entera? —Exclamó horrorizado ¿Cómo había podido dormir dos días enteros? La mueca de Gray se acentuó.


—Puede que influyesen un poco los tranquilizantes que te di para soportar el dolor...sí... lo siento por eso—James sacudió la cabeza incrédulo.


—¿Y por qué no fuisteis vosotros a hablar con Jenna mientras yo estaba dormido?—Christian carraspeó y se levantó de su sitio, de repente incómodo.


—Eso fue culpa de Christian que no quería separarse de...¡Auch!— El pelinegro agarró al rubio por el cuello de la camisa antes de que siguiese hablando.


—Será mejor que vayamos a por unos vendajes nuevos ¿Verdad, Gray? 


—¡Sí! Verdad, verdad...— Ambos muchachos salieron atropellados de la habitación y ambos suspiraron al unísono cuando se vieron libres de la mirada inquisitiva del soldado.


—¿Por qué siempre tienes que abrir el pico de manera tan catastrófica? —Se quejó Christian llevándose una mano a la cabeza. Su amigo el rubio dejó escapar unas risitas.


—Es un defecto de fabrica... Estarás contento, ¿no? —Christian le miró sin comprender—, has conseguido lo que querías. James terminará la misión y volverá a estar seguro.


El pelinegro rechinó los dientes con furia.


— ¿Crees que me alegra que haya recibido una paliza para darse cuenta? Precisamente esto es lo que quería evitar.


—Sólo una semana más—aseguró el rubio, y una sonrisa optimista se formó en sus labios—. Podemos sobrevivir durante ese tiempo.


Christian no estaba tan seguro de ello.


 

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).