Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Casanovas de hielo por Chiaki28

[Reviews - 335]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola chicos!! 

Lo hice!! Con lentitud puedo regularizar mi acoso; al menos he podido subir algo; eso es un merito para mi.

Pues cuidado casanovas que mientras más lo niguen más duro se estrellaran.

Espero que les guste

Takano Pov

Hacerlo caer; abandonarlo después de que pudiera profanar ese seductor cuerpo; lograr que jadeará mi nombre para desaparecer cubierto por el solitario manto de la oscuridad; intoxicarlo y luego dejarlo envenenado sobre una barata cama de hotel, convertirme en su castigo; conseguir que cada uno de sus sentidos ruegue por mí; eso es lo que nosotros dos estamos buscando con estas sanciones; inyectar nuestro letal elixir para después largarnos sin remordimiento alguno y desampararlos con una dolida expresión de arrepentimiento en sus perfectos e ingenuos rostros.

Convertirnos en el castigo y robar emociones es lo que hemos estado buscando con esos dos; entonces ¿Por qué ahora me quiero retractar? Sé que no soy bueno para Ritsu; que lo destrozare y se decepcionara de mí; mis victimas siempre al final de nuestros encuentros acaban con una mueca lastimero y su corazón fragmentado; estoy consciente de eso; pero por alguna razón imaginar como esos ojos verdes se apagan por mi culpa logra que un punzante y despiadado malestar recorra sin piedad alguna todo mi cuerpo.

Esto está mal; estoy adquiriendo demasiadas turbaciones por Onodera; no debo olvidar que él tan solo es una conquista pasajera; él no debería tener ninguna relevancia en mi existencia; sin embargo, al conocerlo, al ver sus aspiraciones, al impregnarme con esa personalidad tan encantadora que esconde me ha sido imposible no caer rendido debajo de él.

Puedo apreciar como estoy cavando mi propia condena con esta clase de pasiones; yo soy un casanova, no es posible que me este enamorado de un chico; yo no hago eso; tan solo busco el éxtasis entre los gemidos y el sudor ajeno; además ese joven tiene una pareja que lo quiere mucho; como me enferma sentirme así de patético por ese hombre; como me odio por tener esta clase de pensamientos recelosos acerca de ellos dos.

Me enfada cuando Ritsu esta con el imbécil de su novio; me irrita cuando en el bar los demás le sonríen; me jode como es tan ingenuo y no se da cuenta de las verdaderas intenciones de esas ratas; maldigo que esto me pase.

Puedo distinguir como Nowaki está transcurriendo por el mismo deplorable ciclo que yo, él ha cambiado desde que Hiroki llego a su vida; se ha vuelto más alegre y preocupado; tiene un brillo distinto en su mirar y ese egocentrismo desaparece con sutileza mientras los celos que enseña comienzan a aflorar por su piel.

Es malo que nos ilusionismos con esos dos; ambos sabemos que tan solo estamos jugando, haciendo un lindo desastre con nuestros adorables castaños; no obstante; ya no podemos ni si quiera respirar con tranquilidad si no estamos cerca de nuestras víctimas; ellos se han vuelto tan adictivos que nos aterra; indispensable, tóxicos, son una droga necesaria para poder seguir respirando; debimos planificar mejor las cosas antes de imponernos un castigo por voluntad propia.

Yo odio el amor; esa palabra implica percibirse mal cuando la otra persona no sonríe, estar todo el día pendiente de ese alguien especial; querer protegerlo; yo no codicio hacer eso; no quiero verme obligado a subsistir para seguir el destino que otro me imponga porque si lo hago abre perdido el control de las únicas elecciones que he tomado en estos destrozados y condenados rumbos que he escogido perseguir.

Mierda; estoy cayendo por él; lo puedo sentir, sé que esta farsa de negar lo obvio no nos va a durar ni a mí ni a la víbora de ojos azules mucho tiempo más; por eso necesitamos que ellos se entreguen rápido para poder pretender que jamás existieron y largarnos por siempre de su subsistencia; no puedo perderme con una presa más.

“Como lo odio” Mascullo entre dientes el joven de cabellos negros mientras arqueaba el ceño; una pequeña sonrisa se grabó en mis labios al saber perfectamente quien era el objeto de desprecio de esos enamorados ojos zafiros.

“Él no ha hecho absolutamente nada malo para que lo trates con ese gélido” Lo contradije caminando hasta la estación de trenes en donde por primera vez en muchos días nos deberíamos separar y tomar rumbos distintos.

“Tsumori es una rata; deberías ver cómo lo observa en clases; me repugna ese hombre, las cosas que se debe imaginar con mi víctima, como lo detesto” Pregono con desdén sin dejar que su rostro se relajara.

“Según que me has contado él parece ser un buen estudiante” Musite entrelazando nuestras miradas de manera arrogante “¿No será que tienes celos de ese hombre?” Le pregunte con una expresión divertida provocando que el chico de orbes zafiro me mirara con la boca abierta ante la incertidumbre.

“No es eso” Me condijo un poco confundido sin ser capaz de poner en palabras sus preocupaciones y expresármelas “Pero me jode que ande revoloteando a su alrededor como si mi presencia no le importara, es un maldito casanova” Rodee los ojos sabiendo que aquellas mentiras eran pronunciadas tan solo por despecho e impotencia.

El chico de cabellos rubios no es un conquistador que sale cubierto por la oscuridad para salir a cazar; Tsumori al contrario de nosotros es un hombre decente con grandiosas notas y el favoritismo de Hiroki; ese es el motivo por el cual mi cómplice se profesa tan frustrado; porque el oji café tiene la atención de algo que proclamo como suyo; pero yo no soy quien para burlarme, después de todo me siento de la misma manera con Ritsu.

“Entonces hoy Onodera no ira a la universidad” Especulo en voz alta logrando que una fuerte punzada se clavara en mi pecho.

“No” Murmure con melancolía observando con falso interés el suelo de la estación “Él ira a una cita con su novio y después a trabajar al bar” Proclame con fastidio escupiendo con asco esas palabras de mi garganta.

“Detecto celos” Se mofo el menor golpeándome con cariño el hombro regresando a su semblante egocéntrico.

“No te metas en ese juego porque te puedo ganar” Le advertí conociendo su naciente debilidad por Tsumori.

“Bien; estamos a mano” Murmuro parándose al frente mío “Yo iré a proteger a mi Hiro-san de ese impostor de cabellos rubios así que nos vamos a separar acá; nos vemos en un par de horas en el bar para seguirlos asechando y persistiendo hasta que ellos caigan ante nuestro innegables encantos” Pregono el chico de orbes zafiro con seguridad sin vacilar en sus palabras o temblar ante sus propios y maquiavélicos planes.

“Nos vemos en un par de horas” Declare con una sonrisa divertida ante esa excitación que pocas veces me enseñaba el menor; él realmente está cambiando por ese chico aunque ni si quiera se percata de sus mejorías, me alegro que pueda volver a sonreír por alguien más y que de a poco su corazón se esté abriendo.

Sin intercambiar otra palabra me subí al vagón de tren para perderme en mis propias ensoñanzas sobre esos preciosos ojos verdes; pronto las vacaciones que Nowaki y yo habíamos ganado por nuestras notas se terminarían y no podríamos pasar tanto tiempo con ellos como lo anhelábamos; eso nos dificultara muchos las cosas con nuestras víctimas.

Me senté con pesadez en uno de los asientos vacíos del vehículo para apoyar mi cabeza en el respaldo y revolver mis cabellos con molestia; gracias a que Ritsu trabaja medio tiempo hemos podido pasar mucho tiempo juntos conociéndonos; hablando sobre nuestras esperanzas y nuestras pasiones; eso me aterra; que él sea quien se adentre en mis pensamientos y me ciegue con su suave tacto, que él se haya convertido en mi condena; eso me asusta demasiado.

Me da mucho miedo como con cada palabras y mirada que intercambiamos él me gusta más; más deseo tengo de poder tocarlo y abrazarlo; esto está muy mal; yo ya sé que tan solo lo quiero para jugar un rato en la cama; sin embargo, las aspiraciones que poseo de estar con él se han profundizado más allá de un mero placer por sexo ¿Qué diablos está pasando conmigo? Esto no estaba planificado de esta manera; esto no debería ser así.

Ritsu se casara con es hombre, él mismo me ha dicho que han planificado un futuro juntos, no obstante, esa idea logra que toda mi sangre arda y una inmensas ganas de gritar nazcan en lo más recóndito de mi pecho; cuando él dice cosas como esas puedo sentir como me están quitando algo precioso, como sí me amenazaran con robarme el tesoro más grande que jamás he tenido; no soporto todo esto.

Me estoy perdiendo; al igual que Nowaki ni si quiera me percato de lo profundo que esos ojos esmeralda me están enterrando; nosotros hemos sido los únicos quienes se han extraviado en su propia casería; cada día nos volvemos más dependientes; cada segundo que pasa nuestros cuerpo más necesitados se ven de los suyos y nuestras mentes más centradas se profesan de sus dulces voces; mierda; debemos detener esto antes de que sea muy tarde.

El ruido del altoparlante anunciando mi parada me saco de mis divagaciones; con angustia me levante del asiento para caminar al restaurant en donde esos dos se habían puesto de acuerdo para ir a comer en una velada romántica.

Mis cejas se arquearon al vislumbrar como mi lindo castaño estaba riendo con una inocente sonrisa ante el despreciable hombre de cabellos rojizos; todo mi coraje se desata cuando los veo juntos; aborrezco que alguien más acapare esas expresiones que yo autoproclamé como si fueran mías, no permitiré que me lo quiten sin dar la batalla antes.

Con sutileza me senté en una mesa cercana en donde podía escuchar a la perfección la conversación que esos dos llevaban y observar con atención cada uno de los gestos que intercambiaban con la intención de descifrara mis obvias pero renegadas pasiones por esos hermosos ojos de color esmeralda.

“No lo sé Shin; me pone nervioso dar un paso tan grande” Murmuro mi linda victima bajando la mirada con algo de vergüenza; apreté con rabia la servilleta al observar como un tierno rubor que me pertenecía se hacía presente en sus mejillas.

“Ritsu; yo te amo; llevamos meses planificando nuestro futuro; confía en mi” Le pidió el cínico hombre de ojos escarlata sonriéndole con un falso cariño mientras su áspera mano tocaba la suave palma de mi presa.

“Lo sé” Pregono con algo de sumisión el menor logrando que mi cuerpo se estremeciera ante sus gestos y una tortuosa duda naciera en mi alma; eran pocas las veces en que lo podía ver tan preocupado; algo malo debía estar ocurriendo.

“No dudes de nuestro plan; primero nos mudamos juntos; luego nos casamos; adoptamos un lindo niño y somos una familia feliz” Cantoneo con seguridad el mayor; sin poder resistir más esa enfermiza escena me levante de manera altanera de mi mesa acercándome hasta la de Onodera; le dejaría claro las reglas a este hombre.

“¿Les importa si los acompañó?” Pregunte con malicia sonriéndole con insolencia al despreciable novio del castaño.

“Takano-san; ya déjame en paz” Se quejó el menor frunciendo de manera infantil el ceño; omitiendo todos sus reclamos decidí sentarme al lado de mi Ritsu para marcar mi territorio como si fuera alguna clase de animal receloso.

“EL acosador de mi pareja” Me presentó Haitani con una mueca torcida “¿Cuándo dejaras que Ritsu y yo tengamos una cita normal?” Me interrogo con malicia sin liberar la mano del más bajo mientras me contemplaba con hipocresía como si me estuviera restregando en el rostro que la batalla por mi castaño ya la había perdido.

“Cuando Ritsu se rinda ante mis encantos” Pregone de manera galante pasando uno de mis brazos por los hombros del menor “¿Y de que estamos hablando?” Interrogue divertido a Onodera quien me observo con una inmensa angustia reflejada en sus ojos logrando que mi corazón se oprimiera ante tan dolidas expresiones.

“Es un tema un tanto personal” Me indico mi presa temblando ligeramente debajo de mi brazo; no me agrada verlo de esa manera, me gusta que se profese nervioso cerca de mí pero no con esa clase de expresiones en su inocente cara; porque cuando él se ve deprimido algo en mi interior me comienza a lastimar.

“¿Un tanto personal?” Murmure por inercia sin ser capaz de dejar de vislumbrar sus enigmáticas orbes verdes; puedo percibir como estoy cayendo en este hechizo que él me ha impuesto; como me esta conquistando mientras mis pecados me atacan con estos castigos que los grilletes de mi pasado me han impuesto.

“Ritsu se ira a vivir conmigo en un par de días; queremos formalizar nuestro romance y llevarlo a un nivel superior para después casarnos” Mis ojos se abrieron con sorpresa mientras en mi boca mis reclamos morían agotados por la angustia que nacía en mis propias divagaciones ante las desesperanzadoras imágenes que se creaban en forma de quimera por temor.

Sé que no soy nada del castaño para reclamarle y exigirle explicaciones; tan solo estoy manejándolo como si fuera una especia de muñeco; solo lo quiero romper; sin embargo, que su estúpido novio pase a llevar así su voluntad y decida esas cosas en contra de su consentimiento es algo que no permitiré; aunque yo no he salido con Onodera seis meses como ese infeliz puedo observar como el miedo esta tatuado en sus expresiones y la inseguridad reflejada en los leves temblores de sus labios; su pareja es un maldito desconsiderado.

YO soy una escoria viviente, un pecado encarnado en la piel de un hombre, el diablo de ojos miel; soy malo; soy una asesino de amores, no obstante; pese a todos los nombres que se me han impuesto por mis errores; yo jamás me atrevería a lastimar a alguien que profeso importante para mí; porque si Ritsu fuera mi novio me tomaría las cosas con calma, lo seduciría con lentitud y lo amaría como si no hubiera mañana, le daría el tiempo que él necesitara para aceptarme; suspire ante lo iluso de mis pensamientos.

¿Pero qué carajo pasa con mi actitud? Shouta tiene razón yo soy un casanovas, no debo permitir que mis nuevas emociones controlen cada una de mis acciones al verme embelesado por mi victima; como Nowaki me ha explicado si permito que mi corazón lata con ímpetu delante de mi presa la batalla ya la habré perdido.

“¿Mudarse juntos?” Pregunte alzando una ceja con una destacable molestia “¿Te has preguntado si es lo que Ritsu quiere?” EL más alto bufo con rabia entrelazando nuestras miradas de manera desafiante.

“Por supuesto que quiere; es algo que llevamos planificando por meses; sé que tu jamás entenderás algo así como el compromiso por ser un maldito casanovas que se obsesiono con mi novio y no nos ha dejado tener una cita solos; pero las personas normales buscamos así el amor; no todos somos unos repulsivos que se acuestan con todo lo que camine” Pregono sabiendo que me golpeaba en cada una de mis debilidades, ansiado contemplar cómo me hundía en mi propio reinado.

“Tienes razón; no es algo que entienda” Murmure dolido sabiendo que esas frívolas verdades me las merecía por cada una de las lágrimas que obligue a las muchachas ingenuas a derramar por mí; este es mi castigo.

“Shin no hables de Takano como si no quisiera corazón; sé que no se llevan bien; pero me enfada que se molesten así” Me defendió el castaño permitiendo por primera vez que mi calor lo abrazara y mis pasiones lo alcanzaran.

“Amor; sé que te has encariñado con ese imbécil; pero me enfada como no tienes idea que te toque con tanta confianza viendo tú eres mío; cuando tú y yo llevamos meses de este hermoso romance; yo he tratado de ser paciente con lo nuestro, sin embargo, todos tenemos un límite, no abuses del amor sincero que te profeso” Le advirtió de manera suave el peli rojo acercando su mano hasta su mejilla.

“Shin sé que no me has querido presionar, yo prometo pensar bien las cosas, hare que esta espera haya valido la pena” Murmuro el menor con una ingenua sonrisa que agito con ímpetu mi respiración; estas reacciones que he desarrollado ante sus caricias; como mi cuerpo tiembla ante su cercanía; aunque deteste admitirlo comprendo la razón por la que me pongo de esta forma cuando se trata de ese castaño; no tengo remedio.

“Te amo Ritsu; debo volver al trabajo” Proclamo Haitani fulminándome con la mirada mientras depositaba un tierno beso en los dulces labios que había profesado como mío; la imagen fue tan repulsiva que deseaba correr al baño para calmar mis temores y permitir que mis enfados me hicieran explotar.

“Suerte Shin; te llamo en la noche” Musito el más bajo levantándose en la punta de sus pies para depositar un tierno beso en la mejilla de su novio.

“Tú voz es lo único que anhelo poder tener antes de ir a dormir; pero por favor piensa enserio lo de mudarte conmigo; no hay nada que ansié más a tener que abrazarte cada una de mis tardes y despertar contigo en las mañanas” Las mejillas de mi victima su ruborizaron sutilmente ante las descaradas palabras que el falso caballero le ofrecía en busca de tener una noche de lujuria y pasión con alguien que ya tenía dueño.

“Prometo darte una respuesta que valga la pena” Pregono con seguridad Onodera despidiéndose con la mano de su pareja.

“¿Te vas a ir a vivir con ese imbécil?” Le pregunte sin poder contener más mis efusiones mientras mi boca temblaba ligeramente ante mis propios miedos; esto de convertirme en alguien tan dependiente a mi víctima no me agrada, no lo quiero; no lo soporto, siento que me volveré loco en cualquier instante por su culpa.

“Pues así iba el plan original” Susurro apoyando su rostro en su mano con una notoria preocupación “Es un buen hombre, me ha tenido paciencia tanto tiempo, lo he dejado todo para estar a su lado; ya no debería vacilar, tengo mucha suerte de que me ame” Divago en voz alta provocando que mi corazón se estrujara ante sus sádicas confesiones; sangrar por alguien más así  lo detesto; yo no quería que esto ocurriera.

“Pero vacilas porque no estás seguro; porque idealizaste mucho las cosas” Proclame tomando su mentón para entrelazar nuestras miradas en una conexión profunda “Porque ya hay alguien más en cada uno de tus pensamientos” Admitir de manera arrogante deleitándome por ese color carmín que solo mis palabras podían encender con tanta intensidad.

“Takano; ¿Por qué rayos me sigues hasta en mis citas con mi pareja?” Me pregunto bastante molesto alzando una de las cejas.

“Porque eres de mi propiedad” Musite con seguridad provocando que su cuerpo temblara levemente “Porque desde que nos tocamos tú me has pertenecido; porque me deseas de la misma forma que yo a ti; porque soy el dueño de cada una de tus fantasías” Pregone con egocentrismo sabiendo que él lo negaría pese a tener razón.

“Te lo repetiré por última vez” Proclamo con fastidio “NI Hiroki ni yo nos acostaremos con ustedes, ya ríndanse y déjenos solos” Me pido el castaño con una sinceridad que fulmino lo que quedaba de mi manchado espíritu.

“Yo sé que me quieres, yo sé que deseas que te toque, que te bese; que te haga llegar hasta el éxtasis, delirar entre mis brazos, nublar cada uno de tus preocupaciones con mis tiernos tactos, acariciar como si el mundo fuese a estallar en un par de horas; ya no lo niegues” Murmure atreviéndome a tocar su entrepierna sobre el pantalón provocando que un adorable y excitante gemido se escapara de sus labios.

“¿Pero qué mierda haces?” Me pregunto exaltado intentando en vano empujarme lejos de su cuerpo al haberlo acorralado en contra de la butaca en donde estábamos sentado juntos; sonreí con satisfacción al ver que no había nadie más en local; por fin Onodera estaba a mi merced; yo necesito transmitirle de alguna manera mis pensamientos y mis emociones; debo hacerle saber de mis confusiones.

“Hago que reacciones, quiero que sientas como mi tacto electriza todo tu cuerpo; tu pareja no logra hacer eso; porque no lo amas; porque el hombre que de verdad anhelas está al frente tuyo cumpliendo con cada una de tus sucias fantasías” Proclame con arrogancia acariciando con más intensidad esa molesta prenda.

“Ya basta” Me pidió apretando con poderío los parpados mientras mis manos acariciaban su desnudo torso en busca de tener más de esa seductora piel.

“No me puedo detener cuando tú eres con quien estoy; tú desatas al animal que trataba de mantener dormido; tú me enciendes, me provocas con tus gesto; con tus miradas acaparas toda mi atención; tú me gustas tanto” Proclame acercándome hasta sus labios para probar nuevamente esa dulce pero venenosa condena.

Sin poder detenerme mis manos seguían acariciando con lascivia su delicado pecho mientras mis labios recorrían hambrientos su boca en busca de marcarlo como si fuera algo mío; en busca de mancharlo como su fuera mi presa; mi víctima, mi tesoro,  mi más grande regalo; no permitiría que  alguien como Haitani me arrebatara mi droga.

Los tentadores gemidos morían en la garganta del más bajo al percibir como mis manos ansiaban juguetear con  su piel; mi lengua acaricio con intensidad la suya incontables veces degustado cada instante a su lado; absorbiendo el elixir que me ofrecía, mesclando nuestros sabores, cegándonos con esta poderosa toxina, condenándonos en un par de confusiones.

Sin detenerme mis labios se comenzaron a mover con ansias impregnándose con el sabor que me ofrecía Onodera para sellarlo con el mío y demostrarle de lo que era capaz de hacer por su amor; al encontrarme completamente perdido en todo lo que significaba Ritsu lleve mi mano hasta su trasero para apretarlo despertando a mi castaño del trance.

Mi altanera victima me mordió con poderío la lengua pateándome con la rodilla en el estómago logrando que un punzante dolor naciera en mi cuerpo mientras su ceño se arqueaba tratando de disimular lo enrojecido que se encontraba.

“Te dije que no me tocaras, te digo que tengo novio y tu continuas con tu acoso ¿Hasta cuándo Takano?” Me pregunto con rabia tratando de salir del local con un semblante molesto e incierto que me atrapo.

“Hasta que te entregues” Proclame como si fuera lo más obvio del mundo “Hasta que seas completamente mío; cuando te pueda marcar como de mi propiedad, cuando te pueda besar sin temor; abrazar sin recelo; ahuyentar a todos tus pretendientes con alguna autoridad de peso; cuando es ocurra podrás ser libre” El chico de ojos verdes entrelazo nuestras miradas con confusión dejando de escapar de mi lado.

“Si dices esas cosas comenzare a pensar que te gusto y que esto no es tan solo un  juego; no me ilusiones de esa manera” Me advirtió comenzando a caminar hacia el bar; al no poder contestar me limite a seguirlo dándole la mano con miedo.

Como desearía decirle las verdades que mi alma exclama con desesperanza; gritarle algo así como; creo que si me gustas, creo que te amo pero soy muy cobarde para admitirlo; no te mudes con él porque si lo haces romperás el frágil pero estoico corazón de este casanovas; me molesta cuando le sonríes a alguien que no soy yo; quiero ser el hombre que te abrace en las mañanas; prometo arriesgarme; como desearía tener el valor de decir algo así; pero no lo tengo.

Siento que por alguien como Onodera podría cambiar, sin embargo, tengo miedo; Nowaki me ha advertido que en el amor lo único que se hace es perder, es apostar tus pasiones para que la otra persona las aplaste sin piedad alguna al frente de tus lastimadas manos; no quiero que Ritsu me decepcione de esa manera.

Soy solo un casanovas, no debo permitir que mi imaginación me fuerce a perderme en una hermosa pero inexistente utopía; Onodera no me ama; él piensa que tan solo estoy jugando con él y no lo culpo; ya es muy tarde para arrepentirme de todos los errores que he cometido; la fama ya está trazada y las cartas jugadas.

Nowaki y yo no hemos sido los mejores hombres; lo admito nos hemos comportado como un par de descarados quienes se han auto-otorgado el derecho de travesear con las emociones de los demás como si estas no se pudieran quebrar; nos equivocamos y ahora el juego se nos ha dado vueltas forzándonos a amar a quienes no podemos tener; todo esto es una mierda, odio tener esta clase de debilidades.

Al ingresar al bar me encontré con mi amigo quien tenía una mueca de tristeza grabada en sus labios y un aura cansada a su alrededor; sin quitarle la vista a mi linda presa decidí acercarme al peli negro en busca de una explicación.

“¿Y esa cara? ¿Qué vienes de un funeral?” Le pregunte alzando una ceja mientras el menor apretaba con ira la jarra de cerveza que tenía entre las manos.

“MIRA” Grito exaltado apuntándome a un rincón del bar; mis ojos por inercia buscaron entre las personas encontrándome a su presa atendiendo al hombre de cabellos rubios quien le sonreía con galantería provocando un sonrojo en sus mejillas.

“¿Ese es el mocoso que te molesta?” Le pregunte al solo conocer a Tsumori por el nombre al ser el pañuelo de lágrimas y saco de boxeo de los complejos románticos que sufría esos enigmáticos ojos zafiro.

“Ese maldito de Tsumori nos siguió hasta el bar; ahora vendrá a hacerse el lindo con mi Hiro-san hasta en el trabajo; no tienes idea de cómo lo odio; me enfada, me jode, me enferma, ni si quiera tengo palabras para decirlo correctamente” Se quejo llevándose las manos hasta los cabellos para tironeárselos levemente.

“Takano-san” La dulce voz de mi victima llamo mi atención logrando que me perdiera nuevamente debajo de las orbes en las que me he convertido esclavo.

“¿Qué pasa amor?” Le pregunte de manera burlona sin que él comprendiera que moría por llamarlo de esa manera; estas nacientes confusiones no las soporto, como él se acabó impregnado en todo mi ser hasta martirizarme con este amor imposible lo aborrezco.

“¿Qué diablos es lo que vas a querer para beber?” Mascullo molesto inflando levemente las mejillas ante la molestia que le provocaban mis descaradas pero sinceras palabras.

“Ritchan tú ve a ayudar a Hirochan; yo atiendo a la víbora y al diablo” Declaro el oji café con una sonrisa torcida “Creo que ese tal Tsumori tiene unos amigos guapos que necesitan ordenar tragos y de seguro les dan mucha propinas” El castaño sin atreverse a unir nuestras miradas se limitó a acercarse indefenso a la manada de hambrientos hombres que atacaban de manera silenciosa a nuestras presas.

“Tú eres un maldito demonio sin piedad” Farfullo mi amigo cruzando las manos “Primero le pides a mi Hiro-san que vaya a atender a ese imbécil y luego también condenas a Takano; ya nos disculpamos por lo que hicimos; ya no nos hagas más esto” EL más bajo nos sonrío con satisfacción observando con interés como los chicos les lanzaban piropos a quienes habíamos proclamado de nuestra propiedad.

“Como les dije; ellos son buenos chicos; no son tan fuertes como se ven; si les rompen el corazón no lo resistirán” Pregono con gélido Kisa extendiéndome con desprecio una jarra llena de un amargo trago.

“Pero ¿Y si fuéramos enserio?” Le pregunte permitiendo que cada uno de mis irresponsables pensamientos se escapara de mi boca.

“¿Ustedes dos enserio?” Proclamo el menor liberando una estruendosa risa “Por favor; son los casanovas de hielo; ustedes no tienen ni si quiera corazón; solo les gusta pretender que son buenos samaritanos para acostarse con alguien más; son unos succiona vida; son unos pedazos de hielo; no merecen el amor de ellos dos” Declaro con rabia apretando con poderío sus dientes ante la impotencia que le causaba la situación.

“No nos trates de esa manera” Se quejó mi cómplice “Quizás hemos cometido errores, pero podemos intentar hacer las cosas bien con la persona correcta” El pequeño peli negro se limitó a suspirar para observarnos con un intenso repudio escondido en lo más profundo de esos infantiles ojos cafés.

“Ustedes me han mentido tantas veces que ya no les creo absolutamente nada; Nowaki tú me prometiste que no jugarías con Erika y la destruiste” Declaro sin conocer toda la historia reabriendo las heridas que mi amigo se había esmerado por cerrar en su corazón para después irse a preparar más cocteles.

“Takano él tiene razón” Musito el de cabellos negros pretendiendo fortaleza para no mostrarme como se desmoronaba delante de esas palabras “Es lo que somos, la verdad yo también he pensado hacer las cosas bien con Hiro-san, ser su pareja y cosas así; pero admitámoslo, no somos buenos para ellos; lo mejor es solo acostarnos y correr” Pregono por despecho mirando con melancolía como su víctima regresaba a tomar la orden.

“¿Entonces tú y yo debemos renunciar al amor por lo que los demás dicen?” Pregunte con algo de sarcasmo mientras mis cejas se arqueaban “Tú debes permitir que Tsumori se quede con quien te importa y yo dejar que Ritsu se mude con el imbécil de Haitani; ¿Eso es lo correcto?” Masculle con frustración frotándome la frente en busca de respuestas.

“Si” Declaro el menor escondiendo su expresión debajo de su flequillo “Debemos hacerlo antes de que perdamos; necesitamos poner en practica cada una de nuestras técnicas para acabar con esto luego” Pregono sin desear admitir que desde la primera mirada que entablamos con estos amores imposibles nosotros fuimos quienes lo perdimos todo; desde la primera conversación que intercambiamos fuimos quienes cayeron rendidos en esta maquiavélica apuesta que nos esmeramos por fingir ganar.

Notas finales:

Takano...amor....si te gusta Ritsu dicelo; pero comprendan el miedo que esos dos tienen; ademas a mi Nowaki me lo dejaron mal parado con las mentiras de su ex.

Digamos que si estan hay las emociones pero se acobardan..en fin..la calma a los casanovas no les dura mucho; recuerden que tienen competencia y de la buena.

Espero que les haya gustado; ojala comenten y mil gracias a todos los que leen


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).