Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Casanovas de hielo por Chiaki28

[Reviews - 335]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola chicos!!! *-*

Este es el 10/14 amor de Chiaki.

Bueno para los que queria saber que ha pasado con los egoistas espero que les guste <3 <3

 

Nowaki Pov

Yo no soy una persona posesiva; yo evitó esta clase de sentimientos al temer caerme con la misma piedra y dejar que esta ridícula personalidad que he construido para protegerme se quebrante en contra del gélido pavimento; emociones como los celos, la envidia, la codicia, son impresiones que prefiero dejar en lo más oscuro de mi pasado; son pasiones toxicas que acaban destruyéndote al corroer tu anatomía; esas cosas ya las sé; entonces ¿Por qué me enfurezco tanto cuando lo veo con otros hombres?

En estas semanas me he transformado en su sombra, en su protector, en su reflejo, lo he perseguido hasta en sus sueños como si fuera alguna especie de victima en plena casería, me estoy robando cada una de sus pasiones pretendiendo que es él quien se vuelve adicto a mis toques cuando soy yo quien está cayendo por su piel de porcelana.

Sin importar las veces que me pretenda engañar conozco mi realidad, no soy alguien bueno; yo no lo llevaría a ninguna parte con un tierno noviazgo, no puedo ser el príncipe de reluciente armadura plateada y blanco corcel que lo va a socorrer del dragón de sus temores; lo mejor sería que nos acabáramos separando antes de que las cosas suban de intensidad y sus decepciones sean escupidas en mi rostro con sus desilusionados agobios; pero ya no puedo hacerlo.

Ya no soy capaz de pensar en otra persona, de seducir a alguien que no sean esas hermosas e ingenuas orbes avellana, de perseguir ese delicioso aroma, me he convertido en un toxicómano de sus labios y en un esclavo de su enigmático carácter; ya es muy tarde para huir y abandonar este juego; ya no hay vuelta atrás.

Detesto admitir que he sido yo quien ha perdido y ahora no se puede liberar de sus cadenas; me enfada saber que revivo todas las amarguras por voluntad propia porque cada vez anhelo robar más de esa blanquecida cerámica que él modela con descaro al frente de mi hambrienta mirada; pero lo que más me irrita es que más allá de su cuerpo me haya encantado su personalidad.

Odio tener que encarnar estas pasiones; que la sangre me arda cuando ese maldito rubio se le acerqué con una pretensiosa bondad para despojarme lo que yo he  autoproclamado como mío; para tratar de quitarme a mi linda víctima y envenenarla en frente de mis ojos; no toleró esta clase de recelos, por eso acabe por impulso encerrándonos en el baño para que lo pudiera marcar como si fuera mío.

Aquellas expresiones que el castaño me entrego en nuestro encuentro me dejaron sin aire, ese seductor sonrojo sobre sus mejillas; sus cabellos revueltos, como se aferró a mi camisa mientras sus piernas flagelaban; nunca me había atraído alguien tanto; jamás había codiciado convertirme en el todo de otra personas para substraer sus emociones hasta que lo conocía a él; Hiro-san es un hombre peligroso.

Ese chico quien lo da todo de si mismo para que los demás aprendan, un joven bastante dulce quien se preocupa por mí aunque no lo codicie admitir; él me gusta mucho; sin embargo, este par de días se ha encontrado bastante decaído despertando una preocupación que no había demostrado en frente de nadie.

Ahora en clases su sonrisa ya no brilla, sus ojos ya no se encienden y parece bastante melancólico cuando trabaja en el bar ¿La razón? La misma por la que mi mejor amigo se ha encontrado suspirando; hoy Ritsu va a mudarse con su pareja, yo comprendo que mi linda presa se aprecie nostálgico ante esa pérdida; no obstante, la vida continua, no vale la pena quedarse a lamentar por alguien más.

Inspire con esta clase de pensamientos mientras me recostaba sobre la pared esperando que el castaño acabará de corregir un par de exámenes para acompañarlo de regreso a su casa e intentar poseerlo en un estado vulnerable entre mis brazos una vez más.

Mi ceño se arqueo al distinguir como un efusivo rubio salía de la habitación con una sonrisa que se borró al instante en que nuestros prepotentes ojos se encontraron de manera desafiante; sin poder evitarlo libere un molesto gruñido al verme amenazado por aquel rival mientras él se limitaba a bufar con fastidio.

“La víbora de ojos azules ¿Cierto?” Pregunto con una torcida sonrisa alzando una de sus cejas con arrogancia.

“Para ti sí” Respondí con un falso desinterés sin perder esa aura de poderío que me caracterizaba “¿Qué es lo que quieres? ¿Por qué diablos me estás hablando sino tenemos nada en común niño fastidioso?” El hombre de ojos cafés arqueo su ceño molesto ante mis palabras cruzándose los brazos sobre su pecho.

“En verdad eres peor de lo que había pensado” Farfullo con cólera “He estado siguiendo a Hiroki hasta el bar en donde hay muchos rumores de ti y tu otro amigo el diablo de ojos miel” Pregono logrando que un escalofrió recorriera mi piel.

“Eso no es algo que te interesé; tú no estas involucrado en esta situación y por respeto de la privacidad ajena deberías mantenerte al marguen” Me defendí enfadado sin relajar mis músculos ni expresiones.

“Uno de los renombrados casanovas de hielo” Cantoneo mi contrincante divertido “Un hombre que seduce hasta la misma noche para tener un asqueroso acostón con un completo desconocido; un chico sin corazón” Se mofó con egocentrismo sin bajar sus hombros ante la fulminante y furiosa mirada que le ofrecía.

“Te felicito sabes quién soy” Proclame con sarcasmo liberando una pequeña risa irónica “¿Quieres un premio o algo así?”

“Lo que quiero es que te alejes de Hiroki” Declaro acercándose hasta mi espacio personal para darme un pequeño golpe en el pecho.

“Tú no eres quien decide por él” Me defendí sin ceder ante sus lastimeras peticiones llenas de recelo y una falsa preocupación.

“Esto es no justo; no sabes la rabia que me das Nowaki; tú me enfadas mucho” Declaro apretando los puños con impotencia debajo de indestructible semblante; podía percibir el aura irritada que emanaba ese muchacho ante mi sola presencia.

“Si no te agrado no tienes porque hablarme imbécil aniñado” Lo contradije sin si quiera observarlo con desdén “A menos que quieras algo así como clases de seducción para que aprendas a ser un hombre” Pregone con una mueca burlona que tan solo intensifico el desprecio en su enfurecida mirada.

“No es justo” Corroboro tomándome del cuello de la camisa con ira “Yo me enamore de Hiroki desde el primer trabajo suyo que sacó; lo he amado como si fuera la joya más preciada que podría conocer, lo he seguido en silencio velando por su bien hasta que por fin adquirí el valor para confesarme y tú ni si quiera valoras un poco el cariño que yo desearía que fuera para mi” Declaro con seguridad el rubio consiguiendo que mis parpados se abriera con fuerza.

“Nosotros no llevamos nada serio; tan solo es un juego” Lo corregí  como un intento desesperado por convencerme a mí mismo.

“Para ti maldito quizás sea un juego pero yo puedo distinguir en sus ojos como se exaltan con alegría cuando le hablas” Farfullo enfadado apretando con más fuerza su agarre, intentando mantenerse firme ante la tormenta que yo representaba.

“Que yo le guste no es algo que puedas cambiar” Pregone con arrogancia intentando esconder con desespero el frágil lado que los demás ya habían destrozado.

“En verdad eres tan suertudo” Declaro con asco “Yo lo daría todo por ponerlo en ese estado y para ti esto es un maldito acostón; Hiroki no es otro de tus secretos sucios de una noche; ese hombre merece respeto y cariño” Se quejó apretando con impotencia el labio ante mis inmutables expresiones.

“Lo que pase entre Hiro-san y yo es nuestro problema; las emociones que ambos estemos sintiendo no son de tu incumbencia metiche” Me defendí al profesarme expuesto delante de sus insultos y su protector carácter con lo que es mío.

“Claro que me incumbe” Me contradijo angustiado “No quiero ver que él acabé despedazando tan solo porque lo has usado; jamás perdonare que tú lo dejes vacío o hagas que derramé una sola lagrima por ti” Esas cosas no eran las que yo quería; al pensar en la imagen del castaño liberando un par de amargas gotas una fuerte opresión nacía en mi pecho; yo no lo ansiaba lastimar; sin embargo ¿Qué otra salida tenía?

“Para que te quedes más tranquilo a mi ese chico me gusta y mucho” Conteste abiertamente por primera vez “Así que ya deja esa falsa aura del estudiante amoroso quien se enamoró perdidamente de sensei”

“Pero que egocéntrico eres” Se burló el rubio liberando una sarcástica risa “”Yo no estoy fingiendo preocupación, no todos somos unos falsos que prometen hasta las mismas estrellas con tal de lograr su cometido; no todos somos unos rompecorazones que buscan asesinar a los demás” Declaro de manera desafiante Tsumori.

“Tú no tienes derecho a especular lo que soy si ni si quiera me conoces” Me defendí en vano sin saber cómo contradecirlo.

“Por favor” Se quejó mi rival “He visto la clase de cosas que le haces; como lo besas con hambre, como le hablas, las repugnancias que le susurras en la oreja; las palabras sucias con lo que lo estremeces desesperadamente” Mi sangre comenzó a arder de rabia ante esas irresponsable declaraciones.

“No te metas entre nosotros” Le ordene empujándolo de los hombros con autoridad para enseñarle que él era mío.

“Te diré una última cosa víbora de ojos azules” Pregono frustrado el más bajo “Si tú te atreves a hacerlo llorar, si logras que él se entregue y lo botas; yo jamás lo dejare ir; no permitiré que te le acerques nunca más” Respondió logrando que una malévola presión se instalara en mi destrozado corazón.

“Mantente lejos Tsumori” Ordene con arrogancia “Porque él no es tuyo; no te des más importancia y atribuciones de las que tienes” Proclame con fastidio apretando mis puños con cólera ante su socarrona sonrisa.

“Que aún no tengo” Musito con seguridad “Es cosa de tiempo para que tu idiotez actué por si sola y lo acabes destruyendo Nowaki”

“Imbécil” Masculle con rabia observando con repudio como él idiota se apartaba de la oficina de mi castaño mientras sus palabras resonaban como un punzante y doloroso eco por las paredes de mis polvorientas memorias.

Sus aterradoras declaraciones llenas de aprensiones eran verdad; yo tan solo deseaba jugar con el corazón del hombre de ojos avellanas en un comienzo; tocarlo y que esté se fragmentará; usarlo para que el arrepentimiento corroyera su piel y él jamás fuera capaz de olvidarme; no obstante, las cosas cambian con el tiempo.

No puedo negar que las palabra del rubio me lograron atemorizar; si yo lo dejo caer me lo quitaran; marcaran lo que es mío; lo acunaran otros brazos, su perfume se opacará por la repulsiva esencia del rubio; alguien más lo intoxicara, sin embargo, lo que más me aterra de estas divagaciones es que otro chico será el que tenga sus expresiones; alguien más será dueño de sus sonrisas, sus sonrojos, sus temblores, sus alegrías;  su futuro; yo no puedo permitir eso.

Me da miedo volver a entregarme tan solo para que pulvericen mis sueños como Erika lo hizo en una vieja historia de drama y temor; ¡Sí!; soy un cobarde por permitir que el desasosiego se inyecte en mi sangre e impida que las palabras de amor escapen de mi garganta, tengo terror de que la historia se repita; sin embargo, me asusta más perder a Hiro-san.

¿Tiene sentido alguno seguirme diciendo que solo me quiero acostar con él? ¿Tiene objetivo seguir renegando de mis emociones? No lo sé; como desearía besarlo con suavidad sobre la mano y proponerle fugarnos de todas las mentiras y las melancolías; llevarlo lejos para que jamás nos tengamos que separar o hacer daño; marcarlos con unos tiernos besos y esperarnos con paciencia; como codiciaría hacer algo así de cursi por mi victima; pero esas tan solo son ilusiones sobre falsas nubes de sueños.

Él me gusta, me embelesa, me hipnotiza; estremece mi mundo; mueve mi corazón, posee mis fantasías y eso es lo que me da más terror, saber que estoy perdidamente enamorado de ese castaño condenándome a la derrota.

“Nowaki sigues acá” La voz del dueño de mis suspiros me saco de mis pensamientos; sonreí de forma lastimera al ver como sus ojeras se hacían más grandes ante el sueño y la preocupación de perder a su único amigo.

“Tenía que esperar a mi linda victima para acompañarlo a casa y asegurarme que nada le ocurriera” Me defendí tomando entre mis manos la mitad de los pesados papeles que llevaba entre sus finos y delicados brazos.

“Deja de tocar mis cosas sin mi consentimiento” Se quejó con las cejas arqueadas y un lindo sonrojo sobre sus mejillas; sin poder evitarlo me incline para morder su labio superior marcándolo frente a las demás personas.

“Hiroki te he dicho que el amor está prohibido en la oficina” Reí al escuchar la amigable e infantil voz de mi nuevo cómplice en la universidad; el hombre que se ofreció a vigilar a mi presa para protegerla de sus demás depredadores.

“Miyagi-sensei por favor compórtese como el adulto que es” Pregono el castaño enfadado por sus socarronas miradas.

“Que cruel eres” Musito con un pequeño puchero golpeándome en la espalda “Bien; dejaré que tú y tu novio se vayan a tener algo de diversión” Los labios del más bajo temblaron ligeramente ante los descarados anuncios de su superior.

“Ese idiota no es mi novio” Contradijo con rabia apretando sus dientes con frustración para comenzar a caminar hasta su hogar.

“Ya no lo reniegues Hiroki; hasta acá puedo ver el amor que los rodea” Se bulo el peli negro sonriéndome con complicidad y haciéndome una seña con la cabeza para que fuera a alcanzar a mi linda víctima.

“Solo ríndete” Proclame con galantería tensándome al apreciar como una melancolía expresión se trazaba sobre sus perfectas facciones logrando que un malestar borrara cada ardor en mi sangre para remplazarlo con amargura “Hiro-san” Lo llame logrando que parpadeará con distracción y me sonriera con dificultad.

“¿Soy mal amigo por no poder alegrarme porque Ritsu se vaya a vivir con su novio?” Musito como una pregunta en el aire con una nostalgia que me destrozó “Jamás deje que alguien fuera tan cercano a mí y me da mucha pena que se vaya; la verdad no pensé en llegar a querer tanto a ese mocoso”

“Hiro-san” Murmure estremeciéndome al no poder cambiar esa dura expresión de su rostro ni lograr que sus ojos se encendiera con ternura.

El resto del transcurso hasta la estación trascurrió en silencio; a pesar de mis múltiples intentos desesperados por seducirlo no logre que esa añoranza desapareciera; él parecía genuinamente dolido por la partida de su amigo; era la primera vez que lo contemplaba tan vulnerable junto a mi alma y eso me ponía nervioso.

Al ingresar en el vagón de tren me senté a su lado acurrucándolo entre mis brazos con el objetivo de enfurecerlo; sin embargo, lo único que hizo el castaño ante mis tactos fue refugiarse en mi pecho como si se encontrara asustado; como si temiera que por algún motivo desapareciera de su vida y él quedara inmerso en la soledad.

Esto esta mal; verlo así de triste me lastima; permitir que la impotencia lo consuma me devasta; saber que su corazón no se profesa nervioso ante cada una de las caricias que intento darle debajo de su polera me decepciona; que se aferre a mí con tanta necesidad como si yo fuera su único consuelo me aterra pero me agrada; porque así siento que este hombre es solamente mío y las palabras del rubio quedan en el olvido.

Lo deseo proteger; amarlo correctamente, dejar atrás mis rumores y renombre para entregarle todas esas cursilerías de las que Tsumori con tanto orgullo alardeaba, despojarlo de sus emociones para obsequiarle las mías y que estas fueran purificadas; confiarle mis despedazadas esperanzas para que él las reparará y me mostrara que no todos son unos malditos demonios que codician robar el alma por maldad.

Lo único que fui capaz de hacer en esa situación fue aferrarme  con necesidad a su cintura, besar con ternura sus cabellos y permitir que fuera mi corazón el que se desenfrenara al tenerlo expuesto debajo de mis brazos.

Al llegar a su departamento el mayor me dejo ingresar sin reclamar sumido en aquel trance del que mis caricias no lo podían liberar; ambos dejamos los papeles en la mesa de la sala de estar mientras el castaño recorría la habitación con una mirada deprimida; al ansiar aprovechar aquel descuidado estado con el que se encontraba encerrado dentro de sus pensamientos lo tomé de la cintura y junte nuestras bocas para robarle el aliento.

Sin poder evitarlo lamí de manera recelosa sus dulces y suaves labios acariciando sin pudor alguno sus dientes con fascinación en espera de algún reclamo que jamás llego; tomé de las caderas al más bajo logrando que sus piernas temblaran y un agradable calor fuera el que recorriera toda mi estructura.

Con lujuria intente meter mi lengua en aquella deliciosa cavidad para probar su exquisito sabor; sin embargo, sus labios inertes me impidieron seguir; con decepción me separé del mayor sobresaltándome al ver como un poderoso sonrojo estaba sobre sus mejillas junto a sus hermosas orbes levemente cristalizadas.

“¿Qué es lo que ocurre?” Le pregunte con angustia tomando su rostro entre mis manos para entrelazar nuestras miradas “Hiro-san cuéntame por favor” Le pedí llevándolo hasta el sofá para que me confiara problemas que no me deberían importar.

“Yo soy una persona un tanto solitaria; a mi jamás me importo tener un millón de amigos que me aceptarán porque siempre  me cerré en el estudio convirtiéndolo en mi prioridad” Musito bajando sus ojos con angustia.

“Hiro-san yo no entiendo” Respondí acariciando su mejilla con suavidad y delicadeza; tratando de transmitirle con mis sutiles caricias que no me iría de su lado.

“Nunca fui un chico que pudo hacer amigos con facilidad y pretendí que esto no me importaba para no lastimarme, jamás tuve una adolescencia muy divertida al encerrarme en los libros hasta que llego Ritsu” Murmuro logrando que comprendiera sus penurias ante la pérdida de esos ilusos ojos verdes.

“Según lo que me conto Masamune tú sabias que él se iría en algún momento” Le explique con ansiedad ante su sensible estado.

“Sí; yo sabía que él se iría pero fue tan divertido tener un amigo; confiarle a alguien mis gustos, compartir experiencias; como me reí a su lado, hasta me atreví a conocerte, por eso me siento tan triste porque me deja; siento que está escapando de mi porque no soy agradable” Confeso alzando su mentón con angustia, mordiéndose el labio arrepentido al haberme trasmitido uno de sus mayores miedos.

“No digas esas idioteces nunca más” Susurre juntando con afecto nuestras frentes “Él te quiere mucho; Onodera no se ve como una persona cínica que te mentiría con eso, además de cierta manera extraña nosotros dos también te queremos” El castaño río ante mis palabras logrando que mi respiración se cortara con lo melodiosa que era.

“Nowaki yo comprendo que quieres acostarte conmigo pero te pido por el cariño que me tienes que te detengas” Musito el más bajo con seriedad intentando apartarse de mi lado para entablar una distancia que no codiciaba.

“¿Qué  me aleje?” Pregunte con inquietud aferrándome a su cintura con desesperanza mientras lo acorralaba en el sofá.

“Sí; veté de mi vida para jamás volver” Me pidió el mayor provocando que un indescriptible dolor fuera el que me devastara mientras el miedo y la adrenalina me consumían.

“No quiero” Pregone con autoridad recostándolo sobre los cojines “No lo hare, no me apartare de ti aunque me lo ruegues” El castaño desvió la mirada aferrándose a mi camisa con una angustia que me carcomió.

“Me cerré para que las cosas y las palabras del resto ya no me dolieran tanto pero con Ritsu me abrí y ahora sufro por su perdida; no permitiré que me pase lo mismo contigo” Pregono con determinación.

“¿Me estas comparando con la relación que tienes con Ritsu?” Lo interrogue divertido alzando una de mis cejas con arrogancia.

“Debo admitir que es un cariño distinto el que te tengo y eso es lo que me asusta; tú te has convertido en alguien tan especial; en algo así como mi primera ilusión amorosa; sé que cuando te vayas me desmoronaré sin ti; por eso vete ahora, si vas a correr sal por la puerta ya” Ordeno el más bajo inclinándose para respirar su dulce aroma sobre mi rostro.

“¿Qué me fuera te haría feliz?” Lo interrogue embelesado por esos hipnóticos ojos avellana con los que mi piel comienza a arder.

“Si” Declaro con certeza “Si me vas a dejar ya lárgate de mi vida y admite la derrota porque yo no me someteré; si tan solo me pretendes usar quiero que jamás me vuelva a ver ni a llamar; ya no me sigas ilusionando; por el afecto que me tienes déjame ir” Me pidió logando que el aire se escapara de mis pulmones.

“Está bien” Musite resignado al no codiciar hacerle más daño “Si es lo que quieres me iré por siempre” Susurre levantándome del sillón para inspirar con melancolía y salir por aquella puerta para el resto de la eternidad.

“Gracias por las memorias; fue lindo mientras duro” Susurro el mayor entrelazando nuestras miradas por una última vez.

“Hiro-san” Lo llame logrando que su expresión se relejara; te amo; eran las palabras que codiciaban salir de mi garganta para calmar su dolor; sin embargo, si admitía esas pasiones sabia que sería como resignarse a la derrota y revivir nuevamente las amargas emociones que se clavaron en mi piel y me convirtieron en lo que hoy poseo en un fragmentado reflejo; si las decía ese castaño tendría el poder para destrozarme “Sé feliz” Me despedí saliendo de la habitación.

Con angustia camine un par de pasos lejos de su apartamento sobresaltándome al escuchar un quejido lleno de dolor; con fuerza me lleve una mano hasta mi pecho sorprendiéndome al percatarme que eran mis labios de los que escapan los aullidos y era mi corazón el que se estaba quebrando por mi culpa.

La tristeza ahondó en cada uno de mis pensamientos nublando mis temores mientras las palabras de Tsumori daban vueltas por mi cabeza como un constante recordatorio de lo que perdería por cobardía; yo no podía prometerle permanecer a su lado; no soy capaz de otorgarle esas falsas promesas hipócritas para que después me observe con ira y fulminé mi cariño.

“No tengo remedio” Murmure para mí mismo tomando la perilla de su apartamento para volver a ingresar y centrar mi atención en el deprimido castaño para acunarlo con fuerza entre mis brazos y sincerarme.

“Nowaki” Susurro exaltado sin poder articularizar otra palabras ante mi repentino regreso mientras mi razón se acababa ante su linda sonrisa.

“No puedo Hiro-san; no puedo prometerte que me quedare contigo porque soy un miedoso; porque me aterra volver a amar; porque me duele imaginar nuestra ruptura y cabo poniéndome en el peor escenario por eso no me puedo quedar a tu lado” El más bajo me contemplo confundido intentado apartarse de mi pecho en vano.

“¿Entonces que haces acá?” Me interrogo sin esmerarse en ocultar la rabia que arrastraba cada una de sus palabras.

“Porque más doloroso que todo eso es dejarte ir” Pregone hundiendo mi rostro en su cuello “No puedo; no te dejare ir jamás; que te quede claro; tú eres de mi propiedad; tú me perteneces, tú eres mío Hiro-san” Proclame logrando que su cuerpo se estremeciera y sus brazos me rodearan con ternura.

“No sé qué es toda esa fachada de casanovas que quieres demostrar; yo no conozco las cosas que te ocurrieron ni quiero salir lastimado en esta extraña relación que llevamos; esas cosas no van con mis reglas” Murmuro con tanta dulzura que agito todo mi organismo y me forzó a entrelazar con esperanza nuestras miradas.

“¿Pero?” Le pregunte con ilusión recorriendo de manera juguetona su cuello; aspirando con necesidad el dulce perfume que emanaba su piel y dejando que las barreras se derrumbaran entre mis manos.

“Tú ya has roto todas mis reglas” Confeso apenado “Nowaki me duele pensar en que tan solo me quieres usar; que despertaré y tú ya no estarás; sin embargo, yo creo que podríamos intentar llevar algo bueno y pues no lo sé ir a algún lado” Confeso nervioso con un tierno sonrojo sobre sus mejillas que me hipnotizó.

“Hiro-san” Lo llame provocando que nuestras narices se rozaran “Si estás dispuesto a aceptar a este cobarde y miedoso corazón podemos tratar llevar algo un poco más serio; prometo tratar de ser mejor y vencer esos temores por ti” Murmure con una sonrisa sincera mientras mis manos subían a sus mejillas.

No fue necesario intercambiar otra palabra para que nuestros labios se juntaran en un lento y armónico movimiento; aspire con necesidad su frío y refrescante aliento mientras mi boca degustaba ansiosa la suya y cada parte que no estaba acariciando al más bajo comenzaba a arder con necesidad.

Movimos nuestros labios en un armónico floreo mientras sus manos por primera vez se enrollaban en mi cuello sin temor alguno; él es tan dulce; tan adictivo; es como una droga que me ha forzado a vender hasta mi alma para poder conseguir más de está.

El mayor abrió levemente su boca permitiendo que mi traviesa lengua ingresara y acariciara cada rincón de su ser con lujuria y afecto; saboreando con confianza su cálida y húmeda cavidad; mezclando nuestras salivas sin pudor alguno mientras mis manos subían juguetonamente por sus piernas.

Sin poder contenerme ante tan embriagadoras y adictivas sensaciones comencé a mover mi lengua de forma insinuativa sobre la suya provocando que él me correspondiera con algo de torpeza; esta sensación no tiene descripción; tan placentera, tan sensual, apasionante, pero más que eso; tan amorosa; este chico logra que mi corazón ya no lata para mí y tan solo continúe viviendo por él; debo haber enloquecido.

Mis pulmones se comenzaron a comprimir de manera dolorosa al haber perdido todo el oxígeno saboreando esa toxina que sus labios emanaban, acaricié por última vez su cálida lengua para separarnos con angustia y entrelazar nuestras miradas con afecto.

Sonreí al vislumbrar como sus mejillas estaban completamente encendidas mientras un pequeño hilo se escapaba de su boca; sin pensarlo bese aquella nariz con sobresalto y devoción sin apartar mis manos de su fina piel.

“¿En que nos convierte esto?” Me pregunto algo angustiado intentando regularizar su respiración con dificultad.

“No es necesario que nos etiquetes de ciertas maneras para saber que nos pertenecemos” Susurre con honestidad abriéndome por primera vez desde el incidente con esa maliciosa muchacha que me forzó a encerrarme en una coraza.

“Pensé que te irías por siempre de mi vida cuando saliste por la puerta” Confeso apenado el más bajo permitiendo que lo sostuviera.

“Me quería largar por siempre de tu vista porque así me lo pediste” Conteste tensándome al apreciar como sus manos aún seguían en mi cuello.

“Te pedí que te fueras si estabas jugando” Pregono el mayor  intentado quitarme de encima con sus pequeñas manos en vano.

“No estoy jugando contigo Hiro-san” Corrobore con seguridad “No sé qué sea esto que tenemos pero yo ya no estoy tan solo de casería” El castaño me miro con un brillo especial que estremeció todo mi cuerpo con descaro.

“Si me dejas después de esto no te lo perdonare” Murmuro consintiendo que mis fuertes brazos lo rodearan.

“Lo sé” Murmure en su oreja esbozando una sonrisa sin motivo alguno sobre mis labios “Por favor no te acerques a Tsumori más de lo necesario” Le pedí permitiendo que mis temores escaparan de mi garganta.

“Deja esos celos sin fundamentos” Se quejó apartándose de mi agarre para mostrarme sus irresistibles gestos “Tsumori tan solo me tiene admiración; yo lo valoro mucho pero jamás estaría con él en una relación amorosa”

“Eres muy ingenuo como para verlo” Pregone acariciando su caliente mejilla “Sus intenciones contigo no son buenas; además me enferma que él te mire de esa manera sin que yo pueda hacer algo; solo muéstrame estas lindas caras a mí; solo jadea mi nombre, solo piensa en mis ojos y jamás reacciones ante otro hombre” Le demandé con una sonrisa galante que consiguió un bufido molesto de sus labios.

“En verdad eres una víbora de ojos azules bastante arrogante” Se quejó elevando su mirada para paralizar mi respiración.

“Sí” Declare con orgullo “Especialmente si se trata de proteger lo que he proclamado como mío” Suspire de manera risueña revolviendo sus cabellos “Hiro-san; tan solo piensa en mí como yo lo hago contigo” Murmure abrazándome de su cintura “Has algo y reparara este destrozado corazón con tus manos” Confesé apoyando su rostro sobre mi pecho.

Entregarme a otra persona y darle esas palabras es algo que aún me aterra, las esperanzas de tener una pareja estable las he perdido con mis heridas; me he martirizado por mis errores más de lo que me enorgullece admitir y ya no puedo saltar al vacío por tan solo un par de confesiones; sin embargo; de lo que sí estoy seguro es que Hiro-san es mi última esperanza; es en quien puedo depositar mi libertad para intentar que esa ridícula excusa de acostarme con él se desvanezca y darle todo lo que realmente soy.

Notas finales:

Si...Nowaki sigue siendo terco con el amor porque esta muy dolido; pero bueno Tsumori le trazo las reglas del juego por si llegaba a lastimar al castaño.

Nada aun se ha dicho en este fic; creo que tambien va para largo..perdon por eso; pero me esforzare porque la historia sea de su agrado.

Espero que les haya gustado; ojala comenten y mil gracias a los que leen <3 <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).