Takano Pov
Sin que lo pudiera evitar mi máscara acabo destrozándose entre mis manos; las mentiras que me consumían fueron reemplazadas por un latente y punzante terror, el futuro que yo mismo había escrito lo borré con frenesí como un intento desesperado por mantener al castaño a mi lado el resto de la eternidad.
Yo no quería decir esas palabras que manifesté por impulso; temó que las demás personas me puedan manipular al conocer mis debilidades; es por ese motivo que tiendo a jugar con ellas en una búsqueda por un intangible poder, sin embargo, cuando Ritsu me confesó que él se iría a vivir con su pareja pude percibir como algo en mi interior era pulverizado; como los fragmentos de mi sucio corazón se clavaban en mi piel lastimándome con malicia.
Perderlo; ese era el plan inicial; Nowaki y yo tan solo codiciábamos una noche de sexo y placer, fundirnos entre sus piernas, embriagarnos con el sudor, deleitarnos de sus jadeos, morder su refinada piel; apreciar cómo ellos se retorcían entre nuestros brazos ante los espasmos que la música que creaban nuestros cuerpos les provocaba; esos eran los engaños que guiaban cada uno de mis pasos por mi destrozada senda; farsas que ni si quiera pude mantener.
Lo amo; ya no lo negare, esa personalidad suya me embeleso; sus brillantes sonrisas, poder pasar hermosos momentos con él, tener la posibilidad de despertar cada mañana abrazando su cintura; era la primera vez que tenía esta necesidad por alguien más, por eso el golpe fue tan brusco cuando la tormenta nos amenazaba.
Sí él se iba a vivir con el embustero de su novio habrían limites, sería como admitir que yo no era el único pensamiento que rondaba como eco en las paredes de sus delirios; sería rendirme en poseer su cuerpo y alma para permitir que sus ilusas e ingenuas miradas fueran dedicadas a una rata embaucadora.
Al verlo tan frágil, tan dolido y lastimado por las mentiras que le dijo el imbécil de su novio no pude evitar sentir como esas lagrimas destrozaban mi propia piel como si fueran un poderoso ácido y sus llantos apresaban mis esperanzas; lo único que fui capaz de hacer en esos instantes fue consolarlo con las verdades que cantaba mi corazón.
Sé que mi fama de casanovas será algo difícil de superar; tan solo el tiempo será el que me permita ganarme su confianza y amarlo con todo lo que represento; aunque yo no tenga mucho que ofrecer al ser un hombre quien se deleitaba con el llanto ajeno al saber que los demás lo deseaban, por primera vez ambiciono arriesgarme y darle mis ilusiones a Ritsu.
Una torpe sonrisa se trazó sobre mis labios al apreciar como el castaño dormitaba sobre mi pecho con las mejillas tenuemente encendidas; sus cabellos cayendo con descuido sobre su frente mientras su cuerpo clamaba por el arrullo del mío; él es bastante lindo; es dulce, es efusivo, se enfada con facilidad, es terco, obstinado, iluso, él es perfecto; suspire sabiendo que era una víctima más de lo que las personas llaman “Amor”
Después de que revelé mis emociones anoche ambos nos recostamos sobre la cama para poner un film de tragedia en el que el más bajo se quedó dormido luego de media hora por el agotamiento emocional que representó descubrir que él estaba saliendo con un completo desconocido; no permitiré que su pareja regrese arrastrándose arrepentido y me amenacé con quitarme lo que es mío por autoproclamado derecho; con hurtar al chico que se ha adentrado en cada uno de mis oscuros deseos para enseñarme que aún queda luz en mi gastado y agobiado espíritu, que aún no me he entregado al diablo y tengo salvación.
“No puedo creer que no me acostara contigo” Murmure para mí mismo repasando su silueta con mi traviesa mano mientras mis ojos no se querían despegar de sus dulces expresiones “Podría acostumbrarme a esto” Divague embobado por el calor con el que me envolvía su organismo; esta era la primera mañana que despertaba en la misma cama con alguien más.
Me acerque hasta su boca para apresar su labio superior con los míos y saborear con recelo el exquisito dulzor que Ritsu me ofrecía; una sonrisa inconsciente se grabó en mi rostro al percibir como la respiración del menor se intensificaba con mis movimientos mientras con algo de vergüenza trataba de corresponder el inesperado beso.
Al separarnos un golpe ataco mi pecho al contemplar como sus hermosos ojos verdes parecían estar brillando con nuevas ilusiones y aquellas barreras que siempre me enseñaba se estaban derrumbando con mis caricias.
“Buenos días amor” Me burlé acariciando su ruborizada mejilla consiguiendo que él arqueara levemente el ceño.
“No me digas así” Se quejó intentando ocultar lo nervioso que lo ponía “Nosotros no somos pareja ni nada por el estilo”
“No es necesario tener esa clase formalidades conmigo” Confesé revolviendo sus cabellos con ternura “Además debo ganarme tu corazón como te lo prometí, te voy a demostrar que puedo abandonar toda mi fama y mi pasado por ti” Ante mis palabras el castaño esbozo un mohín que erizo mi piel.
“Eso es algo difícil de creer si te han advertido a diario de los trucos que utiliza el diablo de ojos miel para seducir a su presa y obtener su preciada noche de lujuria y éxtasis” Se mofó el menor recorriendo con timidez mi mejilla; robando cada uno de mis pensamientos y adueñándose de mis palabras.
“Me arrepiento de haber jugado así con Kisa, sé que él no me perdonara con facilidad pero tampoco debes dejar que su opinión sobre mí sea la que tenga la última palabra” Susurre con rabia ante el rencoroso carácter del dueño del bar “Ritsu lo importante es que siento por ti cosas que jamás me habían pasado; yo soy de los hombres que no creen en el amor y tú” Sin que pudiera seguir expresando con dificultad mis sentimientos el castaño apoyó uno de sus dedos sobre mis labios en señal de que guardara silencio.
“Escúchame bien Takano porque solo lo diré una vez” Me pidió con seriedad levantándose de mi pecho para sentarse sobre las sabanas de la cama.
“Puedes confiarme lo que sea” Murmure imitando su accionar para entrelazar nuestras miradas en una armónica y silenciosa danza.
“Yo pensé que Shin era el amor de mi vida; mi plan era casarme con él, conseguir un trabajo decente, adoptar una familia y tener el felices por siempre del que tanto alardean los que se encuentran cegados por los mágicos cuentos de hadas; pero las cosas no se me dieron de ese modo al haber sido muy tonto y débil” Mascullo con impotencia apretando con cólera los puños al recordar las penurias que atacaron sus infantiles utopías.
“No pongas esa clase de rostro por alguien que no vale la pena” Le pedí tomando sus mejillas entre mis manos “No te aflijas por un cobarde que ni si quiera tuvo el valor para admitir sus patéticos engaños” Susurre besando con afecto su frente; negándome a dejar estas dementes necesidades por poseerlo.
“Lo que quiero decir es que yo puse cada una de mis ilusiones en Shin porque pensé que él era el amor de mi vida y la decepción me dolió mucho” Confeso afligido encogiendo sus hombros “Pero a pesar de encontrarme lastimado gracias a eso descubrir que mis verdaderas pasiones van dirigidas a ti”
“¿Que?” Pregunte con torpeza impidiéndole al menor bajar su mentón al no codiciar que me privara de sus expresiones.
“Esto no es fácil de decir, atenta contra todo mi orgullo pero yo no escogí esto que estamos viviendo; yo no elegí que fueras tú la persona que me hiciera reaccionar” Se quejó el castaño tratando de apartar su cuerpo del mío.
“¿A qué es lo que estas tratando de llegar?” Lo interrogue divertido al apreciar su incómodo y apenado semblante.
“Takano aunque deteste admitirlo me profeso cómodo y seguro cuando estas conmigo; eres la persona que se ha adueñado de mis pensamientos y se ha aparecido en mis sueños robándome el aliento; aunque yo si amo a Shin pienso que contigo las cosa son diferentes, son más intensas y constantes, más reales, me tienes muy ilusionado y eso es lo que me aterra” Pregono permitiendo que mis brazos lo rodearan.
“No tienes por qué desconfiar de lo que yo siento por ti” Susurre acariciando sus cabellos con devoción para entregarle una especie de red sobre la cual arrojarse en este obsesivo romance que estamos escribiendo “Yo prometo cambiar por ti” Declare con sinceridad tratando de derrumbar sus inseguridades.
“Ese es el problema, las personas no vivimos de proposiciones, Shin y yo prometimos decirnos siempre la verdad y mira como acabamos” Me explico mordiéndose el labio con angustia al tener una contradictoria batalla interna.
“Onodera Ritsu” Lo llame juntando nuestras narices con inocencia “Desde que te he conocido no he sido capaz de mirar a nadie más; te has grabado a mi como si fueras mi único anhelo, tu aroma se ha impregnado a mi perfume, tu voz es la que resuena por mi mente, tus besos son los únicos que deseo probar; te amo ¿Cuántas veces más es necesario que te lo confiese para que veas que tan necesario eres para mí?” Murmure apreciando como las mejillas del menor enrojecían con descaro ante cada uno de mis pregones.
“Takano” El castaño libero un suspiro delicado que erizo cada uno de mis poros “Yo solo quiero que sepas que esta es la única oportunidad que te daré” Me regaño desviando su mirada al no querer someterse debajo de mis hipnóticas emociones sinceras.
“Una oportunidad es todo lo que necesita para probarte que soy el único a quien debes mirar; que soy el único hombre con quien debes estar cada una de tus noches para despertar enamorado por las mañanas; quiero estar cada instante que me permitas contigo” Reí ante la clase de frases cursis que estaba liberando mi destrozado corazón para ayudarlo a batallar en contra de sus demonios y convertirme en el dulce veneno que lo salve.
“Si rompes mi corazón; si me decepcionas, si me engañas, me mientes, me usas solo para tener sexo y después me desechas; ten la certeza de que yo jamás te lo perdonare porque no resistiré otro de esos golpes, no soy tan fuerte como para lidiar con otro de esos fraudes; no devastes la fe que he puesto en ti” Proclamo el más bajo alzando su mentón para enseñarme su dolida y agobiada expresión.
“Te demostrare que valgo la pena” Pregone con franqueza tomando su mano para depositar en ella un pequeño beso “Me ganare tu confianza; conseguiré tu amor y aunque me tarde una eternidad te demostrare lo que tú has provocado en el diablo de ojos miel” Proclame con ironía relajándome al apreciar su hermosa sonrisa.
“Gracias” Susurro consiguiendo que una corriente eléctrica recorriera todo mi cuerpo al percibir como no se resistía a tomar mi mano “Y gracias por evitar que anoche cometiera un gran error al hacer algo así por despecho” Sin poder contenerme acerque mi rostro al del joven de ojos verdes para que mi embriagador aliento acariciara su nervioso rostro.
“Lo hice porque quiero que nuestra primera vez sea especial” Musite permitiendo que mis manos bajaran por su espalda hasta su trasero “Pero no creas que te he dejado de desear porque con cada instante que pasamos juntos con más furor te quiero clamar como mío y morder ese fino cuello que usas para seducirme” Confesé apretando con descaro su anatomía; riendo con arrogancia al escuchar como un pequeño gemido escapaba de su garganta.
“Se supone que me debes convencer; no provocarme más enfado” Se quejó apoyando sus manos sobre mi pecho para entablar distancia.
“Solo quería dejar en claro mis pensamientos” Me excusé acariciando sus piernas “Nunca he esperado tanto por otra persona pero tú eres distinto a los demás” El castaño inspiró con calma uniendo nuestras miradas.
“Ya deberíamos irnos de acá” Musito sin moverse de la cama ni borrar una angustiada mueca de sus carnosos labios “Pero no tengo a donde ir porque no pienso regresar con Shin; él es el último hombre quien quiero ver”
“Regresa con Hiroki” Le aconseje al recordar la mirada de amargura que le entrego la presa de mi amigo ante la despedida que tuvieron.
“No puedo; quizás él ya está buscando otro compañero y yo llegaría solo a molestarlo, además él está enfadado por todas mis tontas decisiones; sí fui un mocoso ingenuo por creer en un desconocido” Musito martirizándose por sus errores con descaro; consintiendo que la rabia recorriera sus venas y sus lágrimas nuevamente amenazaran con escapar de sus lucidos y hermosos ojos; sin poder disimular mis pasiones tomé sus mejillas entre mis manos para besar con afecto su frente y captar su atención.
“Hiroki te comprenderá, tú mismo me dijiste que él era tu mejor amigo, tu incondicional y en esa cosas como la amistad las personas se apoyan en los errores, estoy seguro de que él solo te abrazara cuando sepa lo que paso” EL más bajo parpadeo atónito encendiendo su mirada mientras se relajaba entre mis brazos.
“Hablas como si supieras mucho” Especulo mientras nuestros dedos jugueteaban torpemente como si fuéramos una pareja enamorada.
“Nowaki y yo hemos discutido un sinfín de veces por cosas pequeñas y sin sentido, pero siempre nos apoyamos, por eso sé que tu compañero estará más que feliz de verte; él no se enfadara por tus impulsivas decisiones sino que te apoyara a superarlas” Ritsu se levantó de la cama para acercarse a la puerta de la habitación convencido por mis palabras.
“Entonces vamos a ver si aceptar mis disculpas y mi orgullo pisoteado” Me indico permitiéndome permanecer a su lado.
“Esto es gracioso” Pregone saliendo de la habitación “Es la primera vez que pago una pieza de hotel en la que permanezco toda la noche” Confesé apreciando como sus mejillas era poseídas por un seductor carmín.
“La pagare yo; después de todo fue mi idea arrastrarte hasta esto” Me contradijo el más bajo ingresando al ascensor del elegante y refinado establecimiento.
“No” Le indique con cariño “Fue la mejor noche que he tenido; quiero ser yo quien por esta vez te salve” Murmure conociendo los problemas económicos que tenía la pareja de apacibles castaños por sus escasos ahorros.
Después de que cancelará el dinero en la recepción ignorando cada uno de los reclamos de mi negada pareja ambos tomamos un taxi para dirigirnos al apartamento de Ritsu con la intención de reconstruir su vida y comenzar con algo nuevo y honesto entre nosotros dos.
Toda mi desagradable existencia trate de romper los esquemas de las personas; siempre me he esforzado por grabar en mi corazón aquella mentira de que yo poseo el control de cada una de mis acciones; trate a las mujeres como si fueran un títere vacío sobre el cual yo movía los hilos hipnotizado por el ardiente poder; hoy cuando ya es muy tarde veo mi error.
No pude percibir la empatía hasta que este castaño comenzó a manipular mis emociones con sus miradas, sus insinuantes movimientos y sus cariñosas expresiones; hasta que el destino me amenazó con arrebatarlo de mis brazos para que un demonio de ojos escarlata pudiera beber su bondad con lascivia y apagar sus risueñas pretensiones mientras mi alma se moría al perecer en esta quimera siendo consumido por el rencor.
Dejar mi deplorable estilo de vida no será sencillo; tener que retener mis latentes ardores para entregarle seguridad al castaño y ayudarlo a que cada una de sus fantasías se vea plasmadas sobre las nubes que sostiene con dificultad será un terrible desafío del cual no sé si saldré victorioso ante mi temerosa y cobarde naturaleza.
Aun así; si de algo estoy seguro es que por él intentaría lo que fuera; por Ritsu puedo cortar los venenosos y tóxicos rumores que me han corrompido y tragarme mi estúpido orgullo para pedirle perdón a los ángeles que destrocé con mis malignas garras de antipatía y aversión; por él puedo convertirme en una mejor persona, porque es este hombre quien puede cambiar mi destino y transformar mi amargura en dulzor.
Él me ha dado algo en que creer; algo a que esperar, me ha regalado convicciones que no soy capaz de ignorar y se han vuelto parte de mi piel fundiéndose en mi alma; suspire con ilusión ante mis propias incoherencias permitiendo que mi cabeza reposará en su hombro mientras por inercia aspiraba su aroma.
Ya es hora de admitirlo; me rindo; fui yo quien acabo siendo la broma de su propio juego al enamorarse de su victima; no pude evitar que él se adentrara en mi corazón y contemplara con determinación lo que realmente soy detrás de mi quebrajada mascara, él me ha enseñado que ya no tengo porque correr.
“Ritsu” Lo llame consiguiendo que dejará de ver con falso interés la ventana del taxi y entrelazar mi mirada con la suya “Te amo” Musite sonriendo ante la sorprendida expresión que el más bajo me ofrecía.
“No tienes que decirlo cada dos minutos; te creo Takano por eso es que en contra de toda mi razón cometeré esta locura contigo al permitirme involucrarnos en una especie de relación amorosa sin definir” Confeso el castaño acercándose hasta mi cuerpo para que mis brazos lo abrigaran.
Con ternura tome sus mejillas para unir nuestros labios en un armonioso floreo de delirantes movimientos; el corazón se me aceleró con descaro al percibir como las temblorosas e inseguras manos del castaño subían hasta mi cuello en busca de consentir mis movimientos.
Sin pudor alguno saboreé cada rincón de su tentadora boca embelesándome por su exquisita esencia mientras apreciaba como la sangre me ardía con necesidad y la mente se me apagaba para que todo mi cuerpo fuera recorrido por un agradable cosquilleo.
Con lentitud me separe del menor satisfecho porque aquel beso a pesar de haber estado lleno de ternura e inocencia para mí significo que ya poseía la llave del consentimiento de Ritsu para ingresar y desmoronar cada una de sus expectativas con mis méritos.
“Perdonen pero ya llegamos” Nos interrumpió el taxista provocando que mi pareja negada se aferraba a mi pecho en busca de ocultar su rostro.
Sin esconder mi molestia por la irrupción a mi ambiente romántico le pagué con desprecio al conductor para encaminarnos al hogar del castaño; al distinguir como esté temblaba con pánico al no saber cómo confrontar a su amigo y mentor mi mano acunó la suya en busca de secar sus miedos y despertar la seguridad que ha perdido.
“Espero que se lo tomé bien” Susurro liberando una risa nerviosa mientras rebuscaba en sus bolsillos las llaves del lugar.
“No las tienes, seguramente las dejaste en casa del imbécil” Especulé ante su angustiada expresión frustrada, el menor se mordió el labio con cólera como si se estuviera regañando por sus descuidos “No te preocupes yo tengo una copia así que puedes entrar” Confesé por impulso riendo ante la enfada expresión que me ofrecía mi linda presa.
“¿Por qué diablos tienes una llave de mi casa?” Me pregunto arrebatándomela de las manos para ponerla en el cerrojo.
“Cuando Nowaki y yo nos metimos a su apartamento para rogarles una cita se las quitamos y ustedes jamás nos la pidieron de regreso” Mi acompañante se limitó a bufar ofendido para ingresar a lo que alguna vez fue su hogar sometido en mi protector abrazo.
El menor sonrió al apreciar como su confidente se encontraba leyendo en el sofá un par de viejos libros mientras corregía un par de exámenes; cuando el mayor se percató de nuestra presencia sus ojos se iluminaron al contemplar el retorno de esas efusivas orbes verdes.
“Ritsu ¿Qué haces acá? ¿Se te quedo algo en casa?” Le pregunto levantándose del sillón para recibirnos con una cálida sonrisa “¿Qué haces de la mano con el idiota de ojos miel?” Lo interrogo con fastidio cruzándose los brazos a la defensiva.
“Perdón” Murmuro abrazando al más alto quien lo recibió con angustia “Hiroki lo lamento; sabía que no querías que me fuera y aun así lo hice, no te escuche, no valoré todo lo que has hecho por mí y ahora solo tengo una miserable disculpa que ofrecerte” Se quejó sobresaltándose ante el cariño que le ofrecía la victima de Nowaki.
“No entiendo que te ocurrió pero no te tienes que disculpar” Susurro recorriendo su espalda con familiaridad; con algo de molestia me acerque hacia la amorosa pareja de amigos para separarlos con recelo.
“Sabía que reaccionarias así” Confesé tomando al menor de la cintura “Pero apreciaría que no te acercaras tanto a mi Ritsu” Pregone con una sonrisa socarrona debajo de la enfada mirada de mi adorable acompañante.
“¿Cómo que tu Ritsu?” Murmuro por inercia “¿De qué diablos me perdí?” Se quejó invitándonos a ingresar al apartamento.
“La pareja de mi castaño resulto ser una farsa; lo lastimo con sus mentiras; ese idiota consiguió que sus ojos se apagaran y” Ante mis palabras el más bajo me observo atónito de frente esperando que prosiguiera “Y consiguió que mi corazón fuera destrozado por temor a perderlo” Musite revolviendo sus cabellos.
“Deja de decir esas cosas” Me pidió con tranquilidad sonriéndome con ternura como si agradeciera mis frases.
“Yo lo amo” Confesé nuevamente “Sé que Nowaki y yo tenemos fama de ser unos rompecorazones y todo eso; y que comenzamos a salir con ustedes porque solo queríamos una noche de diversión, pero me terminé enamorado”
“No me fío fácilmente de ustedes dos” Me advirtió el mayor sin suavizar sus recias facciones “Aun no puedo creer en sus palabras”
“Hiro-san el almuerzo estará en un par de minutos” Cegado por la confusión guié mi vista hacia la cocina lugar de donde provenía la familiar voz de la víbora de ojos azules; sonreí con picardía al contemplar como mi amigo se encontraba preparando un par de improvisados alimentos para su víctima.
“Hiroki ¿De qué me perdí yo?” Se mofó el más bajo sentándose al lado del nervioso hombre de ojos avellana.
“Es complicado” Murmuro fulminándome con la mirada “Idiota necesitamos privacidad por aquí; vete a otro lado” Me ordenó con un falso orgullo cubriendo su frágil y dulce carácter; ambos chicos son bastante difíciles de tratar.
Inspiré con agobio restregándome la frente en busca de una inexistente paciencia mientras mis pies por inercia me llevaban con mi cómplice de ojos zafiro quien suspiraba de manera risueña vigilando un par de gastadas ollas con arroz.
“Así que estuviste a solas con Hiroki” Me burle llamando su atención para que ingresáramos en nuestro característico y familiar ambiente.
“Todo esto se salió de nuestras manos” Murmuro con agobio centrando toda su atención en mi curioso rostro “Masamune yo siento que estoy haciendo estupideces con Hiro-san, siento que me estoy equivocando y que nuevamente me destrozan” Expreso abriendo sus brazos como señal de impotencia.
“Él no es igual que Erika” Le recordé apoyando una de mis manos sobre su hombro “Él no te defraudara”
“Eso no lo sabes” Se quejó con terquedad apartándome de su espacio personal “Yo me debí haber ido por la puerta cuando él me lo dijo, me advirtió que saliera si solo estaba jugando, pero cuando lo hice no pude con el dolor que me conllevaba dejarlo en los brazos de otro hombre y me devolví como un cobarde” Expresó golpeando con rabia el mueble de caoba que contenía los cubiertos de metal.
“Nowaki tranquilízate” Le pedí con confianza sin dejar mi ególatra aura “¿Crees que para mi esto ha sido muy fácil?” Le pregunte con ironía en busca de que abandonara su orgullo para que viera con claridad nuestra precaria situación.
“Pero no puedes comparar, a mí me hicieron mierda; tú jamás te has enamorado” Me recordó resaltando la gravedad de su interés por el castaño de envidiable determinación y enigmática mirada.
“Es cierto; a mi nunca me han pulverizado el corazón; pero te aseguro que Ritsu lo ha roto más de una vez al jamás prestarme la misma atención que le daba su novio ¿Cómo crees que me sentí cuando él me dijo que se iría por siempre? ¿Cómo piensas que reaccioné cuando él se me acerco para decirme que el juego entre nosotros había finalizado?” El menor suspiro en busca de calma para responderme.
“Muy mal; ya lo sé, yo fui quien te consoló cuando ibas a dejar ir a Onodera” Me confronto permitiendo que acortara la distancia entre nosotros “Pero arriesgarme de esa manera con Hiro-san; no sé en qué estaba pensando, no es que este arrepentido de confesarle que me gusta como nadie más lo ha hecho, pero temó haberle dado más poder” Proclamo rompiendo las palabras al final de la oración.
“Yo le dije a Ritsu que lo amaba” Confesé bajando mi mirada con un falso interés al descuidado suelo de la cocina “Me aterra pero se lo dije de todas formas porque más miedo me da que se vaya de mi lado”
“Masamune” Mascullo mi cómplice atónito “¿Te das cuenta de lo que has hecho con esas palabras? ¿Sabes de las consecuencias que tendrás que pagar?” Me interrogo alzando una de sus cejas con ímpetu.
“Nowaki; eres mi mejor amigo, comprendo que estés lastimado y reacciones con este enfado por mi supuesta traición pero debía decírselas” Pregone tensándome ante la demacrada expresión que me confería el más alto.
“Cuando le dije que la amaba ella me arrojo como si fuera un envase desechable, ella me abandono cuando más la necesitaba porque me confesé, yo no quiero recaer en ese error dos veces, es problema tuyo en donde te metes” Proclamo con frustración empujándome para salir de la cocina “Después no digas que te lo advertí”
“¿Pero vale la pena negarlo si sabes que lo amas?” Le pregunte por impulso deteniendo mis movimiento ante su gélida mirada.
“No lo sé” Murmuro con resignación “Masamune mi plan inicial era dejarlo ir para que no sufriera por mi culpa pero no pude, ahora no sé a dónde quiero llegar y poseo la certeza de que lo acabare lastimando con esta clase de inseguridades” Al apreciar el vulnerable carácter del menor me acerque para abrazar su hombro en señal de apoyo y confianza.
“Entre los cuatro veamos a donde queremos llegar” Lo animé ingresando a la sala de estar en donde nuestras victimas reían animadamente rodeados de la melancolía.
“No exageren tanto, se separaron un par de días y se ven como si hubieran pasado años” Se mofó mi cómplice sentándose al lado del chico de mirada avellana quien con vergüenza permitió que su mano lo rodeara.
“Sabes que me dolió que Ritsu se fuera pero más me enfado que ese idiota haya estado mintiendo todo el tiempo” Mascullo con cólera el mayor apoyando sus manos sobre sus rodillas en busca de disipar la tensión.
“Pero debería agradecerle a ese imbécil por darme la oportunidad de mi vida” Susurre apoyándome al lado de Ritsu para darle un pequeño beso en la mejilla.
“Gracias por aceptarme de nuevo acá Hiroki; no sé qué habría hecho si no te compadeces de mi” Pregono apenado el más bajo consintiendo que nuestras manos se entrelazaran y mi respiración se cortara con sus sutiles caricias.
“Aunque no creo que él sé de por vencido con esa facilidad, honestamente pienso que él no se rendirá con eso de que tú estas dolido por sus engaños y conociéndote volverás a caer en lo mismo” Declaro el castaño mirándome con desconfianza.
“Si eso pasa seré yo quien le dejé claras las reglas de este nuevo juego” Proclame con seguridad dejando aquellas palabras como una promesa en el aire.