Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Casanovas de hielo por Chiaki28

[Reviews - 335]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola chicos!!

Bueno me atrase un par de días pero es porque pretendo hacer masivas y como es medio maratonico escribir todos los fics no pude evitar fallar en alguno T_T

Pero aca les traje su acosadora continuacion.

Espero que les guste <3 <3

Ritsu Pov

Un torpe chico que se aventuró a la ciudad para conocer al amor de su vida; un iluso que  creyó cada una de las mentiras que eran pronunciadas a través de una pantalla, un perdedor que dejó los estudio para enterrarse en una relación sin futuro; eso es lo que puedo ver en el sucio espejo de mi alma cuando intento animarme.

¿Cómo diablos me permití ser tan impulsivo? Nunca debí haber gastado todos mis ahorros para conocer a Shin, no debí haberme precipitado de esa manera; ¡Que rabia! Fue tan estúpido embarcarse por un hombre sin rostro, por alguien tan codicioso como todos los demás, un jugador que resulto ser peor que el diablo de ojos miel.

Yo estaba dispuesto a entregarme a esas enigmáticas orbes escarlatas; me encontraba sediento por su amor y necesitado por un par de vacías caricias. Por respeto a esas tiernas memorias hoy no tengo el valor de devolverle una llamada a ese chico quien profesaba como el amor de mi vida, porque enfrentarlo sería muy doloroso.

Con amargura al ser víctima de estos pensamientos apoyé mi rostro sobre la barra del bar esperando que alguna de mis mesas precisará de mi ayuda; con aburrimiento desvié mi mirada hacia mi confidente quien repasaba con una ingenua sonrisa un par de gastadas páginas de un sutil tono ocre.

Sin poder reprimir la curiosidad permití que mis pensamientos escaparan de mis labios y consiguiera obtener la atención del mayor “Hiroki ¿Qué estás haciendo? Pensé que no tenías más exámenes que revisar” Pregoné parpadeando con confusión.

“No tengo” Musito con timidez “Pero estoy pensando en sacar un doctorado” Aunque él trató de ocultar su expresión debajo de los cabellos de su frente pude distinguir el éxtasis y la felicidad resonando en cada una de sus frases.

“Estoy seguro de que podrás” Fue lo que susurre para permitirle regresar a sus estudios y hundirme en un mar de depresivos arrepentimientos.

Con Hiroki he aprendido el verdadero significado de la palabra vocación; ese castaño destila talento, emana una pasión tan grande que ilumina a sus alumnos, es capaz de mantener una agotada sonrisa sobre sus labios en las noches de infinitas lecturas, como admiro eso, como desearía obtener algo así.

Pero mi realidad es otra; sí yo hubiera juntado el dinero como lo hizo mi confidente por años hoy podría atreverme a postular en alguna de las prestigiosas universidades en las que él sueña con impartir clases; por mi estatus no tengo posibilidad a becas, mis notas tampoco eran las mejores y apenas puedo cubrir mis necesidades con lo que gano.

“Eso te pasa por impulsivo” Me regañe a mí mismo observando mi reflejo en uno de las limpias jarras de cerveza.

En el fondo tenía el presentimiento de que nuestro amor se estrellaría; de que esta relación pereciera entre mis manos y las espinas de las mentiras serían las que consumirían mi piel; tal vez siempre lo supe pero nunca fui lo suficientemente valiente como para admitirlo “Cobarde desde nacimiento” Murmullé negando con la cabeza.

Aunque me duela haber puesto las manos al fuego por ese hombre y haberme quemado, más me lastima sentir pánico y temor por las palabras de Kisa, porque a pesar de mis tercos intentos por encubrirlo sé que con cada instante que aspiro la varonil colonia de Takano él se mete más recóndito en mis pensamientos y en un infantil corazón.

Si yo me atreviera a darle lo que me pide, si le permito que me marque como suyo ¿Podríamos tener ese anhelado final que se narra en los cuentos de hadas? ¿Él me podría dar todo lo que alguna vez construí con Shin? Una tonta risa se escapó de mi garganta obligándome a apoyar con más fuerza mi rostro sobre mi mano “Es un casanovas, eso no pasara”

“¿Quién es un casanovas?” La socarrona voz del azabache me regreso a mi realidad, con vergüenza alcé mi mirada encontrándome con esas hipnóticas orbes que erizaron cada uno de mis poros y aceleraron mi respiración.

“¿Qué diablos estás haciendo acá?” Le pregunte con las cejas arqueadas “Creí que Kisa los había echado a los dos” El más alto rio con ternura repasando mis cabellos con esas grandes y protectoras manos.

“Él puede tratar de corrernos las veces que quiera, pero mientras ustedes trabajen acá nosotros no nos moveremos” Proclamo con arrogancia tomando asiento al frente mío en aquella sucia y deteriorada barra.

“No tienes por qué ser tan sobreprotector” Me quejé tratando de ocultar mi rostro debajo de mi desordenado flequillo.

“Dime” Musito “¿Qué es lo que tanto estás pensando?” El mayor tomó mi mentón para someterme con su dominante carácter y robarme el aliento.

“En que soy muy tonto” Murmulle por inercia.

“Eso no es nuevo” Presione mi mandíbula ante el egocéntrico carácter de mi confusa pareja para rodar los ojos.

“Los idiotas no cambian” Me defendí tratando de apartarme para servir algún trago en busca de una distracción en vano al sentir su fuerte agarre en mi brazo.

“¿Por qué crees que eres tonto además de lo obvio?” La herida aún se encontraba expuesta; mi sangre aun ardía por mi cobardía, mis emociones se encontraban carcomiendo mi piel, sin poder reprimirme, ignorando este terco carácter acabe por exponerme.

“Porque ahorre años para mis estudios, trabaje tres veranos para poder ir a un instituto decente y lo derroche todo por conocer a Shin; ya no tengo nada Takano” Le explique con angustia sin romper el tacto visual.

“No digas que fue un desperdicio si nos conocimos” Me ordeno apresando mis mejillas entre sus manos.

“Aun así yo no sé qué haré con mi vida” Musite profesándome perdido, atrapado, como si un laberinto me estuviera consumiendo sin piedad alguna “Todo ese plan de casarme y tener una linda familia se escucha muy infantil ahora”

“Ritsu” Me llamó con preocupación acariciando los cabellos que descendían por mi cuello “Desearía poder hacer algo por ti”

“Pero no puedes” Le rebatí con una amarga sonrisa sin apartarme de su envolvente calor “Aprecio tus intenciones pero mis problemas se salen de las manos de un casanovas como tú” Las facciones del azabache se deformaron para contemplarme con decepción y rabia.

“Esa vida la puedo dejar por ti” Pregono sin vacilar levantándose de la silla para apoyar sus manos sobre la barra y tirar de mi camisa atrayendo mi rostro al suyo; logrando que aspirara con necesidad su aliento.

“Eso es lo que dices pero” Mis palabras murieron en mi garganta al percibir como la húmeda y caliente lengua del más alto jugueteaba con mis labios al repasarlos de manera recelosa impregnándome con su esencia.

“Si te dijo que por ti lo hago es cierto” Reitero con determinación relajando su mirada ante mi atónita y pasmada expresión.

“Deja de hacer esa clase de cosas” Reclamé ocultándome de su socarrona sonrisa; tratando de disimular sin éxito el fuerte rubor sobre mis mejillas.

“Deja de provocarme con ese cuerpo tan sensible tuyo entonces” Susurro acercándose a mi oreja para morderla tirándola ligeramente con sus dientes, consiguiendo que mis piernas temblaran con una odiosa sumisión.

“Diablo de ojos miel deja a Ritchan en paz” Me defendió un enfadado chico de ojos cafés con las cejas arqueadas y los brazos cruzados.

“Él es capaz de defenderse, si no me detiene es porque le gusta” Declaro con un tono sensual el más alto.

“No sé qué hacer con ustedes; primero Nowaki se lleva a Hirochan sin mi permiso y tú atacas a Ritchan en el trabajo, no sé cómo la hacen para burlar a Yukina en la puerta” Masculló agobiado apoyándose en el mesón de madera a sus espaldas.

“¿Nowaki se fue sin decirme nada?” Lo interrogo con recelo el azabache como si se estuviera lamentando por algo.

“Bueno nuestros turnos acabaron hace un par de minutos, es normal que se hayan ido” Musite con una ingenua risa al recordar el brillo que enciende esa víbora en las cálidas orbes de un corazón que fue sellado con llave por temor.

“Lo sé” Susurro el más bajo “Creo que tendré que poner una nota en la puerta para que ustedes ya no entren par de casanovas” Farfulló con un poco usual tono de voz sin dejar de fulminar a mi ¿Pareja? Con la mirada.

“No te tienes que preocupar por Nowaki y por mí, nosotros no fijaremos nuestros ojos en alguien que no sean tus lindos meseros” Proclamo con descuido el mayor dejando que sus hombros se relajan.

“Eso es lo que dicen ahora” Musito Kisa caminando hacia mi lado “Veamos que tanto les duran como juguetes cuando ya los hayan dejado vacíos una vez” Sus advertencias resonaron como eco en mis pensamientos y apresaron con descaro mi pecho.

Yo aunque no me atreviera a admitirlo en voz alta estaba en un trance de amor por esos poderosos ojos miel; me encontraba perdido en quien era Takano, embelesado con sus baratas palabras de amor, con sus descarados toques, estaba extrañamente fascinado con ese hombre, por eso me aterra tanto que me deje.

Nunca he sido de los que se apegan con facilidad a las personas por miedo a que me devasten, los únicos amigos que he conseguido tener han sido Shinobu; mi compañero de clases desde primaria y Hiroki quien se ha transformado en un hermano; ni si quiera con Shin sentía estas cosas que me provoca Takano, y eso es lo que me horroriza.

Ser usado como un pañuelo para quedar como un nombre más en su lista de méritos, haber sido condenado a transformarme en el chisme de un animal sin costumbre para quedar devastado con su frialdad.

“Ritsu ¿No te quieres ir a casa?” Su voz me sacó de mis pensamientos, con un agotado suspiro me desabroche el delantal como si siguiera sus órdenes.

“Estoy bastante casando, solo quiero llegar a dormir y ya” Respondí quitándome la delicada prenda para encaminarnos a la salida.

“Yo también estoy muy cansado, lo único que quiero hacer es abrazarte toda la noche y fantasear contigo en posiciones comprometedoras entre mis sueños” Proclamo con una sonrisa lasciva repasándose los labios.

“¿Tú y Nowaki no tienen casa?” Le pregunte irritado alzando una de mis cejas, percibiendo como el repentino manto del atardecer nos comenzaba a cubrir.

“Sí, pero también tenemos la llave de su apartamento, no perderíamos la oportunidad de estar con ustedes” Declaro con arrogancia llevando una de sus manos hasta mi cintura para abrazarme con envidia.

“Siguen siendo un par de acosadores” Me mofé sin separarme del agarre, tratando de callar este ridículo latir con el que se estremecía mi pecho.

“Y ustedes dos siguen siendo unos tercos que no se quieren acostar con nosotros” Mis mejillas fueron agolpadas por un poderoso calor ante sus palabras.

“Eso no es nuestra culpa” Un superficial beso sobre mis labios callo cada uno de mis reclamos.

“Los casanovas de hielo no se rinden con facilidad, los seguiremos fastidiando hasta que tengamos todo lo que implican, hasta que me hayas mostrado tus expresiones más vergonzosas y sea el primero en escuchar tus eróticos gemidos” Con rabia golpeé el hombro del más alto quien libero un enfadado quejido.

“Tú no cambias” Me burle con el ceño arqueado “Pero eso es lo que me aterra” Murmulle para mí mismo perdiéndome en el paisaje.

Lo único que hice el resto del camino fue consentir que el azabache me abrazara como un desesperado intento por calmar mis miedos y aligerar el peso que se va acumulando en mi espalda tratando de hundirme en el infierno.

Mis ojos recorrieron con curiosidad el mismo paisaje de siempre, repase con ansiedad aquellos viejos árboles, las cansadas personas, sentí como el gélido viento nos envolvía incitándonos a permanecer juntos; después de un par de minutos en silencio Takano frenó en una antigua librería captando mi atención.

“Ritsu tengo que comprar un libro de medicina que nos hace falta a Nowaki y a mí, no te muevas mientras lo compro” Me ordeno besando mi frente para adentrarse en las elegantes paredes de aquel local.

Mi cuerpo tembló al ser golpeado por la brisa primaveral, sin tener intenciones de obedecer a ese casanovas ingrese a una tienda de conveniencia que se encontraba al lado para buscar algo decente de cenar y quitarle un peso a mi esforzado amigo.

Tomé varios paquetes de comida preparada con decepción ante mis nulas habilidades en los quehaceres “Y así pretendía vivir solo de amor si no se ni hervir fideos” Musite en voz alta liberando un cansado suspiro.

“¿Ritsu?” La voz que resonaba en mis pesadillas paralizo cada uno de mis músculos forzándome a liberar los productos que había tomado.

“Shin” Balbuceé retrocediendo en un olvidado pasillo de esa tienda hasta chocar con uno de los congeladores y quedar expuesto a esos ojos.

“¿Qué diablos pasó? ¿Por qué ya no regresas mis llamadas?” Me pregunto con preocupación apoyando sus dos brazos sobre mis hombros para encerrarme con recelo e impedir mi inminente huida.

“¿Qué es lo que haces acá? Tú vives del otro lado” Me defendí tratando de mantenerme firme.

“Como no he sabido nada de ti me preocupe, no recuerdo la dirección de ese hombre con el que vives pero si el camino, por eso he estado frecuentando estos parajes esperando encontrarme contigo” Declaro con seriedad acercando su rostro al mío “Ahora dime que paso”

“Dije que necesitamos un tiempo” Murmulle sin romper el contacto visual “Yo ya no sé quién eres, ya no puedo creer en tus palabras Shin, lo siento” Una pequeña risa que presiono mi pecho fue liberada de su garganta.

“¿Entonces fue eso?” Me pregunto con alivio “Ritsu no seas tontito, en las relaciones a distancia siempre se ocultan cosas, se esconden detalles sin importancia como si era virgen y quizás las notas que saque en la universidad, pero todo lo demás es cierto; mis emociones por ti son reales, eso no lo dudes” Musito tomándome de las manos para depositar un pequeño beso en estas.

“¿Cómo puedo fiarme de ti?” Le rebatí apartándolo al apoyarme en su pecho “Tú me llamaste un mentiroso, te burlaste de mi con tus engaños, te reíste de quien lo dio todo para conocerte” Expresé consiguiendo que mis labios esbozaran una mueca afligida.

“¿Enserio me fuiste sincero toda la relación?” Me pregunto atónito causando que la amargura me consumiera; es insólito que aun tenga el valor de verme a los ojos luego de destruir mi primera ilusión.

“Sí Shin, ni una mentira blanca te conté” Respondí sin vacilar “Al menos uno de los dos trató”

“Ritsu lo siento, no pensé que fuera un tema tan serio para ti” Murmullo revolviéndose los cabellos de la frente con preocupación y temor “Pero lo podemos arreglar, sigamos con nuestro plan original, múdate conmigo y conozcámonos como se debe, entrégame otra vez tu confianza por favor” Me pidió aferrándose a mi cintura, apoyando su rostro sobre mi hombro para aspirar mi aroma.

“Ya no es tan sencillo” Me excuse sin poder quitármelo de encima.

“Claro que lo es” Me contradijo incorporándose con más fuerza en mi cuerpo “Ritsu te amo, no botaré esta relación por un capricho, no perderé lo que hemos construido solo por una traba”

“El problema es que ahora él es de alguien más” Mis músculos se tensaron ante la enfadad voz del azabache quien aparto con rabia al más alto de mi estructura “El problema acá es que tú idiota lo hiciste llorar y arrojaste tu oportunidad”

“¿El maldito casanovas?” Pregunto pasmado presionando su mandíbula y juntando sus puños para confrontar a Takano.

“Ahora Ritsu se atrevió a darme una oportunidad, perdiste amigo” Proclamo con arrogancia sin bajar el mentón.

“Ya veo” La voz de Shin sonaba sarcástica y afligida “El idiota de ojos miel te sedujo mientras estabas vulnerable y ahora cree que puede hacer lo que se le dé la gana con los novios de alguien más” El hombre de cabellos rojizos sin dejar de fruncir el ceño se paró al frente del casanovas “Pero las cosas no son tan sencillas”

“Quien tiene que escoger es Ritsu” Musito con tranquilidad como si fuese indiferente ante la presencia del más alto.

“Grábate estas palabras acosador de cuarta, aunque Ritsu este confundido y te haya dado una miserable oportunidad yo no me voy a rendir con él; no dejare de luchar por un amor que me salvo tantos meses, no lo dejare en tus manos” Masculló con cólera bufando sobre el rostro de mi acompañante.

“Shin no eches más leña a esto” Le pedí acercándome a la pelea para calmar a los impertinentes.

“Me equivoque y lo lamento, no sabía que te lastimaría de este modo amor” Murmullo tomándome de los hombros “Eres demasiado importante como para que te deje ir; solo contesta mis llamadas Ritsu” Me rogó con suavidad esbozando una tierna sonrisa para depositar un pequeño beso sobre mi frente.

“YA LÁRGATE” Le grito el azabache apresando mi muñeca con recelo para arrastrarme al baño que ofrecía la tienda y confrontarme.

Al entrar en la pequeña habitación mi espalda chocó con fuerza en contra de las frívolas baldosas mientras los brazos de Takano me acorralaban impidiéndome moverme y esquivar esa peligrosa mirada que utiliza para manipular cada una de mis acciones.

“Te dije que no te movieras” Me regaño con cólera presionando con rabia sus dientes.

“No soy un niño para que me digas como actuar” Le rebatí tratando de mantener una posición dominante e imponente “Además debía hablar con Shin para resolver estas cosas, no podía evitarlo por siempre”

“¿Él te hizo algo?” Me pregunto con recelo acercando su rostro al mío “Se atrevió a tocarte” Afirmo con furia.

“Solo me dio un abrazo, Takano no comiences con esto” Le pedí apoyando una de mis manos sobre su acelerado pecho “Lo mejor sería irnos; Hiroki debe estar preocupado” Le recordé tratando de escapar de su agarre sin resultado alguno.

“¿Fue acá?” Me pregunto desabrochando los primeros botones de mi camisa para que esta dejara al desnudo mi hombro derecho “No permitiré que él te aparte de mi lado Ritsu” Musito antes de comenzar a esparcir un par de posesivos besos sobre mi piel.

“Takano detente” Le pedí con el rostro ardiendo, las piernas temblando y los manos aferradas a su espalda.

“Déjame sentirte Ritsu” Murmuro lamiendo con ímpetu mi hombro para comenzarlo a morder levemente y succionar dejando un par de celosas marcas.

La sangre me ardía con esos eléctricos toques de los que era víctima, mi cuerpo se retorcía solo con sus venenosas caricias, sus manos quitaban los botones de mi camisa para acariciar mi pecho como si fuera de su propiedad sin dejar de lamer mi hombro tratando de borrar los toques de Shin.

“T…Takano ya” Susurre apenado al haber permitido que un suspiro escapara de mi boca.

“Veo que te gusta” Musito con una sonrisa arrogante subiendo hasta mis labios para intoxicarme con sus besos.

Nuestras piernas no resistieron y nos forzaron a golpearnos en contra del suelo sin separar nuestros labios, su lengua tocaba con descaro la mía, su saliva ya se había impregnado en mi boca, su aroma ahondaba en mis sentidos, mi razón se había desaparecido al igual que mi vergüenza, lo único que hice en esos momentos fue enredar mis manos en sus negros cabellos deseando que callara estos tontos temores.

Un quejido murió en mi garganta al percibir como sus dedos pellizcaban con malicia mis pezones; sus labios me impedían reclamar al encender mis más oscuros deseos para aferrarme con fuerza a su cuello y desear que me poseyera.

“Eres muy sensible” Murmuro como burla al separarse de mis labios.

“No es cierto” Lo contradije tensándome al percibir como una de sus manos ingresaba en mi pantalón mientras la otra me empujaba de las caderas para quedar sentado sobre su regazo.

“Siempre eres tan terco” Se mofó acariciando mi intimidad sobre mi ropa interior causando que me mordiera el labio “Pero eso de cierta manera es lo que te hace irresistible”

“¿Qué crees que estas?” La hambrienta boca del azabache sobre la mía me impidió seguir hablando; mis piernas tiritaban sin control al percibir como su mano acariciaba mi miembro con lujuria y lascivia.

Con torpeza trate de corresponder a los movimientos de sus labios permitiendo que aquel beso fuera el que me condenara y me hiciera fallecer, mi corazón golpeaba mi pecho con tanta velocidad que temí que se escapara, lo único en mis pensamientos era aquel hombre quien había acaparado mi único deseo.

La estática y el calor crecía entre nosotros, una dolorosa presión en mi hombría me recordó lo excitado que me ponían sus caricias; con ímpetu en contra de mi orgullo rasguñé su espalda sobre la camisa mientras su otra mano en mis cabellos nos incitaban a  unir nuestras lenguas en una intensa batalla en la cual me quería intoxicar con esta adicción.

Las cosquillas poseían mi piel; los músculos me ardían, la respiración me asfixiaba, su mano masturbando mi miembro me enloquecía;  pude percibir como una fuerte corriente eléctrica golpeo mis sentidos forzándome a liberar un pequeño gemido entre sus labios para derramar mi esencia sobre mi mano.

“Relájate” Musito mientras su mano descendía por mis piernas para llegar hasta mi entrada, me tensé al sentir como uno de sus dedos se retorcida en mi interior.

Alcé la mirada con temor para perderme en sus ojos miel llenos de lujuria y deseo; con agobio lleve mis manos hasta sus hombros para apretarlos y presionar mis parpados intentado lidiar contra mis demonios.

“Ya verán cómo se aburren cuando desechan a sus nuevos juguetes” Las palabras de Kisa resonaban en mi mente como un desgarrador aullido; abrí los ojos para entrelazar mi mirada con la de mi acompañante sin separarnos.

Tenía miedo; por primera vez yo encarnaba el pánico; temía que él me dejara luego de que se cansará ¿Y si le aburría por ser inexperto? ¿Y si todo el tiempo jugó conmigo? ¿Si realmente no me ama como dice hacerlo? No puedo salir lastimado otra vez, no puedo perderlo porque aunque me odie por admitirlo lo amo.

“Ritsu” Me llamo deteniendo sus movimientos para apartar sus manos de mi cuerpo y unir su frente con la mía “¿Qué?”

“Lo siento” Musite levantándome con rapidez de sus piernas “No puedo Takano, no quiero” Proclame con una genuina angustia siendo reflejada en mis palabras; mi acompañante suspiro con decepción bajando sus hombros.

“Está bien Ritsu, yo esperare lo que sea necesario” Pregono levantándose para que nos pudiéramos asear y acomodar en aquel baño “Supongo que me deje llevar por la tentación de tenerte entre mis brazos”

“Supongo” Murmulle abrochándome la camisa y acomodándome el pantalón.

“Lo lamento yo” Musito secándose las manos “Quiero que tu primera vez sea especial, y debo admitir que el baño de una tienda de conveniencia no es lo más romántico que pude escoger” Rio acercándose hasta mi para tomar mi mentón.

“El encargado se hubiera enfadado mucho”  Musite aligerando el denso ambiente que nos envolvía.

“Estas cosas como el romance y la cursilería no se me dan, es realmente difícil,  es muy complicado hacerlo” Mascullo llevándose la mano hasta la frente para frotarla en busca de paciencia “Pero por ti puedo hacerlo”

“No necesito esas cosas” Murmullé extendiéndole mi mano con vergüenza para que nos fuéramos juntos a casa.

“No es necesario que me cierres quien eres, si te gustan esas cosas yo con agrado cumpliré tus fantasías” Pregono abriendo la puerta para salir con rapidez de aquel local antes de ser regañados.

Suspire con alivio ante la repentina actitud comprensiva de mi renegada pareja; una mueca de frustración se trazó sobre mi labios ante mi actitud, es ridículo que me deje guiar así por el miedo, que me paralice; pero nunca había deseado a alguien de esta forma, ni si quiera cuando Shin y yo nos peleábamos percibía tanta angustia.

Así que esto es estar enamorado, ¿Por qué tiene que ser tan complicado? Me pregunte mientras ingresábamos al edificio en donde yo y el castaño compartíamos una vieja y antigua habitación con alta renta.

“Te amo por favor no lo olvides” Fueron las palabras que murmuro antes de que llegáramos hasta mi hogar para abrazar mi cintura y besar mis labios con lentitud y suavidad “Te demostrare que soy de confianza”

“Es complicado pero yo también tratare de confiar” Respondí borrando mi sonrisa al ver como el azabache sacaba de su pantalón con orgullo la llave de mi apartamento “¿Nunca te desharás de esa cosa?”

“Nowaki y yo ya le sacamos copias, no cuentes con que las botemos” Proclamo con arrogancia adentrándose hasta mi hogar.

“No sabes la rabia que eso me causo ¿Cómo diablos debo estar confiado ahora?” La enfada voz de la víbora de ojos azules nos avisó de su presencia en nuestro hogar; con curiosidad Takano y yo caminamos hasta la sala de estar en donde se escuchaban las efusivas  voces.

“Estoy cansado de decirte que no fue nada, deja ese enfermizo lado posesivo” Las palabras de mi amigo se escuchaban angustiadas y afligidas, sin poder controlar mis impulsos corrí hasta el lugar para encontrarme a Nowaki tomando con frustración de los hombros al castaño.

“Entonces deja de darme motivos para preocuparme” Pidió el chico de cabellos negros con los hombros agachados.

“¿Qué les paso?” Irrumpió la voz del azabache aferrándose a mi cadera con naturalidad.

“El idiota de Tsumori se atrevió a tocar lo que es mío” Mascullo con cólera el más joven tragando con dificultad.

“¿Hiroki?” Lo llamé expectante de su versión; el chico de ojos avellana suspiro agotado separándose de su negada pareja.

“Fue un accidente, Tsumori no tiene malas intenciones” Me explico caminando hasta mi lado en busca de apoyo.

“Mejor explíquense” Pidió el azabache separándose de mi lado para ponerse junto al otro casanova e iniciar una pequeña guerra de orgullos.

Notas finales:

Bueno las palabras de Kisa si tiene su peso porque en el fondo Hiroki y Ritsu temen ponerlos a prueba al saber que estan enamorados....porque si les fallan y los dejan no saben si podran salir de ese shock; es dificil.

Shin en realidad pensaba que era una pelea menor; ya vio que se equivoco y ha comenzado a mover sus cartas.

y TSumori, ya sabes que Nowaki lo pinta de casanovas cuando no necesariamente es asi.

Espero que les haya gustado; ojala comenten y mil gracias por leer <3 <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).