Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Casanovas de hielo por Chiaki28

[Reviews - 335]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola chicos!!

4/13 en mis hermosas masivas?

Si no queda clara abajo lo trato de explicar mejor.

Espero que les guste <3 <3

Ritsu Pov

Tener que entregarme a alguien, fundirme con un hombre de sonrisa encantadora y palabras galantes ¿Cuántas noches planifique aquella velada entre mis inocentes sueños? Aunque detesté admitirlo por no desear quedar expuesto con esas tontas debilidades que se arrastran como cadenas entre mis pies; soy un chico romántico quien creó incontables fantasías sobre su primer amor y la relación que lo marcaría el resto de sus días.

Yo pensé que me acabaría enamorando de un hombre como Shin, alguien quien a pesar de sus mentiras era dulce, tierno, fiel, perseverante, detallista, siempre nos despertábamos con un empalagoso mensaje de texto y nos quedábamos hablando hasta que la voz del otro se convertía en un exquisito somnífero.

Salir de esa línea de planes me parecía una demencia; el simple pensamiento lograba que una tonta sonrisa se trazara sobre mis labios en señal de burla hasta que llegó ese diablo de ojos miel para arrastrarme a su infierno y destrozar con sus garras todo lo que soy y he conocido; hasta despedazar mis convicciones para ser hipnotizado por esas presuntuosas frases de seducción.

Él no es nada de lo que esperaba o ansiaba; es un arrogante, muchas veces egoísta, individualista, es brusco, dominante, excesivamente celoso, irresponsable; no conoce las cosas más sencillas acerca del amor y aun así mi corazón late con desenfreno con tan solo un tacto de sus dedos o una mirada de esas despampanantes orbes; aun así mi mente se nubla con sus acciones y acabó rogándole por más.

“Supongo que uno no escoge de quien enamorarse” Musite para mí mismo apoyando la mano en la barra de tragos; centrando mi atención en Kisa y los casanovas quienes batallaban por permanecer en el bar con vagos argumentos.

Siempre nos están persiguiendo con el pretexto que nos ansían cuidar; se han convertido en una sombra protectora, en un confidente, en un secreto, en alguien mucho más que un simple mujeriego para nosotros dos. Cuando la mirada de Takano se centró en la mía al otro lado del salón mis piernas comenzaron a temblar consiguiendo que él se tranquilizará.

Mis mejillas ardieron; mi estómago empezó a hormiguear al recordar la excitante entrega que habíamos tenido anoche y el memorable despertar de hace un par de horas cuando lo primero que percibí en mi piel fueron sus cálidas manos recorriendo mi espalda como si le perteneciera y la imagen que se grabó en mi mente fue la de su sonrisa satisfecha.

“No me enfadaría poder amanecer todas las mañanas de esta manera a tu lado” Fue lo que me dijo con su aterciopelada y ronca voz mientras con esa torpe sonrisa no podía dejar de acariciar mis mejillas.

“No digas esa clase de cosas, lo más seguro es que se enfaden por no haber llevado el libro” Hace un par de horas la vergüenza era la que me había consumido al encontrarme expuesto sobre su pecho, desnudo ante ese incesante latir de corazón; ya no tenía las energías para batallar.

“Nowaki lo comprenderá, además esta es la primera vez que despierto abrazado de alguien, para mí eso tiene mucho significado Ritsu” Esa confesión aun estremece cada uno de mis poros con su tacto y enciende la chispa de mis deseos “Me gustaría poder abrazarte todas las mañanas, permanecer así el resto de mi vida”  Por inercia llevé mi mano derecha hacia mis labios recordando aquel electrizante tacto e insinuativo roce de lenguas.

“¿En qué diablos estoy pensando?” Me dije intentando concentrarme en la jarra que estaba limpiando; frotando con fuerza ese paño sobre el cristal.

“Ritsu te ves distraído” Pasé saliva con nervios ante la seria voz de mi confidente quien estaba preparando alguno de los tragos del menú para un grupo de jóvenes “¿Hay algo que me estas ocultando?” Mi risa nerviosa de histeria no ayudo.

“No” Mi respuesta logró que Hiroki arqueara las cejas en señal de molestia.

“¿No se supone que somos amigos para que me cuentes esta clase de cosas?” Su voz se escuchaba un tanto herida y decepcionada, relajando los hombros y la cabeza me atreví a desmoronar esas punzantes barreras.

“Es un tanto vergonzoso de decir” Musite con las mejillas hormigueando “Además yo me siento aun nervioso por eso”

“Supongo que te tengo que tener paciencia” Murmulló agregándole un par de ostentosos adornos a las bebidas de cóctel “Estoy pensando seriamente en cambiar la llave de nuestra casa para que ellos ya no puedan entrar” Reí ante la seriedad de esa propuesta.

“Hace meses ellos no regresan a la suya y somos nosotros quienes pagamos el arriendo” Le expresé como guiño de acuerdo regresando a mi labor.

Acabé de limpiar los finos vasos que con tanto esmero cuidaba el dueño para centrar mi atención en mi amigo quien aun sostenía la bandeja con una mueca de aflicción sobre sus labios y las piernas tambaleando.

Con curiosidad traté de buscar con la vista al objeto de su temor enfocando mi mirada en un grupo bastante numerosos de universitarios quienes se encontraban entretenidos con juegos de apuestas y gritándose variados insultos.

“¿No quieres ir a dejárselos?” Le pregunte con tranquilidad captando su atención.

“No” Confesó “Ese chico de al medio, al que todos están mirando, se ha convertido en otra especie de acosador” Oculté mi pequeña risa detrás de mi mano ante la clase de personas que él tendía a atraer.

“Todas las posibles parejas que atraes son acosadores” Bromé consiguiendo que esa terquedad saliera a relucir con un tenue sonrojo.

“¿Se las podrías ir a dejar por mí?” Más que un imponente pregunta aquello fue un seguro favor suplicante.

Con un leve asentimiento de cabeza tomé la bandeja para encaminarme hacia el ruidoso grupo; con una mirada de desdén y una mueca de disgusto les dejé sus pedidos sin poder despegar mi atención de la expresión satisfecha del chico rubio o de un par de repulsivos piropos que me arrojaban sus aduladores; esa clase de persona es la que desperdicia el dinero que yo tanto me esfuerzo por reunir; son un derroche.

Perdido en mi mente me aparté sacando vagas cuentas con las manos; si yo trabajará los siguientes tres años en este lugar el banco me podría prestar el dinero que requiero para ingresar a la universidad de Hiroki; si hiciera doble turno quizás solo requeriría de 28 meses de esfuerzo con buenas propinas.

Una sarcástica risa resonó por las afueras de la cocina en donde acomodé la bandeja, volver a estudiar; que idiotez más grande, yo ya gasté ese dinero, ya selle mi futuro como una condena silenciosa en el corazón, no es algo tan sencillo como lo estoy pensando, además lugares así de adinerados no van conmigo; lo mejor sería resignarme a buscar otro sueño o regresar con la cola entre las piernas con Shinobu.

Supongo que él me abrazaría, me sobaría la espalda y murmuraría un te lo dije por haber huido con un embustero sin rostro, por haberme permitido engatusar por las dulces mentiras de un hipócrita, por pensar que Shin me podía sacar de esa miseria en la que estaba sumergido con sus dulces palabras de salvación.

“¿No me tienes que decir algo?” Mi piel se erizo con esa voz llena de seriedad; con angustia me volteé para encontrarme con un decepcionado chico de mirada café.

“Kisa” Musite llevándome la mano al pecho, temblando por la sorpresa “No sé qué es lo que esperas que te diga”

“Ritchan yo ya me enteré por una de las tontas conversaciones de esos dos que te entregaste a ese diablo” Mis mejillas enrojecieron, mis cejas se arquearon, mis puño se apretaron; una de las cosas que más detestaba eran los rumores que especulaban sobre las vivencia ajenas.

“Eso no tiene por qué importarle a otra persona” El más bajo se trató de acercar con un semblante íntimo y amistoso al rozar mi hombro.

“No sé qué estas esperando que él haga pero no te ilusiones mucho con alguien así” Me pidió bajando la cabeza “Yo mejor que nadie sé lo encantador que puede ser ese hombre, como se siente que te diga cosas hermosos para usarte un par de noches, pero él tarde o temprano se va a aburrir” No supe porque pero una desagradable sensación en mi estómago y un asqueroso sabor en mi garganta  paralizo las fibras de mis músculos ante el simple pensamiento de que ellos habían compartido labios.

“Yo aprecio mucho lo que has hecho por mí y por Hiroki pero te voy a pedir que te mantengas al margen de mi vida amorosa, lo que pasa entre Takano y yo se queda entre nosotros” Sus ojos se abrieron con sorpresa, él se mordió el labios con frustración desviando su atención al sucio suelo del bar.

“Solamente te trato de aconsejar de la experiencia” Ese fue otro golpe en el estómago; la confirmación a que yo no he sido el único; aunque siempre supe que jamás lo fui era lo que deseaba creer.

“Kisa yo” Cerré mis ojos intentando disimular le pena que me causaba el tener que confesar mis emociones “Toda mi vida fantaseé con un amor así de apasionado, aunque suene cursi el primer amor es algo que yo atesoro mucho, con quien espero poder pasar el resto de mis días, Takano significa mucho para mí, por eso no me gusta que ensucies su nombre” Su mirada de sorpresa cambio a una llena de compasión.

“Por eso no quiero que un día llegues con el corazón destrozado entre las manos y las lágrimas en el rostro; me enferma la idea de que estén jugando con ustedes y se dejen atrapar” Sus manos apresaron mis hombros para comenzar a agitarme “¡Hay mucho mejores personas afuera Ritchan, busca quien valga la pena!”

“¡Él vale la pena!” Alcé la voz con frustración intentando empujar a mi jefe con la sangre hirviendo de la cólera “Takano vale el riesgo” Su risa sarcástica resonó por las paredes opacando la estruendosa música del local.

“Cuando te encuentres en una cama solo en las mañanas, cuando te des cuenta de que solamente te usaron como una prostituta barata, cuando él te deje vacío coqueteando delante de sus nuevas víctimas al frente tuyo y ya no tengas más lamentos por haberlos gastado, ahí” Sus enrojecidas orbes cristalinas me esquivaron “Ahí dime si valió la pena el riesgo a amar”

“Kisa” Musite con cariño recibiendo un manotazo.

“Ya es muy tarde para que te des cuenta de todo lo que has perdido con ese hombre” Farfulló temblando de la rabia y la impotencia “Solo te venía a decir que en la parte de atrás del bar hay un hombre muy guapo preguntando por ti” Ambos intercambiamos una última mirada en donde él me observo con rabia, desdén y antipatía para que saliera por la parte de atrás del local.

Al comienzo sospechaba de la relación que tuvieron Kisa y ese casanova, sin embargo, las dudas se disiparon para que yo quedará sosteniendo una amarga verdad atada a mis manos con clavos; yo no puedo creer que sus caricias sean mentiras, que sus besos me inyecten de veneno y sus abrazos me empujen a una lenta y maliciosa muerte, no quiero creer eso.

Desde el comienzo de esta extraña relación explosiva supe que él podría estar jugando conmigo, que tal vez era un número más en su lista y un rostro más debajo de sus memorias, yo me acosté con él teniendo ese riesgo escrito con escarlata en el pecho y ahora lo asumiré.

Al darme el valor para girar la puerta de la salida de emergencias mis ojos chocaron con unas brillantes escarlatas acompañadas de una galante sonrisa, sí tan solo las cosas hubieran salido diferentes entre nosotros dos, sí la sinceridad hubiera sido la que nos guiara y el antifaz se hubiera caído, quizás me tendría entre sus brazos; pero eso no pasó.

“Hola” Musito incomodó, llevándose la mano detrás de la nuca como un nervioso intento por disimular la presión “Yo te tuve que venir a buscar acá porque no me regresas las llamada y nadie me quiere decir dónde vives”

“Es que he estado muy ocupado” Le mentí al saber que su ira se desataría si mencionaba al imponente azabache de mirada miel.

“Quería invitarte al cine” Musito sacando de los bolsillos de su chaqueta un par de entradas “Es de tu película favorita, la que soñamos tantas noches con venir a ver juntos ¿Lo recuerdas? Hasta imaginamos como nuestros dedos se entrelazarían en el paquete de palomitas” Sus palmas apresaron las mías de manera celosa.

“¿Así que eso sí fue verdad?” Bramé con rencor desviando la nuca “Pensé que también lo habías inventado como todo lo que me contaste de ti”

“Ritsu” Me llamó con suavidad; sus manos se acercaron a mis mejillas juntando nuestras frentes “Lo lamento, nunca había arruinado de esta manera las cosas” Su aliento golpeó mi nariz, sus ojos no se podían despegar de los míos, su respiración agitada delataba los nervios que lo dominaban; lamentaba este decepcionante final.

“Shin yo realmente quería hacer todas esas cosas contigo” Musite apoyando mis manos sobre las suyas “Quería irme a vivir a tu casa, casarnos, adoptar un pequeño hijo de cabellos castaños como tú lo anhelabas y llamarlo Hotaru y envejecer a tu lado, pero esas cosas ahora se escuchan tan irreales” Su sonrisa se borró con el viento.

“Sí, se oyen como las locuras de un adolescente enamorado ¿Qué tiene de malo?” Me rebatió depositando un pequeño beso sobre mi nariz, logrando que esta ardiera ante la nostalgia de su seductor aroma.

“Que yo ya no puedo tener nada de eso” Murmullé bajando la cabeza con sumisión, consintiendo que sus manos repasaran mis cabellos.

“¿Por qué no? ¿Ya no me amas acaso?” Me interrogo como si fuera un broma, callando ese socarrón tono juguetón ante mi seria y fría expresión.

“Estoy enamorado de Takano” Confesé con el labio tembloroso, el corazón amenazado con cortarme la respiración y las piernas tambaleando.

Sus orbes se apagaron sin disimular lo atónito que se encontraba, sus labios vacilaron en la siguiente palabra, el ruido de su alma quebrajándose llenaba mis sentidos junto a esa fría brisa que el atardecer nos entregaba con olor a añoranza.

Tantas noches que soñamos en nuestro castillo, tantas promesas entrelazadas con dulces palabras de mentiras, miradas que deseábamos compartir, sueños frustrados, experiencias sin vivir, cosas que ya nunca tendremos, amores que no se cumplirán, tanto perdido porque todo lo construimos sobre una nube de cristal, permitimos que la flor de nuestra pasión pereciera y se asfixiará con las propias espinas de su veneno.

“¿Del casanovas?” Repitió negando con la cabeza con histeria.

“Lo siento” Murmullé desmoronando a quien me impulso para crecer y salir de aquel lugar con una estupidez que se convirtió en el arma en contra de mi frente.

“No es cierto” Musito con pasos firmes forzándome a retroceder “Me estas mintiendo para que te deje en paz, yo te conozco, no eres capaz de algo así” Bramó logrando que mi espalda chocará en una de las húmedas paredes de la salida como un intento por esquivarlo.

“Shin yo no quería que las cosas acabaran de esta manera, quizás puedas fantasear todo eso con alguien más, alguien a quien encuentres en una situación más” Una presión sobre mis labios calló mi improvisado discurso, mis ojos se abrieron con sorpresa, la respiración se me agito mientras mis manos presionaban su pecho para que me dejara en paz, él antes de separarse lamió mi boca con arrogancia provocando que temblará.

“Puedo sentir que aún me amas” Proclamo con satisfacción dejando que su aliento acariciara la piel de mi cuello;  con la rabia calcinando  mis músculos le extendí un puño para darle un golpe en el rostro sin éxito alguno al ser apresada.

“Shin no te comportes como un niño y acepta una ruptura cuando llega” Lo reté con las cejas arqueadas y el labio aplastado por mis dientes con frustración.

“Tu estas encantado con ese idiota nada más” La seguridad con la que confeso esas frases heló mi sangre “Te gusta porque él te rescato cuando nos peleamos, pero ambos sabemos que solamente está jugando contigo”

“¡Deja de decir eso!” Grité removiéndome con dificultad en contra de esa mojada y sucia pared con olor a muerte.

“Ritsu solo escúchame, baja esa terquedad tuya un segundo” Bufé sobre su pecho con rabia ante la cercanía “¿Crees que alguien como Takano te puede llegar a dar una feliz vida en pareja? ¿Crees que alguien como ese hombre va a ser capaz de dejar de mirar a su alrededor para quedarse contigo?”

“Ese es mi problema” Gruñí encendiendo la chispa del rencor en ambas miradas; sosteniendo un aura imponente de grandeza en la que me refugiaba.

“Él jamás te podrá dar una relación, puedo apostar que ni si quiera son pareja y él no quiere nada contigo, en algún momento se cansara” Apreté mi mandíbula hasta que la cara me dolió con esas dagas que me estaba arrojando en el corazón.

“Si me amas tanto como dices” Musite con la voz más calmada; percibiendo como me comenzaba a derrumbar con todas esas mentiras que me ataban frenando mi volar “¿Por qué me lastimas de esta manera?”

“No te quiero lastimar” Proclamo liberándome de su agarré; reflejando un tornado de emociones arrepentidas que me negué a leer “Solo quiero que comprendas lo que estas dejando ir por culpa de ese idiota, cosas como seguridad, una familia, un romance estable, no van con él, un día vas a despertar a su lado y te darás cuenta de que se ha marchado, de que se ha ido por la puerta para nunca más volver” Estaba hastiado de tener que escuchar todas esas falsedades de bocas que no han hecho más que tirarme veneno.

Sí; quizás un día despierte solo en la cama llorando porque él me traiciono, está bien sí él solo me ha utilizado porque por unos instante me perdí en este toxico amor, si Takano me desecha, si se pudo fundir conmigo y la última palabra esta dicha en esta sentencia nada más debería importar, no me debería profesar arrepentido; pero ¿Por qué me da tanto miedo que lo haga?

“¿Ves cómo esto te está afectando más de lo que piensas?” Me pregunto con ternura sin dejar de tocar mis pómulos con las yemas de sus dedos “Regresemos a casa, pensemos que nada de esto ocurrió, que nunca nos peleamos y me encargaré de enamorarte cada día un poco más”

“Shin mejor vete” Le pedí abrazándome a mí mismo “No quiero sonar agresivo y llamar a Yukina para que te saque”

“No pienses que me rendiré tan fácil contigo” Me advirtió resignado a esfumarse como el amargo sueño que fue “Llevamos seis meses saliendo Ritsu, hicimos hasta imposible para conocernos, planificamos mucho nuestra vida como para rendirme; no lo voy a arrojar todo por una estúpida pelea”

“Pero esa estúpida pelea fue lo que me abrió los ojos” Musite cuando él ya no me escuchaba y el frío se había metido debajo de mi piel.

Detesto a las personas que se anticipan a juzgar sin tener todo el mapa completo, a quien miente sobre tener las piezas de un rompecabezas, a los hipócritas que se atreven a devastar una relación atacando esas brillantes inseguridades; yo tampoco soy la clase de chico que se deja llevar por un par de venenosos rumores, sin embargo, si tantas advertencias me entregan; ¿Serán cierta? ¿Me estará usando?

Negué con la cabeza quitándome el delantal para despedirme del castaño con un flojo movimiento de mano y caminar hacia la salida concentrándome en el nublado paisaje del atardecer; supongo que ninguno de esos pensamientos importa ahora que ya he caído por él, ahora que mi alma es suya y esta acunada por sus palmas, no puedo ser quien la impida dejarla caer.

“Te demoraste un poco” La cariñosa voz del azabache acompañado de un celoso agarré en mis caderas me despertó de mi trance.

“Es que” Detuve mis verdades ante esa seria mirada “Tuve que quedarme a limpiar” Volví a mentir conociendo ese impulsivo carácter.

“Vámonos a casa” Fruncí el ceño ligeramente ante el golpe que me propiciaba en el trasero de improviso.

“¡No hagas eso!” Bufé con vergüenza cruzándome los brazos.

“Ahora que eres mío puedo ponerme más insistente” Murmulló acortando la distancia entre nosotros debajo de las curiosas miradas de los transeúntes “Ya no puedes ponerme más excusas para ser solo mío”

“Takano” Ni si quiera pude acabar mi pregunta; esto es demasiado patético.

“Oye” Murmulló con suavidad llevando sus manos hacia mi mentón para que me perdiera en esos hipnóticos ojos de tonos miel “¿Qué fue lo que te pasó?” Insistió repasando mis facciones como si las pudiera leer “Ni si quiera pienses en mentirme”

“Nosotros” Musite tratando de bajar la nuca con terquedad “¿Qué somos Takano?” El nombrado suspiro aliviado llevándose la mano hasta la frente para retirarse el flequillo.

“¿Qué no es obvio?” Me pregunto con una expresión traviesa “Tú eres solamente mío Ritsu” Apoyé mi mano en su pecho intentando detener esa personalidad coqueta para captar por unos instantes la atención de su razón.

“¿Somos pareja?” Mi mirada no vacilo, mis frases a pesar de escucharse temblorosas salían con una impresionante determinación.

“No necesitamos de esas etiquetas para llevarnos” El aliento se me fue de los pulmones.

“¿Por qué?” Fue lo que pude balbucear.

“Por favor entiéndeme, llevo toda mi vida de esta manera, yo jamás he tenido una pareja formal y creo que vamos demasiado rápido, necesito un poco de tiempo para adaptarme a todo esto, para acostumbrarme a esas ideas melosas de lo que te gusta, para darte lo que necesitas” Por algún motivo esas verdades solo me causaron decepción.

“Lo comprendo” Pero no lo hacía.

El resto del camino hacia el apartamento fue silencioso; no deseaba hablar, no quería entablar una profunda mirada en la que él me vería como su títere o musitara falsas palabras de amor; solo deseaba llegar a mi cama y apagar este constante y doloroso golpeteo en mi corazón.

Era obvio; es un casanovas, no está acostumbrado a estas estúpidas cursilerías que le trato de imponer, no puede pretender ser un príncipe sacado de un cuento por las tontas memorias de una infancia quebrajada; él no va a tomarme más allá de lo que tenemos y yo debería comprenderlo por amor, sin embargo, no lo hago.

Porque deseo presentarlo con orgullo, planificar un futuro a su lado, permanecer sobre su pecho en las noches, yo no soy un pasatiempo, no quiero un romance vago sin futuro, ni algo pasajero, deseo encariñarme hasta enloquecer; supongo que no me queda más remedio que ser flexible con ese terco y consentir que nuestras etiquetas se pierdan.

Su mano busco a la mía en las solitarias calles y aun así no lo miré, estaba seguro de que él con facilidad leería la amargura en mi orbes y se acobardaría, quizás tiendo a presionarlos a todos hasta explotar, por esa razón Shin se vio en la necesidad de mentirme; exijo demasiado y ni si quiera puedo retribuirlo con ese desagradable carácter que tengo.

Takano fue quien sacó la llave del apartamento para que ingresáramos esperando recibir un regaño que jamás llego; con un mal disimulo de estas divagaciones me metí en mi cuarto en donde esperaba poder recostarme en paz en vano al estar rodeado por sus brazos.

“¿Ya me vas a decir que pasa?” Me pregunto con seriedad aspirando el aroma que desprendía mi cuello.

“Takano estoy muy cansado, solo quiero dormir” El nombrado me volteo empujándome sobre las sabanas, logrando que un ligero rechinar del colchón  aumentara la presión.

“¿Fue por lo que dije?” Intuyo apoyándose sobre mi cuerpo; aprisionándome con esas adictivas caricias de fuego.

“Tal vez” Musite desviando la nuca hacia un punto al azar “Solo debes dejar que yo me acostumbré a la idea”

“¿Dudas que te amé?” Sus manos agarraron mi mentón con fuerza para que lo mirara y él respirará sobre mis facciones casi rozando mis labios “¿Dudas de mi amor?” Me volvió a preguntar con una seriedad que congelo mis movimientos.

“No” Respondí sin vacilar hundiendo mi codo en las frazadas, anhelando ese varonil perfume con el que me embelesa; perdiéndome en esa profundidad que representan sus ojos, deseando que me marcará como si le perteneciera.

“Sí no lo dudas no comprendo la razón por la que vacilas” Musito sin relajarse; cargando con más potencia el peso de su cuerpo sobre el mío.

“Quizás sea por esa reputación tuya” Farfullé con sarcasmo; apreté mi labio para reprimir un gemido al percibir como su mano acariciaba mi entrepierna sobre la tela del pantalón.

“¿Aun no te queda claro que eres la única persona a la que deseo tocar?” Una tonta sonrisa arrogante se hizo presente al contemplar mi apenada expresión.

Nuestros labios se juntaron de manera necesitada; con fuerza me aferré a su cuello mientras él continuaba recorriendo con sus manos cada centímetro expuesto de mi piel debajo de mi delgada camisa; mi latido se descompaso ante su sabor, mi mente ya no me respondía, la moral era algo que perdí en el mismo infierno.

Su experta lengua comenzó a juguetear con la mía impregnándome con ese sabor a locura, sus dedos pellizcaban mi abdomen logrando que liberara jadeos ahogados; el calor de su cuerpo quemaba al mío; todo de Takano me enloquecía, él se había vuelto una adicción sin  cura, una muerta a la que me deseaba someter.

Su boca se movía con rapidez solapando mis labios, nuestras esencias ya se habían fundido; mis manos se aferraban con fuerza a su espalda, ante la tortuosa presión de mi pecho ambos nos separamos con lentitud abriendo con timidez los ojos.

Un fuerte rubor golpeo mi cara al apreciar como su sonrisa satisfecha se grababa en mi mente; estoy actuando como un demente, tan solo estoy dando vueltas caminando hacia mi sentencia, estoy cayendo como el enfermo de amor que soy.

“Que nunca te quepa duda alguna” Repitió lamiendo mi labio sin pudor.

“Takano solo no te vayas por favor, no hagas que me arrepienta de todo lo que hemos vivido” Susurre abrazándolo con fuerza, dejando todas esas barreras para aferrarme a lo que él era, deseando que esto jamás se terminará.

“No me iré Ritsu” Me aseguró con ternura descendiendo por toda mi espalda con sus largos dedos; acunándome sobre su pecho para que me calmara con el ritmo de su latir.

Yo busco seguros con desesperación porque la única vez que me atrevía a correr un riesgo fue un desastre que devasto mi corazón con una silenciosa traición; porque de esa manera no tendré tanto terror de confrontar el caos de un futuro que dejé al quedarme sin techo en donde refugiarme de la tormenta, busco una certeza porque podría desfallecer ante la simple idea de que este hombre ya no me pertenezca. 

Notas finales:

Takano y Ritsu divergen en ese importante punto; el seguro que representa una relacion!

Onodera se siente como desesperado por comenzar algo formalmente, solo miren...hasta hizo planes de matrimonio con Shin, él se siente muy ilusionado con eso.

Takano jamas ha tenido algo más que un acoston, ama al castaño pero le cuesta tener que correr porque para él esto es nuevo y aterrador, se siente un poco asfixiado.

Eso es como más o menos la postura de cada uno para que se comprenda la manera de actuar.

Espero que les haya gustado, ojala comenten y mil gracias a los que leen <3 <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).