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Casanovas de hielo por Chiaki28

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Notas del capitulo:

Hola mis hermosos lectores!

Primero tengo que anunciar algo general, yo habia pensado las masivas para este viernes pero las tendre que correr una semana; la razon para quien le interese es porque tuve demasiadas cosas y para variar sobre-exagere, bueno en resumen anoche tuve mucha fiebre, fui al hospital como a las 3 am (En mi casa estaban muy enfadados por eso) Y al final estuve obligada a no hacer nada hoy y aunque ya tengo 8 escritos al perder un dia renuncie a revisar 4, va a ser imposible, lo siento chicos para quienes lo esperaban pero aunque nunca hago caso de esas indicaciones esta vez me asuste mucho, por eso aproveche de subir el primero que acabe y avisar en lugar de desaparecer, apenas me ponga mejor me tendran por acá.

Ya saben mis aclaraciones estan al final.

Espero que les guste <3 <3

Ritsu Pov

El dolor, la rabia, la impotencia, la frustración, la cólera azotando y devastando cada una de mis venas, desgarrando mis músculos, no haber tenido la capacidad para escoger bien y tener que martirizarme con  las consecuencias el resto de mis días con esa pesada mochila de pecados, lidiar con la punzante presión y las expectativas de concreto de los demás solo para averiguar que soy un fracaso; sí me hubieran dicho que era así de amargo respirar jamás lo habría hecho, preferiría continuar dormido siendo mi Alicia en el país de las maravillas.

“No pierdes nada intentando, lo peor que te puede pasar es que te digan que no” Arriesgarse a tratar de amar para despertar con el golpe y las gotas escarlata corriendo por mis mejillas, romper el espejo de mi irrealidad al forzarme a comprender que las cosas no son mágicas o dulces.

Hoy veo que la ingenuidad es una mierda inútil plantada en la raíz de todos mis errores.

Apreté con coraje el papel marfil que yacía entre mis manos esquivando la mirada acusatoria con la que me fulminaba la secretaria de la recepción; una mirada mirada de asco y repudio que un mundo al que no pertenecía  me arrojaría hasta mi último aliento al convertirme en un hombre sin valor con el rostro borrado y la sonrisa cortada; siempre fui un fracaso tan solo no lo quería ver.

“Estimado aspirante:

Como rector de este establecimiento es mi deber informarle que su solicitud de admisión fue recibida y analizada por un comité cuidadosamente escogido. Agradecemos que con sus buenas notas y créditos nos haya considerado como un establecimiento educacional apto para llevar a cabo su carrera sin definir, sin embargo, debido a la falta de las aptitudes académicas y liderazgo que estamos buscando y la incapacidad financiera de sustentar dichosos estudios nos hemos visto en la obligación de rechazarlo como postulante adjuntándole en la parte posterior de la carta cada una de nuestras razones.

Esperamos que nos contacte en un par de años cuando haya recolectado los requisitos mínimos para aplicar dentro de nuestros niveles de exigencia y postulé en los procesos de ingreso que entrega el gobierno.

La secretaria de la facultad de letras”

Salir del país de las maravillas, despertar del sueño, chocar con la realidad rompiendo las barreras es muy amargo; esa inocencia que tenía cuando comencé con este viaje, las mariposas en mi estómago al pensar en un hombre con quien nunca había tenido un miserable contacto real la envidio; porque ahora que me hace falta sé lo mucho que he perdido.

Presioné mis pestañas tratando de lidiar con el asqueroso sabor que había inundado mi boca, el vientre se me revolvía al leer sin cesar aquella carta de cruel verdad, mis pies aporreaban angustiados el piso de la oficina central esperando por mi sentencia. Sé que nada sacó insistiendo, el rechazo ya fue hecho, las palabras fueron invocadas para quedarse grabadas en mi historia, no tiene caso continuar humillándose al arrastrarme en mis manos y rogar; la causa ya está perdida.

“Onodera, pasé por favor” Y aun así continuó insistiendo como un idiota sabiendo que me decepcionaré; supongo que los hombres no se rompen a menos que les quiten toda razón de ser; me pregunto cuál será mi limite.

Con la sonrisa más falsa que en aquel entonces pude esbozar seguí a una muchacha de piel morena y pronunciadas curvas envueltas en un traje gris hacia una elegante oficina repleta de folios y ordenadores para firmar esta verdad.

Revestido con los nervios y la vergüenza tomé asiento al frente de ella extendiéndole con pena aquella arrugada y sucia carta con la esperanza de que la hojeara y me informará que era una vil ironía. Mantener esa clase de inocentes pensamientos ya no tiene caso, no es un error, no es una equivocación; no pertenezco acá ¿Porque diablos me niego a creerlo si me lo repito tan seguido? Solo me haré más daño, solo tatuaré más heridas en esta moreteada piel.

“¿En qué puedo ayudarlo?” Su labio se torció expresando fastidio, sus ojos cafés se negaron a encontrarse con los míos mientras tecleaba en una avanzada computadora algunos archivos.

“Vine porque me llegó esto” Musite con un pequeño tartamudeo arrastrando la hoja por el escritorio; mis mejillas ardieron de la cólera cuando ella hizo un gesto de desdén con las cejas y una rápida negación con la nuca; ya me lo había dicho.

“¿Hay alguna duda de porque te rechazamos? Tan solo pude asentir “Pensé que había quedado explícito” Gruño para mirarme al rostro “Mi niño, honestamente ¿Qué era lo que esperabas?” Apreté la tela de mi pantalón sobre mis muslos con frustración “Postulaste a mitad de semestre sin llenar ninguno de los requisito que pedíamos, no tienes ni aptitudes sobresalientes en tu generación ni la prueba que es precisada rendida”

“Pensé que quizás por admisión especial me aceptarían” Murmullé leyendo la compasión en sus orbes “Leí las reglas en su web y decía que las personas en mi situación podían pedir un traspaso excepcional si rendían un examen”

“Uno que es muy difícil y cuesta el dinero que no tienes” Me corrigió exhalando con pesadez el aire de sus pintados labios bermellón “Cariño no quiero sonar agresiva pero esa solicitud que hiciste no se podía tomar enserio”

“¿Porque?” Sentí como mi cuerpo tembló “Yo me la tomé enserio”

“Aunque te hubiéramos considerado para esos procesos especiales que hacemos tú no tienes las capacidades que lo ameritan como algún logro deportivo que represente al país o premios por tu desempeño académico” Lo sabía “Por la clase social de tus padres ni siquiera eres candidato para una de nuestras becas, debiste planificar mejor esto” Estaba consciente de que no tenía excusas para mi irresponsabilidad y que no me debía ilusionar.

“Perdón, no me manejo en estos procesos y no tengo a nadie que me enseñe” Le respondí sin bajar la nuca para ser azotado por la lastima; con la misma que Takano me miró cuando le pedí que me entregará mi seguridad y la que mis padres esbozaron la última vez que nos vimos.

“No sé qué estás haciendo aquí si fuimos muy claros en la carta” Ella se inclinó sobre el desordenado escritorio permitiendo que oliera el tabaco que desprendían las cenizas en su traje “¿Qué quieres que te diga?” Ni yo lo sabía.

“Comprendo que haya declinado mi oferta como uno de sus candidatos pero esperaba que usted me instruyera para intentarlo cuando el semestre finalicé” Proclame con esa chispa de emoción que tanto me esmeraba por asesinar “Quiero estudiar acá, yo nunca había estado tan seguro de algo” Mi corazón palpito con intensidad “Realmente quiero estudiar acá” Me estremecí al finalmente admitir esas palabras.

La mujer de claros cabellos se inclinó sobre uno de los estantes para alcanzar una carpeta gastada de tonos amarillentos y extendérmela con un interés digno de una magnífica actriz; sin saber que hacer rocé la portada de esos folios con las yemas de mis dedos sin quitarle la vista a la expectante mujer para comenzar a leer su interior.

“Son solo nombres” Musite repasando las hojas impresas “No lo comprendo”

“Todos ellos son postulantes” Mis movimientos se congelaron ante sus palabras, tragué con dificultad sin dejar de revolver aquellos papeles con cientos de apellidos en cada texto “Los mejores de sus generaciones, quienes tienen un talento muy desarrollado, la mayoría de ellos ya tiene un crédito aprobado y tú pues”

“No les hago competencia” No era necesario mentir “Lo comprendo” Tristemente lo hacía.

“Esta facultad es una de las más demandadas” Me explicó cerrando esa polvorienta carpeta “Al semestre nos llegan miles de solicitudes de ilusos muchachos como tú que nos ruegan estudiar acá por el prestigio y las avanzadas técnicas de enseñanza que impartimos” Ella se apoyó en el respaldo la silla “Por eso nos cuesta tanto seleccionar los treinta cupos que entran” Lo doloroso de admitir que tienes un sueño es que esté se transforma en una debilidad que se arrastra cual espina en la piel.

“¿Debo buscar otra universidad?” Le pregunte con una falsa máscara de valor “¿Es eso lo que me quiere decir?”

“Sí” Una presión en mi pecho lo comprimió “Hay muchos establecimientos que aceptarían tus condiciones especiales y tienen métodos de pagos más flexibles que los de nosotros” Ella se mordió el labio sin quitarme los ojos de encima “Quizás pienses que estoy siendo muy bruta, sin embargo, tras todos mis años de experiencia sé que las ilusiones solo hacen peor” Me levanté de la silla con la cabeza gacha y el cuerpo agotado.

“Muchas gracias por su tiempo” Murmullé sobándome el brazo “Supongo que no me queda de otra”

“Lo siento” Por la relajada manera en que se acarició el cuello supe que mentía “Espero que sí seas capaz de encontrar algo que encaje con tus” Su llevo la mano hacia la boca antes de seguir “Talentos”

“Yo igual” Proclamé escapando de la habitación.

Que me traten como si fuera un desperdicio, una escoria que no debe ser ni observada ni poseída me enferma; yo tuve la posibilidad de ingresar a este lugar, mi padre me ofreció una capacitación para meterme y cubrirme el crédito de aquel costoso establecimiento; ¡Maldición!  ¿Por qué lo tuve que dejar escapar?

Haría tantas cosas diferentes hoy.

Supongo que siempre me encontraré limitado por quien soy; un nombre sin títulos, sin méritos, un estudiante de clase regular, a pesar de que el dinero no me sobra tengo un techo sobre el cual refugiarme por eso jamás podré optar a algo especial, supongo que la ignorancia ya se fundió; quizás si le doy lastima a Kisa me mantendré estable los siguientes 20 años en aquel sucio y polvoriento lugar; ya no tengo nada.

Arrastré mis pies por las relucientes y rusticas baldosas golpeando suavemente mis mejillas como un vago intento por cambiar mi estado y poder animar a ese castaño. Sí le hubiera pedido ayuda a Hiroki tal vez las cosas se me hubieran facilitado, él tiene un gigantesco renombre y poder en este lugar, tiene peso, talento, pasión, él es lo que me habría gustado ser, no obstante, rebajarme a rogarle por socorro; no lo habría podido ver a la cara después de ese rechazo.

“Tranquilo” Me alenté incorporándome en los pasillos en donde los docentes tenían sus oficinas privadas “Hazlo por él” Me repetí recordando como esa noche él derramó un sinfín de penurias mientras su cuerpo tembló entre mis brazos; soy su único soporte emocional, conmigo no se caerá.

Pasando por el medio de una multitud de despreocupados adolescentes finalmente llegue hasta su puerta “Hiroki” Lo llamé por precaución azotando con mis nudillos “Voy a entrar” Proclamé tomando la perilla para girarla y encerrarme a su lado.

Mi corazón se despedazó al ver como él se encontraba encogido en su silla de tela negra revisando con los ojos irritados y las piernas trémulas una montaña de papeles moviendo el marcador rojo de un lado para otro sin verdaderamente escribir algo.

Todo el tiempo él luce tan imponente y poderoso, ese castaño me ha enseñado a luchar por lo que amo, a batallar y confrontar el mismo infierno para alcanzar lo que merezco por eso verlo tan devastado clava esos fragmentos en mi propia piel; sí alguien tan seguro como él es capaz de perder la fe ¿Qué es lo que puedo esperar para mi trágico final?

“¿Cómo te ha estado yendo con las clases?” Le pregunte tratando de captar su atención en vano “Escuche que hoy también le diste una conferencia a las personas que trabajan en sus exámenes de grado” Musite acercándome hacia el más alto sin obtener respuesta “¿Hiroki?”

“Ritsu” Mi nombre se escuchó empolvado y avejentado “No quiero sonar grosero al sacarte de forma tan directa pero estoy realmente ocupado” Sus ojos no me miraron “Por favor no me distraigas” Esbocé una sonrisa irónica sin que él se percatará.

Hasta mi amigo sabe que no tengo manera de apoyarlo, no poseo las habilidades para sostener sus temores ni batallar a su lado; ya no vale la pena pretender, esta escena siempre será la que se repita, al final me convertiré en una carga, soy un parásito que depende de la bondad ajena para sobrevivir; yo me rindo y acepto mi destino, para mí no hay más.

“Supongo que me iré” Le anuncie logrando que elevará su nuca “Nos vemos en la noche” Farfullé con más agresión de la que hubiera deseado demostrar.

“Solo lárgate” Por el tono que utilizó y por cómo con un grito silencioso me suplicó decidí quedarme “Tengo mucho trabajo y lo último que quiero es un derroche de tiempo, no puedo permitir que más cosas en” Lo interrumpí con esa melancólica verdad.

“¿Sabes?” Con temor me aproximé “No tienes que reprimirte conmigo” Sus orbes de un irritado canela se abrieron con sorpresa al igual que sus resecos labios “Sí quieres desahogarte una vez más por él está bien, no me voy a enfadar ni me iré por eso, mi trabajo es apoyarte en esta clase de momentos”

“No tengo nada más que decir de ese hombre” Farfulló liberando el plumón rojo que tenía entre sus delgados dedos “El casanovas lo dejo todo dicho y yo como buen perdedor lo acepto, fin de la historia” Me acerque hacia donde se encontraba mi confidente para acariciar su hombro en señal de confianza.

“No vale la pena que te pongas así por alguien como él” Le susurré con ternura pasando mi mano por su espalda “Tampoco lo vale que te encierres por temor”

“No me estoy encerrando” Me refutó “Solo quiero hacer bien mi trabajo, es lo único que realmente tengo, no puedo dejar que esa estupidez me afecte” Él se tiró de los cabellos que descendían por su frente para presionar y forzar su mandíbula “Esto es tan patético”

“Hiroki” Musite con suavidad “No porque las cosas hayan salido mal con él significa que van a fracasar siempre con otro hombre, no temas volver al amor” Su risa histérica y sarcástica heló hasta el último poro de mi columna vertebral.

“¿No crees que es muy cínico de tu parte decir eso?” Me pregunto irritado levantándose de la silla “Al menos aplica un poco de tu propia teoría” Se quejó cruzándose los brazos con el fuego ardiendo a su alrededor y las espinas a flor de la piel.

“¿Qué?” Balbuceé “¿Por qué?”

“Tú también eres un cobarde” Baje los hombros sin poder responder “Desde que ese idiota novio de Internet te engaño temes entregarte a alguien más y por eso acabas presionando a Takano con la esperanza de que te de alguna señal”

“Yo jamás” Él no me dejo acabar.

“Despierta Ritsu; ellos dos no van a cambiar” En el fondo lo sabía “Sí me pides que sea valiente en el amor has lo mismo y entrégate sin seguro o huye, pero no sigas en ese limbo porque a todos les hace mal”

“No tienes por qué desquitarte conmigo” Le rebatí con las cejas arqueadas y las cicatrices expuestas “Comprendo que te dolió pero no me arrastres a eso”

“No tienes idea de lo que estás hablando” Su mandíbula rechino “No necesito que me sermonees de algo que ni siquiera tú eres capaz de hacer, por eso te pedí que te largaras de acá” Su postura no cambio, la tensión nos comenzó a asfixiar a ambos “No necesito las palabras falsas de un hipócrita que está en peores condiciones que yo cuya vida es un competo desastre sin predicción” Cuando sus ojos volvieron a chocar con los míos él pudo ver el caos que devastó.

“¿Hipócrita?” Le pregunte con una risilla histérica “Supongo que sí” Musite con la cabeza gacha; no tenía derecho a contradecir esas frases cuando yo mismo me encuentro en el borde del colapso desatando esa obsesión.

“Perdón” No se acercó “No quería decirlo de esa manera, es solo que” Lo interrumpí antes de que pudiera acabar.

“De igual modo lo hiciste” Él tembló por el gélido en mi voz “No tiene sentido seguir encubriendo la verdad, aunque duela lo prefiero de ese modo” Negué con la cabeza sin destrozar el contacto visual “¿Tienes alguna otra cosa que de repente quieras sacar en cara? ¿Qué tal si ahora hablamos de mi incapacidad para ser alguien en la vida? ¿Tal vez del ridículo que hago en esta facultad? ¿Te molesta mi cocina? Anda” Mi cabeza ardió “¡Dímelo!”

“Ritsu”  Mis uñas se incrustaron en mis palmas “Por favor”

Aunque mi orgullo me gritaba que me apartará y lo dejará solo en aquel abismo; esos ojos, esos suplicantes miedos escritos en silencio indicándome que tan solo se trataba de desahogar me frenaron y me obligaron a correr hacia su lado para abrazarlo con fuerza; aun las personas más dulces pueden llegar a ser venenosas sí las lastiman.

“Perdón” Musito hundiendo su nuca en mi hombro, rodeando mi espalda con sus brazos “Sé que he estado insoportable y has tenido que cargar con mi carácter pero no lo puedo evitar” Le acaricie los cabellos con un cariño casi maternal.

“Tranquilo” Murmullé sin dejar de repasar “También lo siento” Su calor se impregno “Prometo que las cosas estarán bien”

“Mierda” Aulló reprimido al presionar sus labios en contra de mi chaleco “Odio que esto me afecte tanto, lo odio, me siento tan débil” Sus piernas se estremecieron ante mis toques, su cuerpo lo único que pudo hacer fue buscar el mío, sus manos se aferraron a mis hombros al ser su única certeza “¿Cuándo esto me dejará de afectar?” Me pregunto con un demacrado hilo de voz “Quiero que ese día llegué”

“Desearía poder responderte” Musite besando sus ordenados cabellos.

“Sí tan solo hubiera sabido” Se reprochó tratando de calmarse en vano.

“No podías saberlo” Lo corregí apartándome de él; viendo como esos irritados ojos no perdían la nostalgia trazada y la rabia destilada “No te sientas culpable por su huida”

“¿Cómo me lo podría perdonar?” Su mano tan solo acaricio su frente con frustración “En el fondo yo sabía que él haría algo así, mi mente me lo estuvo gritando desde que lo conocí pero la ignoré, me da rabia el haberme equivocado en algo tan tonto, haberme arriesgado aunque ya presentía el final” Su labio se deformó a una mueca de cólera e ira.

“Está bien que te duela” Le aseguré tomando sus mejillas para evitar que me evadiera “Eso te prueba que fue real lo que sentiste” Una afligida sonrisa fue compartida “Diablos; te dije que era mala idea venir a trabajar y que te debías quedar en casa descansando” Lo regañe siendo incapaz de fruncir las cejas o apartarme de su lado.

“Sí dejo que esa víbora saboteé todo lo que me importa, que destruya por completo mi vida le facilitaría demasiado las cosas, yo jamás me lo podría perdonar” Apenas lo nombró el brillo ingenuo que emanaban esas orbes acompañada de esa blanca y pulcra sonrisa se redujo a cenizas y mentiras; sus expresiones en lugar de hervir pasión comenzaron a llorar por ese amorío perdido, su ferviente corazón dejo de latir para ya no ser herido y refugiarse en el temor.

“Tú no cambias” Aunque trate de bromear el ambiente no se aligeró.

“También luces un poco estresado” Inquirió saliendo de sí mismo para tomarme de las mejillas con rigidez “¿Qué fue lo que pasó? Y no te atrevas a mentirme” Baje los hombros con una repentina sumisión apartando su mano de mis pómulos.

“Esa es una discusión que debemos tener otro día” Musite retrocediendo por inercia “Ahora necesitas descansar y dejar que tú cabeza se enfrié, no llenarla de más y más preocupaciones” Él me sonrió regalándome un inaudible gracias.

“Tienes razón” Farfulló tenso al ver al reloj que yacía sobre uno de sus libreros repletos “Tener que ir al bar no ayuda a despejarme” Su risa se apagó “No sabes las ganas que tengo de renunciar pero”

“Eres muy orgulloso para hacerlo” Hiroki parecía sorprendido “Lo sé, te conozco” Me mofé ante esa atónita expresión “Por lo mismo llamé a Kisa para decirle que yo tomaría tus turnos por esta semana” Las cejas del castaño se arquearon con un genuino enfado mientras sus puños se cerraban reaccionando con indignación.

“No soy un niño para que tengas que cuidar de mí” Bramó tratándome como el enemigo “Algún día lo voy a tener que ver, no será el fin del mundo”

“Veló cuando te sientas listo no antes” Más que una suave y delicada petición aquello fue una brutal orden “Además a mí no me molesta, no tengo más que hacer en el día, que no se te olvide que no estudio ni tengo otro trabajo” El más alto descendió la guardia ante el atropellado tono que utilicé para pronunciar eso.

“¿Qué es lo que me estas escondiendo?” Me interrogo con suavidad.

“Ya voy tarde” Me limite a responder dándole la espalda, arrastrando mis pies hacia la salida de su oficina para cerrarla “Por cierto, no le dije nada a Kisa, tan solo le mentí contándole que estabas enfermo” No esperé respuesta para desaparecer.

Salí de la facultad con un consistente trotar para perderme en las frías y desiertas calles en esa tarde invernal con el bar como mi único destino; junte mis manos deseando que la fricción provocará algo de calor, me abrace a mí mismo percibiendo como ese mar de tormentos se forjaba como cadenas para atarme y asfixiarme rozando mi cuello.

Los casanovas son iguales; no cambian, él no me dará esa seguridad ¿Cuántas veces escuche ese polvoriento discurso? La cuenta ya la perdí pero en el pude encontrar mi nueva verdad.

Quizás Takano sea capaz de transformarse para mí y abandonar esos hábitos que tenía de coquetearía y seducción, tal vez si le doy tiempo él pueda prometerme esas hermosas palabras que Shin alguna vez me entregó y llegar con su caballo blanco para sacarme de esta realidad que se está distorsionando; tal vez él pueda superar mis expectativas con algún galante gesto de amor, no obstante, el tiempo se me acabó.

Yo ya no tengo la cabeza para pensar en un romance, de repente mis prioridades cambiaron junto a mí alrededor; esas lindas palabras se esfumaron entre mis manos para arrojarme a esa vida que mi padre tanto había planificado. Es hora de que me ordené y confronte mi realidad, que me trate de esforzar para salir adelante aunque cueste, aunque parezca imposible, debo al menos convertirme en un buen soporte para Hiroki.

“No eres lo suficiente para esta facultad” La cruda verdad.

Con pasos acelerados corrí más allá de la estación de trenes para encontrarme con las incandescentes luces del bar; Yukina con su incondicional sonrisa galante y esa aura principesca a la que tanto me había acostumbrado me saludo con confianza indicándome que Kisa me estaba esperando detrás de la barra central.

Al verlo no pude hacer otra cosa además de fingir una mueca magistral, el de cabellos negros me sonrió con picardía erizando cada uno de mis poros con una desagradable electricidad “Ritchan” Por la melosa manera en cómo me llamó supe que algo andaba mal.

“¿Por qué tan animado?” Le pregunte nervioso tomando de la percha el pequeño delantal para amarrarlo a mi cintura “¿Te pasó algo bueno?” Insistí “Luces un poco sospechoso”

“Las buenas noticias son para ti” Ladeé la cabeza al no comprender “Tienes vuelto loco a alguien muy lindo” Un mal sabor llenó mi garganta ante el fugaz guiño de su ojo.

“No comprendo, sí vas a hablar en código no voy a reaccionar” Le explique de forma directa llevando mis manos hacia mis caderas; él bufo esbozando un pequeño puchero al haber destrozado la magia de su ambiente.

“Te llegó un regalo” Cantoneó divertido repasándome con esas aniñadas y traviesas orbes cafés “Mira en el banquillo” Centre mi atención en la silla apoyada en contra de la barra para encontrar un hermoso ramo de rosas atadas con un lazo celeste de raso.

“¿Qué?” Pude sentir como mi rostro ardió.

“Una persona me ha estado insistiendo mucho para verte y me pidió ayuda así que decidí colaborar” Se excusó encogiendo sus hombros “Espero que aproveches tu oportunidad galán” Al sentir una respiración con aroma a menta y almíbar azotar mi cuello no fue necesario mirar “Supongo que los debería dejar solos para que conversen de esas cosas” Extendí mi mano apresando la muñeca del más bajo antes de que se escapará.

“Kisa tengo que trabajar” Gruñí como señal para que no me abandonará.

“Creo que es hora de que trates de avanzar” Me susurró con una mirada cariñosa “Últimamente te ves muy agobiado, no sé qué es lo que te pasa pero me preocupa, por eso lo invite a venir” Murmulló liberándose de mi agarre “Espero que él pueda ser de ayuda y no lo condenes por haber cometido un solo error”

“Pero” No me dejo terminar al entregarme una sonrisa paralizadora y arrastrar sus pies hacia la cocina para obsequiarme una embustera privacidad.

“¿Te gustaron?” Su voz se escuchó nerviosa y afligida, sus labios resecos y sin vida “Sé que son tus favoritas” Me volteé entrelazando mi mirada con esas orbes escarlata tratando de perder el temor.

“No eran necesarias” Le rebatí apoyándome en el mesón “¿Qué es lo que estas esperando de esto Shin?” Él tan solo me sonrió rozando mi mano con la suya.

“No me rendiré porque te apartes así, te lo he dicho incansables veces Ritsu, no me iré de tu lado hasta que todo lo que nos prometimos se comience a hacer realidad y” Él frenó sus torpes e incoherentes frases por la demacrada expresión que debí esbozar.

“Por favor ya no sigas viniendo” Se lo rogué “Ya deja de tener lindos detalles conmigo” Se lo suplique “De buscarme” Y aun así me ignoró “No hagas más daño”

“¿Qué fue lo que pasó?” Sus manos subieron hacia mis mejillas delineándolas mientras destilaba preocupación “¿Por qué estas así de repente?”

“Desperté Shin” La rebatí mordiéndome la boca colérico “Choqué con mi realidad”

“¿Ese casanovas se atrevió a hacerte algo?” Reí ante la hipocresía en esa falsa mirada de amor; ¿Con que cara ahora me tratas de proteger?

“Lo último que pasa por mi cabeza en estos momentos es Takano, ahora tengo cosas más graves de las que me debo preocupar” Aunque arqueé las cejas él no se apartó “Fue lindo jugar a ser pareja por Internet y todo eso, encontrar afecto en otra persona cuando más lo necesitaba, pero eso ya se acabó”

“¿Estas así por algo que dije o hice?” Su respiración me acarició el cuello “Atrévete a confiarme las cosas, a regresar a lo que antes éramos”

“Es por un tema personal” Murmullé encogiéndome en mi gigantesco suéter.

“¿Tiene que ver con tus estudios?” Abrí los ojos pasmado ante esa especulación logrando que él riera “Por esa dulce expresión veo que es verdad” Musito acercando su rostro al mío “Déjame adivinar, finalmente descubriste lo que querías ser y no se puede por esa amenaza que te hizo tu padre de no volver jamás”

“¿Cómo?” Balbuceé atontado.

“¿Se te olvida que te conozco mejor que nadie?” Bromeó depositando un pequeño beso en mi mano “¿Qué es lo que quieres hacer Ritsu? ¿Cuál es el sueño que tomó mi lugar?” Mis mejillas hormiguearon ante la mirada galante y seductora que me arrojaba. Es acá donde siempre caigo, con palabras bonitas y versos poéticos, con falsas emociones que no son mías, es acá donde caigo pero ya no más.

“No es de tu incumbencia” Le reproche tratando de zafarme de su agarre.

“Sí te importa lo es” Me contradijo “Aunque no le veo el problema Ritsu, antes cuando íbamos a vivir juntos tú lo tenías todo planeado, no entiendo que te impide hacerlo ahora”

“En ese entonces tenía la mente por las nubes y no había tomado el peso de las cosas” Recordé con melancolía perdiéndome en esa enigmática mirada “En ese tiempo lo único que quería era poder estar contigo el resto de mi vida y ahora que aspiró a ser alguien más ya no se puede porque desperdicie las oportunidades en quien resultó ser un engaño” Mis palabras no le parecieron afectar “Contigo aprendí que de ilusiones no se vive”

“¿Y si yo me propusiera a hacer tus sueños realidad?” No baje la guardia ante el juguetón tono que utilizo “¿Sabes? Estaba en mis planes de vida pagarte los estudios porque me conmovió ese sacrifico que hiciste por mí, el renunciar hasta a tu propia familia para venirte conmigo, me pareció muy dulce que estuvieras dispuesto a eso”

“¿Qué precio me ibas a cobrar?” Le rebatí con las barreras en alto “Tú no eres de las personas que dan las cosas gratis”

“Amor” Respondió besando mi ruborizada mejilla “Eso era todo lo que quería de ti Ritsu y si aún eres capaz de corresponderme podríamos llegar a un acuerdo en donde ambos seamos felices” Su sonrisa se ensanchó por los gestos de pánico que se trazaron en mis facciones “Aun podemos tener ese hermoso final”

“¿No te daría rabia estar con alguien solo por carencia de afecto?” Aunque alcé una ceja y lo golpeé alejándome él no se ofendió.

“Sé que sigues enamorado de mí, lo puedo ver en tus lindos ojitos verdes” Se burló apartándose de la barra “Sé que podría hacer las cosas bien si me dieras la oportunidad y a diferencia del idiota de Takano yo sí te daría por lo que tanto ruegas” Él sacó del elegante bolsillo de su chaqueta una pequeña tarjeta blanca que me indico que tomará con duda.

“¿Qué es?” Le pregunte antes de cogerla.

“La dirección de nuestro departamento” El ambiente se tensó “Sí tienes la intención de que las cosas entre nosotros regresen a lo que debieron ser quiero que esta noche llegues con tus maletas, que te atrevas a vivir conmigo y tener ese final” Él se dio vuelta con aire de grandeza “Ya te equivocaste una vez al desperdiciar una oportunidad, no estás en posición de hacerlo una vez más” Fue lo último que pronuncio antes de esfumarse por la puerta y dejarme con un nudo en la garganta sin  poder llorar.

¿Cuántas veces más me debo caer para aprender? Esa noche no lo respondí.

Notas finales:

Haber....con los ukes.

Ritsu; lo dificil de admitir que tienes un sueño es justamente eso, tenerlo no cuesta nada pero cumplirlo es casi imposible, es realmente dificil aterrizarlo y aunque pueda sonar un poco cruel todo lo que pasó, enserio eso ocurre.

Las cosas de romance y todo eso estan pasando a segundo plano porque él esta cambiando, le esta dando verdadera importancia a sus metas, aunque en el fondo Shin y Takano solo añeden presión.

Mi Hiroki hermoso, es obvio que si uno esta molesto y asi de dolido (Piensen el golpe que sintio si Nowaki fue su gran amor y apenas pudo lo dejo) se va a desquitar con alguien, por eso le dijo a Ritsu que se fuera pero bueno jaja entre ukes se comprenden y quieren; eso es amistad.

Shin; enserio ama a Onodera, ya esta como un poco obsecionado pero piensen que estuvieron seis meses pensando en todo lo que harian, le da rabia como las cosas se dieron.

Ya en el siguiente capitulo tendran a Hiroki y pues que les digo? Las cosas ya se pusieron intensas.


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