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Casanovas de hielo por Chiaki28

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Notas del capitulo:

Hola chicos!

Perdón; ayer me salío un analisís de caso de última hora y me atrase un día T_T

Pero para compensar les traje una continuación un tantito más larga....bueno supongo que me deberia disculpar por la extensión; perdón!

Este es uno de los capítulos claves porque tocá distintos temas; mis hermosas explicaciones tan al final.

Espero que les guste <3 <3

Takano Pov

Una parte de mí se ha marchitado, un fragmento de mi alma ha fallecido con las lágrimas de dolor que yo he derramado por culpa de tu lejanía, mi cuerpo ha perdido los hilos de su voluntad ante los melancólicos ecos de tu voz, mi sangre ha detenido su arder ante la frialdad con la que ahora me escupes cegado por esa indiferencia, con el muro de espinas que has construido apartándome de tus penurias; tú mi hermoso castaño, mi lindo chico de preciosa mirada verde has sido el que sostuvo el arma que condeno mi latir.

“¿Qué se supone que estamos haciendo juntos?” Sí hubiera sabido que enamorarse habría sido tan amargo “Tú y yo somos personas completamente opuestas” Jamás me habría acercado a él en el bar.

“No Takano” Porque ahora sin ese chico me estoy destrozando “El amor no es suficiente” Ambos lo sabíamos.

Siento que lo estoy perdiendo, que cada palabra que escapa de mis labios entabla una abismal distancia entre Ritsu y yo; que entre los suspiros compartidos ya no existe el cariño y la pasión con la que tantos nos amamos esa solitaria noche entre las sabanas de mi apartamento, que aunque codicie el aroma que desprende su piel y la calidez de la que me convierte en mártir entre sus brazos, al poder tocar a ese angelical castaño tan solo lo quiebro; esto es mi culpa, yo jamás podre satisfacer esas expectativas.

“No te estoy pidiendo que cambies, tan solo que no alardees de tus fanáticas delante de mí” No sabes cómo lo he intentado.

Desearía ser el héroe de ese ingenuo con ilusos sueños de cristal y marfil, poder ofrecerle esa pretenciosa malla de seguridad en la que tanto ansia caer y besar su mano para evitar que se desmoroné ante un infinito vacío de incertidumbre y soledad, no obstante, soy incapaz de regalarle las miserables confesiones por las que él tanto me ruega y acabo dándole una mierda de amor mediocre. Temó no llenar el vacío.

Tantas expectativas, tantas promesas, todos esos deseos entre besos, esas hermosas miradas impregnadas por los engaños; ¿Para qué? ¿Algo de eso vale la pena? Nosotros no estaremos juntos hasta envejecer, no nos daremos las manos en mecedoras paralelas porque esa clase de amoríos no existen, es un choque contra la realidad proyectarse cuando no estamos más que en una imprevista aventura, la vida no posee seguridad alguna, es una selva que te desgarra en plena incertidumbre; no comprendo ese enfermizo afán por lastimarse con sueños que no se cumplirán.

Me jalé con frustración los cabellos que descendían por mi frente ante la repentina punzada que sentía en mí pecho, me hundí con fastidio en aquel gastado sofá dejando el libro de medicina que se encontraba sobre mi regazo en la mesa de al lado sabiendo que no me podría concentrar.

“Desearía que las cosas funcionaran contigo” Musite con melancolía mirando por el reflejo de mi ventana la ciudad sumergida en ese denso manto de penurias “Quiero que las cosas funcionen entre nosotros” Pero temó no ser lo que esperas.

No soy su príncipe de Internet, aunque me ponga la máscara más falsa que pueda construir con estos lamentos jamás llegaré a ser aquel glorioso empresario de bellas y majestuosas promesas, yo no soy perfecto como Haitani, tengo un pasado manchado del cual no estoy orgulloso y el que ambiciono alterar para que una infantil sonrisa se posé en esos labios robados, tan solo necesito paciencia y apoyo, preciso un poco de comprensión.

“¿Aun estas estudiando?” La gastada y avejentada voz de Nowaki me sacó de mis pensamientos, con la cara cansada y un mal disimulado malestar alcé el rostro hacia su arrogante postura en el pasillo al frente del comedor.

“Es un examen difícil” Aunque mi tono se aligeró de forma burlona el ambiente entre nosotros dos tan solo se tensó “No es fácil retomar las parciales luego de tanto descuido”

“Supongo” Él se acarició el cuello incomodo desviando su atención hacia el suelo “Me he sentido mal al desatender tanto mi rendimiento académico, siento que el esfuerzo que usé para ganarme el cupo lo estoy arrojando a la basura” Elevé mi ceja derecha mientras cruzaba mis brazos sobre mi pecho siendo un esclavo de la curiosidad.

“Tienes un aspecto bastante descuidado y has estado bebiendo más de lo usual, no creo que te importen mucho las calificaciones a estas alturas” El de oscuras hebras arqueó el entrecejo por culpa de mi tedioso regaño antes de bufar.

“Tú no eres quien para hablar Masamune” Él camino delante de mi agobiado aspecto evitando mi mirada para arrojarse con una mala disimulada incomodidad sobre el sillón paralelo “Luces más patético de lo usual”

“¿Yo?” Su risa sarcástica me fastidio.

“Mírate” Una mueca inhibida deformó sus labios “¿Cuántos días llevas usando la misma camisa? Esas ojeras gigantes, ese cabello sin lavar, tu barba sin afeitar, estas hecho un asco” Me apoyé con el ceño rígido sobre mis rodillas ante esa petulante sinceridad “No me vengas a criticar si estas peor que yo”

“Puede ser” Su letal lejanía me imposibilito respirar “Pero al menos yo tengo el valor para admitir porque me siento de esta manera” El aire entre nosotros nos comenzó a asfixiar cual cadena en el cuello “No como tú, un cobarde que escapa cuando las cosas toman una impropia seriedad” El más alto incrusto sus puños sobre los brazos del sofá el mismo instante en que su mandíbula comenzó a rechinar creando un infernal chirriar.

“¿Y se puede conocer el motivo que te tiene tan depresivo?” Ambos sabíamos que las palabras eran redundantes y este no era más que un desesperado desahogo de frustración “Anda; si eres tan hombre admítelo”

“Estoy mal porque estoy perdiendo a Ritsu” No desvié la mirada para recalcar la gravedad que esta discusión había adquirido “Porque él de repente me ha empezado a apartar y yo no puedo hacer más que quedarme inmóvil viendo como nuestra relación se destruye” Sus labios trazaron una sonrisa burlona desbordante de satisfacción; pero que cínico es.

“¿No deberías estar contento?” Me rebatió su reflejo distorsionado “De esa manera puedes volver a ser el diablo de ojos miel y regresar a tus viejas andanzas, dejarlo como una memoria y nada más”

“Ambos sabemos que ellos dos no fueron una simple aventura” Proclamé apretando la orilla del sofá, incrustando mis uñas en medio de la tela como un vago intento por disipar la cólera que nos estaba consumiendo “No me lo vayas a negar que bien mal has estado por la estupidez que cometiste con Hiroki” Cuando lo nombre él tembló.

“No me arrepiento de lo que pasé con él” Las calidad orbes zafiro de ese hombre adquirieron un tono glacial que frenó mis flojos intentos por hablar “Ese maestro siempre será recordado como la conquista más complicada que logré; no tiene más importancia” Me paré del sillón en busca de una inexistente comprensión, tratando con angustia de hacerlo reaccionar.

“¿Crees que con esos muros lo podrás apartar?” Le pregunte con suavidad acariciando su hombro para recibir una bofetada “¿A quién tratas de engañar?”

“Cállate Masamune” Él me lo advirtió; me rogó que me detuviera con un silencioso sollozo revestido de frustración.

“Puedo ver que todos los días sufres con esa lejanía que tú mismo te has impuesto” Fui capaz de leer las advertencias en su rostro al apretar la mandíbula hasta que su cabeza ardió; en la rencorosa manera en que sus ojos perdían la última gota de jovialidad al hundirse en esa vacías cuencas “Que estas muriéndote por pedirle perdón” Y aun así seguí “Aun lo pueden arreglar”

“¡Que te calles!” Me gritó parándose con arrebato del sofá “No tienes idea de todo lo que he pasado con el amor, no trates de hacer el papel de buen amigo ahora”

“¿Cuándo diablos te he fallado yo?” Me excusé apuntando con indignación mi pecho “Desde que nos conocimos me he aferrado para mantenerme a tu lado Nowaki” Las venas me calcinaron.

“Lo único que hiciste fue arrastrarme a esta vida de mierda con ese discurso basura de ser un rompecorazones” El de atisbo azul agarró con frustración la camisa de mi cuello escupiendo ira por la boca e impotencia por la torcedura de sus facciones “¡Que lo haya conocido a él fue tu culpa!” Mi sarcástica carcajada solo intensifico ese agarre.

“Pero que patético” Aunque lo intente empujar no lo conseguí “Cuando tú viste que tus jugadas no te funcionaron escogiste echarme la culpa” Aplaudí con ironía negando con la cabeza “Que bonito” Su aliento a cerveza rozó mi boca, su repulsivo aroma retorció mi estómago, su iracundo respirar aumento el diámetro de sus fosas nasales enrojeciéndolas.

“No me provoques que no estoy de humor” Lo tomé de los hombros desatando una batalla de orgullos y egos; mis músculos se quemaron ante este inminente derrumbe.

“¿Sabes? Yo enserio pensaba que eras alguien mejor” Sus piernas tiritaron “Cuando te encontré esa noche tirado en un rincón con los ojos irritados de tanto llorar, con un vaso vacío en tu herida mano, con el corazón quebrado”

“¡No me lo recuerdes!” Me gritó estampándome en contra de la pared, mi boca se deformó al sentir las desigualdades del concreto y las puntas de los cuadros. Por mero desquite continué.

“Cuando te encontré hecho pedazos por esa mujer y me diste pena por primera vez pensé que había algo que valía la pena rescatar” Su mirada ardió empañada por el odio y el asco “Pero veo que no, no vales la” No pude terminar mi frase al sentir un potente ardor en mi mejilla antes de perder el equilibrio y caer al suelo pegándome en la cadera.

“¡Eres un maldito hipócrita Masamune!” Todo su cuerpo se encontrada engrifado, con un temor que jamás había leído me toqué el labio apreciando como se inflamaba por culpa del golpe “¿Yo no valgo la pena? ¡Ja!” Se retiró con una esquizofrénica expresión el flequillo “Al menos tengo aspiraciones en la vida, al menos trato de llegar a algún lugar, no como tú que tan solo eres un parásito que vaga a costa de sus padres” Agaché mis hombros ante el peso que esas venenosas verdades habían adquirido “Solo te quieres divertir e ignoras el dolor ajeno”

“Eso no es cierto” Musite sin levantarme del piso “Yo trato de comprender esas cosas”

“Por eso es que has apoyado tanto a Onodera” Se mofó con sarcasmo forzándome a elevar el mentón “Es fácil criticarme diciendo que soy un cobarde porque escapé del amor cuando tú estas permitiendo que el tuyo se vaya entre tus manos por idiota” Pude escuchar cómo se inclinó con el rechinar de las tablas del piso para quedar a mi altura “¿En verdad soy yo el peor?”

“No porque hayas destruido lo que tenías con Hiroki vas a tener el derecho para intentarlo conmigo” Le advertí sacudiéndolo de los hombros “No metas a Ritsu en esas cosas”

“Es insólito” Escarneció “Ese chico no es mi pareja, no es ni siquiera mi amigo y aun así a distancia notó lo mal que esta, lo triste que se siente, debes ser muy ególatra para haberlo ignorado a propósito” Golpeé la pared con la sangre ardiendo.

“¡No fue apropósito!” Su semblante se desplomó como polvo en la brisa de la nostalgia ante lo agresivo que me había vuelto; con arrebato me levanté del suelo para pasar a su lado con pasos estruendosos y dirigirme hacia la puerta en un vengativo intento de huida “No desquites tus putos  problemas conmigo ni me trates de culpar, tus errores son solo tuyos”

“¿A dónde se supone que vas?” El engreimiento con el que se ocultó me impidió leer la aflicción debajo de esos puños apretados y patadas reprimidas “¿Solo vas a escapar porque me puse difícil?”

“Me voy a buscar a Ritsu” Cuando sus ojos perdieron todo mentiroso rastro de brillo supe que algo en él se quebró “No tolero el simple pensamiento de acabar tan miserable como tú” Le respondí por impulso dejándolo con los reclamos en la garganta al cerrar la puerta con un atronador portazo; negándome a continuar soportando esas sádicas dagas desgarrando mi alma.

Con toda la fuerza con la que mis pies me permitieron correr detuve un taxi un par de cuadras más allá de mi apartamento para entregarle al chofer la dirección del castaño; el conductor de mala gana me llevó a causa de mi insistencia y la escasez de pasajeros a estas altas horas de la noche. No culpaba esos prejuicios, lucía realmente asqueroso.

Apoyé mi cabeza en el asiento de atrás posando mi mano sobre mi pecho, tratando de reprimir el repulsivo sabor que inundaba mi boca ante las crueles verdades que ese idiota y yo nos gritamos a causa de la euforia; puedo percibir como nuestra amistad está muriendo, como la confianza se está quebrando mientras nos transformamos en enemigos; detesto que esto esté pasando, me detesto por habernos permitido llegar a estos extremos.

“¿La víbora de ojos zafiros?” Presioné mis pestañas ante esa aniñada y tímida imagen, ante ese ingenuo brillo fragmentado y ese temblor de labios.

“¿No te parece que es un nombre genial?” Un éxtasis ya perdido “Además así acabas intimidando a tus oponentes por tu renombre” Esas dulces memorias en lugar de aliviarme se incrustaron en mi pecho cual espina gutural.

“Me parece bien” Esa melancólica sonrisa “Entonces seremos los casanovas de hielo” Esa tonta risilla que en ese tiempo jamás valoré “Gracias por levantarme, me da mucha pena que me hayas encontrado de esa manera” Instantes que jamás volverán.

No me percaté de cuanto lo necesitaba hasta que su personalidad se llenó de corazas y muros que no soy capaz de derribar, no fue consciente de mi dependencia hasta que sus problemas comenzaron a alborotar mi frágil utopía derrumbando los sueños que me profesaba tener; no comprendí lo importante que él era hasta que finalmente lo perdí al no poder sostenernos, porque soy débil.

Desearía hacerlo comprender; inspirarlo de valor para regresar con ese castaño causante de sus nocturnos sollozos y ojeras mañaneras, ambiciono transformarme en su soporte emocional y tragarme estas falsas palabras de ánimos para adquirir el coraje y encarnar a un guerrero que batalle por lo suyo; no obstante; no soy capaz de ayudar a nadie y acabó haciendo un trabajo a medias.

“Amigo, no se quede dormido que le cobró extra” Bufé ante su petulante advertencia limitándome a perderme en el nocturno paisaje de la ciudad.

Solo esperó que no sea muy tarde para salvar la miseria que queda entre nosotros; ruego porque aun pueda reaccionar.

Después de insufribles minutos con ese pesado hombre le pagué con la mitad del cambio que traía en mis gastados jeans para correr hasta el apartamento de mi castaño ignorando las furtivas miradas del personal que se hallaba en recepción y los reclamos de los residentes que irrité con mi escandalosa llegada.

Cuando estuve al frente de su puerta de caoba con bordes de níquel toqué con un inhumano vigor un sinfín de veces intentando recuperar el aliento perdido al apoyarme junto a su pared, maldiciéndome por no haberle comprado ostentosas rosas o finos chocolates sabiendo que esos enfermizos gestos eran de su agrado.

“¿Qué quieres?” Abrí con sorpresa la boca sin que palabra escapará al encontrarme con la ida expresión de ese recio profesor.

“Necesito ver a Ritsu” Me apoyé en el marco de la puerta impidiendo que él me cerrará y privará de contemplar a ese precioso joven.

“¿Ritsu?” Mi columna vertebral se erizó por la torcida sonrisa que esbozó “Llegas tarde, él se fue hace un par de horas” Encogí mis hombros con sumisión negándome a creer esas mentiras; esto no podía estarnos pasando, por favor no.

“¿Al bar?” Su ceño se relajó.

“Con su anterior pareja” Musito con una afligida tonalidad “Se llevó un bolso grande lleno de ropa dejando lo demás acá” Un divergente mohín se grabó en sus resecos e irritados labios “Supongo que luego vendrá por el resto” ¿Por qué nos descuide así?

“No voy a dejar que se vaya con ese idiota” Gruñí azotando la pared, provocando que sus enrojecidos ojos avellana me recorrieran pasmados “¡Lo voy a buscar!” Antes de que me pudiera mover su mano tomando mi muñeca me paralizó.

“Takano, yo no soy de las personas que juzgan a los demás por lo que dicen” No fui capaz de apartar la vista de él “Ahora me arrepiento de ser así y ruego por no estar cometiendo contigo el mismo error pero”

“¿A qué tratas de llegar?” El más bajo me liberó para bufar con recelo.

“No te atrevas a lastimarlo porque haré que pagues si lo haces llorar” En lugar de temblar de pánico por esa sería advertencia y ese mortífero tono sonreí con calidez profesándome aliviado por la tierna amistad que florecía entre ellos dos “No te burles que voy enserio, no sabes de lo que soy capaz”

“No me burlo” Le aseguré con más calma “Estoy feliz de que Ritsu te tenga a ti, eso es todo” Sus mejillas se tiñeron de un potente escarlata, su ceño se frunció mientras desviaba la nuca con desdén.

“No te pases con la confianza” Farfulló intentando cerrar la puerta en vano, cargando su peso en el costado del marco “Además aunque él se esfumé de aquí y me traté de olvidar sigue siendo mi amigo” Sus hombros se relajaron “Quiero a ese idiota” No podía dejar las cosas así.

“Lamento mucho lo que pasó con Nowaki” Apenas lo mencioné su semblante se desbarató con un fornido temblor “Por favor discúlpalo, tan solo estaba aterrado, sé que si recapacita las cosas entre ustedes dos podrían” Con un gesto de mano él me silenció.

“No pagues por sus platos rotos” Una falsa sonrisa me fue obsequiada “Las cosas quedaron claras entre nosotros Takano; fue solo una oportunidad” Sus piernas parecieron perder fuerza con el ligero tambalear de ese delicado cuerpo “Yo acepté que él tomará esa decisión, está bien sí no quiere saber nada más de mí porque fui un juego” No fui capaz de responder “Solo no dejes que se me vuelva a acercar”

“Hiroki” Antes de rebatirle él acunó el pomo para apartarme con lentitud.

“Hay errores que no se pueden perdonar” El castaño desbordo angustia “No los cometas con Ritsu” Fue lo último que musito antes de entablar esa fría e imponente pared entre nosotros y dejar que el eco de la soledad calará en lo más profundo de mi ser.

“No lo haré” Me prometí volviendo a trotar aterrado ante las imágenes que se iban proyectando a causa de mi trágico final.

Sin importarme la hora o la intermitente y débil luz de los focos tomé en un paradero cercano un bus con detenidas en el centro revisando con exasperación mi teléfono en busca de la dirección que había anotado en un olvidado archivo de ese infeliz de cabellos rojizos.

Luego de insufribles minutos encontré el documento con su apartamento preparándome para esa quebrajada confrontación. Aunque yo no sea la mejor opción para Ritsu, no lo pueda sostener en sus caídas, a pesar de discrepar en la perfecta imagen de caballero andante con el blanco corcel yo lo amo, yo estoy loco por ese castaño de ingenua mirada y hermosas sonrisas; desde el primer instante en que ese necio carácter me atrapó supe que mi batalla estaba perdida, no permitiré que mi realidad se distorsioné sin antes luchar por él.

Romances que perduran, amoríos de cuentos, besos eternos e infinitas caricias, esas cosas no son reales, tan solo existen en las rosadas novelas que las chicas utilizan para perder el terror “Solo dame un seguro”  Pero por él al menos puedo tratar.

Apenas vislumbre el gigantesco y elegante edifico en donde se alojaban esas gélidas escarlatas presioné el timbre del bus para detener su andar y poder encaminarme hacia el ascensor preparando cientos de discursos en mi imaginario, creando las tiernas y conmovidas reacciones que ese muchacho tendría ante mi principesca manera de actuar; solo por él cambiaré.

Con seguridad salí del elevador tocando con la respiración alterada el timbre de ese detestable sujeto, cuando su molesto rostro apareció detrás del marcó de la puerta no le di tiempo para reaccionar al ingresar a su apartamento “¿Qué mierda te pasa?” Ignoré su insulto incorporándome en la sala de estar en donde el castaño se encontraba con la cabeza gacha apretando con sus blancas y delicadas manos el bolso que yacía sobre su regazo.

“Ritsu” El nombrado pasmado abrió los labios sin tener algo que decir.

“¡Te estoy hablando!” Antes de que pudiera responder a su irritado comentario el de hebras rojizas me dio vueltas para arrojarme veneno por esa mirada “No puedes entrar a una casa ajena de esa manera casanovas creído”

“Creo que ya lo hice” Me burlé apoyando mis manos con satisfacción sobre mis caderas “Gracias por dejarme entrar”

“¿Qué es lo que quieres acá?” Su mano apretó la camisa sobre mi hombro como método para controlar su ira “No creo que tengamos asuntos pendientes”

“Vine porque no dejaré que Ritsu se quede contigo” Me di vueltas apreciando con ternura esa hermosa expresión apenada “No sin pelear por su amor”  Una molesta risilla escapó de sus tóxicos labios.

“¿Crees que esto es una especie de película?” Se mofó soltándome con una perturbadora tranquilidad “No porque tengas un lindo detalle de última hora eso lo va a conmover, no porque ahora quieras arreglar las cosas vas a romper la confianza que ya nació entre nosotros dos” Su palma apretó mis mejillas “Esto es la realidad diablo de ojos miel” De un puñetazo lo aparté.

“Eso lo tiene que decidir él” Bramé sintiendo como la sangre se me comenzaba a calentar “No porque tuviste una tonta relación por la web por medio año de mentiras eso te da el derecho a elegir”

“Creo que la decisión ya la tomó” Proclamó con orgullo caminando al lado de mi castaño, apoyando su mano sobre su hombro.

“¡No lo toques!” Grité con los músculos quemando “Él me pertenece” Se lo advertí rompiendo ese cercano agarre.

“¿Qué te pertenece?” Se burló “Claro que no” La seguridad con la que exclamo aquello me pisoteó las ilusiones “El hombre que incontables noches estuvo para él, quien lo sostuvo cuando tuvo su crisis de profesión, el chico que tiene la madures y la estabilidad para apoyarlo en sus sueños soy yo” El más alto sustento su mano sobre mi hombro “No te hagas esto”

“Yo le puedo dar seguridad” Me defendí “Las cosas de pareja no se me dan bien pero por él puedo comenzar a tener algo serio”

“¿Y crees que eso cambia la situación?” Insistió con esa imponente e intolerable aura de grandeza “¿Crees que con una etiqueta las cosas van a acabar con un vivieron felices por siempre?”

“Yo jamás dije eso pero” La brutalidad en sus verdades me silenció.

“No des más lastima” Me rebatió “Ustedes son demasiado distintos como para que las cosas funcionen, lo más noble que puedes hacer es largarte y dejar que alguien a la altura se encargue de la situación” Mi nuca ardió ante esa frase, la boca me supo a sangre por culpa de la repulsión con la que estaba forzando mi mandíbula, perdí el control con esa estúpida mueca de arrogancia.

“¡Infeliz!” Antes de que pudiera agredirlo un frustrado grito nos enmudeció.

“¡Ya basta los dos!” Ambos desviamos la mirada hacia el reprimido semblante del castaño “Shin yo quería hacer las cosas con más calma, me di el trabajo de venir aquí a estas horas para explicarte con paciencia lo que ocurre entre nosotros, sin embargo, me lo haces imposible siendo igual de infantil que ese casanovas” Sin otra explicación él le entrego de golpe el bolso negro que con tanto recelo sostenía.

“¿Qué es esto?” Pregunto atónito mirando la maleta entre sus brazos “¿No sería mejor ir a dejarlo a tu cuarto?” El más bajo no se inmuto.

“Todo lo que contiene ese bolso son los regalos que me diste, las cosas que me mandaste para nuestros aniversarios, los diarios con promesas que hicimos, los hermosos recuerdos que quedaron entre tú y yo” El de cabellos rojizos perdió el aliento “Todo lo que me diste Shin lo deje en esa maleta para quedarme sin nada” Él tirito.

“No comprendo” Balbuceó “¿Por qué me lo estas entregando?”

“Esta es la ruptura definitiva” No me quise acercar ante la nostálgica mirada que compartieron “Fue lindo lo que pasamos, esas ilusiones, los juramentos, fuiste lindo Shin, fuiste perfecto” El más bajo lo tomó de las manos “Pero ya se terminó”

“Por favor no” Le impedí al de mirada escarlata acercarse “¿Me dejas por él?” Mi arrogante sonrisa apenas nació se esfumó por esa glacial expresión.

“No” En esas orbes mi mundo se devastó “No te estoy dejando por nadie, tan solo me estoy apartando de las personas toxicas y manipuladoras”

“¿Qué te pasó?” Le pregunte aterrado tomando sus mejillas entre mis manos; sintiendo como el alma se me iba del cuerpo al solo leer rechazo “¿Dónde está el lindo muchacho quien me rogo por ponerle nombre a la relación?”

“Murió, Takano” Su gélido tono congeló mi sangre “Mientras tú estabas con tu club de fanáticas preocupándote por cuantos créditos podías sacrificar para hacer el mínimo yo me tuve que enfrentar con problemas de verdad”

“Pero” Él se me esfumó entre los dedos “Te prometo cambiar, podemos tener todo lo que querías” El más bajo negó con la cabeza arrastrando sus pies hacia las afueras del departamento.

“El problema es que esas cosas” No existió calor u amor en esos ojitos verdes “Ya no las necesito”

Un agudo dolor en mi pecho me impidió caminar; las orbes se me cristalizaron sin que comprendiera el motivo de mí lamentar mientras ese romance del que fui protagónico pronto comenzaba a desaparecer con un desgarro sádico del alma sin que pudiera hacer más que llorar.

No comprendía lo que le ocurría, no entendía la razón de su frialdad, el miedo que ahora encerraban esos preciosos jades; la indiferencia, la distancia, el rechazo, el asco, las murallas; era demasiado ¡¿Qué diablos hice mal?!. Me jalé el flequillo con una cólera que nunca antes había percibido; yo no era capaz de comprender esos demonios que lo tenían atado como cadenas en la piel; otra vez no podía, ¡Que mediocridad!

“Mierda” Mascullé corriendo detrás de él, negándome a perder la razón de mi ser.

Sin importarme su opinión lo acorralé en contra de la pared del pasillo en frente de ascensor para alzar su mentón y fundirnos en un delicioso beso en donde el temor prometía esfumarse y la pasión erupcionar; presioné mis pestañas temeroso al no percibir su característica calidez ni las agradables cosquillas en mi estómago; porque esos rosados y gruesos labios ahora tan solo me sabían a amargura y traición.

“¿Qué no entiendes?” Él se contuvo para no gritar al apartarme “Ya lárgate, no te quiero acá”

“No me iré sin que me des razones” Clavé mis uñas con agresión en sus delgados hombros “¿De qué me perdí para que estuvieras así?” Le rebatí agitándolo en contra de la pared sin hacerle daño.

“¿De verdad no lo comprendes?” Cuando su imponente tono cambio a uno impregnado por la decepción detuve mi histérica “Takano no sabes lo frustrante que es haber tenido al frente tuyo un sueño y haberlo desperdiciado por otra cosa, tú” Su mirada enrojeció “No sabes lo idiota que me concibo por no ser recibido en ninguna universidad ante mi falta de habilidad, lo fracasado que me siento al no tener un papel con el cual pueda conseguir un mejor empleo” Mi corazón se terminó de despedazar con esa mueca desgarrada “No puedo dejar de repetirme que soy un inútil, que lo arruiné por siempre”

“No digas eso” Musite aferrándome a su tembloroso cuerpo; recorriendo con mis dedos su espalda para percibir como mi camisa se humedecía por su incesante llanto.

“Quiero retroceder en el tiempo y hacer las cosas bien” Sollozo con las palabras atropelladas en la garganta “Quiero volver a verme en el espejo sin sentir vergüenza”

“Siempre me tendrás aquí Ritsu” Le aseguré besando sus cabellos “Soy tu persona incondicional” Sus manos se apoyaron en mi pecho intensificando un amargo latir.

“¿Lo eres de verdad?” No me aparté aunque él me empujó “¿Dónde has estado todas las veces que no tuve en quien afirmarme entonces?”

“Yo” No supe como mentirle a esas destrozadas gemas.

“¿Dónde estuviste en mi primer rechazo? ¿Dónde estuviste cuando no tuve quien consolará mi llanto?” Con frustración él se arrebató las lágrimas con la manga de su suéter “¿Dónde estabas cuando te llamaba Takano?” Él se quebró entre mis brazos sin que lo pudiera abrazar “Ocupado con tu club de fans” Farfulló.

“Lo lamento” Me excusé “No puedo estar siempre que lo necesites” Una sonrisa irónica se grabó en sus venenosos labios.

“Entonces no me mientas diciendo que eres mi incondicional” Su rencor fue como un disparo demoledor en plena llamarada “No te atrevas a decir que siempre estarás ahí cuando es mentira, no me des sentimientos a medias, yo no los necesito, mucho menos ahora” Eso finas hileras de aflicción enmarcaron nuestras cruces “Porque cuando me enfrentó a la decepción no tienes idea de lo mucho que duele” Su boca tembló “Duele mucho”

“Estas siendo poco justo conmigo” El castaño negó pasando saliva con asco.

“¿Injusto?” Me rebatió “¿Sabes que es injusto?” Musito con un dolor que no pude comprender “Estar quebrándote, estarte despedazando y no tener en quien sostenerte” Tomé su fría mano en vano “Recurrir a esa persona por la lo deje todo para descubrir lo abandonado que me encuentro, chocar una y otra vez en el mismo error al darle mi corazón a personas que no hacen más que mentir” El aire entre nosotros nos aplasto “Tener que afirmarme en Hiroki cuando él está peor que yo, en lugar de apoyar a quienes amo convertirme en un peso extra” Su aliento quemó mi cuello “Eso sí que es injusto”

“Quizás no pueda estar todo el tiempo contigo pero estoy haciendo lo mejor que puedo, esto de tener una relación me asfixia, no puedo poner todo mi mundo a tu alrededor, yo” Él me silenció con su dedo indicé; lo único que pude escuchar fueron los ecos de un romance cuyo fracaso se encontraba destinado a explotar.

“Lo entiendo” Me aseguró entablando barreras que fui incapaz de quemar “Nunca te pediré que me conviertas en algo que no soy, está bien si no me tomas como una prioridad”

“¿Entonces porque me estas regalando una despedida?” Le pregunte tratando de sostener su muñeca para que se mantuviera a mi lado; intentado con desesperación retener a aquel muchacho cuya luz me rescató.

“Porque nosotros no vamos a funcionar” Él descendió la nuca con sumisión ocultando con su flequillo sus expresiones “Yo necesito a alguien que me apoyé en mis ambiciones, a un hombre que sea capaz de sostenerme en los momentos más difíciles en lugar de huir, alguien dispuesto a transformarme en un importante, un pilar” Un sabor a vomito inundo mi garganta, las piernas ya no toleraban mi peso al haberme convertido en concreto; lo estaba perdiendo.

“¿Por qué yo no puedo yo transformarme en eso?” Con esa melancólica mirada compartimos la respuesta.

“Mis problemas tú jamás los vas a comprender porque las cosas las has obtenido con facilidad, lo que para mí es importante, lo que estoy buscando tú” El más bajo se acarició la cabeza “Jamás vas a tener las respuestas que necesito ni harás lo que yo espero, te idealice demasiado” Cuando él tocó mi mejilla me percaté de que estaba llorando “No puedes estar con un chico tan complicado como yo porque solo te jodere Takano, no quiero que me conviertas en una carga o que me temas por ser caprichoso”

“¿Si te soy una relación estable te quedaras?” Él solo sonrió.

“El problema ya no radica allí; pensé que quizás podrías comprenderlo” No pude retener sus palma entre las mías “Espero que seas feliz con esa vida de casanovas y que encuentres lo que estás buscando”

“No me hagas esto” Se lo rogué cayendo de rodillas, percibiendo como esos fragmentos se clavaban en mis pies y mis lágrimas me quemaban “Ritsu por favor”

“Este también es nuestro adiós” Mi estómago me golpeó como si el veneno se hubiera inyectado en mi sangre y me destrozará por adentro “Fuiste una linda ilusión” Cuando él se volteó sin decir más supe que lo había perdido al no haber sido capaz de comprender esos temores que desprendían sus miradas; cuando él me observo por última vez en busca de alguna seña y yo no tuve las palabras que él deseaba escuchar tuve la certeza de que lo nuestro estaba destinado a fracasar y que él jamás me había pertenecido.

Muy tarde me di cuenta de lo cruel que puede ser la realidad. Hay errores que no se pueden perdonar; por fin lo comprendí.

Notas finales:

Los trato de explicar bien:

Creo que con Hiroki las cosas estan claras, una oportunidad y ya, eso no va a cambiar de la mañana a la tarde, conste.

Con Nowaki, ambos casanovas se encuentran en un proceso de suma frustración en donde ya no saben a quien culpar y acaban gritandose esas cosas, si no se cambia el rumbo....pues las consecuencias no seran agradables.

Muy bien; Ritsu y Shin, el castaño tiene ese terrible problema de idealizar cada hombre que ve, si quiso mucho al peli rojo, no obstante, ese amorio por internet no iba a funcionar a base de chantaje, seamos más fríos, eso fue en lugar de un apoyo, una manipulación.

Con Takanito hermoso; aunque el casanovas haya superado su temor de relación y estuviera dispuesto a darle un nombre de romance a Onodera la verdad es que a estas alturas da lo mismo.

Ritsu esta pasando por un proceso complicado repleto de frustración, lo último que necesita son de más problemas, entonces sí Takano no es capaz de convertirse en ese soporte y acaba entregandole emociones a medias con falsas promesas; lo mejor es apartarse porque a fin de cuentas lo que lastima mil veces más es la decepción, saber que no aprendes y te sigues equivocando en lo mismo.

Ellos dos son muy diferentes, y a niveles de madures tambien, Ritsu se vio forzado a crecer de golpe, como a Takano nada le ha costado todavia no puede comprender y entra en la desesperación.

Ay; espero que con eso haya quedado más claro.

En el otro capítulo estan los egoistas para que sepan que pasa dentro de la cabeza de Nowakito.

Espero que les haya gustado!

Mil gracias por leer <3 <3


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