Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Casanovas de hielo por Chiaki28

[Reviews - 335]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola chicos!! T_T Que triste se supone que habria subido ya muchas continuaciones pero solo me ha dado para una diaria porque hay mucho trabajo, pero bueno es mejor que nada supongo...asi que espero que les guste <3 <3

Ritsu Pov

Yo no he venido a esta ciudad para hacer enemigos, no era mi intención provocar a ese par de hombres desconocidos de miradas venenosas, sin embargo, al ver a Hiroki tan motivado para darles una lección no pude evitar caer en la prohibida tentación y amenazarlos para que dejen esas toxicas mentiras y ya no lastimen más a las ilusas jóvenes que se entregan a ellos en busca de una inexistente pasión.

No puedo evitar enfurecerme por el tema, porque yo pude haber sufrido el mismo resultado por una desilusión de esta magnitud; intentando ser empático comencé a ponerme en el peor escenario especulando que mi amado Haitani se convertía en una mentira cuyo único objetivo siempre fue romper en cientos de pedazos mi ingenuo corazón para después pisarlo para que ya jamás nadie lo vuelva a pegar.

Por eso ellos me enfurecen, ¿Qué hubiera pasado si mi novio hubiera sido una mentira? Ni si quiera puedo llegar a imaginar cómo el dolor y la decepción consumirían sin clemencia todo mi cuerpo, el sadismo en sus miradas, las risas que resonarían en mi cabeza, y todo porque alguien buscaba algo de diversión.

Esos casanovas de hielo no son capaz de medir el daño que le pueden causar a alguien ingenuo, y no iba a permitir que continuaran con ese despiadado juego en el que sus víctimas necesitaban correr por sus vidas para no perecer en su brazos, son unos insensibles, ni si quiera deben recordar el nombre de las personas que se llevan a un hotel, enserio me enfada la indiferencia con la que hablan del tema.

Aunque gracias a este encuentro Hiroki se ha abierto más a mí, y me ha permitido conocer algunos rincones ocultos de su personalidad, me alegra que ya nos llevemos bien y compartamos los quehaceres domésticos, el único problema que debo confrontar es el arriendo al aun no conseguir un empleo, sin embargo, pese a haber hecho docenas de curriculums ninguna empresa quiere contratar a un joven sin estudios.

Recosté mi cabeza en el mullido cojín del sillón permitiendo que el cansancio me consumiera “Es mucho más difícil de lo que sospeche” Murmure para mí mismo con un lastimero sollozo, no sé en qué estaba pensando cuando vine a este lugar creyendo que no tendría nada que perder, anhelando un final de cuento de hadas para mi historia y buscando de manera implacable mi vivieron felices por siempre.

La realidad siempre es más dura de lo que uno especula, tener que pagar mis propias cuentas sin tener un sustento es una pesadilla, no tener ahorros para estudiar porque me los gaste todo en conocer a Haitani fue irresponsable; no quiero causarle más conflictos a mi amigo, por esa razón debo conseguir el susodicho dinero para que sus deudas no pasen a ser mayores y no nos arrebaten lo que se ha convertido en un hogar.

Debí sospechar que esas mágicas aventuras de película solamente son ficción y ahora que me han entregado la cuenta por intentar fantasear no tengo como pagarla, inhale con fuerza el aroma del sofá dejando que la suave tela me consumiera como si de esta manera se pudiera llevar mis problemas.

LO único de lo que tenía la certeza es que; necesito encontrar un trabajo para poder ayudar al castaño y de esta manera retirarle un peso de sus cansados hombros y después ingresar a la universidad aunque no existe carrera alguna que me apasiones, como envidio ese ardor que el más alto le tiene a la literatura, Hiroki es un gran ejemplo que ansió poder seguir algún día, es una inspiración en mis mañanas.

“Oye Ritsu; has estado en esa posición más de una hora ¿En qué tanto piensas?” La agobiada voz del castaño me saco de mis pensamientos, con pereza levante mi rostro del sillón para entrelazar nuestras miradas.

“Tonteras innecesarias” Me excuse sentándome derecho en el mueble para que el más alto se acomodara a mi lado.

“¿Sigues pasmado por el encuentro en el bar?” Me pregunto logrando que un intenso carmín se posicionara en mis mejillas “NO sé cómo pudimos ser tan atrevidos para hacer algo así, pero cuando los vi tratando de usarnos por una noche no pude retener el coraje que comenzó a correr por mis venas” Una alegre sonrisa se posó en mis labios ante el semblante que el mayor me regalaba; me agrada tanto que confié de esta manera en mí.

“Lo admito, no es propio de mi andar golpeando a las personas, pero esos dos eran unos aprovechados, Hiroki no te arrepientas” Nos defendí intentando borrar los recuerdos de aquella noche prohibida.

“No me arrepiento; pero lo que si  lamento es no haberlos golpeado más veces  a ver si se les quitaba lo idiota” Ambos nos miramos de manera cómplice liberando un par de risitas al percatarnos de la actitud que adquiríamos al recordar a ese par de conquistadores, quienes finalmente recibieron su merecido rechazo.

“Aun no puedo creer que ese azabache me haya manoseado de esa manera ¿Qué acaso no tenían vergüenza?” Susurre para mí mismo sintiendo un profundo escalofrió ante esas penetrantes orbes miel.

“Si tu no le hubieras gritado al imbécil de Takano por tocarte; yo no me habría hecho cargo de mis violentas acciones sobre  ese mocoso que se paseaba cómodamente por mis piernas, malditos descarados” Coloque mi mano sobre mis labios para reprimir una estruendosa carcajada; aunque nos hayamos encontrado con un par de imbéciles, aquella salida ha sido la más memorable que he vivido en todos estos años.

“Y todo gracias a que Kisa nos informó quienes eran antes de que cayéramos en su retorcido juego, creo que le debemos mucho al dueño del bar” Masculle recordando la sonrisa de satisfacción que nos regaló el joven de ojos café.

“Me da lástima Kisa, él los tiene que soportar a diario, además teniendo a esa clase de idiotas merodeando por los alrededores, no le hace bien a su negocio, ellos deberían tener más conciencia sobre las personas que afectan” Contesto con una intensa frustración siendo arrastrada en cada una de sus frases.

“No te preocupes, ahora él tiene nuestros datos y si tiene algún problemas nos llamara, seremos una especie de apoyo moral” Proclame sin estar seguro de que mis pensamientos se hayan transmitido correctamente ante la mirada desconcertada que me enseñaba el más alto; con él entre cejo levemente arqueado.

“Es cierto, había olvidado que le pasamos nuestros datos a Kisa” Susurro Hiroki en un apenas audible hilo de voz “Aunque no creo que esos dos le causen más problemas se veían bastante confundidos cuando les dimos una paliza” Proclamo acercándose con confianza hasta mi cuerpo, tratándome con una nostálgica familiaridad.

“Al menos ya no los tendremos que ver más” Promulgue mientras el mayor revolvía con afecto mis desordenados cabellos castaños, los cuales pese a mis esfuerzos jamás se quedan en su lugar.

“Si, no sabes cómo me alivia ya no saber nunca más de esos dos, no extrañare a ese par de insoportables” Pregono levantándose del sillón para acercarse a la mesa de la cocina y beber un pequeño vaso de leche.

“Oye Hiroki” El más alto asintió en señal de que me estaba escuchando “¿Qué es lo que vas a hacer hoy? ¿Regresaras a la universidad?” Mi acompañante le dio un profundo sorbo al jarrón hasta vaciarlo para poder contestarme.

“Si, hoy necesito ir a dejar las pruebas que me ayudaste a corregir el otro día, pero saldré temprano si quieres puedo comprar la cena” Me ofreció amablemente con un hermoso brillo en sus misteriosas orbes avellana.

“No; yo lo decía porque no tengo nada que hacer y pues son muchos papeles, por eso si quiere te acompaño a dejarlos y luego nos encontramos en casa” Murmure con unos notorios nervios en mi voz al no estar seguro de la reacción que tendría mi amigo ante esta clase de peticiones, Hiroki es una persona bastante reservada con sus relaciones por esa razón no lo quiero forzar a permanecer a mi lado, sin embargo, sí pretendo convertirme en un apoyo incondicional para el castaño, porque él me importa.

“Ritsu ¿Qué es lo que vas a hacer con tu vida?” El tono de voz que utilizo logro que un poderoso escalofrió recorriera toda mi columna para clavarse en lo más profundo de mi mente, resonando como un eterno eco.

“Me casare con Haitani y conseguiré algún trabajo” Musite apretando con impotencia mis puños ante mi lastimero plan  de vida.

“Oye” Me sobresalte al percatarme de la cálida mano del más alto recorriendo mi espalda como si tratara de consolarme “No tienes porque estresarte sobre el futuro, si te soy sincero yo nunca espere estar de profesor, las cosas vienen solas, si tienes paciencia y te abres a las opciones, yo me encargare de guiarte” Me ofreció con gentileza mientras mi pecho dejaba de arder ante esas sanadoras proclamaciones.

“Gracias” Murmure abrazando con ímpetu el tenso cuerpo del castaño “Sé que no soy el inquilino que esperabas, pero Hiroki quiero ser tu amigo incondicional” Declare con sinceridad separando nuestras pieles.

“Entonces no me falles” Susurro alejándose de mi lado para tomar una inmensa pila de papeles llenos de trazos rojos “Si me quieres acompañar a la universidad me harías un gran favor” Sonreí con dulzura acercándome hasta la mesa para tomar con cuidado la otra enorme aglomeración de manuscritos.

“Cuando salgas del trabajo yo me encargare de hacer la cena, preocúpate por llegar con hambre” Me prometí a mí mismo como si se tratara de alguna especie de desafío para poder convertirme en alguien más productivo.

El castaño se limitó a asentir intentando abrir la puerta con todos esos papeles agobiándonos, con dificultad entre los dos pudimos salir del apartamento y cerrarlo con llave teniendo como destino la estación de tren que se hallaba a diez minutos de nuestro hogar.

Tome un gran bocado de aire ambicionando que nadie me empujara para no arrojar los papeles y causarle más molestias a mi nuevo amigo, observe con angustia lo gris que se veía el cielo deseando que las lluvias anunciadas para la tarde se presentaran cuando todas las pruebas se encontraran a salvo en una de las oficinas.

Al finalmente llegar al dichoso transporte el castaño y yo nos apoyamos cansados en las endebles paredes del vagón codiciando que nuestras piernas no se rompieran por el exagerado peso de los múltiples documentos con los que debíamos cargar; deseando que las estaciones pasaran con una mayor velocidad para que de esa manera nuestro trabajo no se vea destrozado por algún desafortunado accidente.

Después de quince minutos de tortura esquivando a los distintos pasajeros, teniendo que disculparnos por nuestro descuidado accionar; nos logramos bajar para correr a la facultad y dejar en la nueva oficina de mi amigo los distintos exámenes que con dedicación corregimos, cuando mis manos estuvieron libres mire asombrado el gran espacio en el que Hiroki trabajaría, él me enorgullece tanto.

“Tu oficina es increíble” Murmure con un pequeño brillo en mis ojos y una resaltable lucidez en mis palabras.

“Aun no puedo creer que haya conseguido este empleo, aunque ellos solo me estén probando por ahora; yo no puedo evitar asombrarme” Con dulzura me acerque hasta el más alto quien se encontraba sumergido en sus múltiples ensoñanzas para poder rozarle el brazo en señal de amistad y confianza.

“Te lo mereces Hiroki” Proclame sin vacilar logrando que todo el cuerpo de mi acompañante se estremeciera por la sinceridad y descaro que reflejaba mi voz.

“Muchas gracias Ritsu” Murmuro bajando su cabeza “Oye en unas cuatro horas terminare con mis tareas, y saldré de acá; entonces estaré  esperare ansioso esa cena que me prometiste” Con esas cariñosas palabras un calor recorrió todo mi pecho logrando que un suspiro lleno de ingenuidad fuera liberado por mis infantiles labios.

“Prometo que esta vez no lo quemare” Murmure recordando la última vez que nos cocine a ambos; el primer gran fracaso que causo el quiebre en nuestra relación de inquilino y casero, una de las razones por las que el castaño me evitaba.

“No cometes ninguna idiotez mocoso, recuerda que aún no conoces la cuidad” Me limite a asentir divertido por el semblante de protección que utilizo el más alto para romper la atmosfera de cariño que habíamos creado.

Cuando salí de la universidad mi celular comenzó a vibrar con intensidad, mi corazón salto con desesperanza al leer el tierno mensaje de texto que me había enviado mi adorada pareja, el hombre por él que he recorrido toda esta travesía con quien pretendo construir un futuro por el resto de nuestras vidas.

“Ritsu amor, perdón por haberte dejado así el otro día, tengo media hora para comer y me gustaría pasarla contigo; ven a mi empresa, te mando la dirección”

Una ilusa e infantil sonrisa se esbozó en mis labios ante la consideración que tiene conmigo Haitani; es todo lo que he soñado, Hiroki tiene razón yo debo darnos una oportunidad, conocernos y después decidir que hacer sobre nuestro destino, no es justo martirizar medio año de un perfecto amor solo por no haber sentido nada con el beso que nos dimos.

Camine sumido en mis pensamientos intentado convencerme de que las locuras que estaba cometiendo eran las correctas para guiar mi vida; mi novio es un hombre sensible, el lindo, tierno, es atento, es inteligente, y me ama, ¿Qué más puedo pedir? La falta de pasión entre nosotros seguramente se debió a la excitación de habernos conocidos.

Además aunque mi cuerpo no reaccione a sus caricias como yo lo había conjeturado mi alma si arde con fervor ante sus palabras, mi cuerpo tiembla cuando aspiro su embriagadora esencia, solo debo convencerme de que el hombre que poseo en frente de mis ojos es el mismo chico del cual me enamore por internet.

Me detuve en frente de una gran editorial, antes de ingresar verifique el número para después preguntarle a la joven recepcionista sobre mi pareja, quien rio amenamente indicándome que esperara en el salón principal

Antes de poder sentarme una efusiva voz tenso todo mi organismo al clamar mi nombre con tanto afecto “Ritsu, si viniste” Murmuro el peli rojo aferrándose a mi cintura para recorrer sin vergüenza alguna mi espalda.

“Es que también quería verte” Susurre percibiendo como mis mejillas se ruborizaban al tener tan cerca de mi novio.

“Ven cariño; iremos a comer al casino, te invitare lo que más quieras” Sonreí cálidamente permitiendo que mi cuerpo se relajara y sus manos aprisionaran mi rostro para entrelazar nuestras miradas.

“¿Haitani?” Pregunte al percatarme de la seriedad con la que me observaba, el más alto se limitó a guardar silencio y unir sus labios en contra de los míos, saboreando con descaro toda mi boca mientras su respiración se agitaba y mi cuerpo dejaba de reaccionar para quedar en blanco ante sus caricias.

“Como te amo Ritsu” Proclamo en mi oreja para sonreírme con arrogancia y tomarme la mano con las intenciones de guiarme hasta el dichoso comedor.

Haitani supo exactamente lo que quería comer; recordó cada una de mis mañas y de mis preferencias, me extendió la silla para que me levantara, escogió mi bebida favorita, memorizo mis problemas de alimentación, él me ha estado prestando atención, es un hombre perfecto, es el caballero de brillante armadura con el que tanto tiempo fantasee, por esa razón no comprendo la terquedad de mi cuerpo para inmutarse ante su tacto.

Él es mucho más de lo que imagine, es sincero, me cuida, de todas las personas con las que pudo unir su futuro me ha escogido a mí, soy realmente afortunado y aun así no logro reaccionar como debería, no lo comprendo, esto es muy frustrante, desearía poder corresponderle como él lo merece, no obstante, no me pienso rendir con mi novio, lo amo, hemos esperado mucho para poder crecen juntos y no saboteare mi propia historia.

“Te ves realmente cansado amor” Murmuro el más alto acariciando con gentileza mi mano mientras nuestros ojos se ensamblaban con dulzor.

“Si un poco, es agotador tener que cambiarse de cuidad” Confesé liberando una pequeña risa para aligerar la tensión que se había formado en el ambiente.

“Lo es” Musito jugueteando con nuestros dedos “Ritsu, no me puedo quedar tranquilo sabiendo que estas afuera tú solo sin conocer nada, me da tanto miedo que te pase algo, yo no respiro tranquilo hasta que llegas a tu apartamento y me llamas” Esa proclamación me dejo sin habla al ser pronunciada con tanta sinceridad y comprensión.

“Soy un hombre, me puedo cuidar, además tengo a Hiroki” El hombre de cabellos rojizos deposito un pequeño beso en mi mano logrando que me apenara aún más por tan lindo comportamiento que me enseñaba.

“Sé que eres un hombre, pero eres demasiado lindo e ingenuo, y las personas en la capital son muy descaradas, te podrían hacer algo” Me contradijo arqueando levemente el ceño “Además no me menciones a ese de tu amigo o me pondré muy celoso”

“Eres un idiota infantil, lo sabes ¿Cierto?” Declare liberando una risita ante la actitud llena de aprensiones de mi pareja.

“Pero el idiota que tu amas” Antes de que le pudiera contestar el mayor tomo un trozo de torta para extendérmelo en frente de la boca “Abre” Ordeno relajado mientras la sangre me comenzaba a arder de la vergüenza.

“Haitani te dije que si me apenabas escaparía” Respondí intentando adquirir el valor para corresponderle como merecía.

“Pero esta es una torta de chocolate con trufa, ya sabes; de tus favoritas” Bufe molesto maldiciendo los conocimientos que mi novio tenia de mi personalidad; al salir por tantos meses nosotros nos llegamos a conocer a la perfección; cada detalle, cada gusto, nuestros sueños, nuestros planes para la vida, la familia, los amigos, nosotros no tenemos secretos.

Tragándome mi orgullo me uní al juego del amor en el cual ambos nos alimentábamos mutuamente entre alguna traviesa caricia y un beso robado, acciones que solamente lograban que el amor que yo le tuviera a este hombre creciera con pasión.

Mire con calidez la tierna sonrisa que el joven de cabellos rojizos me ofrecía mientras sus brazos recorrían mi cintura como si intentara demostrarme que yo le pertenecía, con vergüenza me acerque hasta su rostro para depositar en su nariz un pequeño beso que logro que su cara se enrojeciera levemente ante mis acciones.

“Apenas nos encontramos y ya me estas provocando” Murmuro subiendo su mano por mi abdomen mientras mi cuerpo se congelaba por su mirada llena de determinación y un tenue brillo encendido por la lujuria.

“YO solo quería demostrarte mi afecto” Murmure con un apenas audible hilo de voz mientras el más alto me daba un tierno beso en la frente.

“Quiero que pasemos el resto de la eternidad de esta manera, solos tu y yo” Susurro acariciando mi mejilla, acercando sus labios hasta que una tercera voz nos sacó de nuestro romántico encuentro de cuento de hadas.

“Señor lamento interrumpirlo, pero ya va quince minutos tarde para la junta” Mi pareja gruño con molestia frunciendo en el entre cejo para después acariciar con una mirada melancólica mis cabellos.

“Llámame apenas llegues amor” Suspire con cansancio observando con añoranza como mi novio se alejaba de la mesa para correr hasta el elevador.

Éste romance es lo mejor que me ha ocurrido en mi vida, su voz nubla mis pensamientos, sus manos queman mi piel, sus labios son la música que alimenta mi alma, sé que lograre reaccionar a su tacto, después de todo estoy perdidamente enamorado de ese príncipe que se ha esmerado por conquistar mi estoico corazón.

“Así que si tenías novio” Un fuerte golpe en mi pecho se hizo presente al distinguir a la perfección aquella voz, con temor gire mi cuerpo en aquella dirección para que se estremeciera nuevamente ante esa mirada de color miel.

“¿TÚ QUE HACES AQUI?” Grite con molestia levantándome de mi asiento para encararlo de frente, intentando en vano ocultar el pánico que posesionaba mis sentidos al tener que sobrellevar otro encuentro.

“¿No es obvio? Nowaki y yo los seguirnos desde la universidad” Mi ceño se arqueo ante la insolencia con la que este hombre me trataba, él realmente me molesta, no soporto su carácter lleno de arrogancia.

“¿Ahora eres una especié de acosador? ¿Qué no es suficiente ser un rompecorazones?” Mis manos se posaron en mis caderas con la intención de mantener firmes y seguras mis palabras, no planeo perder ante él.

“No podía dejarte ir cuando fuiste el primero en rechazarme, acepta pasar una noche conmigo y no me volverlas a ver”  Refunfuñe cansado saliendo del edificio para ir a la estación de trenes y perder al molesto azabache de mi vista.

“Déjame en paz” Declare acelerando el paso para alejarme de su lado, sin embargo, él al ser más rápido se posesiono al frente de mi cuerpo para acorralarme en contra de la pared con sus fuertes brazos.

“Ritsu” Mis piernas flagelaron al percatarme de la cercanía que su rostro tenía con el mío encendiendo mis mejillas con furor “Sé mío por tan solo una noche y prometo hacerte ver las mismas estrellas” Aquellas seductoras palabras fueron como un golpe en mi estómago al notar un intenso egocentrismo en su mirada, no caeré en su juego, detesto a las personas que piensan que tienen el derecho de lastimar a los demás solo porque poseen los atributos para manipularlos, él realmente me enfada.

“Aléjate de mí o mi puño en tu rostro hará que tú veas estrellas” Me defendí sin vacilar o bajar la mirada, dándole a entender mis verdaderas pasiones.

“Me gustan los difíciles” Murmure lamiendo mi oreja para después morderla mientras mi cuerpo temblaba ante su cercanía, aun así, pese a lo nervioso que me encontraba logre mover mi pierna para pisar con fuerza su pie y empujarlo lejos mío.

“Ya déjame en paz” Me defendí corriendo hasta la estación de trenes; limpiando con vigor el lugar en donde me había marcado.

Lleve mi mano hasta mi corazón sorprendiéndome al percibir lo acelerado que se encontraba, de seguro es la adrenalina por poder confrontar a un cruel hombre que se deleita con el sufrimiento ajeno, me enferma que juegue con los demás solo para mantener una miserable reputación, no es justo que trate así a las mujeres.

Además me parece frívolo que me busque solo porque lo rechace; me mantendré firme en mi decisión, yo no seré otra de sus víctimas, él solamente es un demonio que me quiere devorar para después arrojar mi vacío cuerpo sin vida en  lo más profundo de su ser, escondiendo mis memorias sin volver a pronunciar mi nombre.

Libere un suspiro agotado al ingresar al vagón apoyándome en el vidrio de las puertas para cerrar mis ojos con tranquilidad y por fin descansar de esa persistente voz que me ha comenzado a atormentar.

Alce mi mano hasta mis cabellos para acomodarme el flequillo hasta que percibí como alguien acariciaba de manera seductora mi cintura, sin poder esconder el pánico que me consumía abrí mis ojos para encontrarme con el dueño de mis pesadillas, quien me miraba con egocentrismo y superioridad.

“Deja de seguirme” Proclame con fastidio golpeando sus manos para que me soltara “Además el bar queda para el otro lado”

“Pero que lindo eres Ritsu” Declaro con algo de sarcasmo en sus palabras “Como me estas rechazando otra vez me veo en la obligación de seguirte hasta tu casa proclamando mi amor por ti hasta que me aceptes” Mis cejas se arquearon expresando mi notoria irritación hacia aquel azabache.

“Takano-san no me haga enojar más por favor” Reclame apoyando mis manos en su pecho para poder alejarlo.

“No seas idiota; dulzura el vagón está lleno, no podrás despejarme de tu cuerpo en un buen rato, amor” Susurro en mi oreja mientras mi cuerpo temblaba por su cercanía.

En un intento desesperado por evitarlo le di la espalda para observar el paisaje de la ventana con un falso interés, esperando que se cansara de mis agresivas reacciones y se alejara de mi vida; tal como Hiroki y yo pensamos que este par de casanovas lo haría, sin embargo, aquel movimiento lleno de indiferencia con el que nos aleje fue interpretado como una insinuación por el hombre de ojos miel quien observaba sin descaro alguno toda mi espalda con una sonrisa galante que se reflejaba en el vidrio, logrando que la sangre se me subiera al rostro.

“Me dices que no pero me estas provocando con unos pantalones tan justado” Murmuro apoyando su cabeza en mi hombro “Me gusta cuando te haces él difícil, pero ya es hora de sucumbir a mis pies” Con fastidio me di vueltas para proclamarle una vez más todas las verdades que el azabache provocaba en mis divagaciones.

“Enserio es repugnante que solo pienses en eso, no creas que cualquiera caerá en tu juego solo porque les sonríes como idiota” Respondí cruzando mis brazos sobre mi pecho en señal de autoridad.

“Yo nunca pierdo mis apuestas” Antes de poder reclamarle por un brusco movimiento al frenar el tren termine golpeándome en contra del fuerte pecho del más alto quien me abrazo con afecto negándose a liberarme.

Cuando sus brazos me rodearon mi corazón por algún motivo que me negué a creer comenzó a latir con velocidad, mientras en mi estómago una extraña sensación nacía, refute con la cabeza de manera desesperada ¿Por qué diablos mi cuerpo si reacciona ante sus tactos? ¿Por qué no puede ponerse nervioso con mi amado novio y si con este idiota? Algo muy malo debe haber conmigo, algo no está bien.

Mi irregular respiración delataba lo angustiado que me encontraba aspirando su varonil aroma mientras mi cuerpo en contra de mi mente se negaba a empujarlo; ¿Por qué su calor es tan agradable?; debo despertar y separarlo; él solo me quiere para usarme una noche de sexo y luego olvidarse de mi nombre, no voy a caer en eso, no seré un nombre más en su lista de conquistas, yo soy diferente.

Cuando mi mente regreso a mi cuerpo lo separe con fuerzas escapando del vagón para correr hasta mi apartamento siendo cada minuto seguido por el implacable hombre de profunda mirada color miel, sin importar sus gritos no me detuve hasta llegar a mi puerta, en donde metí con rapidez la llave en la cerradura para poder encerrarme en mi hogar y olvidar este desafortunado encuentro por siempre.

“Deja de huir de mí, tus juegos me cansaron” Pregono el más alto impidiéndome con su pie negarle el acceso a mi hogar.

“Yo no estoy jugando, Takano, quiero que te alejes de mi casa” Respondí con autoridad empujando con todas mis fuerzas el objeto que nos separaba.

“Ya ríndete” Murmuro delineando mis labios con una mirada lasciva “Deja que te toque como nadie jamás lo hará, déjame marcarte como mío Ritsu” Las palabras murieron en mi garganta cuando le iba a contestar por lo adictiva que resulto ser su aterciopelada voz, me encontraba embelesado con esas resplandecientes orbes miel y su sonrisa socarrona, imagen que inconscientemente comencé a memorizar.

“Takano” Murmure bajando mi mirada, intentando con intensidad y desespero mantener altos mis muros.

“Dame una noche y desapareceré por siempre” La mano del más alto intentando recorrer mi espalda baja me despertaron de mi trance, con frustración mordí mi labio para patearle la pierna logrando que se alejara y cerrarle la puerta en el rostro.

Las siguientes horas ignore todas las suplicas sin sentido del mayor, quien se negaba a irse de mi apartamento pregonando frases de seducción barata y poemas eróticos con los que no caería, suspire agobiado anhelando que se cansara y se fuera a su hogar para ya no tener que lidiar más con esta clase de reacciones.

Lleve mi mano hasta mi pecho el cual  golpeaba con intensidad ante cada una de sus palabras negando con efusión  mis temores, pretendiendo que las corrientes eléctricas de las que era presa mi cuerpo solamente eran un ilusión, el crujido de la puerta capto toda mi atención dejando ver a un enojado castaño, quien gruño con fastidio.

“¿A ti también te siguió todo el jodido día?” Me pregunto el hombre de ojos avellana cerrándoles la puerta con rabia a los dos casanovas de hielo.

“Al parecer nos siguieron desde la universidad” Murmure recordando con dificultad la conversación que había entablado con el azabache.

“Ese mocoso malcriado no me dejo hacer nada en todo el día, los detesto, no pensé que seguirían insistiendo” Me levante para ayudar a mi amigo a reponerse del shock que ambos acabábamos de vivir.

“¿Tan pronto comenzó a llover?” Lo interrogue al percatarme de lo húmeda que se hallaban todas sus prendas.

“Si, cuando Salí de la estación comenzó la tormenta” Mire con curiosidad la puerta escuchado aun los gritos de esos dos.

“¿Sería muy cruel de nuestra parte dejarlos afuera mientras está lloviendo?” El hombre de ojos avellana me miro con angustia perdiéndose en sus pensamientos hasta que ambos terminamos por contestar al mismo tiempo.

“Claro que no” Proclamamos divertidos por nuestra perfecta sincronía “Ritsu, ellos se lo buscaron, si quieren se pueden quedar toda lo noche llorando en nuestra puerta pero no les abriremos” Libere una pequeña risita para ir a la cocina y olvidarnos un par de horas de ese par de casanovas que han irrumpido en nuestras vidas.

Notas finales:

LAs cosas seran asi; un capitulo vision de ukes y el otro de semes, y pues en este caso el siguiente es; ¿Que paso con la super genial planificacion de los semes? y como Nowaki acosa a Hiroki.

Aunque quien sabe los ukes si opodrian tener compasion con eso de la lluvia...

JAja espero que les haya gustado, ojala comenten y mil gracias a los que leen <3 <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).