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Casanovas de hielo por Chiaki28

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Notas del capitulo:

Hola chicos!!! Esta es la parte 5/10 de mi hermoso acoso?

El punto de vista de este capitulo va a pedido de; Aiyuko...Nowaki tambien es muy acosador jaja mejor leanlo <3

Espero que les guste <3 <3

Nowaki Pov

Nadie nunca me había hablado de esa manera; ninguna de mis víctimas había osado de cometer la insolencia de enfrentarme, por eso aquel encuentro en el bar me dejo pasmado; yo por alguna razón no he podido sacarme de la cabeza a ese castaño de ojos avellana que me confronto en esa oscura noche de pasión frustrada; no lo puedo liberar de mis pensamientos.

Lo admito la primera vez que lo vi algo en su persona me llamo la atención; aun no sé si fueron sus hermosos ojos; su decidida postura, sus cabellos perfectamente peinados cayendo por su frente, su frágil cuerpo, o toda su aura, no lo sé; pero algo en él me dijo que era distinto a todo lo que había probado.

Por esa razón decidí hacerlo mío; conseguir a ese hombre sin importar lo mucho que me demore; persistir hasta darle un par de horas de inolvidable de placer; después de todo aquel insolente me había regalado el primer rechazo y una fuerte humillación delante de las personas que solían respetarnos por nuestro renombre.

Para mi fortuna Masamune también acabo obsesionándose con el chico de ojos verdes que le grito sus verdaderas sin temor y lo golpeo por atrevido; apoyándome en mis locuras para poder conseguir a nuestras tan ansiadas presas.

Sé que jugar con las personas no está bien; mejor que nadie conozco el dolor de encontrarse atrapado en una relación en donde solo una de los dos esta enamorado; aun me duele el pecho al recordar mi trágico romance; relación en donde se rompieron todas mis ilusiones; lugar en donde pereció toda mi inocencia para sacar a relucir esta parte vengativa que utilizo para manipular a los demás.

Pero pese a tener esas cogniciones; la vida es más simple si el azabache y yo buscamos refugio en brazos ajenos por tan solo una noche, perdiéndonos en un seductor sueño lleno de excitantes jadeos y eróticas frases; es agradable que te tratan como si fueras algo valiosos, que te deseen por tu reputación; convertirte en un hombre codiciado, yo no dejare que ese insolente castaño desmorone todo lo que he construido estos años; no por nada somos los casanovas de hielo.

Esos dos van a caer ante nosotros; por ese motivo después de nuestro  desafortunado encuentro en el bar le pedí a Masamune que distrajera a Kisa con uno de sus molestos intentos de persuasión con piropos vulgares para que yo le pudiera robar la libreta en donde había anotado los datos de nuestras presas; facilitándonos la información que necesitamos.

Cuando obtuvimos lo que queríamos fuimos a nuestro apartamento para planificar con cuidado cada uno de los pasos que daríamos con esos dos, ensayando las mejores frases de persuasión, escogiendo nuestras ropas para el ataque y sobre todo llenándonos de decisión para no flagelar ante sus hermosos pero mentirosos ojos.

El azabache y yo nos quedamos en vela discutiendo nuestros movimientos hasta que finalmente nos profesamos seguros de nuestra brillante estrategia; el plan que habíamos diseñado era ir al departamento de los castaños para poder darles una última oportunidad y seguirlos hasta que nos aceptaran.

Aunque esa idea me disgustaba un poco al tener que seguirle rogando afecto al hombre de ojos avellana; pese a eso no me planeaba rendir, habían golpeado con fuerza mi orgullo y no permitiré que las cosas se queden de esa manera; tanto Takano como yo tenemos una reputación que mantener intacta si queremos seguir siendo Dioses para las ingenuas muchachas que nos piden cariño.

“Repasando el plan tenemos una hora para llegar a su apartamento y seguirlos durante todo el día ¿Cierto?” Me pregunto el más alto con un ínfimo tono de duda reflejada en cada una de las palabras que salían de su garganta.

“Según lo que estaba en la libreta de Shouta ellos viven como a media hora de nuestro hogar; Hiro-san trabaja en la universidad a la que asistimos pero en la facultad de literatura; ambos viven juntos y no dejaron algún celular, pero esos los podemos averiguar después” Proclame recordando cada uno de los detalles que había anotado el peli negro en la batalla que perdimos en frente de nuestros camaradas.

“¿Qué hay de Ritsu? ¿Él también estudia en nuestra facultad?” Pregunto con un pequeño brillo sus ojos el azabache.

“No hay datos de él; pero seguramente estarán juntos, parecen muy buenos amigos” Especule en voz alta con una pequeña sonrisa “Estoy tan ansioso de poderlo volver a ver” Murmure dejando escapar uno de mis pensamientos.

“Parece que te ha gustado más de lo que deberías” Se burló mi amigo con una expresión llena de arrogancia y egocentrismo; suspire resignado acostándome en el suelo de nuestra sala para poder seguir divagando.

“Es raro que quiera estar con un hombre; yo tampoco me obsesiono por las personas pero no sé, él es distinto, no lo puedo dejar ir sin haberlo corrompido, lo quiero tener” Proclame con decisión mirando con el rabillo de mi ojo la dudosa expresión del azabache.

“Cuidado con enamorarte” Me advirtió de forma severa amenazándome infantilmente con su dedo índice.

“¿Enserio?” Le pregunte con sarcasmo dejando escapar una pesada risa “Yo nunca me expondría de esa  manera; digo que quizás sea bisexual como tú y quiero que ese castaño sea el primero hombre con el que me acueste” Pregone con sinceridad sin haber convencido al mayor con mis transparentes palabras.

“Tratare de fingir que te creo” Murmuro de manera burlona recostándose a mi lado con un semblante lleno de incertidumbre.

“Y tu tampoco caigas” Musite con una pequeña sonrisa socarrona “Porque vi como prácticamente te devorabas con la mirada al de ojos verdes” El azabache se tensó ante mis palabras logrando que mis dudas aumentaran.

“Nowaki; hemos pasado por mucho para ser conocido como los casanovas de hielo; no es momento para andar con esta clase de dudas, solo estamos obsesionados” Murmuro con seguridad sentándose en el suelo para mirarme con un aura llena de superioridad “Todo sea por una noche de lujuria en contra de los que nos humillaron”

“Tienes toda la razón” Lo apoye levantándome al ver que la hora de la verdad se aproximaba con rapidez.

“Lo mejor será ir a ducharnos para sorprender a nuestro par de castañitos” Musito divertido el mayor robándome las palabras de la boca con descaro; lo único que pude hacer fue limitarme a sonreír con satisfacción y dirigirme al baño para arreglar mi apariencia.

Rápidamente me despoje de todas mis prendas para dejar que el agua fría de la ducha recorriera cada parte de mi cuerpo mientras esos ojos avellanas seguirán rondando en mi mente; deslice mi mano por mi abdomen sin dejar de preguntarme ¿Cómo se sentirá poder probar aquellos tentadores carnosos labios?

Negué con la cabeza intentando calmar mi ansiedad mientras deslizaba rápidamente el jabón de mi cuerpo aspirando poder encontrarnos nuevamente con nuestras adorables víctimas; me moje de manera descuidada el cabello permitiendo que este se empapara resaltando lo brillante y lustroso de su color.

Después de un par de minutos me seque todo el cuerpo reprimiendo mis pasiones para vestirme con las prendas que el azabache y yo habíamos seleccionado previamente con el objetivo de seducir sin vergüenza alguna a esos dos.

Me coloque un par de jeans ajustados; una camisa a medito abotonar color vino; peine con esmero mi cabello acomodando mi flequillo; me rocié mi mejor perfume y me mire con satisfacción en el espejo escuchando la arrogante risa burlona del hombre de ojos miel; quien se había vestido con un pantalón  vaquero y una camisa negra.

“Pareces una adolecente nervioso arreglándose para una cita” Se mofo desabotonándose en los primeros tres botones de la prenda.

“Sabes que esto debe salir perfecto para que funcione” Le recordé apuntando el reloj del comedor, dándole a entender que ya debíamos partir.

“Las estupideces que hacemos por nuestra reputación” Musito caminando hasta la salida de nuestro hogar para emprender aquella esperada travesía.

Ambos caminamos con un paso firme hasta la dirección que habíamos anotado en donde supuestamente residían nuestras presas; mire con angustia el cielo rogando porque no lloviera todavía hasta que tuviéramos nuestro afortunado encuentro con ese par de tercos y gélidos corazones.

Después de media hora en un agradable silencio en el que ambos intentamos disimular con poca sutileza nuestros nervios a través de lo irregular que se tornaba nuestra respiración; llegamos hasta el edificio en donde esos dos residían; le hice una seña al mayor para que los esperáramos en la recepción con la finalidad de poder encubrir nuestra identidad.

El azabache me obedeció asintiendo de manera galante su cabeza para apoyarse en contra de muro y fingir mirar con interés el paisaje; inhale con angustia al percibir un extraño golpe en mi pecho ante la simple idea de volver a encontrarme frente a ese imponente chico.

Lleve mi mano hasta mi pecho liberando un quejido al apreciar como los movimientos se intensificaban “Debe ser la adrenalina de una persecución” Musite para mí mismo negándome a revivir todo aquel dolor una vez más.

Nosotros solo jugamos con las personas; yo no puedo tomar algo tan inocente como el amor para hacerlo parte de mi alma; yo prefiero usurpar la salida del cobarde y borrar todas mis huellas para no tener que asumir la responsabilidad.

Esto puede sonar sumamente cruel pero las personas son empaques desechables; todos nos utilizamos por distintos motivos; por eso no me siento mal al estar inmerso en este juego; después de todo nosotros les concedemos un honor a  las personas que nos tocan con lujuria; deberían estar agradecidos.

Mis pensamientos se destrozaron al observar como el par de castaño salían del ascensor con una gran pila de papeles siendo sostenida con dificultad por cada uno de ellos; el azabache me rozo el hombro apuntando con los ojos a la pareja; dándome a entender de que aún no era el tiempo para hacer nuestra esperada aparición.

Ambos seguimos a nuestras victimas hasta la estación de trenes en donde decidimos ingresar al mismo vagón lleno para poder vigilar su comportamiento y aprender más de ellos facilitándonos nuestra técnica de seducción; en todo instante mantuvimos nuestros ojos calvados en los chicos castaños.

Cuando el más bajo casi pierde el equilibrio y golpeo accidentalmente a alguien  más escuche como mi amigo libero suspiro de manera ilusa ante el lindo comportamiento de sus supuesta victima; con una mueca llena de arrogancia lo mire arqueando una ceja en señal de burla.

“¿Acabas de suspirar como una chica enserio?” Le pregunte divertido apoyándome en la pared del vagón sin quitar mi atención del joven de ojos avellana y sus dulce muecas de dolor al estar cargando tantos papeles.

“Es que es tan lindo” Susurro soltando una pequeña risita “Ya quiero saber cómo se verá junto a mi cama” Rodee los ojos ante la incorregible actitud del mayor guardando silencio el resto del camino hasta llegar a la universidad.

Nuestros tercos corazones ingresaron en una oficina para dejar los pesados exámenes; después de haber cumplió con su labor el chico de ojos vedes se dispuso a salir de la universidad para separarse de su amigo.

“Bueno yo seguir esa Ritsu todo el día” Murmuro dándome una despedida indirecta sin separarse del castaño.

“Creo que yo iré a tomar una de las clases de Hiro-san” Masculle observando con el rabillo de mi ojo como este ingresaba a uno de los auditorios de literatura.

“Nos vemos en su departamento a menos que alguno lo logre someter y tenga una noche de suerte y estrellas” Declaro el azabache corriendo tras el más bajo; quien ingenuamente no se había percatado de nuestra presencia.

Camine hasta el aula en donde había ingresado el oji avellana tomando un gran bocado de aire antes de entrar; dándome el valor necesario para construir mi invencible semblante de casanova y no romperme debajo de esas preciosas orbes, respire con lentitud calmando mis nervios, inhibiendo cada uno de mis dolorosos recuerdos para regresar a mi realidad.

Con imponencia ingrese hasta el salón ubicándome en la fila del centro junto a un par de desconocidas que suspiraban ingenuamente al observarme; centre toda mi atención en el castaño; quien no había notado mi presencia al encontrarse inmerso en sus aburridas preocupaciones del trabajo.

Aunque yo aspire a ser un médico mi verdadera pasión es poder tener a un desconocido en las noches; no negare que admiro a mi victima pero no por esa razón voy a desistir con mis intenciones; por eso esta vez desatare los grilletes que atan mis manos y me lanzare de forma espontanea expresando cada una de las ensoñanzas que haya en mi interior.

Apoye mi rostro en mi mano analizando detenidamente el castaño quien esbozaba una pequeña sonrisa ante cada una de las preguntas que le hacia sus estudiantes, suspire molesto notando que sus palabras eran pronunciadas con una profunda pasión y devoción desconocida para los hipócritas como Masamune y yo.

UN profundo deseo de poder destrozar esas efusiones nació en mi interior; yo no quería que es hombre sonriera de esa manera tan ilusa al hablar de textos y libros; lo que yo ambicionara era que su cuerpo ardiera pero solo por mis manos y que sus expresiones las provocaran mis palabras, esto es extraño; jamás había tenido deseos tan egoísta con alguna de los sentenciados que escogía, me pregunto si este nuevo sentimientos se debe a que es mi primera vez jugando con el corazón de una persona de mí mismo sexo.

“Y por esa razón quiero que todos ustedes se lean la trágica historia de genji el hijo del emperador para analizar con más detenimiento las características de la literatura antigua además este libro les puede ayudar a comprender la materia que más adelante les expondrá Miyagi-sensei” El más bajo se paró de manera segura cerrando con cariño y cuidado el manuscrito que había acunado entre sus brazos “¿Alguna duda?” Pregunto volteándose para comenzar a escribir un par de cosas sin sentido en la pizarra.

“Si sensei; yo estoy perdido” Proclame intentando disimular mi tono de voz para que no me reconociera.

“Pues dígame en donde se perdió” Me pidió el castaño escribiendo en el tablero una lista de textos que sus estudiantes deberían aprenderse.

“En sus largas piernas” Proclame con escaro logrando que todos mis compañeros se riera y el mayor dejara caer el plumón para voltear y encontrarse con mi mirada.

El castaño abrió esas hermosas orbes avellana para fruncir el ceño al reconocerme y bufar con molestia enrojeciendo levemente por la insolencia que había cometido en frente de toda una clase; pero no me planeaba rendir sin dar la pelea.

“Terminamos acá; por favor todos váyanse ahora” Pregono cruzándose los brazos con molestia mientras yo caminaba con aires de grandeza hasta su lado para abrazarlo de la cintura y susurrarle en la oreja.

“Hola amor; te vine a ver trabajar” Murmure aspirando con lujuria su aroma mientas mis manos jugueteaban deslizándose por su abdomen.

“Te lo preguntare tan solo una jodida vez hombre” Murmuro apretando con rabia sus dientes “¿QUÉ RAYOS SE SUPONE QUE HACES ACÁ?” Me grito empujando con poderío para separarse de mi organismo.

“Tú me rechazaste el otro día en el bar” Proclame caminando a su alrededor con los brazos cruzados “Me ridiculizaste echándome una jarra de cerveza encima de mi nueva ropa; hiciste que todos los que me respetaban se rieran de mí; pues ahora te acosare hasta que me aceptes” Declare abiertamente siendo fulminado con la mirada del castaño; acción que ante mis ojos fue bastante adorable.

“Tú te lo buscaste al tratar de meterte con nosotros dos; yo y Ritsu no íbamos a caer por ese par de piropos baratos” Se quejó con molestia cerrando los ojos bastante ofendido por mis palabras; al verlo distraído me acerque hasta su cuerpo invadiendo su espacio personal con descaro; intimidándolo ante mi egocéntrico semblante.

“Si no quiere oír mis cumplidos baratos dame lo que quiero y me largare” Pregone con seguridad acercándome más al mayor quien pese a querer mantenerse firme debajo de mis palabras no podía evitar retroceder.

“Nunca en la vida me entregaría a alguien como tú” Me contradijo llegando hasta el muro del salón de clases; cayendo en mi trampa.

“Eso lo dices ahora que estas cegado por tu gran orgullo, pero te aseguro que lo disfrutaras” Murmure seductoramente acercándome hasta su oreja “Prometo ser gentil contigo Hiro-san” Susurre con la voz aterciopelada percibiendo como sus piernas flagelaban mientras sus manos estaban apoyadas en mi pecho intentando establecer una distancia entre nuestros cuerpos; por algún motivo que me negué a ver el poder sentir su fina piel contra la mía me enloquecía, me hacía desearlo con más intensidad.

“Si no te alejas de mi” Pregono el más bajo agarrando el cuello de mi camisa para poder verme con seriedad “No me haré responsable de mis acciones y acabaras muy lastimado por mi puño” Me amenazo respirando sobre mi cara; sin vergüenza alguna aspire su delicioso aliento provocando que él se ruborizara tiernamente por mis acciones.

“Si es tu puño el que me das entonces lo quiero” Musite llevando mis manos hasta su cintura para poder aprisionarla; negándome a dejarlo ir hasta conseguir lo que anhelaba “Hiro-san si quieres que te deje de molestar ya ríndete” Le pedí  liberando una pequeña risita al percibir como él atrapaba con más fuerza mi prenda.

“No soporto tu molesta voz” Murmuro relajando su mirada al perdernos en una extraña conexión en nuestros ojos.

“Si no me toleras cállame con tus labios”  El mayor tembló ligeramente al percatarse de la cercanía que estaba naciendo entre nosotros, cerré los ojos respirando en su cuello mientras mis manos recorrían su espalda con lascivia.

“Hiroki el amor esta prohibido en el trabajo” El más bajo me golpeo con su puño mi estómago logrando que lo liberara de mi agarre y mis manos se aferraran a mi vientre intentando calmar el dolor; con molestia dirigí mi mirada hacia un sonriente peli negro parado en el marco de la puerta.

“Miyagi” Proclamo con una profunda irritación “Usted es siempre tan inoportunos; en vez de estarme espiando debería ayudarme con los reportes de sus alumnos” Gruño el oji avellana cruzando los brazos.

“Perdón por interrumpir tu momento intimo con tu novio” Declaro con una sonrisa juguetona logrando que sus mejillas se adornaran de carmesí y sus ojos por inercia buscaran a los míos; dándome la victoria en esta batalla.

“Ese idiota no es mi novio; es un maldito acosador” Proclamo con pesadez “Además ¿Que hace aquí?” El más alto extendió dos pequeñas bolsas cafés mientras ingresaba al salón en contra de mi voluntad.

“Te traje el almuerza para que comamos juntos porque la cafetería es un caos” El castaño tomo con molestia la bolsa sacando un pequeño emparedado el cual comenzó a morder de manera provocativa con esos carnosos labios que me seducían sin si quiera haberlo.

“Supongo que te debería agradecer” Musito bajando la mirada “Pero eso no compensa el atraso que tienes con tus exámenes” El peli negro suspiro sentándose en el escritorio para devorar sus fideos envasados.

“Ya se” Murmuro con angustia “No por nada te llaman el demonio Kamijou” Cuando el más bajo mordió nuevamente su comida me acerque con velocidad para comer del otro extremo del pan para casi rosar sus labios; al separarnos el mayor tenía los ojos abiertos por la sorpresa y las mejillas completamente enrojecidas.

“Tenía mucha hambre de ti” Murmure en frente de aquel desconocido para acariciar la mejilla del castaño.

“Déjame en paz y vete a tu casa” Reclamo el más bajo golpeando mi mano para imponerme un par de barreras.

“Hiroki no seas malo con tu pobre novio; nosotros tenemos necesidades” Libere una pequeña risa al encontrar un inesperado cómplice en este juego de seducción.

“Exacto tengo necesidades que me niegas”  Proclame como si fuera una víctima pasando mi mano sobre el hombre del castaño “Solo entrégame todo lo que eres y desapareceré por siempre de tu vida” Mi cuerpo se tensó al encontrarme con esos hermosos ojos avellanas los que reflejaban emociones que no era capaz de interpretar; antes de que el castaño abriera su boca un molesto ruido en su pantalón se hizo presente.

El mayor llevo su mano hasta su bolsillo para mirar con pánico el reloj del aula y chaquear la lengua expresando su molestia.

“¿Qué ocurre?” Le pregunto el peli negro observado con curiosidad como su compañero metía con rapidez todas las cosas en su bolso dispuesto a retirarse de la institución.

“Voy tarde para cenar con Ritsu; le prometí llegar temprano” Se excusó provocando que una pequeña sonrisa se dibujara en mis labios al recordar a mi determinado amigo azabache; deseándole más suerte que la mía.

El mayor sin darme explicación comenzó a correr en dirección a la estación de trenes; suspire encogiendo mis hombros para comenzar a perseguir a mi presa a lo largo de toda la calle; lleve mi mano hasta mi frente al percatarme de que estaban cayendo un par de gotas en señal de que pronto comenzaría una intensa lluvia.

Después de un par de minutos en una ridícula persecución en la cual decidí ignorar cada uno de sus reclamos finalmente nos pudimos subir al mismo vagón; el cual estaba bastante lleno pese a la repentina llovizna.

Acorrale con recelo al más bajo evitando que las demás personas centraran su atención en lo que había proclamado como mío; me acerque sin pudor aplastándolo levemente  logrando que su ceño se arqueara y su mirada se desviara por lo nervioso que lo debía poner mi cercanía.

“¿Mocoso tu no vas a la escuela o algo? ¿No tienes nada mejor que hacer a perseguirme?” Me pregunto rodando los ojos en señal de cansancio.

“Ya te lo dije; si quieres que me vaya solo déjame mostraste un mundo de placer” El mayor se ruborizo furiosamente mientras pisaba con poderío mi pie como un reproche físico por lo descarado que fueron mis palabras.

“Vuelves a decir esas cosas en público y te noqueo acá mismo” Me amenazo con seriedad apretando con rabia sus puños.

“Digo esa clase de cosas por ese fuego que hay en tu piel y tu cálida mirada, las que me invitan a pecar sin vergüenza alguna” El más bajo se cruzó los brazo esbozando una pequeña sonrisa que erizo toda mi piel.

“¿Enserio esa es tu mejor frase?” Me pregunto mofándose de mis fallidos intentos por conquistar ese frívolo corazón.

“Déjame pensarlo” Murmure reprimiendo mis pasiones para arrojarle otra frase de coqueteo en vano “Me gusta lo esbelta que es tu cintura, tus resplandecientes ojos de caramelo; tu tersa piel pero lo que en verdad quiero son tus caderas de fuego” Las mejillas de mi acompañante se pintaron de rojo mientras me daba la espalda para poder ignorarme todo el resto del camino expresando su evidente molestia.

Aproveche nuestra cercanía para aspirar con descaro su aroma sin atreverme volverlo a tocar al temer que se escapara de mis brazos y ya no pudiera obtener mi tan anhelada noche a su lado; el resto del viaje me limite a perderme en mis pensamientos mientras su fragante esencia se grababa en todos mis sentidos.

Al llegar a la estación seguí al castaño hasta su departamento en donde estaba mi amigo gritando un par de poemas vulgares con la esperanza de que su amor platónico le abriera la puerta, sin poder contenerme libere una estruendosa risa mientras el azabache arqueaba la ceja y la lluvia se desataba mojándonos sin piedad.

“¿PERO QUE RAYOS HACES TU AQUI?” Grito el más bajo apuntando con rabia al hombre de ojos miel.

“Estoy acosando a Ritsu” Explico con naturalidad sin dejar de insistir en tocar el tierno corazón del menor.

“Quiero que ustedes dos se vayan; mi casa no es un refugio para casanovas vagos” Pregono el hombre de ojos avellana con rabia abriendo la puerta, con angustia le hice una señal al azabache para pasar a la segunda faceta de nuestro plan.

“Hiro-san no seas cruel; no nos dejes acá con lluvia” Le suplique agarrándolo del brazo; ganándome toda su atención.

“Eso te pasa por ponerme en ridículo en frente de mis estudiantes” Proclamo escupiendo las palabras con rabia para volverme a pisar y después azotar con poderío el pórtico dejándonos afuera de su mente y de su hogar.

“¿Cómo te fue?” Le pregunte al azabache quien se llevó la mano hasta su frente agarrándose los cabellos expresando toda la ira que había reprimido.

“Sí tiene novio; pero eso no me va a detener, me gusta Ritsu; lo quiero tener” Proclamo con seguridad entrelazando nuestras miradas sin vacila “Por lo que pude apreciar a ti no te fue mucho mejor” Se burló con una sonrisa pícara.

“Claro que no” Murmure depresivamente “Pero este es solo el comienzo del juego” Susurre para mí mismo regresando a mi semblante original “Cuando distraje a Hiro-san ¿Alcanzaste a tomarla?” Le pregunte nervioso al no codiciar pasar toda la noche debajo de aquella torrencial lluvia.

“Cuenta con ello” Respondió enseñándome la llave del apartamento de los castaños “Esta será una larga noche para ellos”

 

Notas finales:

Okey...esos semes son persistentes y dan algo de miedo lo admito pero golpearon su orgullo!!

Miyagi siempre quiere molestar al pobre Hiroki, como que me dan pena los ukes siendo perseguidos todo el día jaja pero asi es el amor <3

Ahora tienen una larga pero muy larga noche que llevar.

Espero que les hay gustado; ojala comenten y mil gracias a todos los que leen <3 <3


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