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Enfurecido y aun desconcertado por el comportamiento de Shaka entro en su oficina personal azotando la puerta tras de sí, tomo la botella de wiski que siempre reposaba sobre su escritorio y dio un trago directo de ella.
-Menudo espectáculo el que has dado – hablo al entrar y cerrar la puerta con seguro
-Cierra la boca esto no es asunto tuyo-
-jajaja nunca pensé que tu prometido te dejara en semejante ridículo frente a todos-
-He dicho que cierres la boca Mu – grito enfurecido arrojando la botella que llevara en sus manos
-Sabes que si yo fuera él jamás te haría pasar este tipo de situaciones no es así- decía al tiempo que se acercaba a sus labios dando un corto beso en ello.
Mu un joven bastante atractivo su largo cabello y fina figura le hacían parecer un Dios, heredero de la corporación Carnero era el primogénito de Shion hijo único del gran Hakurei de Altar, Mu era considero un genio en los negocios siendo el quien se hiciera cargo a una corta edad de los bienes familiares a una corta edad logrando así ser prometido de Kanon desde los 10 años.
Saga permaneció quieto dejándose besar, dejándose hacer por el joven de cabellera lila quien con gran habilidad besaba sus labios sujetando su rostro con sus manos, el calor del momento era evidente mostrando una leve erección por parte del pelilila quien no perdía oportunidad de frotar su hombría contra la de Saga quien solo se dejaba hacer.
-Basta- dijo apartándolo dando media vuelta
Mu sin perder oportunidad camino abrazándolo por detrás besando su nuca – No te dejare ir –
Fastidiado y a sabiendas que Mu haría su voluntad dio la vuelta haciéndolo hincarse, bajando de inmediato su cremallera dejando ver su bien dotado miembro, tomo su cabeza con una de sus manos y con la otra introdujo su palpitante y gruesa hombría en la boca del pelilila quien gustoso lo acepto dentro de sí.
Saga daba fuertes estocadas dentro de su boca generando así una lucha por el control en la velocidad de las felaciones, Mu succionaba con fuerza tratando de acoplarse al ritmo impuesto por Saga quien solo deseaba dejar su esencia dentro de Mu.
-aaa ahha – leves gemidos se podían escuchar dentro de aquella oficina, Saga estaba por concretar, pero Mu deseaba aún más, así que sin pensarlo saco el miembro de sus labios dejando ver un pequeño hilo de semen, tomo con sus manos aquella magnifica hombría y comenzó a masturbarle al tiempo que daba pequeñas y cortas lamidas a la cabeza de este.
-aaa haa- una corriente eléctrica recorría su espina, sus piernas temblaban el orgasmo estaba próximo, pero al saber que Saga terminaría Mu detuvo el movimiento poniéndose en pie limpiando de sus labios el poco semen que había logrado escapar.
Su respiración agitada le impedía pronunciar palabra alguna pero era evidente la molestia en su rostro, al notarlo Mu acerco sus labios a los de Saga siendo empujado con fuerza a tal grado de hacerlo caer.
- ¡No juegues conmigo!- grito tratando de recuperar la respiración
Sin pronunciar palabra alguna Mu se puso en pie con una sonrisa triunfante en su rostro, camino hacia Saga y rodeo su cuello con sus brazos – No querido Saga tu jugaras conmigo- susurro en su oído enmarcando una perversa sonrisa en sus labios.
Furioso por sus palabras Saga tomo a Mu dándole media vuelta bajando su pantalón de golpe haciéndolo inclinarse en el escritorio de cristal dejando ver su firme y blanco trasero, sujeto sus manos en su espalda dejando caer su rostro sobre el cristal y sin preparación alguna introdujo su palpitante hombría dentro haciéndole soltar un gemido de dolor.
-¡Basta! ¡Duele! – grito con una lagrima rodando por su mejilla
-aaa Haa- continuaba con las estocadas acompañadas de gemidos roncos
Las manos de Mu continuaban aprisionadas sin poder hacer movimiento alguno sus caderas se movían al compás de las penetraciones cada vez más fuertes y rápidas que Saga daba, Mu gemía y se quejaba producto del placer y el dolor, su hombría erecta pedía atención a gritos siendo ignorada, el orgasmo estaba próximo la velocidad de las estocadas aumentaba, las mejillas de ambos se encontraban enrojecidas y sus frentes mostraban pequeñas gotas de sudor.
-Saga de.. detente –
-aaa haaa- sus sentidos se encontraban nublados la posición en que Mu se encontraba era tan excitante que no podía pensar más que el placer que aquel firme trasero le brindaba.
-Aaaa haa ya no puedo Saga aa haa – grito al sentir la fuerte nalgada dada por Saga la cual le hizo poner los ojos en blanco
-Dioses Mu aa haa- Sujeto su miembro y comenzó a masturbarlo – AAA haaa – provocando que ambos terminaran en un ronco y sensual gemido.
Rendido dejo caer su cuerpo sobre la espada de su joven amante, rodeándolo con sus brazos reposando su cabeza en el hueco de su cuello dejando un corto beso en su mejilla
-Te amo Mu – susurro..
--O—
Milo corría sin detenerse con el rostro hacia el suelo, las lágrimas que brotaban de sus ojos eran tal que su visión era nublada impidiéndole ver.
-Milo… Milo espera Milo – corría lo más rápido que podía siendo frenado por cierto chico rubio que por nada soltaba su mano, logrando que en cierto punto le perdiera de vista.
-Es.. espera detente –
-Vamos suéltame… Miloooo rayos lo he perdido - se detuvo en seco al no verle haciendo que Shaka se impactara contra su espalda.
-AAa – soltó un quejido al golpear su nariz – Dioses dije que te detuvieras – grito sujetándose la nariz
- Todo es tu culpa si tu no.….- cayo al ver la marca roja en su mejilla producto del golpe recibido por Saga, Shaka permanecía quieto sobando su nariz sin verle.
-Auu Dioses tu espalda es una piedra no puedo cre..-
-¡Gracias!
-Mmm- volvió el rostro viéndole con una gran interrogante.
-Rayos acaso eres tonto no lo repetiré de nuevo-
Shaka sin pensar y por un impulso se acero y beso su mejilla haciendo a Aioria sonrojarse.
-Que pasa contigo – grito sonrojado al tiempo que tallaba su mejilla con el dorso de la mano
-Jjajajaj eres muy mono –
- Que.. que es lo que has dicho que soy un mono-
-ajajaj-
- Te matare- grito al tiempo que comenzaba a perseguirle, Shaka corría tratando de escapar de aquel joven de cabellera castaña sin entender porque el tenerle cerca le hacía sentir vivo.
Milo corría sus piernas ya no podían mas pero nunca permitiría que nadie le viera llorar, seco el sudor y las lágrimas de su rostro con el dorso de su mano, y con la mirada aun hacia abajo entro directo a la cocina con toda esperanza de no ser visto por Sage el viejo gruñón dueño del mejor restaurant de comida Italiana en Grecia “AL COVO”.
-Llegas tarde enano- Dijo al tiempo que sujetaba su alborotada y rubia cabellera
-Ma.. Manigoldo-
-Jajajaja tu y tu hermano si que se han metido en serios problemas el viejo ésta furioso.
-No Aioria noo es mi culpa Manigoldo yo.. yo hare su trabajo-
-Vamos no debes preocuparte – Regalo una tierna sonrisa al ver sus ojos enrojecidos.
Manigoldo conocido por la cantidad de destrozos que ocasionaba era conocido como el terror italiano, un hombre alegre y jovial, hijo único de Sage quien le adoptara tras un viaje de placer, un pequeño de no más de 6 años quien caminaba deambulando por las calle frías italianas en busca de algo para comer, fuerte y temerario aquel pequeño mostraba la determinación y coraje que a muchos hombres les faltaba con sus grandes ojos y sonrisa sádica fue que logro conquistar al viejo.
-Gracias Manigoldo- respondió aun con la mirada hacia el suelo y con el estómago vacío se adentró en la cocina donde rápidamente se colocó un mandil para cubrir sus ropas que aún se mostraban húmedas debido al vino derramado, sujeto su alborotada cabellera en una cola y sin ponerse los guantes comenzó a lavar la enorme cantidad de ollas sucias que se encontraban en la tarja de lavado sus ojos enrojecidos dejaron escapar una lagrima la cual rodo por sus mejillas hasta caer y mezclarse con el jabón.
--O—
Las calles se encontraban vacías debido al frio insoportable de aquella tarde, podía verse a través de las ventanas a las felices familias que dentro de sus hogares se resguardaban del terrible frio era imposible que alguien permaneciera fuera, sin embargo a lo lejos en un pequeño callejón podía verse a 3 pequeños niños resguardándose del frio bajo una pequeña choza de madera vieja, sobre el suelo tendido en una manta un pequeño de 13 años deliraba a causa de la fiebre.
-Vamos Aioros no te mueras no nos dejes -
Gruesas lagrimas rodaban por sus mejillas al ver que su hermano mayor delirar, desesperado y con temblor en sus manos cambia la compresa de agua fría de su frente, las mejillas del pequeño se encontraban enrojecidas, respirar le era cada vez más difícil la vida se le iba lenta y tortuosamente.
-Aioros por favor no nos dejes Mi.. Milo Aioros no respira Milo –
El pequeño observaba a sus hermanos desesperado sin saber que hacer culpándose una y otra vez por el estado de su hermano, sabía que si no hacía algo pronto su hermano mayor moriría, metió la mano en el bolso de su viejo pantalón sacando de el una moneda – Dioses esto no sirve para nada – grito desesperado arrojando la moneda tirándose al suelo sujetando su rostro para no llorar más y fue entonces como si de un milagro se tratase de su cuello cayo la cadena de oro que llevara desde pequeño, sin pensarlo tomo la cadena con su nombre y salió corriendo dejando a Aiorios y Aioria.
Las calles nunca le parecieron tan grandes, corría en busca de aquella vieja tienda en la cual se compraban joyas y cosas valiosas, corría sin detenerse sin importar el frio.
-Vamos donde estas – Apretó sus ojos dejando escapar una lagrima –Todo es mi culpa lo siento perdóname Aioros-
--FLASHBACK—
-La paga ha sido hoy; Milo Aioria esto es para ustedes- Hablo con una sonrisa en sus labios la terrible jornada laboral de 16 horas había terminado por ese día, la paga había llegado y después de 2 días sin probar bocado por fin podía comprarles pan y leche a sus pequeños hermanos.
-Esta delicioso Aioros-
-Solo pan Dioses Aioros moriré de hambre-
-Toma Come el mío será mejor que duerma la nueva jornada comienza en 4 horas –
- Milo Milo despierta Aioros Aioros no reacciona-
-ENDFLASHBACK-
-¡Por fin!- sonrió y empujo la vieja puerta de madera, corrió hasta el mostrador tocando desesperado la campana – Por favor, Alguien ayúdeme-
-Vamos largo de aquí-
-Por favor señor yo yo…-
-Aquí no hay nada para ti largo enmarañado y sucio muchacho largo si no quieres que llame a la policía-
-Espere por favor necesito dinero mi hermano mi hermano-
-He dicho largo pordiosero asqueroso-
-Por favor ayúdeme – dijo al tiempo que estiraba la cadena con su nombre el escorpión en él y un hermoso zafiro por ojo.
-Vaya, Vaya de dónde has robado esto-
-Yo no he robado nada esto es mío solo… solo por favor necesito dinero mi hermano mi hermano-
Aquel hombre dudando de las palabras del pequeño pero interesado en tan hermosa prenda sujeto la cadena y el dije observándolo con gran interés, sus ojos brillaban cual diamantes al notar que aquella era una prenda única, costosa y muy valiosa.
-De donde lo has robado alguien como tú jamás podría tener algo así habla maldito ladrón-
- Le he dicho que yo no soy ningún ladrón esto es mío devuélvalo -
-Jajaja está bien robado o no te daré algo de dinero por esto-
-Milo salió corriendo de aquella tienda con una fuerte cantidad de dinero sin bien no era el costo real de la joya si era lo suficiente para cubrir los gastos de hospitalización de Aioros.
- Doctor mi hermano como se encuentra-
- No deben preocuparse más su hermano se encuentra en buenas manos solo necesita un poco de reposo, el solo se encuentra agotado…
--O—
Una sonrisa amarga se formó en su rostro al recordar seco la lágrima que rodaba por su mejilla y con la alegría que siempre le caracterizaba continuo con su tarea de lavado.
Sus manos se mostraban ya arrugadas debido a el jabón y agua su estómago se quejaba, volvió el rostro para observar que ya pasaban de las 11 pm.
-Enano es hora de irte el otro enano y su novia no se moverán de aquí hasta que muestres señales de vida.
Seco sus manos y dejo el mandil en su lugar – Mañana será un gran día – pensó para sí, se colocó su sudadera y soltó su cabello moría de hambre, así que sin pensarlo salió corriendo por la puerta de servicio pues sabía por la palabras de Manigoldo que Aioria se encontraba fuera y al igual que el hambriento.
Empujo la puerta y sin pensar en nada corrió cual chiquillo emocionado con una sonrisa en su rostro, sin darse cuenta que frente a él se encontraba cierto chico de cabellera roja cayendo sobre él quedando sus labios sobre los suyos….