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Little pain por girlutena

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No sabía si lo que estaba sintiendo estaba bien, pero no deseaba alejarse de aquel lugar, el lugar al cual pertenecía desde antes que naciera, porque los delgados brazos de Jacob lo aferraban con fuerza, una fuerza que solo él, como su pareja podía soportar.


Enterró su rostro en la curvatura del cuello del menor, lentamente atravesó aquella delicada piel con sus colmillos, tan solo unos pocos milímetros y aquella sangre, tan roja y brillante, tan dulce, atravesó por su garganta, cayendo como su primer alimento. La única sangre que se permitiría probar. Besó los delicados labios del menor, haciendo que su pequeño lobo probara la sangre que aún se encontraba en su sabor, y sonrió juguetón al ver como fruncía su ceño, volvió a acostar su cabeza sobre el pecho desnudo de su lobo, mientras observaba algún punto fijo en la pared de aquella habitación.


Aferró el cuerpo del menor entre sus brazos, mientras cerraba lentamente sus ojos, podía sentir como su padre y Emmet se encontraban en sus habitaciones con sus respectivas parejas, talvez en algún momento decidieron reunirse en la sala y pasar un tiempo juntos, pero sabía que ninguno de ellos tenía la intención de abandonar los cálidos brazos de sus parejas. 


Nunca pensó que su pareja destinada se encontraba a varios años de distancia, saber que tuvo que pasar demasiadas décadas viviendo solo, llevando aquella carga en su cuerpo, la muerte de sus padres, pensar que se sintió enfermo cuando dejó a Lara en aquel tiempo. Y ahí estaba nuevamente, su mente empezaba a oscurecerse.


Pero como si Jacob hubiese sentido aquel remolino de emociones, empezó a removerse ligeramente, no deseaba despertar, ni mucho menos salir de su cama, sus mejillas se tiñeron rápidamente de un fuerte carmín al ver aquellas dos gemas ámbar brillar por él. Lentamente una pequeña sonrisa se plantó en su rostro, y se dio el lujo de pasar lentamente sus dedos por el cabello revoloteado de su otra mitad. Sintiéndose complacido cuando el mayor regresó a su regazo.


-¿Alguna pesadilla? -Ed quiso negar, pero sabía que era imposible hacerlo cuando su alma gemela podía leer cada una de sus emociones. Y tampoco no tenía ganas de ocultarle sus emociones.


-Estuve recordando. -Jacob no dejó de acariciar sus cabellos, podía sentir el corazón del menor latir tranquilamente, dándole aquella confianza que necesitaba. -Recordaba aquella época en la que mis verdaderos padres fallecieron, y que tuve que abandonar a todas las personas que conocía.


El menor no dijo nada, claro. Sabía a quién se refería, pero no podía evitar sentirse frustrado y celoso al saber quién había sido el primer amor de su imprimación.


-Pero sabes qué. -El menor negó lentamente, dejando que Edward se colocara a su altura, se sintió calmado cuando el mayor acarició tiernamente su mejilla. -No me arrepiento de nada, si hubiese sabido que mi alma gemela iba a estar en esta época, pasaría aquella penuria una y otra vez.


-Yo… yo no quiero que sufras.


-Nunca lo haría. -Ed se acercó a los labios del menor, dándole su segundo tierno beso del día. -Nunca lo haría a tu lado.


Jacob bajó las escaleras emocionado al sentir el aroma a tocino y huevos, pero se detuvo en el umbral de la puerta y lentamente una pequeña sonrisa se plantó en su rostro al ver como Carlise abrazaba a su padre -portador- de la cintura, mientras besaba el largo de su cuello.


-Buenos días. -Ágilmente Billy le soltó un golpe en el estómago al mayor al escuchar la voz de Emmet, los dos menores rieron divertidos al ver como sus padres empezaban una tonta discusión. -Saben que no es propio que los padres se muestren cariñosos al frente de sus hijos.


-Eso debería ir directamente para ti, hermanito. -Jake sonrió divertido al ver como Emmet ocultaba su rostro entre sus manos. Aquello parecía cada vez más a una familia, Jasper acariciando sus cabellos, Emmet siendo el hermano mayor, y Seth, su hermano de alma. Y Edward, su alma gemela.


 


El viento con aroma a sal golpeó contra su cuerpo, sus patas tocaron la arena húmeda y se dio el lujo de soltar un suave gruñido salió de su garganta al sentir como el viento soplaba suavemente removiendo su pelaje, alzó su mirada dejando que los rayos del sol dieran de lleno sobre su rostro, dio unos cortos pasos hacia el frente al sentir unos silenciosos pasos detrás de su cuerpo.


-Veo que tus sentidos se han agudizado. -Sam sonrió ligeramente al ver como aquel pequeño cachorro, ahora se había convertido en un gran lobo, en el líder. No podía imaginar la fuerza que ganaría dentro de unos años más. Pero sabía que había hecho un bien en entregarle el liderazgo. -No me agrada que un vampiro sea tu pareja destinada.


Jake acostó el peso de su cuerpo entre sus patas, sintiendo la arena húmeda bajo su estómago, dejó que la mano de Sam acariciara su pelaje, siempre se había sentido calmado a su lado, siempre escuchando sus palabras.


-Pero podría aceptarlo. -Rápidamente alzó su cabeza, emocionado al saber que su pareja destinada podría ser reconocida dentro de su manada. -Pero si vuelve a lastimarte, olvídate que soy tu amigo. Acabaré con él.


Rugió emocionado, y saltó sobre el cuerpo de su amigo, lamiendo su rostro, sin ser conscientes que eran observados por Edward. Quien tan solo se había detenido observando aquella escena. Sabia cuando importante era para su otra parte que fuera reconocido, ahora tan solo tenía que ganarse la confianza de aquella manada tan unida.


Caminó unos cortos pasos hacía la playa, sabía que lo habían sentido, pero se sintió mucho mejor cuando el menor se acercó a él para que le acariciara su cabeza.


-Yo prometo cuidar a Jacob hasta que se me vaya la vida en ello. -Edward había dejado al menor detrás de su cuerpo, podía sentir el nerviosismo del menor. Pero no podía agachar la mirada ante Sam, aquel gran lobo tan importante para su imprimación.


-Aún te falta conocer todo el poder de la imprimación, pero reconozco que tú eres la pareja de nuestro líder. -Sam dio un paso más hasta apoyar su mano sobre el hombro del vampiro. -Solo te digo, vuelve a lastimarlo y nunca más podrás volver a verlo.


Tan solo pudo asentir lentamente, dejó que Sam se marchara y sintió como su lobo acariciaba su mano.


-Todo está bien, cachorro. -Dejó que su cuerpo cayera sobre la arena húmeda, mientras que Jake apoyara su cabeza sobre sus piernas. Acarició su suave pelaje, mientras que su mirada se perdía en el hermoso firmamento. -Casémonos ahora.


De pronto el cuerpo desnudo de Jacob apareció delante de sus ojos, rápidamente le colocó su chaqueta que llegaba a cubrirle un poco sus muslos, acarició la sonrojada mejilla del menor y besó tiernamente su respingada nariz.


-No juegues con eso.


-No estoy jugando. -El menor dejó que el vampiro lo aferrara con fuerza, ocultó su rostro en la curvatura de su cuello, aspirando su aroma a bosque. -Te amo tanto.


-Yo… si quiero. -Lentamente Edward alejó al cachorro de su cuerpo para poder observar cada parte de su hermoso rostro, sus ojos destilaban amor puro, y él tan solo deseaba cuidarlo.


 


No sabía que aquello iba a ser tan rápido, su manada decoró todo el lugar, el centro de La Push se encontraba siendo iluminado por hermosas luces colores ámbar, los pétalos se encontraban en el suelo, mostrándole el camino para llegar a su otra mitad, quien ya se encontraba de pie, al costado del improvisado altar.


Su corazón saltaba sumamente agitado, emocionado al ver a Edward de pie, al costado del pequeño altar, esperando por él. Sonrió avergonzado cuando Carlise le tomó delicadamente del brazo, sintió sus besos sobre sus cabellos pulcramente ordenados y se aferró al mayor.


-No puedo creer que vaya a perder a mi bebé.


-No me perderás papá. -Jake se alejó unos milímetros del mayor y le sonrió con infinito amor. -Además, siempre seré tu bebé.


La suave música empezó a sonar, y podía sentir como el temblor empezaba a invadir su cuerpo, sus pies intentaron enredarse entre ellos, y agradeció en silencio cuando su padre le tomó firmemente su brazo.


Ninguno de los dos pudo escuchar las palabras de Sam, ya que estaban más entretenidos observándose lentamente, era la primera vez que Jacob podía decir que los ojos de su imprimación brillaban con más fuerza, podía decir que simplemente se habían complementado.


-Nunca nadie podrás separarlos. -Edward tomó delicadamente la mano del menor para colocarle el fino anillo, lo mismo hizo el lobo, y como si ya no pudieran evitarlo más. Jacob saltó a los brazos del mayor, aferrándose con fuerza a su cuello. Sonriendo feliz cuando los brazos del vampiro se aferraron con fuerza a su cintura.


-Te amo, te amo tanto. -Lentamente los pies del menor tocaron el suelo, pero en ningún momento sus manos se soltaron. Jake sonrió suavemente al sentir los fríos dedos del mayor tocar su mejilla.


-Por siempre y para siempre. -Su voz sonó tan suave, que tan solo hizo que Edward sintiera un fuerte estremecimiento recorriendo cada poro de su cuerpo.


 


-Estaba pensando, podríamos realizar un viaje, lejos de aquí. Deseo llevarte a conocer cada rincón del mundo, que conozcas cada parte de mí. -Jacob se removió suavemente entre los brazos de Edward. Abrió lentamente sus ojos, sorprendiéndose al ver como las brillantes estrellas se encontraban alumbrando el cielo.


Los fuertes brazos del vampiro lo rodearon con más fuerza, y no pudo evitar sonreír al escuchar la música a lo lejos, las risas de sus amigos y su familia.


-Me gustaría ir. -Sintió los labios del mayor recorrer su mejilla, alejó levemente su rostro, permitiéndole besar la piel de su cuello y su hombro. Llevó sus manos hasta posarlas sobre las del mayor, sonriendo ligeramente al imaginar a un bebé creciendo en su interior. 


 


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