La fuerte ventisca ya había cubierto toda la ciudad, ya no se podía ver los hermosos colores de las luces, ni oír los villancicos, el helado viento había calado lo más profundo de sus huesos, mientras que olor putrefacto de los cuerpos descompuestos yacían tirados en las calles como montón de basura.
El olor a sangre se podía sentir en todo el aire, llenando cada vez más sus pulmones, ya empezaba a marearlo; podía sentir como las ganas de matar corría por sus venas, era consiente de cada sutil movimiento, de cada aroma, llevó lentamente sus dedos hasta sus ojos y pudo sentir como derramaba pequeñas lágrimas de sangre, pudo observar como en sus garras se encontraba la sangre seca de los seres que ya había matado.
Podía sentir el sabor a sangre podrida en su boca, sus colmillos habían atravesado aquella piel tan fría y dura, no recordaba cuantos había matado, pero podía sentir la energía de aquellos seres fríos. Podía percibir cada movimiento antes de que atacaran, podía sentir la energía recorriendo por su sangre.
Se detuvo delante de aquel vampiro, sus ojos rojos llenos de sangre, le observaban con furia y ganas de matarlo; su lobo interior soltó un gruñido, mientras que su otra mitad sacaba sus colmillos y sus afiladas garras.
Sin detenerse a ser consciente de lo que hacía, se lanzó contra Aro, sus garras atravesaron el rostro del vampiro, pero sintió como era empujado hasta caer de en el duro suelo, rugió suavemente al ver como de la blanca mejilla se derramaba pequeñas gotas de sangre; pudo escuchar la voz de Edward llamándole, pero no le hizo caso y siguió atacándolo.
-Nunca serás lo suficientemente fuerte para él. -Jacob sintió como Aro empezaba a ahorcarlo, intentaba concentrarse en las voces de su interior, intentaba conectarse con sus dos partes. Pero soltó un fuerte aullido cuando sintió como su interior era brutalmente desgarrado por las delgadas manos de la vampiro.
Podía observar los hermosos colores del atardecer, el aroma a sal y el sonido de las olas golpear contra las rocas, podía escuchar las voces de sus padres, las risas de los niños de su manada, podía ver las siluetas de su familia. Sintió como sus pies desnudos se colaban entre la arena y como poco a poco el agua empezaba a cubrirlos, el viento soplaba suavemente contra su rostro, sus pies tan solo caminaban lentamente, siguiendo la suave luz del sol, una pequeña sonrisa se plantó en su rostro al sentir como el agua empezaba a cubrir su cuerpo.
-¡Jacob! -Lentamente fue deteniendo su andar, y fue consciente de que el aroma a mar había cambiado, sus pulmones ya no se llenaban de aquel cálido aroma, ahora era un olor a cobre, un aroma a sangre.
Su cuerpo empezó a agitarse, llevó sus manos hasta su cuello, sintió como empezaba ahogarse, la sangre empezó a llenar sus pulmones, podía sentir como su corazón empezaba a latir fuertemente, abrió sus ojos y vio todo rojo, lágrimas de sangre salían por sus ojos.
Sintió como su lobo empezaba a desvanecerse, pero su otra mitad seguía de pie, observándole. Alzó suavemente su mano y agradeció que su vampiro la tomara, el frio empezaba a recorrer sus huesos, ya no podía sentir nada, su corazón cada vez iba apagándose, y lo último que pudo ver, fueron dos ojos rojos, podía ver como sus labios se movían, pero ya no escuchaba nada, y lentamente fue consumiéndose en aquella cálida oscuridad.
-¡Jacob! -El grito ensordecedor de Edward se dejó escuchar por todo el lugar, sus manos se aferraban fuertemente al delicado y congelado cuerpo de su cachorro.
Había visto en un segundo como Aro incrustaba su mano en el interior del menor, para luego arrojarlo por el acantilado, no pensó en nada, solo en saltar y atrapar su cuerpo, no quería pensar que ya era demasiado tarde, no quería pensar en que aquel corazón había dejado de latir, no quería ver como aquellos hermosos ojos se iban cerrando lentamente.
Dejó el cuerpo del menor y le cubrió con su abrigo, acarició sus cabellos color chocolate y besó tiernamente aquellos fríos labios, mientras acariciaba tiernamente su mejilla.
-Regresaré por ti. Espérame.
La sonrisa burlona de Aro le esperaba cuando se acercó, apretó con fuerza sus manos y sintió como el calor de Jacob empezaba a consumirlo, sintió como sus ojos empezaban a arder y sus colmillos se afilaron aún más.
-Te mataré. -Y tan solo con esas palabras se tele transportó para golpear la espalda del vampiro, lo golpeó con fuerza en el estómago, dejando que sus garras se clavaran en su interior, pero sintió como era empujado por una fuerte energía.
Aro apretó con demasiada fuerza el cuello de Edward, observó como el más joven le miraba con repugnancia al sentir como sus dedos recorrían por su blanca mejilla; empezaba a sentir como aquel cuerpo empezaba a arder, así que hizo más presión, escuchando como los huesos empezaban a desquebrajarse y ante la maquiavélica sonrisa de Aro su cuerpo fue alzándolo lentamente.
Pero los ojos de Edward ya no eran los mismos, ya no representaban la fuerza de su vampiro, Aro fue consciente de aquel brillo, un brillo que había visto en los ojos de Jacob, y de como aquella energía empezaba a desprender de aquel cuerpo.
Edward golpeó con fuerza el estómago de Aro, pero empezaba a sentirse pesado y dejó que su cuerpo cayera suavemente en el suelo, tomó un puñado de nieve entre sus manos observando como se teñían de un rojo carmín, y fue consciente del dolor de Jacob, del calor que había empezado a sentir y de como su fuerza empezaba a cambiar. Observó sus manos llenas de sangre y giró su mirada al sentir una extraña energía acercándose a ellos.
Jacob caminaba con cierta parsimonia y elegancia, su cuerpo desnudo tan solo se encontraba cubierta por la chaqueta de Edward, pero aquello parecía no importarle. Lentamente se arrodilló hasta Edward y acarició delicadamente su mejilla, sus ojos no eran los mismos, pero el mayor sabía que su cachorro seguía ahí, vivo, con él.
La pareja se puso de pie, sintiendo como la energía de ambos empezaba a moverse con cierta lentitud. Aro se quedó de pie y en un segundo su cuerpo se vio siendo golpeado con demasiada fuerza. Edward apresó con fuerza el cuello del mayor, sonriendo al ver como Jacob le soltaba un fuerte golpe en su columna vertebral, dejando que el cuerpo se golpeara contra las rocas.
Jacob caminó lentamente y pasó suavemente sus dedos por los largos cabellos de Aro, levantando bruscamente su cabeza, pasó delicadamente sus largas garras por el cuello del mayor y le sonrió con cierta arrogancia. Levantó su cuerpo y lo soltó con fuerza contra el suelo, para colocarse entre su cuerpo.
Su grito fue desagarrado, fue tan solo un golpe, el calor empezaba a consumir el cuerpo de Aro, sintiendo como sus entrañas empezaban a derretirse, todos los vampiros se detuvieron de golpe y observaron cómo Jacob desgarraba sin ninguna compasión el interior de su cuerpo, sonriendo enormemente al tener el oscuro corazón de Aro entre sus dedos.
Edward dio unos cortos y tambaleantes pasos hasta caer arrodillado al lado del menor, lo aferró con fuerza entre sus brazos, deseando con fuerza que su cachorro regresara, besó con cariño sus cabellos, sintiendo como su corazón volvía a latir. Lentamente empezó a sentir como Jacob empezaba a caer entre sus brazos, sus ojos se volvieron a cerrar, dejando que su vampiro se relajara ante las caricias de su pareja.
Se podía ver como los vampiros que habían sobrevivido se detenían a observar como su líder yacía en el suelo, sin vida. Lentamente fueron arrodillándose al ver como Edward seguía inconsciente entre los brazos de Edward, pero el rostro de Edward se encontraba escondido entre los cabellos de su cachorro.
-¿Qué están haciendo? -Emmet se acercó a Carlise, llevando en brazos a Seth, quien había caído en la inconsciencia.
-Están dándole su servicio a Jacob. -Billy rugió suavemente al ver como aquellos chupasangres se habían detenido ante su hijo, cerró suavemente sus ojos al sentir las caricias de su pareja. -Tenemos que irnos inmediatamente.
Edward besó la frente de su cachorro y lo tomó entre sus brazos, haciendo caso omiso ante las muestras de reverencia del resto de vampiros, deseaba sacar de aquel lugar al menor, acobijarlo entre las mantas y sus brazos.
Dio una última mirada al cuerpo descompuesto de Bella, y su mirada siguió hasta el cuerpo de Esme, una mujer que intentó ser su madre, de tratarlo como a un hijo. Todos habían creído en esos ojos, en esa sonrisa, alzó suavemente su mirada para ver como su padre tomaba en brazos a un sonrojado Billy.
-¿Ed? -El suave susurro de Jacob le sacó de sus pensamientos, le dedicó una pequeña sonrisa al ver como el brillo de sus ojos habían regresado. -¿Qué pasó?
-Es hora de ir a casa. -Jake le dedicó una pequeña y cansada sonrisa, se acurrucó entre los fuertes brazos de su imprimación, sintiendo como era fuertemente acobijado.