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Little pain por girlutena

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Notas del capitulo:

Espero y este capitulo sea de su agrado *-* 

 

La neblina empezó a volverse cada vez más densa, las copas de los árboles empezaban a volverse de un color plomizo, dejando que la neblina bajase hasta cubrir todos los pequeños espacios del pueblo. Muchas personas dejaron de salir de sus casas y la calefacción de la escuela estaba a poco de malograrse.


Bella arregló su bufanda, mientras observaba como el vaho caliente salía de su boca, sus mejillas se habían teñido de un suave rosa y su cuerpo comenzaba a recibir los pequeños espasmos del invierno, a lo lejos se podía oír el sonido de la campana, dando finalizadas las clases, dejando que los alumnos salieran con prisa.


Los ojos de la mujer brillaron con emoción, mientras que una enorme sonrisa se iba mostrando en su rostro al ver la cabellera cobriza de Edward, dio unos pequeños pasos, pero se detuvo al verlo acompañado por Alice y alzó su mano para que el joven la viera y se acercase a ella.


 


Los ojos de Alice se tornaron de un suave escarlata, pero rápidamente pestañeó regresando a sus suaves ojos, soltó un suave suspiro, mientras tomaba suavemente el brazo de su hermano obligándole a detenerse, Edward vio como Alice había fruncido ligeramente su ceño al ver como Isabella se detenía lejos de ellos.


-¿Seguro que quieres ir con ella? –La voz de Alice sonó suave e insegura y soltó un leve gruñido al sentir como Bella empezaba a impacientarse. Edward le dedicó tan solo una pequeña mirada a su hermana y tan solo asintió suavemente.


-¡Edward! –Su hermana tan solo observó cómo Isabella abrazaba fuertemente a su hermano del brazo, frunció su pequeña y respingada nariz al ver que la mujer ni siquiera le dedicaba ni un pequeño saludo. –Estaba pensando en reunirnos hoy para avanzar con el trabajo.


La mujer arregló sus guantes y su gorro, sintiendo como el frio empezaba a calarle sus huesos, observó ligeramente como el viento helado quemaba sus pulmones para luego salir en forma de vapor y llevó ligeramente su mirada hacia el varón, sorprendiéndose de que éste no sintiera frío.


Frunció ligeramente al observar aquella piel tan fina y pulcra, sin rastros de manchas o cicatriz, aquella nariz respingada, sus pómulos suaves y un mentón fuerte, Bella sintió como sus mejillas se sonrojaban suavemente al intentar tomar la mano del varón.


El viento empezó a soplar suavemente, moviendo las delgadas ramas de los árboles, Bella detuvo su mano en el aire al ver como Edward se detuvo abruptamente al escuchar unos suaves sonidos provenientes de unos frondosos arbustos, frunció ligeramente su ceño al sentir un aroma algo dulzón.


-¡Jacob! ¿¡Qué estás haciendo aquí!? –El pequeño niño salió de los arbustos, sus cabellos azabaches se encontraban cubriendo parte de su frente, notando el leve sonrojo en sus mejillas bronceadas, el vampiro se perdió en aquellos ojos tan brillantes y tampoco le pasó de percibir el suave calor que emanaba de aquel menudo cuerpo, espabiló rápidamente al escuchar el grito molesto de la mujer.


No pudo evitar fruncir su ceño al ver como la mujer empezaba a molestarse y se acercaba hacia él, asustándolo. Edward sintió como el calor empezaba a aumentar por su pecho, quiso acercarse al pequeño lobo, pero observó cómo los dedos de la mujer empezaban a fijarse con fuerza en su brazo.


-Yo... solo... quería visitar al tío Charly. –Edward sintió como aquella suave voz acariciaban sus tímpanos como si fuera el suave aleteo de una mariposa, nuevamente sin entender, su sangre empezó a calentarse, mientras que su audición iba opacándose por un suave zumbido. Cubrió sus oídos intentando mantener sus sentidos intactos.


-Él no está en casa. –Isabella fue brusca en responder y aquello no pudo ser evitado por Edward. –Así que vete a casa, que estoy ocupada. -El vampiro sintió un fuerte golpeteo en su pecho y espabiló cuando los largos dedos de la mujer zarandearon fuertemente el delgado brazo del menor, para alejarlo de su camino.


Jacob soltó un suave gemido lleno de dolor al sentir como los dedos de su "amiga" empezaban a lastimar su piel, unas pequeñas lágrimas se asomaron por sus hermosos ojos al mismo tiempo que su mirada llena de miedo caía en el cuerpo inerte de Edward.


El pequeño Jacob sintió algo extraño prenderse en su pecho, su cuerpo tembló levemente al tener las hermosas gemas, pintadas de un hermoso rojo escarlata del mayor sobre él y sin poder evitarlo sintió como sus mejillas empezaban a teñirse de un suave carmín, sintiendo como su corazón empezaba a palpitar con fuerza.


Isabella frunció fuertemente su ceño e hizo más fuerte el agarre en su brazo al ver como el moreno se encontraba mirando fijamente a Edward; Jacob no pudo evitar soltar otro gemido, empezando a removerse inquieto entre el agarre de la fémina.


Edward sintió una fuerte apuñalada en su pecho y con rapidez y tomó con demasiada fuerza la escuálida mano de la mujer y sintiendo como toda la furia contenida empezaba a emanar, la alejó del pequeño, sin importarle que la mujer cayera de bruces al suelo. Jacob intentó esconderse detrás del cuerpo de aquel desconocido, mientras llevaba ligeramente sus manos sobre su vientre sintiendo como empezaba a dolerle.


Había cerrado fuertemente sus ojos al escuchar los gritos histéricos de la mujer que él había considerado como su amiga y se sintió triste cuando aquella mujer le insultó llamándole "raro" , con sus pequeñas manos tapó sus oídos intentando no oír aquellas horribles palabras, una fuerte corriente eléctrica traspaso su columna vertebral al escuchar como la voz de aquel hombre empezaba a defenderle.


Ocultó su acongojado rostro entre sus rodillas y las apegó aún más hacia su pecho, mientras dejaba que sus lágrimas resbalasen por sus mejillas, su vientre seguía doliéndole, mientras que empezaba a sentir como algo extraño se prendía en su interior, quemando su pecho.


-¿Te encuentras bien? –Jacob sintió un fuerte estremecimiento recorrer su columna vertebral al escuchar la tersa voz de aquel hombre, lentamente fue alzando su rostro encontrándose con dos hermosas gemas ámbar, tan brillantes y exóticas.


-Me duele mucho. –La mirada de Edward cayó sobre el delgado brazo del menor y no se sorprendió al ver como poco a poco aquella marca empezaba a desaparecer y sin evitarlo la furia hacia la mujer volvió a aparecer.


El suave gemido del pequeño hizo que Edward le mirara fijamente y vio como el menor rodeaba con fuerza su plano vientre, intentó tocarlo, pero no esperó que la piel del cachorro quemara tanto.


Empezó a ponerse nervioso, sintiéndose extraño al volver tener aquellas clases de sentimientos hacia alguien más, sus ojos empezaron a tornarse de un fuerte carmín, al mismo tiempo que Jacob alzaba su mirada adolorida.


El pequeño Jacob sintió como una fuerte descarga recorría su columna vertebral, mordió fuertemente su labio inferior dejando que sus lágrimas se resbalasen con fluidez, sin saber cómo, se puso de pie y huyó de aquel lugar.


 


Edward demoró unos cortos segundo para luego perseguir con demasiada rapidez al pequeño, esquivó con agilidad los gruesos árboles, sin dejar que sus pies tocasen el suelo, sus tímpanos tan afilados escucharon los rápidos pasos del pequeño Jacob alejándose hacia La Push, cerró y abrió con rapidez sus ojos, hasta volverlos de un color escarlata, volviéndose mucho más rápido.


Sintió como sus uñas empezaban a crecer al igual que sus colmillos al escuchar como unos pasos desconocidos se acercaban hacía el cachorro, observó como un extraño se acercaba al menor y él, con extrema agilidad golpeó con fuerza el cuerpo contrario, cayendo al suelo con el otro cuerpo.


Los dos cuerpos rodaron por el suelo, Edward afiló sus colmillos y colocó su cuerpo sobre el cuerpo enemigo y alzó su puño hacía el rostro del vampiro y mostró sus colmillos y sus ojos llenos de sangre y furia.


-Así que es él. –El enemigo mostró una pequeña y tétrica sonrisa, cerró lentamente sus ojos para luego abrirlos y mostrar unos ojos tan rojos como los de Edward, golpeó fuertemente el pecho de Edward y desapareció con demasiada rapidez.


El mayor espabiló rápidamente y llevó su mirada hacía el tembloroso cuerpo del pequeño cachorro, quien se encontraba escondido detrás de un corpulento árbol, los mechones azabaches de Jacob se movían suavemente con la brisa, él tan solo intentó sonreír esperando que el menor se tranquilizara, pero no esperó que el pequeño huyera de él.


 


Soltó un fuerte suspiro, mientras ingresaba a su casa, Alice y Rosalie le observaron fijamente desde el sofá que compartían, frunciendo su ceño al oler los rastros de sangre ajena a él. Esme apoyó suavemente su mano sobre el hombro Emmet, para impedir que le siguiera; nadie fue capaz de detener que el joven subiera hasta su habitación.


 


Esme se quedó de pie, observando la gran pintura que sus hijos adoptivos habían colgado en la pared de la sala, llevó su mirada hacía el pasillo del segundo piso, sintiendo como la energía de Edward se encontraba demasiado agitada. Cerró lentamente sus ojos mientras llevaba sus manos hacia su plano vientre y vacío, sintiendo como algo horrible estuviese a punto de acontecer.


Sintió como sus colmillos empezaban a crecer, cerró con fuerza sus ojos hasta el punto de fruncir su ceño, intentando retener su energía. Abrió sus ojos al escuchar el auto de su esposo estacionarse en la cochera y no pudo evitar sentir una pena, una gran angustia al saber lo que el hombre que ella había amado por mucho tiempo, estaba empezando a sentir algo más hacia otro ser.


Su mirada afligida se dirigió hasta el umbral de la entrada para observar como Carlise ingresaba con una pequeña pero visible sonrisa en su hermoso rostro, una sonrisa que ella nunca había tenido el derecho de ver.


Carlise alzó su rostro, borrando todo rastro de felicidad al observar a Esme de pie, ligeramente observó el hermoso cuadro que él le había regalado cuando la convirtió en uno de ellos, prometiéndole protegerla, pero nunca amarla.


Observó los hermosos cabellos de color chocolate de Esme y esa piel suave y lampiña y no pudo evitar sentir culpa cuando el recuerdo de aquellas dos gemas negras y el suave rostro de aquel hombre llegaron a sus recuerdos. Frunció ligeramente su ceño y alzó su rostro hacia la escalera, intentando leer los pensamientos de su hijo, movió su cuello, intentando aligerar un poco el dolor que empezaba a abrumarlo y subió las escaleras, sin siquiera saludar su esposa.


Esme se quedó de pie y tan solo mordió su labio inferior al sentir el suave y dulce aroma de otro hombre en el cuerpo de su esposo, apretó con fuerzas sus pequeñas manos sintiéndose abrumada y triste al ver que todo estaba cambiando en su familia y ella lo sabía y no podía hacer nada en contra de ello.


Carlise lo sabía y nadie podía evitarlo y ella sería considerada una tonta si se siguiera ilusionando con un amor no correspondido.


 


A lo lejos se podía escuchar el sonido de las olas reventar contra las rocas, el viento soplaba suavemente trayendo consigo el olor del agua salada, desde La Push se podía observar el hermoso atardecer, los últimos reflejos del sol brillando contra los pequeños cristales del inmenso mar.


La manada se encontraba nerviosa a expensas de lo que estaba a punto de acontecer, uno de ellos había imprimado con uno de los fríos, pero el pequeño cachorro no estaba asimilando toda la energía de su interior.


Cuando la primera estrella apareció en el hermoso cielo teñido de un suave anaranjado y violeta, se pudo escuchar el fuerte aullido del líder de la manada, Sam; seguido de los aullidos de los otros lobos.


La brisa fresca ingresaba por las delgadas rendijas de la ventana de aquella pequeña habitación, se podía ver como el delgado cuerpo de Jacob se encontraba envuelto entre gruesas mantas. El padre de Jacob colocó una compresa fría sobre la perlada frente de su pequeño cachorro, sintiendo como su corazón empezaba a apretujarse en su pecho al ver como el pequeño empezaba a removerse entre las finas sábanas.


El mayor cerró con fuerza sus ojos, apretando suavemente con sus manos las delgadas y temblorosas manos del menor, apoyó su frente sobre el pecho de su hijo soltando unas suaves lágrimas al sentirse completamente confundido.


Sintió una fuerte punzada en su cabeza al escuchar nuevamente el fuerte aullido de Sam, quiso negarse a dejar a su pequeño solo, pero sabía que tampoco podía negarse a una orden del líder y más cuando se trataba del hermano de su ex-pareja.


-¿Billy? –El mayor limpió suavemente las pequeñas lágrimas que surcaban por sus mejillas y levantó lentamente su rostro para observar como Seth se había detenido en el umbral de la puerta, sonrió suavemente dejando que el menor se acercara. –¿Cómo sigue?


-Aún nada. –Billy acomodó los cabellos de su pequeño sintiéndolos húmedos por el sudor, soltó un cansado suspiro y cerró lentamente sus ojos sintiendo una horrible opresión en su pecho al recordar aquella pequeña sonrisa que le dedicó aquel vampiro.


-¿Billy? –El mayor alzó nuevamente su rostro y observó los hermosos ojos del pequeño cachorro, Seth parecía de unos dieciocho años, pero su cuerpo seguía siendo delgado, sonrió suavemente al verse perdido en sus recuerdos. – ¿Te encuentras bien?


-Sí, lo siento mucho. –El menor se acercó hasta la cama y se sentó al costado de su pequeño amigo. –Lamento mucho haberte pedido que vengas a cuidarlo.


-Todo está bien. –El mayor salió de la pequeña casa después de besar los cabellos de su hijo y de Seth. – ¿Qué te pasó, pequeño?


 


Los pasos rápidos de los lobos se podían escuchar en todo el bosque, el aroma a tierra mojada se extendía por todo el lugar haciendo imperceptible el fuerte aroma de los vampiros, el viento empezaba a soplar suavemente, removiendo los copos de los árboles.


Sam movió su cabeza al sentir el fuerte viento removiendo su gran pelaje, su hocico se movía suavemente y con un fuerte gruñido obligó que Billy se detuviera detrás de él. Con sus grandes patas golpeó en suelo y se sintió un fuerte temblor debajo de ellos.


Lentamente el cuerpo de Carlise se dejó mostrar en lo más alto del árbol, Sam gruñó con fuerza al darse cuenta que los ojos escarlatas de Carlise tan solo se fijaban en el cuerpo de Billy.


Billy se detuvo lentamente en la frontera del bosque sintiendo como su corazón empezaba a palpitar con demasiada fuerza, observó cómo el cuerpo de Sam y el de los demás cubrían su cuerpo, Carlise frunció ligeramente su ceño y de un salto demasiado ágil saltó del árbol.


Billy agitó suavemente su cabeza al sentir el suave aroma del vampiro, escondió su cabeza entre sus patas sintiendo como su corazón empezaba a saltar sumamente agitado y como el calor empezaba a aumentar dentro de su cuerpo.


 


Los pasos de Carlise se hicieron lentos y suaves, dejando que el suave viento removiera sus rubios cabellos, cerró suavemente sus ojos dejando que el escarlata en ellos apareciera, sin importarle los fuertes gruñidos de la manada se acercó lentamente hasta el cuerpo de Billy.


Lentamente se puso a la altura del gran lobo y palmeó suavemente la cabeza del animal, sonrió suavemente al sentir el suave pelaje de color ébano, no pudo evitar esconder su rostro entre las orejas y sintió como su sangre comenzaba a hervir al sentir el dulce aroma a frutos secos.


Carlise sonrió suavemente y sumamente emocionado al escuchar como el corazón de Billy bombardeaba con fuerza, lentamente Billy alzó suavemente su rostro y con su hocico acarició suavemente el terso rostro de Carlise.


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