Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Hilo Rojo por Nerida Fairy

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Long-Shot

Hilo Rojo

Naruto Uzumaki y Sasuke Uchiha

Shonen-Ai (Relación de chico con chico)

Serie: Naruto

Universo Alterno (A.U)

Capitulo Tres

Bitácora de SasukeUchiha.

Título: Leyendas urbanas hechas realidad.

Tema: Hilo Rojo.

Día 02.

Nuevamente me he levantado de mi cama, y el hilo sigue ahí. No sé qué ocurre, y no sé qué ha…

¡Pero que mierda estaba haciendo! Pensó Sasuke.

No, en verdad no estaba escribiendo nada, solo pensaba. Si lo narró de esa forma, es que le pareció la menos patética; pero tristemente seguía siendo patética.

Las luces del alba entraban por su ventana, pero el solo podía ver su mano… y como el hilo seguía ahí. Ok, ahora aceptaba por completo su existencia.

Ayer pudo "sobrellevarla", sin embargo, una parte de él suplicaba que todo ese embrollo fuera un sueño. Hoy, las cosas eran distintas. ¿Acaso se había vuelto loco? Capaz el estrés estudiantil causaba visiones. ¿Requeriría ir a un psicólogo? Desecho la idea.

Analicemos su vida un poco. Si era sincero, no se sentía estresado. Podía lidiar sin problemas con sus estudios y responsabilidades estudiantiles. Era presidente del consejo, sin embargo no pertenecía a ningún club. Era muy inteligente, podía entender todo fácilmente, podía responder cuestiones diversas sin problemas, además de ser muy ordenado.

No, para su tristeza, no sufría de estrés; por lo tanto, no alucinaba por eso. Él era una persona mentalmente sana. Sus padres le contaron las diferentes pruebas que le hicieron de niños, eran muy típicas en todo padre interesado en la salud de su descendencia, mejor prevenir que lamentar a futuro.

El hilo brillaba. No pudo más, se levantó, arregló su habitación, decidió no bañarse (por suerte no era alguien con un olor corporal fuerte), solo limpio su rostro, se colocó su uniforme e inmediatamente se sentó enfrente de su ordenador en busca de información.

Prendió la maquina, la pantalla presentó las diferentes imágenes que indicaban que estaba cargando, después vino la presentación de inicio. Cuando ya estaba lista la computadora, entró rápidamente al buscador. Golpeó uno por uno los recuadros marcados con letras, hasta que la frase "hilo rojo" estuviera completa en la barra de escritura del internet.

Pulso "enter" y en menos de un segundo, un millón, trescientos cuarenta y tres mil, doscientos noventa y cinco resultados posibles aparecieron.

Dio "clic" al primer enlace que decía "Hilo Rojo del Destino". La página cargo, con colores cálidos y negras letras, un sitio de leyendas e historias japonesas.

"Elhilo rojoes una creencia tradicional enAsia Oriental, presente en lamitología chinay en lajaponesa, entre otras. Cuenta que entre dos personas que están destinadas a tener un lazo afectivo existe un «hilo rojo», que viene con ellas desde su nacimiento. El hilo existe independientemente del momento de sus vidas en el que las personas vayan a conocerse y no puede romperse en ningún caso, aunque a veces pueda estar más o menos tenso, pero es siempre una muestra del vínculo que existe entre ellas."

Leyó con cuidados y lentitud, analizando cada letra, buscando entender su situación, capaz la respuesta se encontraba entre líneas. Sin embargo no había nada. Decidió salir de esa web y entrar a otra en el buscador.

Terminó revisando varios sitios, la mayoría blogs online creado por diferentes personas que solo copiaban información de otras. No conseguía nada nuevo.

Después de unos minutos, un interesante texto apareció:

"Hace mucho tiempo, un emperador se enteró de que en una de las provincias de su reino vivía una bruja muy poderosa, quien tenía la capacidad de poder ver el hilo rojo del destino y la mandó traer ante su presencia. Cuando la bruja llegó, el emperador le ordenó que buscara el otro extremo del hilo que llevaba atado al meñique y lo llevara ante la que sería su esposa. La bruja accedió a esta petición y comenzó a seguir y seguir el hilo. Esta búsqueda los llevó hasta un mercado, en donde una pobre campesina con una bebé en los brazos ofrecía sus productos. Al llegar hasta donde estaba esta campesina, se detuvo frente a ella y la invitó a ponerse de pie. Hizo que el joven emperador se acercara y le dijo: «Aquí termina tu hilo», pero al escuchar esto el emperador enfureció, creyendo que era una burla de la bruja, empujó a la campesina que aún llevaba a su pequeña bebé en brazos y la hizo caer, haciendo que la bebé se hiciera una gran herida en la frente, ordenó a sus guardias que detuvieran a la bruja y le cortaran la cabeza.

Muchos años después, llegó el momento en que este emperador debía casarse y su corte le recomendó que lo mejor era que desposara a la hija de un general muy poderoso. Aceptó y llegó el día de la boda. Y en el momento de ver por primera vez la cara de su esposa, la cual entró al templo con un hermoso vestido y un velo que la cubría totalmente… Al levantárselo, vio que ese hermoso rostro tenía una cicatriz muy peculiar en la frente."

Frunció los labios, un poco incomodó por la historia. Miró el hilo de su dedo ¿Esto era inevitable?

El texto literal del Hilo Rojo decía: "Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper".

Esto significaba que la vida del Uzumaki y la suya siempre estarían ¿entrelazadas? ¿Desde vidas pasadas? Arrugó las cejas. Eso no era posible…

Aunque ambos vivían en el mismo pueblo desde varias generaciones, eran prácticamente vecinos, fueron compañeros de clases desde muy pequeños y sus padres eran amigos íntimos desde hace años.

Cerró las páginas y apagó la computadora. Todas esas ideas eran estúpidas, Naruto no era la única persona que compartía esas coincidencias con su persona, Sakura, Ino, Shikamaru, Kiba y hasta los Hyuga estaban incluidos.

Bajó a la cocina a buscar su comida. Esta vez no dejaría su almuerzo. Recibió un beso de su madre, una mueca burlona de su hermano y un gesto de saludó poco expresivo de parte de su padre.

Comió callado, como siempre, la diferencia era que no podía dejar de pensar en el hilo. ¿Enserio estaba ligado a Naruto para la eternidad? Eso le parecía descabellado, pero todo era tan real, que la palabra "imposible" dejaba de ser válida.

A pesar de su distraída concentración, él era un genio que podía todavía percatarse de las acciones de su entorno sin problemas. Ir a su recinto de estudio no fue complicado. A diferencia del día anterior, hoy llegaba en su tiempo típico: una hora antes del comienzo de clases.

Ingresó a la oficina oficial del consejo. El silencio de voces humanas era prácticamente inexistente. No obstante, ese perfecto silencio se interrumpió más rápido de lo normal.

Unos pasos apresurados golpearon el suelo. Arrugó el rostro, sabia quien era y no era normal su presencia.

—¡Buenos Dias, Sasuke! —gritó al entrar el Naruto al entrar a la sala del consejo.

—No es común verte tan temprano por acá —comentó ignorando el saludo.

—Pues soy vice-presidente —Se excusó rápidamente.

—Nunca has llegado temprano a nada.

—Bueno, bueno —declaró moviendo las manos en señal de indiferencia—, mi reloj… se…se adelanto el día de hoy. Pensé que ya iba tarde.

—Y cuando entraste al edificio ¿no te fijaste que estaba vacío?

El rubio dejó de mirarlo, volteó su rostro y se movió por la habitación buscando esconder las emociones. Sasuke suspiró, era muy notorio.

—Pues simplemente solo quería llegar acá, no estaba pendiente de nada.

El Uchiha no estaba seguro de creerlo. Un destello rojo le hizo recordar que no era momento para eso, además, no debería importarle las acciones de su compañero.

No hubo más palabras por un par de minutos. Sasuke siguió leyendo diferentes documentos e hizo una revisión de deberes que debía entregar hoy. Naruto daba vueltas por el lugar, por momentos se concentraba en que sabe que, quedándose raramente quieto.

¿Por qué Naruto era tan… Naruto? Es que, aunque actuara diferente a lo acostumbrado, no era nada nuevo. De toda la vida, ese rubio nunca fue predecible.

De toda la vida… ¿cierto? Lo conocía desde hace años, era tanto el tiempo que ni recordaba su primer encuentro; y él, era la clase de ser humano con memoria extraordinaria, que en su mente poseía imágenes recuerdos desde los dos años de edad. Sin embargo, su recuerdo más antiguo del rubio era cuando tenía tres años y asistía a la fiesta de cumpleaños de Naruto.

Ese día le entregó un peluche del famoso zorro de nueve colas, una popular criatura de leyenda que él niño de ojos azules adoraba. Un regalo que Sasuke escogió en la juguetería junto a su madre.

Esa era su memoria más lejana, pero no representaba un comienzo. El pelinegro sentía que conocía a Naruto de la misma forma que sus padres y hermano, sin un inició en concretó, y por lo tanto, existía una enorme naturalidad.

Capaz, que por eso eran amigos, simplemente una sensación de costumbre creada a través de la convivencia impuesta por sus padres. El Uzumaki ni siquiera le caía bien, era gritón, irresponsable y distraído ¿Cómo podía agradarle alguien así? Si no fuera porque Kushina Uzumaki y Minato Namikaze eran los mejores amigos de toda la vida de Fugaku Uchiha y Mikoto Uchiha, él y el dobe ni se hablaran. Eso era un hecho exacto, como las matemáticas.

—Me iré a clases, Sasuke —dijo su acompañante, trayéndolo a la realidad. Sin esperar una respuesta; que claramente no daría, Naruto salió rápidamente del lugar.

El pelinegro se quedó callado. Miró su reloj de muñeca, todavía faltaban algo de tiempo para dar inició a las actividades. Hoy comenzaba la ambientación y completación de preparativos para el festival.

¿Será que su grupo quedó en reunirse temprano? Imposible, lo recordaría. Acarició el hilo de su dedo antes de salir a averiguar.

Dio un par de pasos, giró en el pasillo y se detuvo al ver el cabello rubio que ya conocía, sin embargo, este no se encontraba solo. Allí, junto al chico, estaba Sakura Haruno. No era extraño encontrarlos juntos, Naruto era un ser muy sociable y tenía la particularidad de hacer amistades de cualquier tipo.

Pero, esto no era normal.

Ambos estaban muy cerca. Naruto poseía un lápiz y un cuaderno, parecía escribir algo, muy concentrado cabe destacar. Era extraño ver como sacaba la punta de su lengua de entre sus labios y parecía imitar el movimiento del lápiz que trazaba con moderada rapidez. Mientras, la chica veía las palabras de la hoja blanca, parecía interrumpir en ocasiones, decía un par de palabras que no lograba a entender y apuntaba el cuaderno. Naruto se detenía, borraba, soltaba alguna frase y seguía escribiendo.

Pero lo más desconcertante, era la repentina mirada dulce que colocó Sakura en el rostro del rubio, además de una suave sonrisa.

Fue inevitable ver rápidamente el hilo rojo que unían al Uzumaki y al él.

Notando que no tenía nada que hacer ahí, simplemente se alejó. Regresaría al aula del consejo y seguiría trabajando en sus diferentes responsabilidades.

.

.

.

Buenos días, niños.

¡Muy buenos días, Iruka sensei!

El hombre de cabello castaño sonrió. Era un primer día de clases cualquiera.

Quiero darles la bienvenida a un nuevo ciclo escolar —dijo con voz de júbilo. Las risas y frases de emoción; de parte de los niños, llenaron el aula—. Hoy son estudiantes de cuarto año de primaria, están un poco más grande de la adultez, preparándose con nuevos y varios conocimientos que podrían ayudarlos a futuro…

Su discurso continuó. No algo muy largo, ni con palabras complicadas, todo preparado para la comprensión e interés de niños entre nueve y diez años.

Sasuke era esa clase de infante que prestaba la debida atención, podía comprender sin problemas pero no tenía un real interés en el tema. Las palabras del profesor (que tenía una gran cicatriz horizontal en medio de la nariz), sin embargo, seguía preguntándose cómo era posible que nuevamente Naruto estuviera con él en el mismo salón.

El rubio al lado suyo bajaba lentamente sus parpados, cabeceaba un poco hacia la izquierda, claras señales de que estaba durmiéndose en clases.

«Nada nuevo» pensó.

Cuando el mayor terminó, pasó a acomodar; por lista, la manera en que se distribuirían en el salón por el resto del año.

Naruto quedó justo detrás de él.

«Nada nuevo» repitió en su mente.

El resto de la mañana, hubieron un conjunto de cosas que no cambiaron a pesar de ser un nuevo comienzo estudiantil.

Lo que el pequeño niño de cabellos azabaches, ojos oscuros y piel blanca, no se percató, es que todas esas cosas típicas para su persona, estaban relacionadas con el pequeño niño de cabellos rubios, ojos azules y piel trigueña.

.

.

.

Sasuke continuó leyendo las diferentes letras negras, selladas en el papel blanco. Un típico permiso de último momento. Después de dar su imparcial opinión y decretar las acciones que se darían, firmó la hoja.

Vio la hora en el reloj de pared. ¿Debía ir a su aula? Ya deberían estar trabajando sus demás compañeros. No era completamente necesario que fuera a prestar su ayuda, se le daba condescendencia; al ser presidente, poseía una larga lista de actividades responsables del control y orden entre el alumnado. Además, para algo se eligen un par de estudiantes como principales representantes de clase para el festival.

Karin pronto llegaría. Era probable que fuera primera a echar una mirada al salón.

Suigetsu Houzuki; el secretario del consejo, también haría lo mismo.

Naruto, ya había pasado por ahí a dar un par de vueltas. No sabía que había hecho, se suponía su trabajo.

No, no iría a ningún lado. Se quedaría a completar sus tareas y como ayuda para cualquier incógnita o problema que pudiera tener las personas al realizar el festival cultural.

No obstante… su prestigio, podía verse manchado si sus compañeros de curso no lograban crear algo decente. ¿Qué clase de presidente era si permitía a los otros hacer mediocridades? Se registraría a través de fotos, que quedarían en la historia de la secundaria, y hasta del pueblo, sin mencionar a las familias y su descendencia.

Cambio de planes. Iría a supervisar a Naruto para garantizar el buen desempeño de la actividad del aula.

Se levantó, guardo todas sus cosas y se fue, para frenarse inmediatamente y preguntarse completamente extrañado… ¿Qué tenía que ver Naruto en todo eso?

Notas finales:

Ok, antes de empezar, quiero dejar algo claro. No, no es regaño ni queja, solo quiero dejar un puntito claro sobre los próximos capítulos. Pues, no tengo beta reader, me cansé de buscar gente y de esperar las correcciones. Aunque quiero agradecer la ayuda de todas esas personas que trabajaron conmigo, fueron de gran ayuda y fueron base para mejorar.

Por lo tanto, les pido, que cualquier error que encuentre (ortografía, redacción y/o puntuación) me lo hagan saber en los comentarios; claro, agregando su opinión y hermoso mensaje de apoyo.

Otro cosita que quiero agregar... ¡Estoy de cumpleaños! y en verdad detesto cumplir años. Si quieren saber más de este raro hecho pueden ir a mi blog desde mi perfil. Pero eso no entra aquí, decidí publicar hoy por ser mi fecha de nacimiento, tenia que hacer algo interesante y que me guste mucho con esta fecha no favorita.

Si todo va bien, debería publicar el siguiente capitulo el 10/10 por ser cumple de Naruto... ojala pueda, de por si, es parte de mis objetivos de cumpleaños escribir y ser más constante con mis redacciones (pueden saber más en mi blog. Si, me hago tonta publicidad)

Espero que esta corta historia los haya complacido por completo. Y el punto final antes de retirarme, los invito nuevamente a pasar y leer mi perfil de Fanfiction, en el cual encontraran mis distintas redes sociales. Eso me ayudaría mucho.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).