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La Estafa por Fullbuster

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Notas del capitulo:

Mañana es el último capítulo que saldrá hasta el domingo día 13 debido a un viaje que tengo que realizar. El capítulo que sí saldrá es el de "¡Ten hijos para esto!" que saldrá una vez por semana todos los domingos y el lunes a primera pronto estará "Modelo solitario" por no poder subirlo el dia que le correspondía de la semana. Un saludo a todos.


Atte: Fullbuster

Itachi Uchiha


 


Me movía en la cama de lado a lado aunque intentaba hacerlo de la forma más sigilosa posible y es que Sasuke había decidido dormir en mi cama hoy preocupado por mí. Me habría gustado decir que me consolaba verle conmigo pero no era cierto, lo único que me habría podido consolar en este momento era poder hablar con Deidara y lo veía tan complicado… él ya no querría saber nada de mí y era normal. Le decía que le quería pero luego le demostraba que sólo buscaba su dinero, como siempre había pasado conmigo.


Al final cansado me levanté y me vestí saliendo de la habitación. Mi tío ni siquiera estaba, ya debía haberse ido al casino a gastar el dinero que aún no teníamos y que nos darían mañana. Sólo de pensar que el dinero de Deidara acabaría en un casino me destrozaba, era el dinero de mi hija al fin y al cabo. Toda la relación que pude tener con ella y que no tendría era el abono de ese dinero que tampoco tendría porque mi tío lo dilapidaría por completo incluso antes de verlo. Sólo podía pensar en el destrozo que había hecho en poco tiempo pero esperaba que al menos mereciera la pena y el plan saliera bien.


Cuando mi tío se había marchado al casino aquella tarde fue cuando envié todo por correo de forma anónima, unos días y seríamos libres… o eso esperaba. Salí a la calle y caminé sin tener un rumbo fijo, tampoco es que hubiera nada ya que pudiera importarme, todo me daba igual tras haber perdido lo único importante en mi desastrosa vida de delincuencia. Era la segunda vez que perdía al chico con el que siempre quise pasar el resto de mi vida, le perdía y no de una manera normal… sino haciendo daño, destruyéndole a él y es que tenía razón, yo destruía todo lo que se cruzaba en mi camino.


No sé ni cómo llegué hasta la acera frente al restaurante de Deidara, supongo que quería verle aunque fuera a distancia y es que no me permitirían verle, ni siquiera creo que los fines de semana aunque fuera a buscar a mi hija, él saliese a despedirla, lo haría en casa antes de que se viniera conmigo con tal de no verme y lo entendía, era un ser despreciable. Le hundí hace trece años y lo había hecho de nuevo.


Me senté en un banco de la acera de enfrente y me quedé allí bajo la luz de la farola mirando por la gran cristalera del restaurante esperando verle, al menos ver desde lejos lo que había perdido y que no recuperaría, ya no podía echar marcha atrás, había tomado mi decisión y debía aprender a vivir con esta decisión.


No sé las horas que estuve allí viendo los coches pasar por la calle iluminada, viendo a gente entrar y salir contentos en el restaurante y finalmente, conseguí ver a Deidara con una sonrisa estrechando la mano de otro hombre. Sé que no estaba feliz pero cara al público no tenía más remedio que sonreír y aparentar felicidad. Él mismo acompañó a aquel  hombre hasta su mesa y les colocó un camarero personalizado para ellos. No sé quién era pero cuando él se giró y me vio aquí sentado, se metió hacia la cocina y no volví a verle.


- ¿Qué haces aquí? – escuché que me preguntaba mi hermano tras de mí.


- Necesitaba tomar aire fresco.


- Y tanto… llevas horas aquí sentado. Toma… te he traído un café, te hará falta si no quieres quedarte aquí congelado.


- Gracias – le dije cogiendo el café caliente que traía en un vaso de plástico - ¿Qué haces tú aquí?


- Te vi salir de la habitación y me preocupé. Te he seguido pero creo que necesitabas estar un rato a solas, así que entré en esa cafetería de ahí detrás y esperé sentado observándote. Me he tenido que tomar un par de cafés pero ya no aguantaba más allí solo leyendo un libro.


- Pues puede que hoy no sea el mejor acompañante, Sasuke. No tengo muchas ganas ni entusiasmo para hablar de nada.


- Lo sé y lo siento, en parte siento que es mi culpa.


- No es tú culpa en absoluto, ya te dije que yo quería hacerlo y fue mi decisión, no tiene nada que ver contigo.


- ¿Le querías o él era otro de tus muchos juegos?


- No era un juego, puede que fuese el único que consiguió llegar hasta mí realmente. A él le conté la verdad cuando era un crío, me sentía tan bien con él, era perfecto. No encontraré a alguien como él pero al menos ya no se casa, no quería que se casase con ese chico pero… tampoco quería destrozarle. Ahora ya da igual. En cuanto todo se arregle nos marcharemos de aquí.


- ¿Dónde iremos Itachi? Yo no quiero irme, he encontrado a Naruto y… quiero pensar que esto que tenemos puede llegar lejos.


- Entonces no hace falta que te vayas a ningún lado Sasuke. Puedes quedarte aquí si quieres, además ya tienes trabajo en su empresa, tu vida dará un giro.


- Nada de estafas – me dijo sonriendo y sonreí algo forzado.


- Nada de estafas – le corroboré – al menos somos libres para hacer lo que queramos, faltan unos días sólo para que las pruebas lleguen a su destino.


- Por fin – comentó Sasuke – después de tantos años… por fin podré tener una casa propia.


- Sí… volvamos al hotel antes de encontrarnos con Obito, no me apetece hablar con él.


- Tardará en volver, el casino le tendrá ocupado gastándose la fortuna que le has reunido.


- Seguramente – le dije.


Caminos juntos hacia el hotel y lo más sorprendente de todo, es que cuando llegamos Obito ya estaba allí fumando un puro con una copa de Brandy en la mano. Supe enseguida que estaba borracho o en proceso, al menos estaba contento por haber conseguido el dinero aunque supongo que esperaba algo más de Sasuke.


- Bueno Sasuke… ¿Cómo va el asunto de Naruto? – preguntó.


- ¿Aún seguimos con ese plan? ¿No tienes bastante ya de esa familia? Naruto ya le ha visto la cara a Itachi en el juicio… si sabe que es mi hermano y seguimos con la estafa tenemos un problema. Naruto no querrá estar con Itachi, le ha destrozado la vida a su hermano. Aunque no se enterase que es mi hermano estaríamos igual, no me engañaría con él sabiendo quién es. Este plan no puede resultar – intentó explicar Sasuke.


- Pero podemos hacer algo parecido que lo que le hicimos a ese chico de Itachi… así que espero que estés trabajando en dejarle embarazado.


- Ya está bien, no quiero seguir con esto, ya ha habido bastante. A esa familia la hemos destrozado ya, busquemos otro objetivo – dijo mi hermano.


- Ya está bien Sasuke – le dije – haz lo que diga y ya está, no discutamos. Estoy muy cansado y me voy a dormir. Venga, ven conmigo – le dije y me lo llevé encerrándole dentro mientras yo salía al escuchar que me llamaba.


- ¿Se puede saber qué te ocurre a ti? – preguntó de mal humor.


- Puede ser que sea el dolor por la pérdida.


- ¿La pérdida? ¿Qué pérdida? Tú nunca has estado con esa gente, no te has perdido nada.


- Me he perdido tener una familia. Mejor dicho… tú me has arrebatado esa oportunidad.


- Te recuerdo que tú querías hacerlo, fue tu idea.


- Porque no dejas en paz a Sasuke, no me das más opción que obedecerte y hacerte estos favores con tal de que dejes a mi hermano ¿No te das cuenta? Necesitas ayuda o que te encierren.


- A mí no pueden pillarme, de hecho aún estaríais peor vosotros que yo.


- De eso nada, tú nos obligas a hacer estas cosas, es tu maldita culpa. Nos dices que eres nuestra familia, nos recuerdas mil veces lo que hiciste por nosotros pero sólo te aprovechas, tú nos enseñaste a estafar, a mentir… es tu maldita culpa, utilizaste a menores para tus planes y ahora que hemos crecido sigues haciéndolo a tu antojo, estoy cansado de todo esto. Ahora me voy a dormir, estoy cansado de verte la cara.


- No te atrevas a darme la espalda jovencito.


- Madura de una vez Obito, ve y pide ayuda para desengancharte del juego y el alcohol, te hará bien. Por cierto… si nos quieres hacer un favor, desaparece también de nuestras vidas, te lo agradeceríamos infinitamente.


Me marché a la habitación y cerré tras de mí con rapidez pasando el cerrojo. Mi hermano me miraba con la grabadora del móvil encendida y escuchamos como Obito se abalanzaba contra la puerta tratando de derribarla gritándome insultos. Siempre se ponía así cuando bebía pero a mí me daba igual.


- Dime que lo tienes… - le dije a mi hermano.


- Sí, palabra por palabra, sólo hay que mandar su declaración de que nos ha utilizado a la policía.


- Perfecto entonces.


 


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