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La Estafa por Fullbuster

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Sasuke Uchiha


 


Mi hermano estaba destrozado pero cuando vi a ese chico rubio al que miraba en el restaurante, algo dentro de mí me decía que era aún peor lo que él estaría sintiendo en ese momento. Itachi me había contado parte de la historia y sabía de sobra que ese chico no volvería a confiar en él, no después de todo lo que había hecho mi hermano. Mi gran pregunta era si mi hermano alguna vez sería capaz de olvidar a ese chico rubio que trabajaba en el restaurante.


Con Naruto al menos todo iba bien, sólo esperaba que la policía obtuviera las pruebas que mi hermano había mandado cuanto antes mejor y que lo encerrasen para evitar que me fastidiase a mí la relación con Naruto. Mi tío era capaz de cualquier cosa con tal de salirse con la suya y más aún al sentirse acorralado, eso me daba un poco de miedo.


Me lo había pasado como un auténtico niño pequeño al lado de Naruto, era increíble estar con él y estos últimos días habían sido lo mejor, casi un mes habíamos estado en total juntos, el mejor mes de mi vida y hasta estábamos saliendo formalmente. Había conseguido ir a su casa a cenar un par de veces, lamentablemente no vi a su hermano y me habría gustado conocerle para saber cómo era la persona de la que se enamoró mi hermano. Lo único que conseguí saber es que se habían marchado de viaje, pero yo creo que era algo más serio que un simple viaje cuando veía los ojos de tristeza en Naruto y en su padre.


Supongo que Itachi había destrozado bien a ese chico… por segunda vez. Estaba convencido de que no volvería a saber nada de él. Lo mejor de esta situación era que por fin me sentía integrado en una familia, había ido a cenar algunas veces con Naruto y su padre aunque me extrañó no ver a su hermano ninguna de esas veces. Sólo una vez me atreví a preguntar y supe que ocurría algo malo cuando Naruto con ojos tristes comentó que su hermano se había ido fuera del país de vacaciones, creo que eran más que unas vacaciones, se había mudado y no querían indicarme tampoco el lugar al que había ido con su hija… con mi sobrina al fin y al cabo. Puede que ellos no lo supieran, pero yo si sabía que esa niña era parte también de mi familia y seguramente no tendría la ocasión de conocerla. No quise preguntar de nuevo al ver cómo afectaba ese tema a la familia y por una parte… me dio rabia por cómo habían salido las cosas.


Sabía de sobra que las cosas nunca volverían a ser como antes, ese chico no perdonaría a mi hermano, le había hecho demasiado daño durante toda su vida, también sabía que Naruto no aceptaría de buen grado a mi hermano y en algún momento se enteraría que éramos hermanos… eso me aterraba, no sabía cómo reaccionaría, porque afectarle… le afectaría. Todo esto había salido muy mal, me había enamorado de la persona equivocada o más bien… de la persona con las circunstancias equivocadas.


La persona era la ideal, Naruto era perfecto pero todas las mentiras que nos rodeaban acabarían estallando frente a mi cara y haría que ese chico me odiase, que odiase a mi hermano, que nos alejase de su vida. Maldije el día en que empezamos esta estafa y aunque prácticamente podía tener el control de las empresas gracias a ese chico rubio, una parte de mí ya no las quería. Prefería estar con Naruto aunque no tuviera control, dominio o acciones en esa empresa.


Aquella noche quedé con Naruto para ir a cenar y me arreglé enseguida aunque cuando salí al salón me di cuenta que mi hermano no se había movido del sofá. Estaba allí tumbado viendo la televisión o mejor dicho… cambiando de un canal a otro sin mirar nada. Supe que estaba deprimido con tan solo verlo. Me asomé por encima del respaldo y al darse cuenta que le miraba, intentó mirarme de reojo.


- ¿Prefieres que me quede? – le pregunté.


- No, ve a disfrutar.


- ¿Estás seguro?


- Sí.


- ¿No puedo hacer nada por ti?


- Descubrir donde se han ido, pero dudo que te lo cuenten, así que no, no puedes hacer nada. Venga vete, no pierdas tiempo aquí conmigo.


- Contigo nunca pierdo el tiempo, idiota – le dije sonriendo y él sonrió sin muchas ganas.


- Enserio vete ya.


- ¿Estarás bien?


- Que sí pesado, márchate – dijo golpeándome con uno de los cojines.


Al final tras mirarle un par de segundos y comprobar cómo volvía a la televisión y al cambio de canales, decidí irme. Había quedado con Naruto a cenar y lo mejor de todo… es que suponía dónde acabaríamos esa noche, en su hotel tomándonos alguna botella de vino en finas copas y disfrutando de la compañía el uno del otro.


Me llevé el coche puesto que Obito no parecía habérselo llevado, habría ido al casino andando por una vez en la vida. Pese a ello, también era cierto que el coche era mío, de mi divorcio anterior de aquel hombre rico al que le hicimos la estafa, así que podía llevármelo cuando quisiera, claro que Obito solía apropiarse de todo lo nuestro.


Naruto me había dicho que quedábamos en un restaurante de por aquí cerca, pocas veces quedábamos en sitios así, no sabía muy bien el motivo para quedar en aquel lugar pero no pensaba llevarle la contraria, menudo carácter podía tener mi rubio cuando se lo proponía. Cuando llegué al restaurante él ya estaba allí y el camarero me indicó la mesa con amabilidad. Me senté frente a Naruto que sonreía como un colegial al verme y cenamos con una amena conversación.


No sé por qué pero Naruto no apartaba sus ojos de mí y eso me extrañaba mucho. Sonreí tras dar un sorbo a mi copa de vino y le miré aún más fijamente que antes.


- ¿Qué ocurre? – le pregunté sonriendo.


- Nada.


- Sí pasa algo, estás muy raro y no dejas de mirarme con esos ojos.


- ¿Qué ojos? – dijo intentando mirarse en el reflejo de un cuchillo y me reí apartándoselo de la mano.


- Esos que tanto me gustan.


- Eres un zalamero – me comentó sonriendo – y por eso y por muchas otras cosas me gustas.


- Eso ya lo sé.


- ¿Qué tal están las cosas con tu tío?


- No muy bien aunque esperamos que pronto se arregle todo.


- Yo iba a proponerte arreglar todo ahora.


- ¿Enserio? – pregunté sonriendo puesto que Naruto no sabía todo lo de las estafas en elas que estábamos metidos mi hermano y yo.


- Sí. Vente a vivir conmigo.


Aquello me pilló de sorpresa y mis dedos que habían cogido la copa para beber la habían dejado a medio camino paralizado por la sorpresa. Era bueno… quería vivir con él pero no sé si era bueno estando mi tío aún por medio de toda esta historia.


- Yo… - intenté hablar.


- ¿No quieres vivir conmigo?


- Claro que quiero vivir contigo pero… es que con todo el asunto de mi tío no sé si debo irme hasta que esté todo resuelto.


- Tú tío ya no te molestará cuando estés en mi casa. Venga por favor Sasuke… vente a vivir conmigo.


- Yo…


- Sasuke – escuché que me llamaban y al girarme me di cuenta que era mi tío – que felicidad encontrarte aquí. ¿Puedo sentarme? – preguntó y Naruto se sorprendió un poco.


- No – le dije aunque lo susurré tan bajo que creo que ni se enteró, aún así tampoco me habría hecho caso, ya estaba cogiendo una silla y sentándose en nuestra mesa.


Naruto me miró extrañado y sorprendido aunque ya sabía lo poco que me convencía que mi tío estuviera allí, Naruto se olía lo poco que me había gustado aquella acción por parte de mi tío.


- Tú debes de ser Naruto Namikaze, mi sobrino no para de hablar de ti – comentó mi tío.


- Ya… me alegro que os conozcáis pero… ya nos estábamos despidiendo ¿Verdad? – le pregunté a Naruto y él viendo mis ganas por quitarme a mi tío de encima me siguió el juego.


- Sí, mañana tengo que madrugar y sólo era una cena informal. Ya estábamos despidiéndonos.


- ¿Enserio?


- Sí, vámonos al hotel – le dije levantándome y cogiendo a mi tío pero antes de que pudiera hacer algo, vi a la policía entrar por el local buscando a mi tío – no me fastidies – susurré - ¿Te estás escondiendo de ellos?


- Calla, no querrás que me descubran – me dijo mi tío.


Claro que dio igual si me callaba o no, el camarero les indicó donde estaba la persona a la que buscaban, le acababan de ver entrar. La policía llegó hasta nuestra mesa, se disculpó por la intromisión y nos comentó que debían llevarse a Obito a la comisaría, estaban investigándole por unos fraudes y estafas. Mi tío se puso nervioso al ver que se lo llevaban y que yo no hacía nada, pero es que ni podía hacer nada ni quería, el plan era que se fuera. Al verse descubierto no se le ocurrió otra cosa que empezar a soltar todo sobre mí, sobre la estafa que estaba planeando contra Naruto para quedarme con sus empresas, sobre mi hermano y la estafa al  hermano de Naruto, todo… no dejó nada sin cantar mientras la policía se lo llevaba arrastras y no sé si mi acompañante se creería todo eso. Al girarme a mirarle, tenía esa expresión de dudas.


Intenté acercarme a él para tocarle, para abrazarle pero se alejó de mí un poco sin entender nada. Me miró confuso y con aquellos increíbles ojos azules por los que yo habría hecho cualquier cosa me preguntó con seriedad.


- ¿Es cierto? ¿Estás conmigo sólo para quedarte con mi empresa?


- No – le dije – bueno… puede que al principio fuera así pero… estoy enamorado de ti, no quiero tu empresa ni tu dinero, sólo te quiero a ti.


- ¿Igual que tu hermano quería al mío? Eso no es amor Sasuke, le habéis destruido la vida entera y queríais hacer lo mismo conmigo.


- Pero nos retiramos de ese negocio.


- Sí tuve suerte, nada más. Tuve suerte de que te fijases en mí y decidieras no llevarlo a cabo pero ibas a hacerlo. Te daba igual todo, la manera en que nos conocimos… todo planeado, no fue casualidad, ni debí darte las gracias porque lo tenías todo pensado y organizado para fastidiarme la vida desde el principio.


- Vamos Naruto, estoy siendo sincero contigo.


- Pero no es fácil asimilar que intentabas destrozarme. Confiaba en ti, no sabes las cosas que he llegado a hacer por ti.


- ¿Qué has hecho por mí? – pregunté sorprendido.


- Déjalo… no lo entenderías. Encima creía que necesitabas ayuda y te he ofrecido vivir conmigo… que ciego estaba, era yo quien necesitaba ayuda, necesitaba protegerme de ti precisamente.


- Todo lo de tu hermano, todo esto fue un plan para meter a mi tío entre rejas.


- Pues felicidades… arruinasteis a mi hermano y a mi sobrina sólo por salvaros vosotros. Os felicito, destruyamos más vidas a cambio de sacar a un par de estafadores de su mala vida. Es increíble. No puedo creerme todo esto.


Naruto recogió sus cosas, pagó la cuenta y se marchó de allí. Traté de hablar con él pero sinceramente… entendía que se marchase, yo le había estado mintiendo todo este tiempo y encima mi hermano había destruido al suyo por completo, no se fiaba de nosotros, yo tampoco lo hubiera hecho después de todo esto. Al menos Obito estaba detenido pero no sé si el coste por ello había valido la pena. Ni para Itachi ni para mí. Allí iban las dos personas que más nos importaban… alejándose de dos mentirosos que habían estafado toda su vida.


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